Nápoles es reconocida como la ciudad en que nació uno de los platos más populares del mundo, la pizza, y también por tener una amplísima oferta de restaurantes y las tradicionales trattorias. Pero dentro de las posibilidades que ofrece la capital de la región de Campania, existe una rama de la gastronomía que es la predilecta de viajeros que, por razones de presupuesto y/o de tiempo, prefieren comer algo rápido en la calle: la comida callejera. Y si eres uno de estos viajeros, Nápoles es el paraíso, puesto que su Street Food combina tres importantes características: innumerables opciones, precios bajos y productos de calidad tan buena como la de cualquier establecimiento de mantel largo. Pasamos, a continuación, a ver algunas de las comidas más tradicionales que puedes encontrar en los múltiples locales que prácticamente “decoraran” las principales (y las no tanto) calles napolitanas. No solo existe la pizza redonda típica (en Nápoles, la pizza es considerada un alimento popular, por lo que la puedes encontrar a bajo precio) que puedes comer en la calle, sino también una serie de tipos de pizza hechas para el consumo en cualquier lugar, sin necesidad de una mesa ni cubiertos. Comenzamos por la llamada pizza portafoglio, una pizza redonda de diámetro inferior a las que se sirven al plato, y que te pasan doblada en cuatro con un papel. Generalmente solo viene con tomate y queso fior di latte. Comimos una en la pizzería Tutino dal 1935 (Cesare Carmignano n°79); si bien no se encuentra en la zona más turística de la ciudad, ofrece una portafoglio recomendada por los propios napolitanos…y no se equivocan. También puedes optar por una pizza frita: con la forma de nuestra empanada, pero con masa de pizza. La típica contiene, además del tradicional tomate, queso fior di latte y cerdo, queso ricota. Esta se encuentra en todas las pizzerías, que al igual que la pizza portafoglio, es ofrecida en unos pequeños quioscos que generalmente se ubican en las entradas de los establecimientos. También puedes elegir por comer una pizza montanara, una pizzeta redonda con masa de pizza frita, que se complementa con tomate, queso y albahaca. Nosotros probamos la de la pizzería de Michele Tutino (Via Toledo n° 251) y no nos decepcionó. Al igual que en toda Italia, en Nápoles encuentras la famosa pizza al taglio, al corte, tan famosa en Roma. Pero en la ciudad donde Maradona es D10S, la vas a encontrar con el nombre de focaccia napoletana, distinguiéndose de la pizza napolitana auténtica redonda. Parecida a esta “focaccia” también puedes comer una pizza parigina, que, en términos generales, es una variación de este trozo de pizza cortado desde una plancha. La parigina básicamente es una focaccia, pero cubierto con una delgada masa de hojaldre, algo así como una pizza cubierta. Si te gustan las frituras, Nápoles ofrece una serie de productos especialmente en las llamadas Friggitorias, en las cuales puedes encontrar croquetas de papa, arancinos, conos con producto del mar fritos (llamado cuoppo) y fritos de pasta. Recomendamos una de las opciones de fritos más famosas, la frittatina, que contiene, además de los fideos, bechamel, jamón y arvejas. Para el último, dejamos para el final la comida callejera que más nos gustó en nuestra visita a Nápoles: el cuzzetiello. Es una especie de sándwich hecho en un pan llamado cafone, de corteza dura, alargada, al cual se le saca toda la miga para ser rellenado. Las opciones para rellenarlo son múltiples, pero una de las más tradicionales, y que recomiendo mucho, es el cuzzetiello con ragú napolitano con polpette (albóndigas) de vacuno. Creo que es, aparte de las pizzas que son sencillamente espectaculares, un imperdible si vas a Nápoles. Nosotros fuimos a un local que, si bien se encontraba a varias cuadras del terminal central de trenes de la ciudad, es recomendadísimo por los habitantes de la ciudad. Su nombre, O Cuzzetiello (Rimini n°51). Si quieres ver muchas de estas comidas especiales para comer en cualquier lado, te invitamos a ver este video. Para conocer más, revisa el más reciente episodio de En Palco Condimenta.
The Boy (El Niño) es una película estadounidense del año 2016, dirigida por William Brent Bell y protagonizada por Lauren Cohan (la popular Maggie de la serie The Walking Dead), en la cual interpreta a Greta, una joven que viaja hasta Inglaterra para trabajar como niñera. Una vez que esta llega a su nuevo lugar de trabajo, una casa antigua, habitada por una pareja de la tercera edad, estos le encomiendan el cuidado de su pequeño hijo Brahms, indicándole una serie de reglas que le suplican cumpla a cabalidad. Hasta ahí no hay nada raro, hasta que le presentan al niño, quien resulta ser un muñeco. La protagonista cumple la extraña labor de cuidar al muñeco como si fuera un ser humano, pero todo comienza a cambiar cuando los dueños de casa se van de viaje. Desde ese minuto, la joven Greta no se ve obligada a cumplir con los estrictos cuidados a Brahms, pero comienza a sentir que no está sola, que el muñeco tiene vida. Inicia así un verdadero acoso a la cuidadora que, poco a poco, intenta dilucidar que es lo que está pasando en realidad. The Boy es una película de misterio con escenas de terror bien construidas que no devela el enigma sino hasta el final, además de contar con muchas escenas donde la tensión y la sorpresa invaden al espectador. Es una película corta (un poco más de una hora y media), pero que entretiene. Y sale de los cánones de la típica cinta en donde lo sobrenatural agobia a los protagonistas, muy de moda en muchas producciones cinematográficas de este comienzo de siglo, por lo cual te la recomiendo para este Halloween. Disponible en Netflix y en Prime Video, en esta última plataforma sólo está para arriendo.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.
“Teniente Hernán Merino: centinela de la frontera”, marca el regreso de Guillermo Parvex a la no ficción tras sus exitosas novelas históricas. En esta ocasión, el escritor de “Un veterano de tres guerras”, nos adentra en los acontecimientos que terminaron con el ataque de parte de tropas argentinas a una patrulla de carabineros en la zona llamada Laguna del Desierto, en la región de Aysén. Los hechos, acaecidos en 1965, fueron el inicio de la pérdida total de ese territorio por parte de Chile, cuestión que se consolidó en 1991. En conversación con En Palco, Parvex nos indicó los dos propósitos principales al escribir este libro. En primer lugar, dar a conocer el origen del conflicto y, en segundo lugar, rescatar la memoria del teniente Merino y de los otros carabineros que valientemente, y con el objetivo de resguardar a los conciudadanos que habitaban la zona, permanecieron custodiándola en precarias condiciones materiales. Nos haremos cargo de ambos objetivos. El escritor detalla, como es habitual en sus investigaciones, de manera completa y rigurosa todos los acontecimientos relevantes que se sucedieron, casi de manera dramática, y que terminaron con el fatal desenlace. La tesis del autor, refrendada por los hechos, establece la existencia de una conspiración militarista argentina, que con fines de política interna, buscaban distanciar a los gobiernos de Chile y Argentina, que en ese momento estaban encabezados por Eduardo Frei Montalva y por Arturo Illia, respectivamente. El movimiento de tropas argentinas desde Buenos Aires hacia una base a pocos kilómetros del improvisado puesto de avanzada de Carabineros, a pesar de haber sido informado a las autoridades, no cambió la actitud timorata del gobierno chileno, incluso desoyendo las advertencias de las Fuerzas Armadas y de Orden. En este contexto de decisión de los militares argentinos, y de indeterminación por parte de los políticos chilenos, se produjo el ataque de una centena de gendarmes argentinos contra cuatro carabineros, los cuales al momento del ataque no portaban armas. Pero el aporte de Parvex a través de su investigación también abarca el lado humano de los carabineros que, dejados a su suerte por el Gobierno de la época, tuvieron que enfrentar este ataque en suelo nacional. Con su pluma característica, el autor recrea los diálogos de los protagonistas de estos amargos hechos, camino muy bien escogido para dar a conocer al lector datos biográficos de estos, en especial de los seis carabineros que permanecieron en el puesto de avanzada hasta ser atacados. Entre ellos destaca la figura del teniente Hernán Merino, quien contaba a la fecha con una serie de actuaciones valerosas que implicaron salvar vidas. Por ello fue un oficial distinguido y respetado, tanto por la institución como por los ciudadanos que conocieron sus virtudes humanas. De ahí que Parvex habla de él como un “Héroe de paz”, rindiendo merecido y justo homenaje a alguien que hizo de la ayuda al prójimo una verdadera vocación. Si quieres conocer más sobre este nuevo libro, te invitamos a ver en el siguiente video la conversación que tuvimos con don Guillermo.
Nápoles es reconocida como la ciudad en que nació uno de los platos más populares del mundo, la pizza, y también por tener una amplísima oferta de restaurantes y las tradicionales trattorias. Pero dentro de las posibilidades que ofrece la capital de la región de Campania, existe una rama de la gastronomía que es la predilecta de viajeros que, por razones de presupuesto y/o de tiempo, prefieren comer algo rápido en la calle: la comida callejera. Y si eres uno de estos viajeros, Nápoles es el paraíso, puesto que su Street Food combina tres importantes características: innumerables opciones, precios bajos y productos de calidad tan buena como la de cualquier establecimiento de mantel largo. Pasamos, a continuación, a ver algunas de las comidas más tradicionales que puedes encontrar en los múltiples locales que prácticamente “decoraran” las principales (y las no tanto) calles napolitanas. No solo existe la pizza redonda típica (en Nápoles, la pizza es considerada un alimento popular, por lo que la puedes encontrar a bajo precio) que puedes comer en la calle, sino también una serie de tipos de pizza hechas para el consumo en cualquier lugar, sin necesidad de una mesa ni cubiertos. Comenzamos por la llamada pizza portafoglio, una pizza redonda de diámetro inferior a las que se sirven al plato, y que te pasan doblada en cuatro con un papel. Generalmente solo viene con tomate y queso fior di latte. Comimos una en la pizzería Tutino dal 1935 (Cesare Carmignano n°79); si bien no se encuentra en la zona más turística de la ciudad, ofrece una portafoglio recomendada por los propios napolitanos…y no se equivocan. También puedes optar por una pizza frita: con la forma de nuestra empanada, pero con masa de pizza. La típica contiene, además del tradicional tomate, queso fior di latte y cerdo, queso ricota. Esta se encuentra en todas las pizzerías, que al igual que la pizza portafoglio, es ofrecida en unos pequeños quioscos que generalmente se ubican en las entradas de los establecimientos. También puedes elegir por comer una pizza montanara, una pizzeta redonda con masa de pizza frita, que se complementa con tomate, queso y albahaca. Nosotros probamos la de la pizzería de Michele Tutino (Via Toledo n° 251) y no nos decepcionó. Al igual que en toda Italia, en Nápoles encuentras la famosa pizza al taglio, al corte, tan famosa en Roma. Pero en la ciudad donde Maradona es D10S, la vas a encontrar con el nombre de focaccia napoletana, distinguiéndose de la pizza napolitana auténtica redonda. Parecida a esta “focaccia” también puedes comer una pizza parigina, que, en términos generales, es una variación de este trozo de pizza cortado desde una plancha. La parigina básicamente es una focaccia, pero cubierto con una delgada masa de hojaldre, algo así como una pizza cubierta. Si te gustan las frituras, Nápoles ofrece una serie de productos especialmente en las llamadas Friggitorias, en las cuales puedes encontrar croquetas de papa, arancinos, conos con producto del mar fritos (llamado cuoppo) y fritos de pasta. Recomendamos una de las opciones de fritos más famosas, la frittatina, que contiene, además de los fideos, bechamel, jamón y arvejas. Para el último, dejamos para el final la comida callejera que más nos gustó en nuestra visita a Nápoles: el cuzzetiello. Es una especie de sándwich hecho en un pan llamado cafone, de corteza dura, alargada, al cual se le saca toda la miga para ser rellenado. Las opciones para rellenarlo son múltiples, pero una de las más tradicionales, y que recomiendo mucho, es el cuzzetiello con ragú napolitano con polpette (albóndigas) de vacuno. Creo que es, aparte de las pizzas que son sencillamente espectaculares, un imperdible si vas a Nápoles. Nosotros fuimos a un local que, si bien se encontraba a varias cuadras del terminal central de trenes de la ciudad, es recomendadísimo por los habitantes de la ciudad. Su nombre, O Cuzzetiello (Rimini n°51). Si quieres ver muchas de estas comidas especiales para comer en cualquier lado, te invitamos a ver este video. Para conocer más, revisa el más reciente episodio de En Palco Condimenta.
The Boy (El Niño) es una película estadounidense del año 2016, dirigida por William Brent Bell y protagonizada por Lauren Cohan (la popular Maggie de la serie The Walking Dead), en la cual interpreta a Greta, una joven que viaja hasta Inglaterra para trabajar como niñera. Una vez que esta llega a su nuevo lugar de trabajo, una casa antigua, habitada por una pareja de la tercera edad, estos le encomiendan el cuidado de su pequeño hijo Brahms, indicándole una serie de reglas que le suplican cumpla a cabalidad. Hasta ahí no hay nada raro, hasta que le presentan al niño, quien resulta ser un muñeco. La protagonista cumple la extraña labor de cuidar al muñeco como si fuera un ser humano, pero todo comienza a cambiar cuando los dueños de casa se van de viaje. Desde ese minuto, la joven Greta no se ve obligada a cumplir con los estrictos cuidados a Brahms, pero comienza a sentir que no está sola, que el muñeco tiene vida. Inicia así un verdadero acoso a la cuidadora que, poco a poco, intenta dilucidar que es lo que está pasando en realidad. The Boy es una película de misterio con escenas de terror bien construidas que no devela el enigma sino hasta el final, además de contar con muchas escenas donde la tensión y la sorpresa invaden al espectador. Es una película corta (un poco más de una hora y media), pero que entretiene. Y sale de los cánones de la típica cinta en donde lo sobrenatural agobia a los protagonistas, muy de moda en muchas producciones cinematográficas de este comienzo de siglo, por lo cual te la recomiendo para este Halloween. Disponible en Netflix y en Prime Video, en esta última plataforma sólo está para arriendo.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.
“Teniente Hernán Merino: centinela de la frontera”, marca el regreso de Guillermo Parvex a la no ficción tras sus exitosas novelas históricas. En esta ocasión, el escritor de “Un veterano de tres guerras”, nos adentra en los acontecimientos que terminaron con el ataque de parte de tropas argentinas a una patrulla de carabineros en la zona llamada Laguna del Desierto, en la región de Aysén. Los hechos, acaecidos en 1965, fueron el inicio de la pérdida total de ese territorio por parte de Chile, cuestión que se consolidó en 1991. En conversación con En Palco, Parvex nos indicó los dos propósitos principales al escribir este libro. En primer lugar, dar a conocer el origen del conflicto y, en segundo lugar, rescatar la memoria del teniente Merino y de los otros carabineros que valientemente, y con el objetivo de resguardar a los conciudadanos que habitaban la zona, permanecieron custodiándola en precarias condiciones materiales. Nos haremos cargo de ambos objetivos. El escritor detalla, como es habitual en sus investigaciones, de manera completa y rigurosa todos los acontecimientos relevantes que se sucedieron, casi de manera dramática, y que terminaron con el fatal desenlace. La tesis del autor, refrendada por los hechos, establece la existencia de una conspiración militarista argentina, que con fines de política interna, buscaban distanciar a los gobiernos de Chile y Argentina, que en ese momento estaban encabezados por Eduardo Frei Montalva y por Arturo Illia, respectivamente. El movimiento de tropas argentinas desde Buenos Aires hacia una base a pocos kilómetros del improvisado puesto de avanzada de Carabineros, a pesar de haber sido informado a las autoridades, no cambió la actitud timorata del gobierno chileno, incluso desoyendo las advertencias de las Fuerzas Armadas y de Orden. En este contexto de decisión de los militares argentinos, y de indeterminación por parte de los políticos chilenos, se produjo el ataque de una centena de gendarmes argentinos contra cuatro carabineros, los cuales al momento del ataque no portaban armas. Pero el aporte de Parvex a través de su investigación también abarca el lado humano de los carabineros que, dejados a su suerte por el Gobierno de la época, tuvieron que enfrentar este ataque en suelo nacional. Con su pluma característica, el autor recrea los diálogos de los protagonistas de estos amargos hechos, camino muy bien escogido para dar a conocer al lector datos biográficos de estos, en especial de los seis carabineros que permanecieron en el puesto de avanzada hasta ser atacados. Entre ellos destaca la figura del teniente Hernán Merino, quien contaba a la fecha con una serie de actuaciones valerosas que implicaron salvar vidas. Por ello fue un oficial distinguido y respetado, tanto por la institución como por los ciudadanos que conocieron sus virtudes humanas. De ahí que Parvex habla de él como un “Héroe de paz”, rindiendo merecido y justo homenaje a alguien que hizo de la ayuda al prójimo una verdadera vocación. Si quieres conocer más sobre este nuevo libro, te invitamos a ver en el siguiente video la conversación que tuvimos con don Guillermo.