No sólo regresó el fantasma ochentero favorito de muchos, sino que también el Tim Burton que encantó a tantos décadas atrás. “Beetlejuice Beetlejuice” es una cinta entretenida de principio a fin, nostálgica, de look y efectos similares a su predecesora. Llena de ritmo, nos pasea por una alocada historia con variados personajes y diferentes líneas de acción, algunas -eso sí- son un poco de relleno como la de los personajes de Willem Dafoe (un actor de segunda muerto y patético con delirio de policía) y Monica Bellucci (la vengativa ex de Beetlejuice, mezcla de Frankenstein y El Cadáver de la Novia). En la historia principal, vemos a Lydia Deetz ( Winona Ryder) convertida es una famosa médium, quien tiene un programa de TV con un look muy parecido a “Elvira: Mistress of the Dark”. Su productor y novio, Rory ( Justin Theroux), claramente, quiere aprovecharse de su don, mientras que su hija adolescente, Astrid ( Jenna Ortega), detesta que su madre sea tan anormal, no le cree para nada sus historias de fantasmas. Cuando la madrastra de Lydia, la excéntrica Delia ( Catherine O’Hara), le cuenta que su padre ha muerto trágicamente en un viaje, las tres mujeres regresan a Winter River para darle el último adiós a Charles, pero sin dimensionar que esto traerá de vuelta al enamorado del más allá de Lydia, Beetlejuice ( Michael Keaton), el que desde hace un tiempo se le viene manifestando a la ahora médium. La música es una parte muy importante de la cinta, desde “ Tragedy ” de The Bee Gees, pasando por la romántica “ Right Here Waiting ” de Richard Marx, hasta el regreso del clásico de Harry Belafonte “ Day-O (The Banana Boat Song) ” en el funeral de Charles. Por supuesto, de nueva cuenta, la banda sonora está a cargo de Danny Elfman, largo tiempo colaborador de Burton. Una de las cosas entretenidas de la película es descubrir los pequeños ‘easter eggs’ y reenvíos que encuentras a los largo de la producción desde su inicio, no sólo en referencia a la entrega original, sino que también al mundo del cine de terror y a la cultura pop. Pasa por sugerir a los Maitlands (personajes de Geena Davis y Alec Baldwin en la primera película) en varias oportunidades; “Soul Train”, el tren que lleva a la gloria eterna, es como el famoso programa de R&B estadounidense del mismo nombre; el cameo de Danny de Vito hace referencia a El Pingüino; existe una secuencia en italiano que nos lleva al clásico cine de terror en blanco y negro; reenvíos a cintas como “Rebelde Sin Causa”, “Carrie” o “Psicosis”, etcétera, son parte de los regalos que podremos encontrar. “Beetlejuice Beetlejuice” no defrauda, valió la pena la espera. En una época donde estamos acostumbrados a ver penosos remakes de los clásicos o precuelas/secuelas que nunca están a la altura, esta película es una más que digna continuación que dejara feliz a los fanáticos de antaño y a quiene gustan del buen cine. Por último, mencionar que por fin Bob tiene su momento de brillar en esta entrega, causando risas, ternura y pena en los espectadores. Disponible en salas del país.
Sólo nueve meses después de cautivar a Cannes y a Hollywood con “ Poor Things ”, el incansable cineasta griego Yorgos Lanthimos presenta su nueva película, “Tipos de Gentileza” (Kinds of Kindness), la cual debido a su apresurado estreno, parece ser más una especie de ejercicio entre amigos que “salió a la rápida”, que un proyecto pensado con mayor cautela. La cinta, que cuenta con un equipo técnico y artístico casi idéntico al de su proyecto anterior (solo reemplazando a Mark Ruffalo con el genial Jesse Plemons), plantea a través de tres relatos independientes hasta dónde pueden llegar las personas por amor, ya sea, en materia laboral, de pareja o religioso. El resultado es una propuesta pesimista, arrolladora y desconcertante, aunque con ácidos toques de buen humor, donde la dominación es clave, y que demuestra cómo muchas veces hay quienes se dejan humillar o herir por un ser querido. En cada historia, el elenco liderado por Emma Stone, Willem Dafoe, Margaret Qualley, Hong Chau y el propio Plemons, entre otros, interpretan papeles completamente distintos, sin ningún tipo de conexión. El único personaje que une los cortometrajes es el enigmático F.M.R, interpretado por Yorgos Stefakanos, pero su aparición es casi anecdótica. La primera historia (sin duda, la mejor), titulada “ La Muerte de R.M.F ”, nos presenta a Robert (Plemons), un hombre de negocios que trabaja para un millonario llamado Reymond (Willem Dafoe). Hasta ahí todo bien, pero pronto nos enteramos que Raymond tiene control absoluto sobre la vida de Robert, desde dónde vive, qué come, lo que debe leer, si puede tener hijos o no, etc. Cuando el trabajador se niega a una de las peticiones de su jefe, su vida se torcerá completamente. El segundo capítulo se llama “ R.M.F está volando ”, y es quizás el más provocador y gráfico de todos. En esta historia, Plemons hace de un policía, cuya esposa Lizz (Emma Stone), una bióloga marina, ha desaparecido en altamar junto a un equipo de investigadores. Sin embargo, cuando ella regresa a casa sana y salva, Daniel comienza a sospechar que su pareja ha sido reemplazada por alguien. Desgraciadamente, Lizz hará todo lo posible porque su marido la vuelva a querer. Por último, en “ R.M.F se come un sándwich ”, Stone y Plemons interpretan a un par de discípulos que trabajan para un culto sexual liderado por Omi (Dafoe) y Aka (Chau), quienes están en búsqueda de una especie de “diosa” que puede revivir a los muertos. Emily (Stone) parece haber encontrado a la elegida en un par de gemelas (Qualley), pero antes deberá reencontrarse con la familia que abandonó. Escrita por Efthimis Filippou, guionista habitual de Lanthimos con quien también realizó “Alps”, “Canino”, “The Lobster” y “The Killing of a Sacred Deer”, la cinta se siente como un regreso a sus inicios “ Made in Hollywood ”, en la que el cineasta nos deja un montón de escenas provocadoras, hipersexuales, impactantes y que no serán para todos, un sello que ha sido distintivo dentro la filmografía del griego. Y aunque en un comienzo la propuesta parece sumamente atractiva y original, lo cierto es que a lo largo del metraje (unos excesivos 165 minutos), la idea de Lanthimos se va diluyendo, perdiendo fuerza, especialmente en el tramo final, donde las ideas son demasiado bizarras, crípticas y alocadas como para tomarlas en serio. Eso sí, por alguna extraña razón, el conjunto nunca aburre, y queremos seguir viendo este extraño ejercicio audiovisual. Quizás el mayor logro de “Tipos de Gentileza” es generar la oportunidad de poder ver a un elenco increíble participando de las locuras que le salen de la cabeza a un autor tan extraño como Lanthimos, porque realmente todos se lucen, especialmente Emma Stone y Jesse Plemons, un actor que poco a poco se va convirtiendo en uno de los intérpretes más interesantes de Hollywood. Para muchos podrá ser tediosa, pretenciosa, fallida e -incluso- aburrida, pero es innegable que se trata de un producto que no dejará indiferente a nadie. Ya está en cines chilenos.
Cada año llega a tierras occidentales una cinta asiática que promete ser el éxito de horror del momento. Este 2024 es el turno de “Exhuma: La Tumba del Diablo” (Pamyo) del cineasta surcoreano Jang Jae-hyun, un impecable ejercicio de estilo, que mezcla las tradiciones ancestrales, lo sobrenatural, los traumas del pasado, el cine de género y una narración trepidante que mantendrá a los espectadores al borde de su asiento. Todo un éxito en su país de origen, la película ya se encuentra en el top 25 de las cintas surcoreanas más taquilleras de su historia, superando -incluso- a la ganadora del Oscar, “Parásitos”, por lo que las expectativas eran más o menos altas, y aunque honestamente no alcanza la maestría del filme de Bong Joon-ho, se trata de un trabajo muy bien hecho, que dentro de la típica aura de horror, esconde algunos traumas del pasado bastante delicados, como la ocupación japonesa en Corea. Contada de manera ágil y muy divertida, como si de un animé se tratase, la historia nos presenta a un grupo de expertos que se especializan en lo sobrenatural y en la exhumación de tumbas. Están los chamanes Hwarim ( Kim Go-eun) y Bong Gil ( Lee Do-hyum); el veterano geomante Sang-deok ( Choi Min-sik) y su compañero, el dueño de una funeraria, Young-geun ( Yoo Hae-jin). Cuando una familia adinerada que vive en Los Ángeles contacta a los chamanes para que ayuden a su bebé, que aparentemente está siendo acechado por un espíritu maligno, el equipo empezará su investigación hasta llegar a la conclusión que el problema está en Corea, donde descubrirán una tumba familiar en una montaña abandonada. Al abrirla por error, el grupo de expertos se deberán enfrentar a una maldad inimaginable que sólo busca eliminar a sus descendientes. Más un thriller de horror folclórico (similar a la fascinante “The Wailing”), la película de Jae-hyun destaca principalmente por el impresionante despliegue de antiguas tradiciones y viejos rituales que se llevan a cabo a lo largo de las más de dos horas que dura la historia. Divida en capítulos, con un ritmo pausado, el cineasta se toma su tiempo para hacer un despliegue increíble de la mitología de su país, su funcionamiento y reglas, siempre con un montaje efectivo. Otro de sus atractivos es su brillante construcción de personajes, cada uno más carismático que el anterior. El elenco está increíble en sus papeles, logrando que nos importe lo que les ocurra y que puedan cumplir su objetivo, especialmente el de Kim Go-eun y Choi Min-sik, quien hace de un geomante que termina obsesionado por descubrir la verdad. Eso sí, quizás el mayor logro de este gran filme es que encierra en su argumento una cruda alegoría de la ocupación japonesa en Corea, demostrando las terribles consecuencias de la guerra. El autor ocupa el género de manera hábil para contar un episodio doloroso dentro de la historia coreana, que si bien muchos quisieran enterrar, siempre permanecerá allí como una herida abierta. Con algunos sustos bastante logrados, un gore justo y necesario, y una atmósfera que poco a poco nos va cubriendo con su siniestra capa de oscuridad, sin duda, “Exhuma: La Tumba del Diablo” no va a defraudar a los amantes del terror, así como a quienes disfrutan del cine asiático. Ya está en cines chilenos.
Frida es una camarera que ve cómo su suerte cambia cuando en una recaudación de fondos se hace pasar como parte de la celebración con una amiga, y logra ser invitada a una particular fiesta en una isla privada por parte de Slater King , un magnate con el que se genera una gran atracción. Así comienza la ópera prima como directora de Zöe Kravitz que cuenta en su elenco con reconocidos actores como Christian Slater, Geena Davis y Kyle MacLachlan. En el rol protagónico se encuentra Channing Tatum junto a Naomi Ackle y Adria Arjona. Este filme nos lleva primero a pensar en lo que representa el éxito y la fama, y cómo algunos se pueden ver cegados por su excentricidad, tratando de escapar de sus realidades con toda la algarabía que propone. Pero esta situación puede no ser lo que parece… como dicen por ahí, no todo lo que brilla es oro. Una isla que se convierte en metáfora de la vida soñada y de las “amistades” que supuestamente nos harán felices y nos darán solo diversión. Gran error. Porque este paraíso poco a poco se irá desmoronando, para convertirse en un lugar extraño donde empiezan a suceder una serie de eventos bastante desafortunados. Frida comenzará a notar cosas raras, como que su amiga desaparece y nadie la recuerda e intentará llegar a la verdad que poco a poco quedará al descubierto, pero eso no te lo contaremos acá porque no nos gustan los spoilers. Lo que sí podemos relatar es que esta película presenta una fuerte crítica al abuso de poder y a aquellos que creen que por su éxito pueden hacer lo que quieren y con quien quieran. Una historia que nos invita a pensar en que cómo actúan ciertas personas que sienten que son seres especiales y que pueden hacer y deshacer a su antojo. Zöe Kravitz nos mantiene pegados al asiento durante toda la historia y logra dar un vuelco de tuerca a la narración que intriga y atrapa. Un buen debut para esta artista que también deja una importante reflexión sobre el abuso en varias de sus formas. Si quieres disfrutar de esta película la puedes ver en salas de cine del país.
Con una historia en torno a la política llena de humor, imaginación, números musicales y sarcasmo que interpela al espectador, el cineasta italiano Nanni Moretti vuelve a cautivar a la crítica especializada. Su aplaudido largometrajeLo mejor está por venir, que se estrenó este jueves 22 de agosto en Chile, tiene como telón de fondo la invasión soviética en Hungría. El film sigue la vida de Giovanni, un director de cine que está rodando en Roma una película, ambientada en 1956, que tiene como protagonistas a Ennio, director del diario del Partido Comunista, y a Eva, una militante del mismo sector. Ambos personajes invitan a un circo húngaro a presentarse en la capital italiana. Poco tiempo después de que los artistas comienzan sus funciones Hungría es invadida por tropas soviéticas. En ese caótico momento el Partido Comunista Italiano tiene que decidir si rompe o no el vínculo con la Unión Soviética. Mientras Ennio defiende la intervención rusa, Eva se pregunta cómo personas que se hacen llamar comunistas se convirtieron en opresores. Si bien en la vida real, el partido eligió no aprovechar la oportunidad de cortar la relación con los invasores, la película busca reescribir la historia proponiendo otro final más esperanzador. De esta manera, la cinta realiza una crítica a los movimientos de izquierda que en los últimos años han estado en crisis en diversos países como Venezuela y Cuba. Durante la filmación de la película Giovanni, enfrenta un sinfín de adversidades: su esposa le pide el divorcio, su hija establece una relación con un hombre bastante mayor que ella, y el productor del film está en la quiebra. Todos estos obstáculos hacen que se cuestione sus decisiones, su forma de ser e incluso su manera de dirigir la película. A lo largo de la cinta se muestra la vida profesional y personal del protagonista, encarnado por el propio Nanni Moretti. Las dos historias se entrelazan y permiten comprender la evolución que tiene el personaje en el relato. El productor intenta vender la cinta a Netflix, pero la empresa de entretenimiento le deja claro a Giovanni que no le interesa su película, porque le falta un momento “ what the fuck ”. A partir de esa escena se realiza una crítica al cine actual, argumentando que muchas veces se introducen en los largometrajes imágenes de violencia sin ninguna justificación solo por temas comerciales. Sin duda, “ Lo mejor está por venir ” ofrece una entretenida e interesante historia, que invita a reflexionar sobre temas políticos y cinematográficos.
No sólo regresó el fantasma ochentero favorito de muchos, sino que también el Tim Burton que encantó a tantos décadas atrás. “Beetlejuice Beetlejuice” es una cinta entretenida de principio a fin, nostálgica, de look y efectos similares a su predecesora. Llena de ritmo, nos pasea por una alocada historia con variados personajes y diferentes líneas de acción, algunas -eso sí- son un poco de relleno como la de los personajes de Willem Dafoe (un actor de segunda muerto y patético con delirio de policía) y Monica Bellucci (la vengativa ex de Beetlejuice, mezcla de Frankenstein y El Cadáver de la Novia). En la historia principal, vemos a Lydia Deetz ( Winona Ryder) convertida es una famosa médium, quien tiene un programa de TV con un look muy parecido a “Elvira: Mistress of the Dark”. Su productor y novio, Rory ( Justin Theroux), claramente, quiere aprovecharse de su don, mientras que su hija adolescente, Astrid ( Jenna Ortega), detesta que su madre sea tan anormal, no le cree para nada sus historias de fantasmas. Cuando la madrastra de Lydia, la excéntrica Delia ( Catherine O’Hara), le cuenta que su padre ha muerto trágicamente en un viaje, las tres mujeres regresan a Winter River para darle el último adiós a Charles, pero sin dimensionar que esto traerá de vuelta al enamorado del más allá de Lydia, Beetlejuice ( Michael Keaton), el que desde hace un tiempo se le viene manifestando a la ahora médium. La música es una parte muy importante de la cinta, desde “ Tragedy ” de The Bee Gees, pasando por la romántica “ Right Here Waiting ” de Richard Marx, hasta el regreso del clásico de Harry Belafonte “ Day-O (The Banana Boat Song) ” en el funeral de Charles. Por supuesto, de nueva cuenta, la banda sonora está a cargo de Danny Elfman, largo tiempo colaborador de Burton. Una de las cosas entretenidas de la película es descubrir los pequeños ‘easter eggs’ y reenvíos que encuentras a los largo de la producción desde su inicio, no sólo en referencia a la entrega original, sino que también al mundo del cine de terror y a la cultura pop. Pasa por sugerir a los Maitlands (personajes de Geena Davis y Alec Baldwin en la primera película) en varias oportunidades; “Soul Train”, el tren que lleva a la gloria eterna, es como el famoso programa de R&B estadounidense del mismo nombre; el cameo de Danny de Vito hace referencia a El Pingüino; existe una secuencia en italiano que nos lleva al clásico cine de terror en blanco y negro; reenvíos a cintas como “Rebelde Sin Causa”, “Carrie” o “Psicosis”, etcétera, son parte de los regalos que podremos encontrar. “Beetlejuice Beetlejuice” no defrauda, valió la pena la espera. En una época donde estamos acostumbrados a ver penosos remakes de los clásicos o precuelas/secuelas que nunca están a la altura, esta película es una más que digna continuación que dejara feliz a los fanáticos de antaño y a quiene gustan del buen cine. Por último, mencionar que por fin Bob tiene su momento de brillar en esta entrega, causando risas, ternura y pena en los espectadores. Disponible en salas del país.
Sólo nueve meses después de cautivar a Cannes y a Hollywood con “ Poor Things ”, el incansable cineasta griego Yorgos Lanthimos presenta su nueva película, “Tipos de Gentileza” (Kinds of Kindness), la cual debido a su apresurado estreno, parece ser más una especie de ejercicio entre amigos que “salió a la rápida”, que un proyecto pensado con mayor cautela. La cinta, que cuenta con un equipo técnico y artístico casi idéntico al de su proyecto anterior (solo reemplazando a Mark Ruffalo con el genial Jesse Plemons), plantea a través de tres relatos independientes hasta dónde pueden llegar las personas por amor, ya sea, en materia laboral, de pareja o religioso. El resultado es una propuesta pesimista, arrolladora y desconcertante, aunque con ácidos toques de buen humor, donde la dominación es clave, y que demuestra cómo muchas veces hay quienes se dejan humillar o herir por un ser querido. En cada historia, el elenco liderado por Emma Stone, Willem Dafoe, Margaret Qualley, Hong Chau y el propio Plemons, entre otros, interpretan papeles completamente distintos, sin ningún tipo de conexión. El único personaje que une los cortometrajes es el enigmático F.M.R, interpretado por Yorgos Stefakanos, pero su aparición es casi anecdótica. La primera historia (sin duda, la mejor), titulada “ La Muerte de R.M.F ”, nos presenta a Robert (Plemons), un hombre de negocios que trabaja para un millonario llamado Reymond (Willem Dafoe). Hasta ahí todo bien, pero pronto nos enteramos que Raymond tiene control absoluto sobre la vida de Robert, desde dónde vive, qué come, lo que debe leer, si puede tener hijos o no, etc. Cuando el trabajador se niega a una de las peticiones de su jefe, su vida se torcerá completamente. El segundo capítulo se llama “ R.M.F está volando ”, y es quizás el más provocador y gráfico de todos. En esta historia, Plemons hace de un policía, cuya esposa Lizz (Emma Stone), una bióloga marina, ha desaparecido en altamar junto a un equipo de investigadores. Sin embargo, cuando ella regresa a casa sana y salva, Daniel comienza a sospechar que su pareja ha sido reemplazada por alguien. Desgraciadamente, Lizz hará todo lo posible porque su marido la vuelva a querer. Por último, en “ R.M.F se come un sándwich ”, Stone y Plemons interpretan a un par de discípulos que trabajan para un culto sexual liderado por Omi (Dafoe) y Aka (Chau), quienes están en búsqueda de una especie de “diosa” que puede revivir a los muertos. Emily (Stone) parece haber encontrado a la elegida en un par de gemelas (Qualley), pero antes deberá reencontrarse con la familia que abandonó. Escrita por Efthimis Filippou, guionista habitual de Lanthimos con quien también realizó “Alps”, “Canino”, “The Lobster” y “The Killing of a Sacred Deer”, la cinta se siente como un regreso a sus inicios “ Made in Hollywood ”, en la que el cineasta nos deja un montón de escenas provocadoras, hipersexuales, impactantes y que no serán para todos, un sello que ha sido distintivo dentro la filmografía del griego. Y aunque en un comienzo la propuesta parece sumamente atractiva y original, lo cierto es que a lo largo del metraje (unos excesivos 165 minutos), la idea de Lanthimos se va diluyendo, perdiendo fuerza, especialmente en el tramo final, donde las ideas son demasiado bizarras, crípticas y alocadas como para tomarlas en serio. Eso sí, por alguna extraña razón, el conjunto nunca aburre, y queremos seguir viendo este extraño ejercicio audiovisual. Quizás el mayor logro de “Tipos de Gentileza” es generar la oportunidad de poder ver a un elenco increíble participando de las locuras que le salen de la cabeza a un autor tan extraño como Lanthimos, porque realmente todos se lucen, especialmente Emma Stone y Jesse Plemons, un actor que poco a poco se va convirtiendo en uno de los intérpretes más interesantes de Hollywood. Para muchos podrá ser tediosa, pretenciosa, fallida e -incluso- aburrida, pero es innegable que se trata de un producto que no dejará indiferente a nadie. Ya está en cines chilenos.
Cada año llega a tierras occidentales una cinta asiática que promete ser el éxito de horror del momento. Este 2024 es el turno de “Exhuma: La Tumba del Diablo” (Pamyo) del cineasta surcoreano Jang Jae-hyun, un impecable ejercicio de estilo, que mezcla las tradiciones ancestrales, lo sobrenatural, los traumas del pasado, el cine de género y una narración trepidante que mantendrá a los espectadores al borde de su asiento. Todo un éxito en su país de origen, la película ya se encuentra en el top 25 de las cintas surcoreanas más taquilleras de su historia, superando -incluso- a la ganadora del Oscar, “Parásitos”, por lo que las expectativas eran más o menos altas, y aunque honestamente no alcanza la maestría del filme de Bong Joon-ho, se trata de un trabajo muy bien hecho, que dentro de la típica aura de horror, esconde algunos traumas del pasado bastante delicados, como la ocupación japonesa en Corea. Contada de manera ágil y muy divertida, como si de un animé se tratase, la historia nos presenta a un grupo de expertos que se especializan en lo sobrenatural y en la exhumación de tumbas. Están los chamanes Hwarim ( Kim Go-eun) y Bong Gil ( Lee Do-hyum); el veterano geomante Sang-deok ( Choi Min-sik) y su compañero, el dueño de una funeraria, Young-geun ( Yoo Hae-jin). Cuando una familia adinerada que vive en Los Ángeles contacta a los chamanes para que ayuden a su bebé, que aparentemente está siendo acechado por un espíritu maligno, el equipo empezará su investigación hasta llegar a la conclusión que el problema está en Corea, donde descubrirán una tumba familiar en una montaña abandonada. Al abrirla por error, el grupo de expertos se deberán enfrentar a una maldad inimaginable que sólo busca eliminar a sus descendientes. Más un thriller de horror folclórico (similar a la fascinante “The Wailing”), la película de Jae-hyun destaca principalmente por el impresionante despliegue de antiguas tradiciones y viejos rituales que se llevan a cabo a lo largo de las más de dos horas que dura la historia. Divida en capítulos, con un ritmo pausado, el cineasta se toma su tiempo para hacer un despliegue increíble de la mitología de su país, su funcionamiento y reglas, siempre con un montaje efectivo. Otro de sus atractivos es su brillante construcción de personajes, cada uno más carismático que el anterior. El elenco está increíble en sus papeles, logrando que nos importe lo que les ocurra y que puedan cumplir su objetivo, especialmente el de Kim Go-eun y Choi Min-sik, quien hace de un geomante que termina obsesionado por descubrir la verdad. Eso sí, quizás el mayor logro de este gran filme es que encierra en su argumento una cruda alegoría de la ocupación japonesa en Corea, demostrando las terribles consecuencias de la guerra. El autor ocupa el género de manera hábil para contar un episodio doloroso dentro de la historia coreana, que si bien muchos quisieran enterrar, siempre permanecerá allí como una herida abierta. Con algunos sustos bastante logrados, un gore justo y necesario, y una atmósfera que poco a poco nos va cubriendo con su siniestra capa de oscuridad, sin duda, “Exhuma: La Tumba del Diablo” no va a defraudar a los amantes del terror, así como a quienes disfrutan del cine asiático. Ya está en cines chilenos.
Frida es una camarera que ve cómo su suerte cambia cuando en una recaudación de fondos se hace pasar como parte de la celebración con una amiga, y logra ser invitada a una particular fiesta en una isla privada por parte de Slater King , un magnate con el que se genera una gran atracción. Así comienza la ópera prima como directora de Zöe Kravitz que cuenta en su elenco con reconocidos actores como Christian Slater, Geena Davis y Kyle MacLachlan. En el rol protagónico se encuentra Channing Tatum junto a Naomi Ackle y Adria Arjona. Este filme nos lleva primero a pensar en lo que representa el éxito y la fama, y cómo algunos se pueden ver cegados por su excentricidad, tratando de escapar de sus realidades con toda la algarabía que propone. Pero esta situación puede no ser lo que parece… como dicen por ahí, no todo lo que brilla es oro. Una isla que se convierte en metáfora de la vida soñada y de las “amistades” que supuestamente nos harán felices y nos darán solo diversión. Gran error. Porque este paraíso poco a poco se irá desmoronando, para convertirse en un lugar extraño donde empiezan a suceder una serie de eventos bastante desafortunados. Frida comenzará a notar cosas raras, como que su amiga desaparece y nadie la recuerda e intentará llegar a la verdad que poco a poco quedará al descubierto, pero eso no te lo contaremos acá porque no nos gustan los spoilers. Lo que sí podemos relatar es que esta película presenta una fuerte crítica al abuso de poder y a aquellos que creen que por su éxito pueden hacer lo que quieren y con quien quieran. Una historia que nos invita a pensar en que cómo actúan ciertas personas que sienten que son seres especiales y que pueden hacer y deshacer a su antojo. Zöe Kravitz nos mantiene pegados al asiento durante toda la historia y logra dar un vuelco de tuerca a la narración que intriga y atrapa. Un buen debut para esta artista que también deja una importante reflexión sobre el abuso en varias de sus formas. Si quieres disfrutar de esta película la puedes ver en salas de cine del país.
Con una historia en torno a la política llena de humor, imaginación, números musicales y sarcasmo que interpela al espectador, el cineasta italiano Nanni Moretti vuelve a cautivar a la crítica especializada. Su aplaudido largometrajeLo mejor está por venir, que se estrenó este jueves 22 de agosto en Chile, tiene como telón de fondo la invasión soviética en Hungría. El film sigue la vida de Giovanni, un director de cine que está rodando en Roma una película, ambientada en 1956, que tiene como protagonistas a Ennio, director del diario del Partido Comunista, y a Eva, una militante del mismo sector. Ambos personajes invitan a un circo húngaro a presentarse en la capital italiana. Poco tiempo después de que los artistas comienzan sus funciones Hungría es invadida por tropas soviéticas. En ese caótico momento el Partido Comunista Italiano tiene que decidir si rompe o no el vínculo con la Unión Soviética. Mientras Ennio defiende la intervención rusa, Eva se pregunta cómo personas que se hacen llamar comunistas se convirtieron en opresores. Si bien en la vida real, el partido eligió no aprovechar la oportunidad de cortar la relación con los invasores, la película busca reescribir la historia proponiendo otro final más esperanzador. De esta manera, la cinta realiza una crítica a los movimientos de izquierda que en los últimos años han estado en crisis en diversos países como Venezuela y Cuba. Durante la filmación de la película Giovanni, enfrenta un sinfín de adversidades: su esposa le pide el divorcio, su hija establece una relación con un hombre bastante mayor que ella, y el productor del film está en la quiebra. Todos estos obstáculos hacen que se cuestione sus decisiones, su forma de ser e incluso su manera de dirigir la película. A lo largo de la cinta se muestra la vida profesional y personal del protagonista, encarnado por el propio Nanni Moretti. Las dos historias se entrelazan y permiten comprender la evolución que tiene el personaje en el relato. El productor intenta vender la cinta a Netflix, pero la empresa de entretenimiento le deja claro a Giovanni que no le interesa su película, porque le falta un momento “ what the fuck ”. A partir de esa escena se realiza una crítica al cine actual, argumentando que muchas veces se introducen en los largometrajes imágenes de violencia sin ninguna justificación solo por temas comerciales. Sin duda, “ Lo mejor está por venir ” ofrece una entretenida e interesante historia, que invita a reflexionar sobre temas políticos y cinematográficos.