La ópera prima de la actriz Paola Cortellesi tiene una tremenda carta de presentación. En octubre de 2023, la cinta “Siempre habrá un mañana” venció en Italia a los fenómenos mundiales “Barbie” y “Oppenheimer”, y se convirtió en la película más vista del año. Como si esto fuera poco, el largometraje se transformó en el film italiano dirigido por una mujer que más éxito ha tenido en el país. ¿Cómo esta película logró ganarle a dos gigantes de la industria del cine? El largometraje tiene varios elementos cautivantes. En primer lugar, es una cinta hermosa y tremendamente inspiradora que aborda un tema relevante: la violencia hacia la mujer y la vulneración de sus derechos durante los años 40'. Segundo, cuenta la historia en blanco y negro y fusiona en el relato el drama, la comedia y algunas escenas de coreografías propias de los musicales. Y por último y no menos importante, el elenco realizó un excelente trabajo actoral, sobre todo Paola Cortellesi, quien además de dirigir, protagoniza el film. Esta original película sigue la vida de Delia, una mujer que es golpeada sin piedad por su esposo Ivano. Durante años ha soportado el maltrato en silencio para proteger a sus hijos. En el vecindario todos saben el calvario que sufre, pero nadie hace nada, porque la violencia intrafamiliar está totalmente normalizada. Incluso la protagonista justifica a su agresor diciendo que se comporta así, porque fue a dos guerras. Delia también tiene que soportar a su suegro déspota, quien le dice que es una buena dueña de casa, pero que tiene que aprender a callarse. A pesar de que no se llevan bien, lo cuida, porque está postrado. Fuera de casa la situación no es muy diferente. En los cuatro trabajos part-time que tiene hay violencia de género y se manifiesta de distintas maneras. Por ejemplo, en el taller donde confecciona paraguas le pagan menos que a su compañero solo por ser mujer, en el edificio donde lava sábanas no la dejan usar el ascensor, en su trabajo como cuidadora de enfermos se da cuenta de que incluso en las familias adineradas los hombres no consideran la opinión de sus esposas, y en la tienda donde vende las prendas que hace en sus tiempos libres ve como a la dueña del local la miran en menos por ser mujer. Al llegar a casa, después de trabajar arduamente, Ivano le exige que le entregue el dinero que ganó. Dice que es para pagar las cuentas del hogar, pero usa parte de la plata para comprar alcohol. Su hija mayor Marcella (Romana Maggiora), también siente que sus derechos son vulnerados, especialmente por su padre, quien no la deja ir al colegio, pero a sus hermanos sí por ser hombres. Su única esperanza es casarse con su novio Giulio (Francesco Centorame), un joven de buena situación económica, porque cree que a su lado será libre. Después de un tiempo la protagonista se da cuenta que el muchacho es machista y agresivo y que si su hija contrae matrimonio con él repetirá el mismo patrón. Mientras Delia intenta salvar a Marcella recibe una misteriosa carta que la impulsa a pelear por los derechos de las mujeres con acciones concretas. Este documento le da un vuelco inesperado a la historia. Si bien la cinta aborda un tema fuerte, las imágenes no resultan chocantes, porque en las escenas de violencia intrafamiliar los golpes se representan con coreografías. Este recurso ayuda a graficar que el maltrato sigue latente y que se ha normalizado. La decisión de mostrar todo en blanco y negro también es un acierto, porque recuerda lo gris que se vuelve la vida cuando se viven situaciones de violencia. La exitosa película se comienza a exhibir en las salas de cine de nuestro país a partir de este jueves 27 de junio. Quienes vayan a verla no se arrepentirán, porque es una propuesta distinta, que atrapa a los espectadores desde los primeros minutos con su mensaje potente y bien contado.
Para muchos Semana Santa es sinónimo de una buena maratón de películas sobre la vida de Jesús. A algunos les encanta ver en estos días los grandes clásicos que renacen cada año durante esta festividad. Otros prefieren ver cintas nuevas o con un enfoque distinto. Si eres parte de este último grupo de personas, el largometrajeLa resurrección de Cristo del cineasta estadounidense Kevin Reynolds, es una excelente opción. El film es bastante original. Cuenta la historia de Jesús desde los ojos de Clavius, un oficial romano no creyente, a quien Poncio Pilato le pide que investigue la desaparición del cuerpo del Hijo de Dios antes de que se corra el rumor de que el Mesías ha resucitado y se produzca una revuelta en Jerusalén. A lo largo de la indagación, el soldado interroga a los discípulos, a María Magdalena y a los hombres que estaban cuidando la tumba. Todos confiesan que vieron al Maestro vivo. Después de escucharlos, Clavius piensa que están locos, porque él mismo estuvo presente en la crucifixión y vio cómo le atravesaban unos clavos gigantes en sus manos y pies. No cree ninguna de sus palabras, hasta que se encuentra cara a cara con Jesús y conversa con él. Luego de vivir esta experiencia que marca su vida para siempre, está en la encrucijada de entregar a los discípulos o convertirse en un seguidor de Cristo. La cinta tiene un giro interesante y un final inesperado. En este largometraje, estrenado en 2016, destaca la actuación de Joseph Fiennes, en su rol protagónico, la ambientación, el vestuario, y la creatividad del director para contar la historia de la resurrección de Jesús como no se había hecho antes. Este enfoque distinto le da la oportunidad a los espectadores de ponerse en el lugar de los soldados romanos que mataron al Hijo de Dios. La resurrección de Cristo dura casi dos horas y está disponible en Netflix.
La nueva colaboración del director Nikolaj Arcel y el actor Mads Mikkelsen no defrauda. En palabras simplesEl Bastardo es una joya cinematográfica que narra con magníficas actuaciones una historia envolvente llena de amor, misterio, acción, enemistad y esperanza. La película danesa sigue la vida de Ludvig Kahlen, un capitán retirado que a mediados del siglo XVIII logra que el rey le dé permiso para colonizar y cultivar las áridas tierras del páramo. Mientras trabaja a toda máquina para cumplir su objetivo, y con ello recibir el título real que tanto anhela, el malvado y ambicioso gobernante Frederik Schinkel intenta sobornarlo para que firme un documento que dice que el terreno es suyo, como no lo consigue, le declara la guerra y se encarga de hacerle la vida imposible. Cuando se entera que dos de sus ex empleados, que huyeron por malos tratos, están trabajando para Kahlen la situación empeora. La interpretación de Mads Mikkelsen es impecable. Su personaje tiene una evolución muy interesante. Al principio parece ser el malo de la película, porque se muestra indiferente, autoritario, incluso violento. Pero después de ver los primeros 30 minutos de la cinta, queda claro que es un héroe y no cualquiera, uno valiente y fiel a sus ideales que se enamora de Ann Barbara ( Amanda Collin), su criada, y adopta a una niña que fue vendida por sus padres. Simon Bennebjerg no se queda atrás, encarna con precisión y naturalidad al villano Frederik Schinkel. La historia está tan bien contada, que en los momentos de sufrimiento, el dolor traspasa la pantalla. Hay una escena desgarradora, en la que el antagonista manda a sus hombres a matar a uno de sus ex trabajadores tirándole agua hirviendo. Las imágenes son tan fuertes, que se siente la agonía del personaje. De hecho, se forma una especie de hoyo en el estómago. Pero no todo es tristeza, El Bastardo también regala a los espectadores alegrías y romance. La ambientación de la película está muy bien lograda. Definitivamente, uno se transporta al siglo XVIII. Los paisajes, los edificios medievales y la vestimenta parecen muy reales. Sin duda, esto refuerza la historia y le da credibilidad. Las diferencias de clase, la esclavitud, el racismo, la lucha por el poder y la migración gitana son algunos de los temas que aborda este largometraje, basado en hechos reales. El film dura poco más de dos horas, pero es tan bueno y cautivador que no se siente largo. En todo caso, es un tiempo bien invertido, porque El Bastardo es un peliculón. Cien por ciento recomendado.
Emocionante, profunda, conmovedora, y de una narrativa bella y delicada. Así es “The Quiet Girl”, ópera prima del director irlandés Colm Bairéad, que fue nominada a Mejor Película Internacional en los Premios Oscar 2023 y que este jueves 7 de marzo llega a los cines chilenos. El largometraje, basado en el libro Tres luces de Claire Keegan, cuenta la historia de Cáit ( Catherine Clinch), una introvertida niña de nueve años que se siente sola y excluida, porque sus padres ( Kate Nic Chonaonaigh y Michael Patric) no le dan el cuidado y atención que necesita y sus hermanos la consideran un bicho raro por hablar lo justo y necesario. En sus silencios esconde algunos secretos de su papá, quien se preocupa más de gastar el dinero en alcohol que en sacar adelante a su numerosa familia. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, la pequeña es enviada a vivir con unos parientes lejanos completamente desconocidos para ella: Eibhlín ( Carrie Crowley), y su esposo granjero Seán ( Andrew Bennett). Sus progenitores no le preguntan si quiere quedarse con ellos. Tampoco le dicen cuándo volverá a casa. Ante sus ojos todo es un misterio. Afortunadamente, su nueva familia le entrega el amor que tanto le hace falta y sus heridas empiezan a sanar, incluso se vuelve más habladora. Su presencia ayuda a sus padres adoptivos a llenar el vacío que dejó la muerte de su pequeño hijo. La historia tiene un final muy conmovedor e inesperado. Con excelentes actuacionesThe Quiet Girl aborda de manera emotiva, pero sin caer en el sensacionalismo el desapego, el duelo, las heridas de infancia y la indiferencia de los padres hacia los hijos. La cinta, ambientada en los años 80' en un pueblo de Irlanda, es visualmente hermosa. Las imágenes de la naturaleza son preciosas. El film invita a reflexionar sobre la tremenda responsabilidad que implica ser padres, porque si no se entrega el cariño, contención y cuidados que los hijos requieren, estos crecen con traumas. Además, destaca que solo con amor se puede sanar un corazón roto. ¿Estás buscando una buena película para ver estos días? The Quiet Girl es una excelente opción.
¿Se puede vivir en plenitud si no se sanan los traumas que se experimentaron en la niñez?, ¿Qué tanto pueden afectar las heridas de la infancia? En estas preguntas ahonda la nueva película del director británico Andrew Haigh Todos somos extraños, que se empezó a exhibir este jueves 29 de febrero en las salas de cine de nuestro país. El film, basado en la novela “Strangers” de Taichi Yamada, sigue la vida de Adam ( Andrew Scott), un solitario escritor de televisión que vive en Londres y que tiene un romance con un vecino llamado Harry ( Paul Mescal). Mientras la relación entre ambos se fortalece, el protagonista intenta escribir sobre sus padres ( Claire Foy y Jamie Bell), quienes fallecieron en un accidente cuando él tenía 12 años, pero las palabras no afloran. Esto lo lleva a visitar constantemente la casa donde vivió con ellos. Cada vez que está en esa vivienda que fue su hogar ocurre algo muy misterioso: ve a sus progenitores con la misma edad que tenían cuando murieron y habla con ellos de los recuerdos de la infancia y de su vida de adulto. Los diálogos que establecen son muy profundos. Adam le cuenta a sus papás que es gay. Su madre al principio queda desconcertada, pero finalmente lo acepta. Su padre no se sorprende tanto, porque dice que lo sospechaba. A raíz de esta confesión conversan sobre algunos sucesos de su niñez relacionados con su orientación sexual. Por ejemplo, el joven le dice a su padre que sus compañeros le hacían bullying en el colegio, a lo que él responde, que si hubiese ido a su escuela él también lo habría molestado. Así salen a la luz los traumas que el protagonista vivió y que actualmente lo atormentan. En ese emocionante y conmovedor viaje que realiza con sus padres, recibe los abrazos, la contención y el apoyo que no tuvo cuando era pequeño. Todas las conversaciones parecen estar solo en su mente, ser producto de su imaginación o de un sueño, pero se ven muy reales. Harry también necesita sanar a su niño interior, ya que sus papás a lo largo de su vida lo han excluido por su orientación sexual. De esas heridas que todavía permanecen abiertas habla con Adam y en lugar de debilitar la relación, la fortalece. Esta singular e inquietante cinta nos muestra que todas las personas vivimos situaciones dolorosas en la infancia que nos dejan heridas y que si no las tratamos nos afectarán en la vida adulta en mayor o menor medida. El film también nos recuerda que es necesario superar esos traumas, porque de lo contrario siempre estarán rondando como fantasmas que nos impiden vivir tranquilos y felices. En cuanto a las actuaciones, el buen trabajo del elenco permite que los espectadores se sientan identificados con los personajes, sobre todo en los momentos más sensibles. La música también aporta lo suyo. Agrega intriga, tristeza, miedo y nostalgia. Quienes tengan la posibilidad de verla, háganlo, porque es una emocionante película que deja una gran moraleja.
La ópera prima de la actriz Paola Cortellesi tiene una tremenda carta de presentación. En octubre de 2023, la cinta “Siempre habrá un mañana” venció en Italia a los fenómenos mundiales “Barbie” y “Oppenheimer”, y se convirtió en la película más vista del año. Como si esto fuera poco, el largometraje se transformó en el film italiano dirigido por una mujer que más éxito ha tenido en el país. ¿Cómo esta película logró ganarle a dos gigantes de la industria del cine? El largometraje tiene varios elementos cautivantes. En primer lugar, es una cinta hermosa y tremendamente inspiradora que aborda un tema relevante: la violencia hacia la mujer y la vulneración de sus derechos durante los años 40'. Segundo, cuenta la historia en blanco y negro y fusiona en el relato el drama, la comedia y algunas escenas de coreografías propias de los musicales. Y por último y no menos importante, el elenco realizó un excelente trabajo actoral, sobre todo Paola Cortellesi, quien además de dirigir, protagoniza el film. Esta original película sigue la vida de Delia, una mujer que es golpeada sin piedad por su esposo Ivano. Durante años ha soportado el maltrato en silencio para proteger a sus hijos. En el vecindario todos saben el calvario que sufre, pero nadie hace nada, porque la violencia intrafamiliar está totalmente normalizada. Incluso la protagonista justifica a su agresor diciendo que se comporta así, porque fue a dos guerras. Delia también tiene que soportar a su suegro déspota, quien le dice que es una buena dueña de casa, pero que tiene que aprender a callarse. A pesar de que no se llevan bien, lo cuida, porque está postrado. Fuera de casa la situación no es muy diferente. En los cuatro trabajos part-time que tiene hay violencia de género y se manifiesta de distintas maneras. Por ejemplo, en el taller donde confecciona paraguas le pagan menos que a su compañero solo por ser mujer, en el edificio donde lava sábanas no la dejan usar el ascensor, en su trabajo como cuidadora de enfermos se da cuenta de que incluso en las familias adineradas los hombres no consideran la opinión de sus esposas, y en la tienda donde vende las prendas que hace en sus tiempos libres ve como a la dueña del local la miran en menos por ser mujer. Al llegar a casa, después de trabajar arduamente, Ivano le exige que le entregue el dinero que ganó. Dice que es para pagar las cuentas del hogar, pero usa parte de la plata para comprar alcohol. Su hija mayor Marcella (Romana Maggiora), también siente que sus derechos son vulnerados, especialmente por su padre, quien no la deja ir al colegio, pero a sus hermanos sí por ser hombres. Su única esperanza es casarse con su novio Giulio (Francesco Centorame), un joven de buena situación económica, porque cree que a su lado será libre. Después de un tiempo la protagonista se da cuenta que el muchacho es machista y agresivo y que si su hija contrae matrimonio con él repetirá el mismo patrón. Mientras Delia intenta salvar a Marcella recibe una misteriosa carta que la impulsa a pelear por los derechos de las mujeres con acciones concretas. Este documento le da un vuelco inesperado a la historia. Si bien la cinta aborda un tema fuerte, las imágenes no resultan chocantes, porque en las escenas de violencia intrafamiliar los golpes se representan con coreografías. Este recurso ayuda a graficar que el maltrato sigue latente y que se ha normalizado. La decisión de mostrar todo en blanco y negro también es un acierto, porque recuerda lo gris que se vuelve la vida cuando se viven situaciones de violencia. La exitosa película se comienza a exhibir en las salas de cine de nuestro país a partir de este jueves 27 de junio. Quienes vayan a verla no se arrepentirán, porque es una propuesta distinta, que atrapa a los espectadores desde los primeros minutos con su mensaje potente y bien contado.
Para muchos Semana Santa es sinónimo de una buena maratón de películas sobre la vida de Jesús. A algunos les encanta ver en estos días los grandes clásicos que renacen cada año durante esta festividad. Otros prefieren ver cintas nuevas o con un enfoque distinto. Si eres parte de este último grupo de personas, el largometrajeLa resurrección de Cristo del cineasta estadounidense Kevin Reynolds, es una excelente opción. El film es bastante original. Cuenta la historia de Jesús desde los ojos de Clavius, un oficial romano no creyente, a quien Poncio Pilato le pide que investigue la desaparición del cuerpo del Hijo de Dios antes de que se corra el rumor de que el Mesías ha resucitado y se produzca una revuelta en Jerusalén. A lo largo de la indagación, el soldado interroga a los discípulos, a María Magdalena y a los hombres que estaban cuidando la tumba. Todos confiesan que vieron al Maestro vivo. Después de escucharlos, Clavius piensa que están locos, porque él mismo estuvo presente en la crucifixión y vio cómo le atravesaban unos clavos gigantes en sus manos y pies. No cree ninguna de sus palabras, hasta que se encuentra cara a cara con Jesús y conversa con él. Luego de vivir esta experiencia que marca su vida para siempre, está en la encrucijada de entregar a los discípulos o convertirse en un seguidor de Cristo. La cinta tiene un giro interesante y un final inesperado. En este largometraje, estrenado en 2016, destaca la actuación de Joseph Fiennes, en su rol protagónico, la ambientación, el vestuario, y la creatividad del director para contar la historia de la resurrección de Jesús como no se había hecho antes. Este enfoque distinto le da la oportunidad a los espectadores de ponerse en el lugar de los soldados romanos que mataron al Hijo de Dios. La resurrección de Cristo dura casi dos horas y está disponible en Netflix.
La nueva colaboración del director Nikolaj Arcel y el actor Mads Mikkelsen no defrauda. En palabras simplesEl Bastardo es una joya cinematográfica que narra con magníficas actuaciones una historia envolvente llena de amor, misterio, acción, enemistad y esperanza. La película danesa sigue la vida de Ludvig Kahlen, un capitán retirado que a mediados del siglo XVIII logra que el rey le dé permiso para colonizar y cultivar las áridas tierras del páramo. Mientras trabaja a toda máquina para cumplir su objetivo, y con ello recibir el título real que tanto anhela, el malvado y ambicioso gobernante Frederik Schinkel intenta sobornarlo para que firme un documento que dice que el terreno es suyo, como no lo consigue, le declara la guerra y se encarga de hacerle la vida imposible. Cuando se entera que dos de sus ex empleados, que huyeron por malos tratos, están trabajando para Kahlen la situación empeora. La interpretación de Mads Mikkelsen es impecable. Su personaje tiene una evolución muy interesante. Al principio parece ser el malo de la película, porque se muestra indiferente, autoritario, incluso violento. Pero después de ver los primeros 30 minutos de la cinta, queda claro que es un héroe y no cualquiera, uno valiente y fiel a sus ideales que se enamora de Ann Barbara ( Amanda Collin), su criada, y adopta a una niña que fue vendida por sus padres. Simon Bennebjerg no se queda atrás, encarna con precisión y naturalidad al villano Frederik Schinkel. La historia está tan bien contada, que en los momentos de sufrimiento, el dolor traspasa la pantalla. Hay una escena desgarradora, en la que el antagonista manda a sus hombres a matar a uno de sus ex trabajadores tirándole agua hirviendo. Las imágenes son tan fuertes, que se siente la agonía del personaje. De hecho, se forma una especie de hoyo en el estómago. Pero no todo es tristeza, El Bastardo también regala a los espectadores alegrías y romance. La ambientación de la película está muy bien lograda. Definitivamente, uno se transporta al siglo XVIII. Los paisajes, los edificios medievales y la vestimenta parecen muy reales. Sin duda, esto refuerza la historia y le da credibilidad. Las diferencias de clase, la esclavitud, el racismo, la lucha por el poder y la migración gitana son algunos de los temas que aborda este largometraje, basado en hechos reales. El film dura poco más de dos horas, pero es tan bueno y cautivador que no se siente largo. En todo caso, es un tiempo bien invertido, porque El Bastardo es un peliculón. Cien por ciento recomendado.
Emocionante, profunda, conmovedora, y de una narrativa bella y delicada. Así es “The Quiet Girl”, ópera prima del director irlandés Colm Bairéad, que fue nominada a Mejor Película Internacional en los Premios Oscar 2023 y que este jueves 7 de marzo llega a los cines chilenos. El largometraje, basado en el libro Tres luces de Claire Keegan, cuenta la historia de Cáit ( Catherine Clinch), una introvertida niña de nueve años que se siente sola y excluida, porque sus padres ( Kate Nic Chonaonaigh y Michael Patric) no le dan el cuidado y atención que necesita y sus hermanos la consideran un bicho raro por hablar lo justo y necesario. En sus silencios esconde algunos secretos de su papá, quien se preocupa más de gastar el dinero en alcohol que en sacar adelante a su numerosa familia. Cuando llega el verano y se acerca la fecha del parto de su madre, la pequeña es enviada a vivir con unos parientes lejanos completamente desconocidos para ella: Eibhlín ( Carrie Crowley), y su esposo granjero Seán ( Andrew Bennett). Sus progenitores no le preguntan si quiere quedarse con ellos. Tampoco le dicen cuándo volverá a casa. Ante sus ojos todo es un misterio. Afortunadamente, su nueva familia le entrega el amor que tanto le hace falta y sus heridas empiezan a sanar, incluso se vuelve más habladora. Su presencia ayuda a sus padres adoptivos a llenar el vacío que dejó la muerte de su pequeño hijo. La historia tiene un final muy conmovedor e inesperado. Con excelentes actuacionesThe Quiet Girl aborda de manera emotiva, pero sin caer en el sensacionalismo el desapego, el duelo, las heridas de infancia y la indiferencia de los padres hacia los hijos. La cinta, ambientada en los años 80' en un pueblo de Irlanda, es visualmente hermosa. Las imágenes de la naturaleza son preciosas. El film invita a reflexionar sobre la tremenda responsabilidad que implica ser padres, porque si no se entrega el cariño, contención y cuidados que los hijos requieren, estos crecen con traumas. Además, destaca que solo con amor se puede sanar un corazón roto. ¿Estás buscando una buena película para ver estos días? The Quiet Girl es una excelente opción.
¿Se puede vivir en plenitud si no se sanan los traumas que se experimentaron en la niñez?, ¿Qué tanto pueden afectar las heridas de la infancia? En estas preguntas ahonda la nueva película del director británico Andrew Haigh Todos somos extraños, que se empezó a exhibir este jueves 29 de febrero en las salas de cine de nuestro país. El film, basado en la novela “Strangers” de Taichi Yamada, sigue la vida de Adam ( Andrew Scott), un solitario escritor de televisión que vive en Londres y que tiene un romance con un vecino llamado Harry ( Paul Mescal). Mientras la relación entre ambos se fortalece, el protagonista intenta escribir sobre sus padres ( Claire Foy y Jamie Bell), quienes fallecieron en un accidente cuando él tenía 12 años, pero las palabras no afloran. Esto lo lleva a visitar constantemente la casa donde vivió con ellos. Cada vez que está en esa vivienda que fue su hogar ocurre algo muy misterioso: ve a sus progenitores con la misma edad que tenían cuando murieron y habla con ellos de los recuerdos de la infancia y de su vida de adulto. Los diálogos que establecen son muy profundos. Adam le cuenta a sus papás que es gay. Su madre al principio queda desconcertada, pero finalmente lo acepta. Su padre no se sorprende tanto, porque dice que lo sospechaba. A raíz de esta confesión conversan sobre algunos sucesos de su niñez relacionados con su orientación sexual. Por ejemplo, el joven le dice a su padre que sus compañeros le hacían bullying en el colegio, a lo que él responde, que si hubiese ido a su escuela él también lo habría molestado. Así salen a la luz los traumas que el protagonista vivió y que actualmente lo atormentan. En ese emocionante y conmovedor viaje que realiza con sus padres, recibe los abrazos, la contención y el apoyo que no tuvo cuando era pequeño. Todas las conversaciones parecen estar solo en su mente, ser producto de su imaginación o de un sueño, pero se ven muy reales. Harry también necesita sanar a su niño interior, ya que sus papás a lo largo de su vida lo han excluido por su orientación sexual. De esas heridas que todavía permanecen abiertas habla con Adam y en lugar de debilitar la relación, la fortalece. Esta singular e inquietante cinta nos muestra que todas las personas vivimos situaciones dolorosas en la infancia que nos dejan heridas y que si no las tratamos nos afectarán en la vida adulta en mayor o menor medida. El film también nos recuerda que es necesario superar esos traumas, porque de lo contrario siempre estarán rondando como fantasmas que nos impiden vivir tranquilos y felices. En cuanto a las actuaciones, el buen trabajo del elenco permite que los espectadores se sientan identificados con los personajes, sobre todo en los momentos más sensibles. La música también aporta lo suyo. Agrega intriga, tristeza, miedo y nostalgia. Quienes tengan la posibilidad de verla, háganlo, porque es una emocionante película que deja una gran moraleja.