“Barbie” es entretenida, sin dudas, y parece no tomarse tan en serio a sí misma. Está llena de color, gags, música contagiosa, frivolidad, pero también carga con un poco de drama, de existencialismo, y de crítica al machismo, al feminismo extremo y al consumismo. 

Nos habla de los inicios de la muñeca, pero también cuestiona los errores que se han cometido con ella a lo largo de los años. La devuelve a su sitial de icono de la cultura pop y homenajea a su creadora Ruth Handler. 

El estereotipo de la clásica Barbie (Margot Robbie) comienza a cuestionarse ciertas cosas, dejando de lado la vida alegre y perfecta que todos en Barbieland tienen. Una tierra donde las Barbies de todo tipo dominan su mundo, y los Ken son un mero accesorio. Cuando nuestra protagonista sufre cambios físicos debido a sus reflexiones existencialistas, se le recomienda visitar a la Barbie Rarita (Kate McKinnon), la clásica muñeca maltratada por la niña que jugaba con ella, que se ha vuelto en una suerte de sabia discriminada por el resto por su falta de belleza, quien le aconseja ir al mundo real para encontrar las respuestas necesarias en la persona que posee su muñeca, pues hay una estrecha relación entre la dueña y su Barbie. 

Desde que ella pone un pie en Los Angeles, junto a su correspondiente Ken (Ryan Gosling), el que se metió de polizonte en su auto, la percepción de la existencia de ambos cambiará para siempre, y afectará la vida tanto en Barbieland, como la de algunas personas en el mundo real, además de la relación de la famosa pareja de muñecos.

Dirigida por Greta Gerwing, y escrita por ella misma y su marido Noah Baumbach (Historia de un Matrimonio), nos entregan una cinta cómica, deshinibida, original, que inicia muy bien, pero que flaquea un tanto de la mitad en adelante, en especial cuando se enfrenta a los pasajes más serios. 

Margot Robbie es todo lo que se espera de ella en esta película, pero Ryan Gosling es la gran sorpresa. El desarrollo de su personaje está muy bien logrado, además de contar con muy buenas escenas y líneas.

También es necesario destacar a Michael Cera con su pequeño gran rol de Allan, el amigo insignificante de los Ken y a América Ferrera, la protagonista humana de la cinta, quien demuestra gran capacidad histriónica en especial a la hora de realizar un importante monólogo motivacional. 

Cabe recalcar que esta no es una película para niños, es para personas con criterio formado, y que puedan ver más allá del rosado. En cines desde el 20 de julio.