La historia de los Von Erich es llevada a la pantalla grande con una intensa narrativa y el dolor que se incrusta en esta trama. Los hermanos Kevin, David, Kerry y Mike darán la pelea en una modalidad que no estima en golpes, liderados por su padre Fritz quien ejerce un rol dominante y que los llevará a vivir los más difíciles momentos, con tal de obtener un triunfo en el cuadrilátero. El elenco de esta película está conformado por talentosos actores como Zac Efron, Jeremy Allen White, Lily James, Maura Tierney y Holt Mc Callany, entre otros. Todos ellos nos invitan a un viaje donde la verdadera lucha será interna, en busca de derrotar a los propios demonios de cada uno de los integrantes de la familia. “Garra de hierro” es una película que mantiene la tensión y que nos relata la fuerza en diferentes formas, mostrando sus desgarradoras consecuencias y lo difícil que es lidiar con la autoridad de un padre que no deja espacio a sentimientos ni emociones. La lucha libre es el punto de encuentro donde estos hermanos irán transitando sus vidas, donde cada coreografiada pelea definirá su futuro y, aunque tengan otros sueños, estos quedarán en el camino. Los más tristes sucesos afectarán a esta familia que dice estar “maldita”, pero que en realidad es víctima de un patriarca que no permite que sus hijos sean lo que ellos realmente quieren. Zac Efron da cuenta de su talento y se pone en la piel de Kevin, quien pareciera estar contento con su destino, pero que poco a poco irá sufriendo el dolor de la pérdida. Efron transmite el dolor, ese que se hace presente como una hoja en otoño, que está siempre ahí y que cuando parece haberse ido, vuelve como lo hacen las tardes frescas de esa temporada. ¿Cuánto podemos resistir en una pelea donde tenemos todas las de perder? Parece ser la pregunta que se nos hace permanentemente en este filme, que entrega esa sensación de que hay luchas que simplemente no podremos ganar. Uno de los mensajes pareciera ser que la fuerza del amor es quizás una de las más grandes, que rompe barreras y que entrega la posibilidad de seguir adelante, solo con saber que ese amor permitirá el reencuentro más allá de la vida, en un futuro incierto pero del que esperamos que nos envuelva, para seguir sintiendo el inconfundible lazo que nos entregan los seres queridos. Una trama que nos rodea con el drama que la vida misma nos entrega y que nos enseña que debemos luchar por lo que nos dice el corazón y no por lo que nos imponen, porque podemos perdernos en el camino y, lo más doloroso, perder a quienes más amamos. Si quieres ver “Garra de Hierro”, se encuentra en las salas de cine del país desde el 18 de abril.
Aunque tuvo una vida efímera, estuvo repleta de pasión e incidentes. La cantante británica Amy Winehouse fue una de las voces más importantes de toda una generación, y su música sigue sonando hasta el día de hoy en miles de estaciones de radio y/o plataformas digitales, por lo que era cuestión de tiempo que su biografía fuese llevada a la pantalla grande. Las responsables de la tarea fueron la directora Sam Taylor-Johnson, quien ya había flirteado con el género en “Nowhere Boy”, sobre la infancia y adolescencia de John Lennon; y la actriz emergente Marisa Abela, a quien vimos recientemente en “Barbie” como la Teen Talk Barbie. ¿El resultado? Un biopic tradicional, sin muchas novedades, que profundiza en los primeros años de Amy Winehouse, su amor por el jazz y la música de los cincuenta y sesenta, los primeros éxitos en Reino Unido, su intensa y turbulenta relación con Blake Fielder-Civil, el importante lazo que tuvo con su abuela paterna, sus mayores logros musicales y la brutal dependencia con el alcohol y las drogas que terminaron por quitarle la vida con tan solo 27 años. Como todo buen filme sobre música, las canciones de la cantante británica son vitales para la narración, especialmente porque las composiciones y letras de Amy Winehouse se trataban precisamente sobre lo que pasaba en su propia vida, lo que ayuda a entender mejor el relato. Además, la banda sonora -a cargo de Nick Cave- está repleta de jazz y canciones de Tony Bennet, The Shangri-Las o The Specials, lo que se agradece. Sin embargo, lo más destacable de esta producción es la notable interpretación de Marisa Abela como Amy Winehouse, quien con su presencia en cámara y una autenticidad endiablada, se roba la pantalla. Seguramente este sea el puntapié que necesitaba la actriz para establecer una carrera en el futuro. Eso sí, la personalidad volátil y compleja de la protagonista, a veces provoca rechazo, por lo que uno no logra empatizar al 100% con el personaje. Otro punto interesante, es la visión que tiene el filme de Blake (interpretado eficazmente por Jack O’Connell), el primer novio y después ex-marido de Amy. Siempre se ha rumoreado que él fue uno de los responsables de su trágico desenlace, en cambio, el filme le hace un pequeño lavado de imagen y lo deja como una persona con errores (como todos), pero que siempre quiso lo mejor para ella. De hecho, la cinta hace ver que Blake en reiteradas ocasiones quiso terminar con la relación, y que fue Amy quien estaba prácticamente obsesionada con él. La película deja en claro que los demonios de Amy eran propios, y más allá de fuentes externas, el resultado -quizás- hubiese sido el mismo. La cinta, además, profundiza en las relaciones que tuvo con su familia, especialmente con su padre y su abuela, quien era su heroína. Su fallecimiento por cáncer fue un punto determinante en la vida de Amy, lo que desencadenaría todo su crisis emocional que vendría después. Entre las debilidades de la película, está la poca exploración de otros aspectos de la vida de Winehouse, por ejemplo. Ella también fue conocida como defensora de los derechos de las mujeres, un área que no se aprecia en la historia. En definitiva, “Back to Black” a pesar de sus imperfecciones, vale la pena de ver para quienes son amantes de la música de Amy Winehouse, y para aquellos interesados conocer más sobre su compleja vida, su relación con el arte y las adicciones. Tiene momentos divertidos, emotivos y difíciles de ver, como toda biografía.
A simple vista “Rescate Imposible” o “Land of Bad”, parece un rip-off (o una copia) de “Extraction”, la exitosa saga de acción de Netflix protagonizada por Chris Hemsworth. Sin embargo, nada más alejado de la realidad, porque aunque tenga como personaje principal a su hermano Liam, la película ofrece una brutal e hiperviolenta historia de supervivencia, sumada a una interesante mirada a la cooperación y el heroísmo. Dirigida “a la antigua” por William Eubank (The Signal), la cinta nos pone en los zapatos del sargento JJ “Playboy” Kinney ( Liam Hemsworth), un novato soldado de la Fuerza Aérea estadounidense que es enviado a una misión de rescate en el sudeste asiático junto a un escuadrón de élite. Sus compañeros experimentados lo ayudan a sobrellevar la tensión de esta primera vez, y le van dando consejos, sin embargo, luego de que los terroristas de turno descubran sus intenciones y comiencen los disparos, el grupo se verá completamente disuelto en la selva. Kinney quedará sólo en la intemperie, pero afortunadamente tendrá la ayuda remota del capitán Eddie “Reaper” Grimm ( Russell Crowe), un malhumorado piloto de la Fuerza Aérea encargado de monitorear los drones de ataque. Reaper, junto a su colega y amiga, la sargento Nia ( Chika Ikogwe), le irán diciendo a Playboy hacia donde caminar para poder ser rescatado de la zona de conflicto. A pesar de su atractivo argumento y de las fascinantes e impresionantes escenas de acción, curiosamente la crítica estadounidense fue particularmente dura con esta película de acción, quizás por su estilo clásico, más propio de un film de comienzos de los noventa. No obstante, en ningún momento pretende ser una herramienta patriota para mostrar el gran despliegue del ejército estadounidense o la implacable presencia que tiene en países conflictivos, sino que, durante la mayor parte de la trama, el argumento es sumamente crítico con el actuar de muchos militares, especialmente el personaje de Crowe. De hecho, “Rescate Imposible” ha tenido mucha mejor aceptación en el público latinoamericano. Por otro lado, la cinta no profundiza tanto “en la misión” como tal, ni en los “villanos de turno”, todo eso pasa a segundo plano y más bien el foco se pone en la importancia del compañerismo entre militares, en que la unión hace la fuerza y que sólo falta un mal día para cambiar la perspectiva de las personas. Liam Hemsworth no tiene el rango actoral de su hermano Chris (que tampoco es decir mucho), sin embargo, en esta película realmente lo da todo física y mentalmente. Su personaje, como si fuese Rambo o el Christian Bale de “Rescue Dawn”, debe pasar por una serie de situaciones, cada una más terrible que la anterior, pero siempre con la ayuda de Reaper, como si de una especie de Dios protector se tratase. Crowe, por su parte, borda su papel, efectivo como siempre. Por supuesto, “Rescate Imposible” no es perfecta, tiene algunos fallos de tiempo, especialmente en el tramo final que le quita veracidad a la historia; y podría haber tenido unos villanos mucho más relevantes, sin embargo, realmente se trata de un más que notable trabajo de acción y heroicidad, con personajes de la vieja escuela, explosiones por doquier y un importante grado de epicidad. Se agradece ver este tipo de cintas de vez en cuando.
La película de 1989, “ Road House ” no es de las mejores del fallecido Patrick Swayze, ni ha sido recordada con tanto cariño por el público como “ Ghost: la sombra del amor ” o “ Point Break ”, pero se trata de un más que estimable filme de culto con todas las mañas del cine ochentero: Rock and Roll, sexo, peleas y mucho neón. El filme dirigido por Rowdy Herrington, narraba la historia de un sujeto qu e se gana la vida vigilando bares a puñetazo limpio y -al mismo tiempo- se enamora de la hermosa doctora de la localidad ( Kelly Lynch), mientras debe enfrentarse al mafioso de turno. La propuesta prometía ser todo un cocktail efectivo para la década, sin embargo, el resultado no tuvo buena aceptación de la crítica, de hecho, estuvo nominada a cinco premios Razzie, incluído peor película, actor y guión. Después de una horrenda secuela de bajo presupuesto de 2006, llamada “ Road House 2: Last Call ”, Joel Silver, el productor de la cinta original, quiso llevar la historia a los tiempos modernos, y luego de varios años buscando un director y un actor protagonista (Ronda Rousey y Nick Cassavettes abandonaron el proyecto), finalmente el elegido fue Jake Gyllenhaal, un actor que ya había flirteado con el mundo de las peleas deportivas en la fascinante “Southpaw” de 2015. En esta nueva versión, Gyllenhaal se pone en los zapatos de Elwood Dalton, un ex luchador de la UFC marcado por su pasado, que acepta un trabajo como guardia en un conflictivo bar de carretera en los Cayos de Florida, llamado simplemente como “El Bar”. Sin embargo, luego de volverse famoso entre la comunidad por su habilidad con los puños, tendrá que verse enfrentado con los mafiosos del lugar que buscan quedarse con el local. Dirigida con gran pulso por el veterano del cine de acción Doug Liman, tras el fracaso que significó “Chaos Walking”, esta nueva cinta toma como base el argumento del clásico western “ Shane ”, y lo sitúa en los hermosos escenarios de Florida. Dalton es básicamente un forastero que llega a un pueblo sin ley y termina salvando a sus amigos (y salvándose él mismo en el camino) de los forajidos que lo acechan.Sumamente divertida, repleta de acción e -incluso- humor, para muchos esta nueva versión se trata de una considerable mejora respecto a la cinta original. Sin duda, quien se roba la película es Gyllenhaal, que se apropia completamente del papel, pero al mismo tiempo coge ciertos elementos que caracterizaban al personaje de Swayze, como el cinismo y el sarcasmo frente a sus enemigos. Por otro lado, el actor deslumbra a sus 43 años con su impresionante y trabajado físico.El reparto incluye a Daniela Melchior, Billy Magnussen y -en su papel debut- al luchador Conor McGregor, quien interpreta a uno de los villanos más peligrosos, y que hará pasar malos ratos al protagonista. Y si bien su papel como el asesino Knox es sumamente divertido y un golpe de aire fresco para la trama, su inclusión se siente un poco forzada y se nota a leguas que McGregor no es actor profesional, por lo que sobreactúa en casi todas las escenas y llega a ser caricaturesco. De todas maneras, se puede apreciar que el atleta se lo pasó bomba rodando la película. Bien filmada, con un soundtrack divertido y moderno, algunos problemas de CGI (especialmente en las peleas del comienzo con el rapero Post Malone) y un final adrenalínico y absurdo a parte iguales, la verdad es que “El Duro” no es una película perfecta, ni pretende serlo, sin embargo, es un ágil ejercicio de acción, una atractiva propuesta veraniega y un más que digno remake de otro clásico imperfecto de los ochenta. Disponible actualmente por la plataforma Prime Video.
Francesca Cabrini nació en Italia en 1850. Fue prematura, enfermiza, y los médicos le decían a sus padres que probablemente nunca dejaría de estar postrada, pero esas palabras fueron un impulso para doblarle la mano al destino. Con los años, se convirtió en una monja misionera, dispuesta a todo con tal de ayudar a los desvalidos y hacer valer sus derechos, enfrentando de igual a igual a los hombres, en una época en que eso no era bien visto. Conocida como la Santa de los Inmigrantes , fue canonizada por Pío XII en 1950. La cinta inicia en 1889, cuando la Madre Cabrini -de 39 años- llega a Nueva York, luego de lograr casi a la fuerza una audiencia con el Papa León XIII. Ella quería misionar en oriente, pero finalmente la envían a Estados Unidos, donde el racismo es fuerte, en especial hacia los italianos. Decenas de niños quedan desvalidos después de la muerte de sus padres a manos de norteamericanos que les odiaban o por enfermedades, y ella es la candidata perfecta para hacerse cargo de ellos. Junto a un grupo de hermanas, la monja descubre de inmediato la hostilidad de un país que les desprecia, que ve como inferiores a los extranjeros, pero ella dará la lucha, a pesar de su precaria salud. Enfrentará a autoridades, en especial al nefasto alcalde de la ciudad, y se unirá a hijos de inmigrantes millonarios para realizar sus planes en post de los niños desvalidos. Sólo un médico amigo será su gran aliado, pues en muchas ocasiones, ni la Iglesia la apoya, sólo por su condición de mujer aguerrida. Una historia inspiradora más que religiosa, con valores, producida por Angel Studios y dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde, ambos detrás de la exitosa cinta “Sound of Freedom”, que impactó el año pasado por su temática. Y aunque, probablemente, existan muchos prejuicios sobre esta nueva producción, cabe decir que es bastante más de lo que se pueden imaginar a simple vista. “Cabrini” es algo lenta al comienzo, pero toma bien ritmo dentro de su realidad. Está bien contada y ambientada. La actuación de la actriz italiana Cristiana Dell’ Anna como la protagonista es sobresaliente, además, está acompañada por un elenco que incluye a David Morse, Jeremy Bobb, John Lithgow, Romana Maggiora y Giancarlo Giannini como el Papa. Este inspirador filme que nos habla de esperanza e igualdad, llegó a los cines nacionales el 21 de marzo.
La historia de los Von Erich es llevada a la pantalla grande con una intensa narrativa y el dolor que se incrusta en esta trama. Los hermanos Kevin, David, Kerry y Mike darán la pelea en una modalidad que no estima en golpes, liderados por su padre Fritz quien ejerce un rol dominante y que los llevará a vivir los más difíciles momentos, con tal de obtener un triunfo en el cuadrilátero. El elenco de esta película está conformado por talentosos actores como Zac Efron, Jeremy Allen White, Lily James, Maura Tierney y Holt Mc Callany, entre otros. Todos ellos nos invitan a un viaje donde la verdadera lucha será interna, en busca de derrotar a los propios demonios de cada uno de los integrantes de la familia. “Garra de hierro” es una película que mantiene la tensión y que nos relata la fuerza en diferentes formas, mostrando sus desgarradoras consecuencias y lo difícil que es lidiar con la autoridad de un padre que no deja espacio a sentimientos ni emociones. La lucha libre es el punto de encuentro donde estos hermanos irán transitando sus vidas, donde cada coreografiada pelea definirá su futuro y, aunque tengan otros sueños, estos quedarán en el camino. Los más tristes sucesos afectarán a esta familia que dice estar “maldita”, pero que en realidad es víctima de un patriarca que no permite que sus hijos sean lo que ellos realmente quieren. Zac Efron da cuenta de su talento y se pone en la piel de Kevin, quien pareciera estar contento con su destino, pero que poco a poco irá sufriendo el dolor de la pérdida. Efron transmite el dolor, ese que se hace presente como una hoja en otoño, que está siempre ahí y que cuando parece haberse ido, vuelve como lo hacen las tardes frescas de esa temporada. ¿Cuánto podemos resistir en una pelea donde tenemos todas las de perder? Parece ser la pregunta que se nos hace permanentemente en este filme, que entrega esa sensación de que hay luchas que simplemente no podremos ganar. Uno de los mensajes pareciera ser que la fuerza del amor es quizás una de las más grandes, que rompe barreras y que entrega la posibilidad de seguir adelante, solo con saber que ese amor permitirá el reencuentro más allá de la vida, en un futuro incierto pero del que esperamos que nos envuelva, para seguir sintiendo el inconfundible lazo que nos entregan los seres queridos. Una trama que nos rodea con el drama que la vida misma nos entrega y que nos enseña que debemos luchar por lo que nos dice el corazón y no por lo que nos imponen, porque podemos perdernos en el camino y, lo más doloroso, perder a quienes más amamos. Si quieres ver “Garra de Hierro”, se encuentra en las salas de cine del país desde el 18 de abril.
Aunque tuvo una vida efímera, estuvo repleta de pasión e incidentes. La cantante británica Amy Winehouse fue una de las voces más importantes de toda una generación, y su música sigue sonando hasta el día de hoy en miles de estaciones de radio y/o plataformas digitales, por lo que era cuestión de tiempo que su biografía fuese llevada a la pantalla grande. Las responsables de la tarea fueron la directora Sam Taylor-Johnson, quien ya había flirteado con el género en “Nowhere Boy”, sobre la infancia y adolescencia de John Lennon; y la actriz emergente Marisa Abela, a quien vimos recientemente en “Barbie” como la Teen Talk Barbie. ¿El resultado? Un biopic tradicional, sin muchas novedades, que profundiza en los primeros años de Amy Winehouse, su amor por el jazz y la música de los cincuenta y sesenta, los primeros éxitos en Reino Unido, su intensa y turbulenta relación con Blake Fielder-Civil, el importante lazo que tuvo con su abuela paterna, sus mayores logros musicales y la brutal dependencia con el alcohol y las drogas que terminaron por quitarle la vida con tan solo 27 años. Como todo buen filme sobre música, las canciones de la cantante británica son vitales para la narración, especialmente porque las composiciones y letras de Amy Winehouse se trataban precisamente sobre lo que pasaba en su propia vida, lo que ayuda a entender mejor el relato. Además, la banda sonora -a cargo de Nick Cave- está repleta de jazz y canciones de Tony Bennet, The Shangri-Las o The Specials, lo que se agradece. Sin embargo, lo más destacable de esta producción es la notable interpretación de Marisa Abela como Amy Winehouse, quien con su presencia en cámara y una autenticidad endiablada, se roba la pantalla. Seguramente este sea el puntapié que necesitaba la actriz para establecer una carrera en el futuro. Eso sí, la personalidad volátil y compleja de la protagonista, a veces provoca rechazo, por lo que uno no logra empatizar al 100% con el personaje. Otro punto interesante, es la visión que tiene el filme de Blake (interpretado eficazmente por Jack O’Connell), el primer novio y después ex-marido de Amy. Siempre se ha rumoreado que él fue uno de los responsables de su trágico desenlace, en cambio, el filme le hace un pequeño lavado de imagen y lo deja como una persona con errores (como todos), pero que siempre quiso lo mejor para ella. De hecho, la cinta hace ver que Blake en reiteradas ocasiones quiso terminar con la relación, y que fue Amy quien estaba prácticamente obsesionada con él. La película deja en claro que los demonios de Amy eran propios, y más allá de fuentes externas, el resultado -quizás- hubiese sido el mismo. La cinta, además, profundiza en las relaciones que tuvo con su familia, especialmente con su padre y su abuela, quien era su heroína. Su fallecimiento por cáncer fue un punto determinante en la vida de Amy, lo que desencadenaría todo su crisis emocional que vendría después. Entre las debilidades de la película, está la poca exploración de otros aspectos de la vida de Winehouse, por ejemplo. Ella también fue conocida como defensora de los derechos de las mujeres, un área que no se aprecia en la historia. En definitiva, “Back to Black” a pesar de sus imperfecciones, vale la pena de ver para quienes son amantes de la música de Amy Winehouse, y para aquellos interesados conocer más sobre su compleja vida, su relación con el arte y las adicciones. Tiene momentos divertidos, emotivos y difíciles de ver, como toda biografía.
A simple vista “Rescate Imposible” o “Land of Bad”, parece un rip-off (o una copia) de “Extraction”, la exitosa saga de acción de Netflix protagonizada por Chris Hemsworth. Sin embargo, nada más alejado de la realidad, porque aunque tenga como personaje principal a su hermano Liam, la película ofrece una brutal e hiperviolenta historia de supervivencia, sumada a una interesante mirada a la cooperación y el heroísmo. Dirigida “a la antigua” por William Eubank (The Signal), la cinta nos pone en los zapatos del sargento JJ “Playboy” Kinney ( Liam Hemsworth), un novato soldado de la Fuerza Aérea estadounidense que es enviado a una misión de rescate en el sudeste asiático junto a un escuadrón de élite. Sus compañeros experimentados lo ayudan a sobrellevar la tensión de esta primera vez, y le van dando consejos, sin embargo, luego de que los terroristas de turno descubran sus intenciones y comiencen los disparos, el grupo se verá completamente disuelto en la selva. Kinney quedará sólo en la intemperie, pero afortunadamente tendrá la ayuda remota del capitán Eddie “Reaper” Grimm ( Russell Crowe), un malhumorado piloto de la Fuerza Aérea encargado de monitorear los drones de ataque. Reaper, junto a su colega y amiga, la sargento Nia ( Chika Ikogwe), le irán diciendo a Playboy hacia donde caminar para poder ser rescatado de la zona de conflicto. A pesar de su atractivo argumento y de las fascinantes e impresionantes escenas de acción, curiosamente la crítica estadounidense fue particularmente dura con esta película de acción, quizás por su estilo clásico, más propio de un film de comienzos de los noventa. No obstante, en ningún momento pretende ser una herramienta patriota para mostrar el gran despliegue del ejército estadounidense o la implacable presencia que tiene en países conflictivos, sino que, durante la mayor parte de la trama, el argumento es sumamente crítico con el actuar de muchos militares, especialmente el personaje de Crowe. De hecho, “Rescate Imposible” ha tenido mucha mejor aceptación en el público latinoamericano. Por otro lado, la cinta no profundiza tanto “en la misión” como tal, ni en los “villanos de turno”, todo eso pasa a segundo plano y más bien el foco se pone en la importancia del compañerismo entre militares, en que la unión hace la fuerza y que sólo falta un mal día para cambiar la perspectiva de las personas. Liam Hemsworth no tiene el rango actoral de su hermano Chris (que tampoco es decir mucho), sin embargo, en esta película realmente lo da todo física y mentalmente. Su personaje, como si fuese Rambo o el Christian Bale de “Rescue Dawn”, debe pasar por una serie de situaciones, cada una más terrible que la anterior, pero siempre con la ayuda de Reaper, como si de una especie de Dios protector se tratase. Crowe, por su parte, borda su papel, efectivo como siempre. Por supuesto, “Rescate Imposible” no es perfecta, tiene algunos fallos de tiempo, especialmente en el tramo final que le quita veracidad a la historia; y podría haber tenido unos villanos mucho más relevantes, sin embargo, realmente se trata de un más que notable trabajo de acción y heroicidad, con personajes de la vieja escuela, explosiones por doquier y un importante grado de epicidad. Se agradece ver este tipo de cintas de vez en cuando.
La película de 1989, “ Road House ” no es de las mejores del fallecido Patrick Swayze, ni ha sido recordada con tanto cariño por el público como “ Ghost: la sombra del amor ” o “ Point Break ”, pero se trata de un más que estimable filme de culto con todas las mañas del cine ochentero: Rock and Roll, sexo, peleas y mucho neón. El filme dirigido por Rowdy Herrington, narraba la historia de un sujeto qu e se gana la vida vigilando bares a puñetazo limpio y -al mismo tiempo- se enamora de la hermosa doctora de la localidad ( Kelly Lynch), mientras debe enfrentarse al mafioso de turno. La propuesta prometía ser todo un cocktail efectivo para la década, sin embargo, el resultado no tuvo buena aceptación de la crítica, de hecho, estuvo nominada a cinco premios Razzie, incluído peor película, actor y guión. Después de una horrenda secuela de bajo presupuesto de 2006, llamada “ Road House 2: Last Call ”, Joel Silver, el productor de la cinta original, quiso llevar la historia a los tiempos modernos, y luego de varios años buscando un director y un actor protagonista (Ronda Rousey y Nick Cassavettes abandonaron el proyecto), finalmente el elegido fue Jake Gyllenhaal, un actor que ya había flirteado con el mundo de las peleas deportivas en la fascinante “Southpaw” de 2015. En esta nueva versión, Gyllenhaal se pone en los zapatos de Elwood Dalton, un ex luchador de la UFC marcado por su pasado, que acepta un trabajo como guardia en un conflictivo bar de carretera en los Cayos de Florida, llamado simplemente como “El Bar”. Sin embargo, luego de volverse famoso entre la comunidad por su habilidad con los puños, tendrá que verse enfrentado con los mafiosos del lugar que buscan quedarse con el local. Dirigida con gran pulso por el veterano del cine de acción Doug Liman, tras el fracaso que significó “Chaos Walking”, esta nueva cinta toma como base el argumento del clásico western “ Shane ”, y lo sitúa en los hermosos escenarios de Florida. Dalton es básicamente un forastero que llega a un pueblo sin ley y termina salvando a sus amigos (y salvándose él mismo en el camino) de los forajidos que lo acechan.Sumamente divertida, repleta de acción e -incluso- humor, para muchos esta nueva versión se trata de una considerable mejora respecto a la cinta original. Sin duda, quien se roba la película es Gyllenhaal, que se apropia completamente del papel, pero al mismo tiempo coge ciertos elementos que caracterizaban al personaje de Swayze, como el cinismo y el sarcasmo frente a sus enemigos. Por otro lado, el actor deslumbra a sus 43 años con su impresionante y trabajado físico.El reparto incluye a Daniela Melchior, Billy Magnussen y -en su papel debut- al luchador Conor McGregor, quien interpreta a uno de los villanos más peligrosos, y que hará pasar malos ratos al protagonista. Y si bien su papel como el asesino Knox es sumamente divertido y un golpe de aire fresco para la trama, su inclusión se siente un poco forzada y se nota a leguas que McGregor no es actor profesional, por lo que sobreactúa en casi todas las escenas y llega a ser caricaturesco. De todas maneras, se puede apreciar que el atleta se lo pasó bomba rodando la película. Bien filmada, con un soundtrack divertido y moderno, algunos problemas de CGI (especialmente en las peleas del comienzo con el rapero Post Malone) y un final adrenalínico y absurdo a parte iguales, la verdad es que “El Duro” no es una película perfecta, ni pretende serlo, sin embargo, es un ágil ejercicio de acción, una atractiva propuesta veraniega y un más que digno remake de otro clásico imperfecto de los ochenta. Disponible actualmente por la plataforma Prime Video.
Francesca Cabrini nació en Italia en 1850. Fue prematura, enfermiza, y los médicos le decían a sus padres que probablemente nunca dejaría de estar postrada, pero esas palabras fueron un impulso para doblarle la mano al destino. Con los años, se convirtió en una monja misionera, dispuesta a todo con tal de ayudar a los desvalidos y hacer valer sus derechos, enfrentando de igual a igual a los hombres, en una época en que eso no era bien visto. Conocida como la Santa de los Inmigrantes , fue canonizada por Pío XII en 1950. La cinta inicia en 1889, cuando la Madre Cabrini -de 39 años- llega a Nueva York, luego de lograr casi a la fuerza una audiencia con el Papa León XIII. Ella quería misionar en oriente, pero finalmente la envían a Estados Unidos, donde el racismo es fuerte, en especial hacia los italianos. Decenas de niños quedan desvalidos después de la muerte de sus padres a manos de norteamericanos que les odiaban o por enfermedades, y ella es la candidata perfecta para hacerse cargo de ellos. Junto a un grupo de hermanas, la monja descubre de inmediato la hostilidad de un país que les desprecia, que ve como inferiores a los extranjeros, pero ella dará la lucha, a pesar de su precaria salud. Enfrentará a autoridades, en especial al nefasto alcalde de la ciudad, y se unirá a hijos de inmigrantes millonarios para realizar sus planes en post de los niños desvalidos. Sólo un médico amigo será su gran aliado, pues en muchas ocasiones, ni la Iglesia la apoya, sólo por su condición de mujer aguerrida. Una historia inspiradora más que religiosa, con valores, producida por Angel Studios y dirigida por el mexicano Alejandro Monteverde, ambos detrás de la exitosa cinta “Sound of Freedom”, que impactó el año pasado por su temática. Y aunque, probablemente, existan muchos prejuicios sobre esta nueva producción, cabe decir que es bastante más de lo que se pueden imaginar a simple vista. “Cabrini” es algo lenta al comienzo, pero toma bien ritmo dentro de su realidad. Está bien contada y ambientada. La actuación de la actriz italiana Cristiana Dell’ Anna como la protagonista es sobresaliente, además, está acompañada por un elenco que incluye a David Morse, Jeremy Bobb, John Lithgow, Romana Maggiora y Giancarlo Giannini como el Papa. Este inspirador filme que nos habla de esperanza e igualdad, llegó a los cines nacionales el 21 de marzo.