Una nueva villana acecha París, Chrysalis es poderosa e inteligente e intentará salirse con la suya y llenará de peligros esta hermosa ciudad. A través de tres capítulos, llegan las nuevas aventuras de Ladybug, junto a su grupo de amigos y a Cat noir, quienes deberán luchar contra los males que se acercan. Con el fondo de una de las ciudades más bellas del mundo, esta historia nos invita a vivir un viaje lleno de colores y mediante una animación de calidad, nos adentramos en las aventuras de este team que lidia con importantes misiones,que ayudarán a salvar a diferentes personajes de malévolos planes. Esta serie propone lidiar con nuestras emociones y cómo a veces nos sentimos perdidos y sin una guía para conocernos. La búsqueda de lo que nos apasiona también se posiciona en un lugar importante de este viaje y nos lleva a pensar en cómo nos desenvolvemos en el mundo y cómo lo que nos hace felices puede estar a la vuelta de la esquina. La amistad es un gran valor a resaltar en esta serie, donde cada personaje aporta con su mirada un valor diferente y una forma de expresar el cariño que sientes por esas personas que están siempre contigo y que llenan tu vida de aventuras y nuevas experiencias enriquecedoras. La lucha entre el bien y el mal también se hace presente en esta trama, donde Ladybug y sus amigos y amigas deberán luchar con temibles fuerzas y donde podemos ver que siempre es mejor seguir el camino de la bondad para solucionar los problemas. Tres episodios de esta nueva temporada que entretienen al público y que invitan a sumar nuevos espectadores a quienes ya son seguidores de la serie. “ Miraculous : las aventuras de Ladybug y Cat noir ” ya se encuentra en salas de cine del país.
El domingo 17 de agosto se confirmó la muerte de Terence Stamp, actor británico nacido en 1938 en el East End de Londres y convertido en una de las figuras más fascinantes del cine de las últimas seis décadas. Aunque no se ha informado la causa de su fallecimiento, su familia destacó que “deja tras de sí un extraordinario legado como actor y escritor que seguirá inspirando a generaciones”. Stamp irrumpió en el cine con fuerza: su debut en Billy Budd (1962) le valió una nominación al Oscar y un Globo de Oro como actor revelación. A partir de ahí, se convirtió en parte esencial del “Swinging London” de los años sesenta, trabajando con cineastas de la talla de William Wyler, Ken Loach, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. Una filmografía que marcó épocas En el cine británico y europeo dejó huella con interpretaciones intensas: el secuestrador obsesivo en The Collector (1965), el misterioso visitante en Teorema (1968) y su papel en Poor Cow (1967), uno de los primeros retratos de Loach sobre la clase trabajadora inglesa. En Hollywood, alcanzó la fama masiva gracias a su inolvidable General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde, volvió al universo del Hombre de Acero poniendo voz a Jor-El en la serie Smallville, un guiño que los fanáticos recibieron con entusiasmo. Su carrera abarca títulos tan dispares como Wall Street (1987), The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert (1994), Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma (1999), Valkyrie (2008) y Last Night in Soho (2021). Y aunque su figura siempre será asociada a grandes producciones, muchos cinéfilos coinciden en que sus mejores interpretaciones llegaron en películas más personales: The Limey (1999), dirigida por Steven Soderbergh, donde brilla como un exconvicto británico en busca de justicia en Los Ángeles, y The Hit (1984), de Stephen Frears, un relato crepuscular sobre la traición y la redención que sigue siendo una de sus obras maestras. Un hombre de múltiples vidas Stamp no solo fue actor: también escritor y viajero incansable. Tras un período de crisis en los años setenta, se retiró a la India, donde estudió meditación y yoga antes de regresar renovado a la actuación. Fue pareja de figuras icónicas como Julie Christie y musa de fotógrafos de la época, encarnando el glamour británico de su generación. Un legado imborrable Terence Stamp será recordado como un intérprete de elegancia magnética, capaz de pasar de la fragilidad a la amenaza con una naturalidad única. Sus personajes —ya fuera el joven inquietante de The Collector, el imponente General Zod o el vengador taciturno de The Limey — siguen resonando como testimonio de un talento irrepetible. Hoy el cine pierde a un gigante, pero su mirada intensa y su voz grave permanecerán para siempre en la memoria de quienes aman las películas.
El cine estadounidense sobre rodeo siempre ha tenido un encanto especial -ahí están joyas como The Lusty Men de Nicholas Ray, The Electric Horseman de Sydney Pollack o Junior Bonner de Sam Peckinpah- y la nueva película “El Último Rodeo” (The Last Rodeo) se mueve en esa misma tradición, con un argumento clásico, como si fuera heredado de otra época. Dirigida por Jon Avnet (Tomates Verdes Fritos, 88 Minutos), la cinta está protagonizada por Neal McDonough, un rostro que hemos visto en papeles rudos y autoritarios (Yellowstone, Minority Report), pero aquí muestra también una vulnerabilidad inesperada. Interpreta a Joe Wainwright, un ex campeón de rodeo, viudo y endurecido por la vida, que tras un accidente abandona para siempre la competencia… hasta que la vida lo obliga a volver: su nieto necesita una costosa operación cerebral, y la única forma de conseguir el dinero es ganando el primer lugar en un campeonato de rodeo. A su alrededor, un elenco que funciona: Mykelti Williamson como Charlie, el amigo y escudero de fe; Sarah Jones como la hija que carga con viejas heridas; Christopher McDonald aportando ese filo entre carisma y cálculo; y el campeón real de PBR Daylon Swearingen como Billy Hamilton, subrayando el verismo de la arena. La historia es sencilla, rápida y emotiva, con secuencias de rodeo tensas y físicamente sentidas: Avnet filma la resistencia de Joe arriba del toro como una batalla contra el tiempo, los dolores acumulados y la culpa. Además, como es habitual en Angel Studios, hay un componente espiritual explícito: un hombre peleado con Dios por la pérdida de su esposa y el riesgo de perder ahora al nieto; un amigo que lo acompaña y lo desafía; y un trayecto de pérdida y recuperación de la fe que no es sermón sino sostén del personaje. Todo esto, además, con un pequeño giro final que remata el arco sin traicionar el tono clásico. Una cinta honesta y de vieja escuela, sostenida por McDonough, por un reparto que cumple y por escenas de arena que aprietan el pecho. No reinventa nada, pero cuando suena la campana de los ocho segundos, sí que aguanta. Ya en cines chilenos.
La nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat (El ciudadano ilustre, Competencia oficial) nace de una idea de Guillermo Francella, quien deseaba realizar una cinta al estilo del clásico italiano Los monstruos (1963). EnHomo Argentum se presentan 16 historias de diversos géneros -algunas más extensas que otras- todas protagonizadas magistralmente por Francella. El actor despliega todo su histrionismo para encarnar distintos tipos de argentinos: chantas, tímidos, humildes, millonarios, estafadores y más. Cada segmento recorre los vicios de una sociedad, sus dilemas morales, contradicciones y bondades, invitándonos a reflexionar y también a reírnos de ellos, y de nosotros mismos. Aunque es un relato profundamente argentino, es inevitable que en varios pasajes podamos reconocernos. Desde un encantador estafador callejero, pasando por un presidente inepto, un dueño de casa fantoche, un padre viudo con hijos interesados y prejuiciosos, hasta un millonario que ayuda a un joven pobre por puro ego, cada historia tiene algo que decir. Más de una vez nos remitirá a una situación vivida o a alguien que seguramente conocemos. Amigueros, doble estándar, agrandados, futboleros, todos desfilan en sus casi dos horas de metraje. Técnicamente impecable, con un ritmo sostenido y cargada de placements, la película brilla con diálogos agudos, certeros y divertidos. Además, el elenco que acompaña a Francella es de primer nivel: Eva De Dominici (Patito feo, Sayen), Juan Luppi (Amapola), Dalma Maradona (Cebollitas), Graciela Stefani (Floricienta), el cantante Milo J, Vanessa González (Son de fierro) y Guillermo Arengo (La ira de Dios). La creatividad y precisión de la dupla Cohn-Duprat, sumadas al carisma y talento de Francella, son sinónimo de garantía. Ya lo demostraron en anteriores colaboraciones como en la película Mi obra maestra (muy recomendada) y en la exitosa serie de Disney+ El encargado, que va por su cuarta temporada. Una producción imperdible para disfrutar en pantalla grande desde el 14 de agosto.
Together: Juntos hasta la muerte combina romance, misterio, elementos sobrenaturales, ironía y body horror. Alison Brie y Dave Franco -con una gran química en pantalla- interpretan a una pareja disfuncional. Millie (Brie), maestra de primaria organizada y determinada, consigue trabajo en un pueblo apartado; mientras que Tim (Franco), músico sin éxito y eterno adolescente encantador, arrastra desde la infancia una fuerte ansiedad causada por un trauma familiar. Para que ella pueda desarrollarse profesionalmente, ambos se mudan a una casa en medio del bosque, aunque él no parece convencido de nada. En uno de sus días libres, deciden recorrer la localidad y terminan cayendo en un misterioso hoyo en el bosque, justo durante un repentino chaparrón. El lugar parece un templo hundido con un pequeño pozo de agua. Obligados a pasar la noche allí, beben de ese pozo y, al amanecer, descubren que sus pantorrillas están unidas por algo que parece pegamento. La separación es rápida, pero dolorosa. En los días siguientes, Tim se vuelve errático y cada vez más dependiente de Millie, al punto de asfixiarla. Ella encuentra amistad en un colega que vive en su vecindario, lo que perturba aún más a Tim. Pronto, la dependencia deja de ser unilateral y ambos comienzan a experimentar extrañas mutaciones y pensamientos que los unen físicamente de manera inevitable. Este primer largometraje del australiano Michael Shanks es una metáfora cruda sobre las relaciones de pareja: el miedo al compromiso, la pérdida de la individualidad y la angustia de no saber dónde termina uno y comienza el otro. Con una atmósfera enigmática y asfixiante, la cinta mantiene la tensión incluso cuando la trama se vuelve predecible. Si disfrutaste de La Sustancia o del cine de David Cronenberg, probablemente esta propuesta te atrape. A pesar de ciertos problemas de ritmo, Together logra ser una buena película que mezcla lo emocional con lo inquietante. En salas de cine del país desde el 14 de agosto.
Una nueva villana acecha París, Chrysalis es poderosa e inteligente e intentará salirse con la suya y llenará de peligros esta hermosa ciudad. A través de tres capítulos, llegan las nuevas aventuras de Ladybug, junto a su grupo de amigos y a Cat noir, quienes deberán luchar contra los males que se acercan. Con el fondo de una de las ciudades más bellas del mundo, esta historia nos invita a vivir un viaje lleno de colores y mediante una animación de calidad, nos adentramos en las aventuras de este team que lidia con importantes misiones,que ayudarán a salvar a diferentes personajes de malévolos planes. Esta serie propone lidiar con nuestras emociones y cómo a veces nos sentimos perdidos y sin una guía para conocernos. La búsqueda de lo que nos apasiona también se posiciona en un lugar importante de este viaje y nos lleva a pensar en cómo nos desenvolvemos en el mundo y cómo lo que nos hace felices puede estar a la vuelta de la esquina. La amistad es un gran valor a resaltar en esta serie, donde cada personaje aporta con su mirada un valor diferente y una forma de expresar el cariño que sientes por esas personas que están siempre contigo y que llenan tu vida de aventuras y nuevas experiencias enriquecedoras. La lucha entre el bien y el mal también se hace presente en esta trama, donde Ladybug y sus amigos y amigas deberán luchar con temibles fuerzas y donde podemos ver que siempre es mejor seguir el camino de la bondad para solucionar los problemas. Tres episodios de esta nueva temporada que entretienen al público y que invitan a sumar nuevos espectadores a quienes ya son seguidores de la serie. “ Miraculous : las aventuras de Ladybug y Cat noir ” ya se encuentra en salas de cine del país.
El domingo 17 de agosto se confirmó la muerte de Terence Stamp, actor británico nacido en 1938 en el East End de Londres y convertido en una de las figuras más fascinantes del cine de las últimas seis décadas. Aunque no se ha informado la causa de su fallecimiento, su familia destacó que “deja tras de sí un extraordinario legado como actor y escritor que seguirá inspirando a generaciones”. Stamp irrumpió en el cine con fuerza: su debut en Billy Budd (1962) le valió una nominación al Oscar y un Globo de Oro como actor revelación. A partir de ahí, se convirtió en parte esencial del “Swinging London” de los años sesenta, trabajando con cineastas de la talla de William Wyler, Ken Loach, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. Una filmografía que marcó épocas En el cine británico y europeo dejó huella con interpretaciones intensas: el secuestrador obsesivo en The Collector (1965), el misterioso visitante en Teorema (1968) y su papel en Poor Cow (1967), uno de los primeros retratos de Loach sobre la clase trabajadora inglesa. En Hollywood, alcanzó la fama masiva gracias a su inolvidable General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde, volvió al universo del Hombre de Acero poniendo voz a Jor-El en la serie Smallville, un guiño que los fanáticos recibieron con entusiasmo. Su carrera abarca títulos tan dispares como Wall Street (1987), The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert (1994), Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma (1999), Valkyrie (2008) y Last Night in Soho (2021). Y aunque su figura siempre será asociada a grandes producciones, muchos cinéfilos coinciden en que sus mejores interpretaciones llegaron en películas más personales: The Limey (1999), dirigida por Steven Soderbergh, donde brilla como un exconvicto británico en busca de justicia en Los Ángeles, y The Hit (1984), de Stephen Frears, un relato crepuscular sobre la traición y la redención que sigue siendo una de sus obras maestras. Un hombre de múltiples vidas Stamp no solo fue actor: también escritor y viajero incansable. Tras un período de crisis en los años setenta, se retiró a la India, donde estudió meditación y yoga antes de regresar renovado a la actuación. Fue pareja de figuras icónicas como Julie Christie y musa de fotógrafos de la época, encarnando el glamour británico de su generación. Un legado imborrable Terence Stamp será recordado como un intérprete de elegancia magnética, capaz de pasar de la fragilidad a la amenaza con una naturalidad única. Sus personajes —ya fuera el joven inquietante de The Collector, el imponente General Zod o el vengador taciturno de The Limey — siguen resonando como testimonio de un talento irrepetible. Hoy el cine pierde a un gigante, pero su mirada intensa y su voz grave permanecerán para siempre en la memoria de quienes aman las películas.
El cine estadounidense sobre rodeo siempre ha tenido un encanto especial -ahí están joyas como The Lusty Men de Nicholas Ray, The Electric Horseman de Sydney Pollack o Junior Bonner de Sam Peckinpah- y la nueva película “El Último Rodeo” (The Last Rodeo) se mueve en esa misma tradición, con un argumento clásico, como si fuera heredado de otra época. Dirigida por Jon Avnet (Tomates Verdes Fritos, 88 Minutos), la cinta está protagonizada por Neal McDonough, un rostro que hemos visto en papeles rudos y autoritarios (Yellowstone, Minority Report), pero aquí muestra también una vulnerabilidad inesperada. Interpreta a Joe Wainwright, un ex campeón de rodeo, viudo y endurecido por la vida, que tras un accidente abandona para siempre la competencia… hasta que la vida lo obliga a volver: su nieto necesita una costosa operación cerebral, y la única forma de conseguir el dinero es ganando el primer lugar en un campeonato de rodeo. A su alrededor, un elenco que funciona: Mykelti Williamson como Charlie, el amigo y escudero de fe; Sarah Jones como la hija que carga con viejas heridas; Christopher McDonald aportando ese filo entre carisma y cálculo; y el campeón real de PBR Daylon Swearingen como Billy Hamilton, subrayando el verismo de la arena. La historia es sencilla, rápida y emotiva, con secuencias de rodeo tensas y físicamente sentidas: Avnet filma la resistencia de Joe arriba del toro como una batalla contra el tiempo, los dolores acumulados y la culpa. Además, como es habitual en Angel Studios, hay un componente espiritual explícito: un hombre peleado con Dios por la pérdida de su esposa y el riesgo de perder ahora al nieto; un amigo que lo acompaña y lo desafía; y un trayecto de pérdida y recuperación de la fe que no es sermón sino sostén del personaje. Todo esto, además, con un pequeño giro final que remata el arco sin traicionar el tono clásico. Una cinta honesta y de vieja escuela, sostenida por McDonough, por un reparto que cumple y por escenas de arena que aprietan el pecho. No reinventa nada, pero cuando suena la campana de los ocho segundos, sí que aguanta. Ya en cines chilenos.
La nueva película de Mariano Cohn y Gastón Duprat (El ciudadano ilustre, Competencia oficial) nace de una idea de Guillermo Francella, quien deseaba realizar una cinta al estilo del clásico italiano Los monstruos (1963). EnHomo Argentum se presentan 16 historias de diversos géneros -algunas más extensas que otras- todas protagonizadas magistralmente por Francella. El actor despliega todo su histrionismo para encarnar distintos tipos de argentinos: chantas, tímidos, humildes, millonarios, estafadores y más. Cada segmento recorre los vicios de una sociedad, sus dilemas morales, contradicciones y bondades, invitándonos a reflexionar y también a reírnos de ellos, y de nosotros mismos. Aunque es un relato profundamente argentino, es inevitable que en varios pasajes podamos reconocernos. Desde un encantador estafador callejero, pasando por un presidente inepto, un dueño de casa fantoche, un padre viudo con hijos interesados y prejuiciosos, hasta un millonario que ayuda a un joven pobre por puro ego, cada historia tiene algo que decir. Más de una vez nos remitirá a una situación vivida o a alguien que seguramente conocemos. Amigueros, doble estándar, agrandados, futboleros, todos desfilan en sus casi dos horas de metraje. Técnicamente impecable, con un ritmo sostenido y cargada de placements, la película brilla con diálogos agudos, certeros y divertidos. Además, el elenco que acompaña a Francella es de primer nivel: Eva De Dominici (Patito feo, Sayen), Juan Luppi (Amapola), Dalma Maradona (Cebollitas), Graciela Stefani (Floricienta), el cantante Milo J, Vanessa González (Son de fierro) y Guillermo Arengo (La ira de Dios). La creatividad y precisión de la dupla Cohn-Duprat, sumadas al carisma y talento de Francella, son sinónimo de garantía. Ya lo demostraron en anteriores colaboraciones como en la película Mi obra maestra (muy recomendada) y en la exitosa serie de Disney+ El encargado, que va por su cuarta temporada. Una producción imperdible para disfrutar en pantalla grande desde el 14 de agosto.
Together: Juntos hasta la muerte combina romance, misterio, elementos sobrenaturales, ironía y body horror. Alison Brie y Dave Franco -con una gran química en pantalla- interpretan a una pareja disfuncional. Millie (Brie), maestra de primaria organizada y determinada, consigue trabajo en un pueblo apartado; mientras que Tim (Franco), músico sin éxito y eterno adolescente encantador, arrastra desde la infancia una fuerte ansiedad causada por un trauma familiar. Para que ella pueda desarrollarse profesionalmente, ambos se mudan a una casa en medio del bosque, aunque él no parece convencido de nada. En uno de sus días libres, deciden recorrer la localidad y terminan cayendo en un misterioso hoyo en el bosque, justo durante un repentino chaparrón. El lugar parece un templo hundido con un pequeño pozo de agua. Obligados a pasar la noche allí, beben de ese pozo y, al amanecer, descubren que sus pantorrillas están unidas por algo que parece pegamento. La separación es rápida, pero dolorosa. En los días siguientes, Tim se vuelve errático y cada vez más dependiente de Millie, al punto de asfixiarla. Ella encuentra amistad en un colega que vive en su vecindario, lo que perturba aún más a Tim. Pronto, la dependencia deja de ser unilateral y ambos comienzan a experimentar extrañas mutaciones y pensamientos que los unen físicamente de manera inevitable. Este primer largometraje del australiano Michael Shanks es una metáfora cruda sobre las relaciones de pareja: el miedo al compromiso, la pérdida de la individualidad y la angustia de no saber dónde termina uno y comienza el otro. Con una atmósfera enigmática y asfixiante, la cinta mantiene la tensión incluso cuando la trama se vuelve predecible. Si disfrutaste de La Sustancia o del cine de David Cronenberg, probablemente esta propuesta te atrape. A pesar de ciertos problemas de ritmo, Together logra ser una buena película que mezcla lo emocional con lo inquietante. En salas de cine del país desde el 14 de agosto.