En palco 2

13 de diciembre de 2021

'Amor sin barreras': el homenaje de Spielberg a Hollywood, el musical y los años cincuenta

El remake del clásico dirigido por Robert Wise y Jerome Robbins es tan bueno como el original.


Pablo Arriagada

Steven Spielberg ha probado casi todo tipo de géneros cinematográficos: thriller, ciencia ficción, drama, bélico (en varias oportunidades), aventuras, suspenso, comedia, entre otros. Por lo que no es raro que haya querido debutar en el musical, especialmente con una nueva versión de una película tan emblemática como "West Side Story".


Dirigida en 1961 por Robert Wise y Jerome Robbins, la cinta original está basada en una obra musical de Broadway, que cuenta la rivalidad racial entre dos grandes pandillas del Upper West Side de Manhattan: los gringos Jets y los puertorriqueños Sharks. El romance entre Tony (Richard Beymer), fundador de los Jets, retirado, y María (Natalie Wood), la inteligente hermana de Bernardo, líder de los boricuas, desencadenará una ola de violencia entre los dos grupos que tendrá un final trágico para los enamorados. 


Inspirada en Romeo y Julieta, esta joya del cine norteamericano, ganó 10 premios Oscar, incluido el de Mejor Película, y su legado a la posteridad audiovisualmente es innegable. Muchos reconocerán varias de sus canciones y es posible que no tengan idea que provienen de acá.


Ahora bien, Spielberg toma la sabia decisión de no modificar casi nada de la historia original, ni adaptarla a los tiempos modernos, lo que podría haber sido un grave error. En cambio, se limita a afinar detalles, aumentar el realismo y contar de la mejor manera posible esta gran tragedia griega. El cineasta realiza un despliegue a gran escala de técnica y sensibilidad cinematográfica, sitúa la cámara como lo hubiesen hecho los maestros en los 50’s o 60’s y hace la película que a su padre probablemente le hubiese gustado ver porque, de hecho, está dedicada a él.


El director hace magia con la iluminación, las coreografías de baile, la escenografía y, por supuesto con la cámara, para crear una cinta tan poderosa en lo visual, como en lo argumental.


Otro de los grandes cambios positivos de esta versión, es la elección de un amplio elenco con preeminencia latina, lo que hace que la película adquiera de inmediato otro sentido de la identidad. Acá, los personajes puertorriqueños realmente lo son -a diferencia de la original, en la que actores caucásicos fueron “oscurecidos” para representarlos – y hablan español, a pesar de que el barrio constantemente se los prohíba. De hecho, el director decidió no subtitular gran parte de los diálogos de habla hispana, para que el público se dé el trabajo de aprender el idioma. (Aunque esto puede ser una jugada en contra económicamente hablando)


El reparto, compuesto por Rachel Zegler, Ansel Elgort, David Álvarez, Mike Faist y Rita Moreno -que repite su participación tras haber sido la primera latina en ganar un premio de la academia con la cinta original interpretando a Anita- a veces no emociona tanto como el casting de 1961. Pero, en general, todos hacen un excelente trabajo, especialmente en los momentos de baile y canto. Si tuviésemos que destacar una actuación sería la de Ariana DeBose, quien personifica a la nueva Anita, un papel fuerte, completo, hecho para destacarse.


Y aunque la película obviamente es un homenaje al cine clásico, al musical y por supuesto a su icónica predecesora, la última cinta de Spielberg no es un producto genérico, ni una copia malograda. Tiene momentos de gran fuerza narrativa y visual, que la sitúan entre lo mejor del año, y una gran candidata a la temporada de premios.




TEMAS
amor sin barreraswest side storyspielbergreviewrachel zegler