Hay documentales que buscan explicar y otros que buscan entender. Este pertenece al segundo grupo. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez no es solo la historia de un asesino serial, es una inmersión en su mente enferma, en sus traumas y en los años que lo convirtieron en una figura de puro horror. La miniserie, dirigida por Tiller Russell, se estructura en dos episodios ágiles, intensos y muy bien montados, donde el ritmo nunca decae y el impacto crece minuto a minuto. La gran diferencia frente a otros documentales sobre el “Night Stalker” -como el de Netflix de 2021- está en su uso de audio real. A lo largo del metraje, escuchamos las cintas grabadas en prisión, donde Ramirez fue entrevistado. Su voz, pausada y a veces casi divertida, hiela la sangre: es el propio asesino narrando su historia, hablando de los abusos, de su fascinación con el mal y de los impulsos que lo llevaron a matar sin distinción de edad, género o condición. Este recurso convierte a Acosador Nocturno en una experiencia mucho más íntima y perturbadora. Ya no es solo un policía recordando el caso ni una voz en off reconstruyendo los hechos: es él. Es el monstruo hablando directamente al espectador. A eso se suma un excelente trabajo de archivo, con material de la época, fotografías inéditas y fragmentos noticiosos que muestran el pánico que vivió California durante 1984 y 1985. La serie también da espacio a los familiares de las víctimas, quienes aportan humanidad y dolor, recordándonos que detrás de cada crimen hay una vida rota y un vacío imposible de llenar. Lo más interesante es que el documental no busca glorificar al asesino ni convertirlo en leyenda pop. Al contrario, lo desnuda. Nos muestra a un hombre criado en la violencia, marcado por los abusos, por la droga y por una obsesión con la oscuridad. Es una radiografía del origen del mal, contada sin morbo pero con crudeza. Y lo mejor: son solo dos capítulos. Directo, conciso y eficaz, sin estirar la historia. Si ya viste Night Stalker: The Hunt for a Serial Killer en Netflix, esta nueva versión funciona como el complemento perfecto: el primero se enfoca en la investigación policial, mientras que el de HBO Max nos mete de lleno en la mente del asesino. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez es, en definitiva, un documental que te deja mirando la pantalla incluso después de que termina. No solo por el horror de sus crímenes, sino por la incomodidad de escuchar al propio Richard Ramirez contar su historia con una calma escalofriante. Una obra tan breve como intensa, que vuelve a recordarnos que el verdadero terror no siempre viene de la ficción. Ya disponible en HBO Max.
Hay documentales que buscan explicar y otros que buscan entender. Este pertenece al segundo grupo. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez no es solo la historia de un asesino serial, es una inmersión en su mente enferma, en sus traumas y en los años que lo convirtieron en una figura de puro horror. La miniserie, dirigida por Tiller Russell, se estructura en dos episodios ágiles, intensos y muy bien montados, donde el ritmo nunca decae y el impacto crece minuto a minuto. La gran diferencia frente a otros documentales sobre el “Night Stalker” -como el de Netflix de 2021- está en su uso de audio real. A lo largo del metraje, escuchamos las cintas grabadas en prisión, donde Ramirez fue entrevistado. Su voz, pausada y a veces casi divertida, hiela la sangre: es el propio asesino narrando su historia, hablando de los abusos, de su fascinación con el mal y de los impulsos que lo llevaron a matar sin distinción de edad, género o condición. Este recurso convierte a Acosador Nocturno en una experiencia mucho más íntima y perturbadora. Ya no es solo un policía recordando el caso ni una voz en off reconstruyendo los hechos: es él. Es el monstruo hablando directamente al espectador. A eso se suma un excelente trabajo de archivo, con material de la época, fotografías inéditas y fragmentos noticiosos que muestran el pánico que vivió California durante 1984 y 1985. La serie también da espacio a los familiares de las víctimas, quienes aportan humanidad y dolor, recordándonos que detrás de cada crimen hay una vida rota y un vacío imposible de llenar. Lo más interesante es que el documental no busca glorificar al asesino ni convertirlo en leyenda pop. Al contrario, lo desnuda. Nos muestra a un hombre criado en la violencia, marcado por los abusos, por la droga y por una obsesión con la oscuridad. Es una radiografía del origen del mal, contada sin morbo pero con crudeza. Y lo mejor: son solo dos capítulos. Directo, conciso y eficaz, sin estirar la historia. Si ya viste Night Stalker: The Hunt for a Serial Killer en Netflix, esta nueva versión funciona como el complemento perfecto: el primero se enfoca en la investigación policial, mientras que el de HBO Max nos mete de lleno en la mente del asesino. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez es, en definitiva, un documental que te deja mirando la pantalla incluso después de que termina. No solo por el horror de sus crímenes, sino por la incomodidad de escuchar al propio Richard Ramirez contar su historia con una calma escalofriante. Una obra tan breve como intensa, que vuelve a recordarnos que el verdadero terror no siempre viene de la ficción. Ya disponible en HBO Max.