Inspirada en la vida y obra de Roberto Parra, Me Rompiste el Corazón es una cinta que respira patrimonio e identidad. Bajo la dirección de Boris Quercia, la película nos sumerge en los orígenes del músico: desde su infancia en Chillán en los años 20 y 30, hasta sus años en el puerto de San Antonio, donde conoció a la Negra Ester ( Carmen Gloria Bresky), la prostituta que se convirtió en el gran amor de su vida. Un amor intenso, pero condenado a la imposibilidad. Daniel Muñoz despliega una actuación magistral, interpretando a Parra en distintas etapas, e incluso a un actor que debe encarnar al propio Parra, en un juego metacinematográfico tan arriesgado como fascinante. Con la fuerza de su carisma, su talento musical y su vínculo directo con la cueca chora, Muñoz canta, toca y actúa con un nivel de entrega que recuerda sus primeros y más queridos trabajos en televisión, confirmando una vez más su versatilidad como intérprete. Pero si hay un papel que merece mención especial es el de Carmen Gloria Bresky como la Negra Ester. La actriz entrega una interpretación intensa y conmovedora, dando vida a una mujer de carácter fuerte, pero también marcada por la fragilidad y el anhelo de un futuro distinto al de la prostitución. Su relación con Roberto Parra es tan real como imposible, lo que añade un matiz de tragedia a la historia de amor. Bresky logra un equilibrio perfecto entre la dureza y la vulnerabilidad del personaje, componiendo quizás uno de los roles más emblemáticos de su carrera. El elenco lo acompañan figuras como Carolina Paulsen, Gustavo Becerra y Maricarmen Arrigorriaga, quienes enriquecen el retrato coral de la pensión y la bohemia de San Antonio. A esto se suma la música, verdadero corazón de la película, que combina composiciones de Parra con arreglos creados por Álvaro Henríquez, logrando un universo sonoro que evoca tanto la melancolía como la fiesta. Rodada en locaciones reales y con un notable trabajo de ambientación, Me Rompiste el Corazón es una película profundamente chilena, una suerte de versión criolla de Dulce y Melancólico de Woody Allen, donde el humor, la ternura, la música y la tragedia se entrelazan para contar una historia entrañable. Para Boris Quercia, Me Rompiste el Corazón es también una historia muy personal. Su vínculo con Roberto Parra nació en el teatro, cuando lo interpretó en la recordada obra basada en La Negra Ester, experiencia que lo hizo enamorarse de este universo popular y guachaca. Años más tarde, esa primera conexión se transforma en esta película, que Quercia define como un reencuentro con el Chile popular, con sus músicas, sus personajes y su identidad. En definitiva, se trata de un filme hecho con amor y con identidad, perfecto para descubrir —o redescubrir— a Roberto Parra y su legado cultural. Una invitación ideal para ver en el marco de las Fiestas Patrias y vibrar con uno de los romances más emblemáticos de nuestra cultura popular. Pero ojo, para quienes quizás no conocen la historia, están avisados: el desenlace ofrece uno de los momentos más tristes y conmovedores del cine chileno reciente, un adiós cargado de amor imposible que golpea directo al corazón. Ya está en cines chilenos.
Inspirada en la vida y obra de Roberto Parra, Me Rompiste el Corazón es una cinta que respira patrimonio e identidad. Bajo la dirección de Boris Quercia, la película nos sumerge en los orígenes del músico: desde su infancia en Chillán en los años 20 y 30, hasta sus años en el puerto de San Antonio, donde conoció a la Negra Ester ( Carmen Gloria Bresky), la prostituta que se convirtió en el gran amor de su vida. Un amor intenso, pero condenado a la imposibilidad. Daniel Muñoz despliega una actuación magistral, interpretando a Parra en distintas etapas, e incluso a un actor que debe encarnar al propio Parra, en un juego metacinematográfico tan arriesgado como fascinante. Con la fuerza de su carisma, su talento musical y su vínculo directo con la cueca chora, Muñoz canta, toca y actúa con un nivel de entrega que recuerda sus primeros y más queridos trabajos en televisión, confirmando una vez más su versatilidad como intérprete. Pero si hay un papel que merece mención especial es el de Carmen Gloria Bresky como la Negra Ester. La actriz entrega una interpretación intensa y conmovedora, dando vida a una mujer de carácter fuerte, pero también marcada por la fragilidad y el anhelo de un futuro distinto al de la prostitución. Su relación con Roberto Parra es tan real como imposible, lo que añade un matiz de tragedia a la historia de amor. Bresky logra un equilibrio perfecto entre la dureza y la vulnerabilidad del personaje, componiendo quizás uno de los roles más emblemáticos de su carrera. El elenco lo acompañan figuras como Carolina Paulsen, Gustavo Becerra y Maricarmen Arrigorriaga, quienes enriquecen el retrato coral de la pensión y la bohemia de San Antonio. A esto se suma la música, verdadero corazón de la película, que combina composiciones de Parra con arreglos creados por Álvaro Henríquez, logrando un universo sonoro que evoca tanto la melancolía como la fiesta. Rodada en locaciones reales y con un notable trabajo de ambientación, Me Rompiste el Corazón es una película profundamente chilena, una suerte de versión criolla de Dulce y Melancólico de Woody Allen, donde el humor, la ternura, la música y la tragedia se entrelazan para contar una historia entrañable. Para Boris Quercia, Me Rompiste el Corazón es también una historia muy personal. Su vínculo con Roberto Parra nació en el teatro, cuando lo interpretó en la recordada obra basada en La Negra Ester, experiencia que lo hizo enamorarse de este universo popular y guachaca. Años más tarde, esa primera conexión se transforma en esta película, que Quercia define como un reencuentro con el Chile popular, con sus músicas, sus personajes y su identidad. En definitiva, se trata de un filme hecho con amor y con identidad, perfecto para descubrir —o redescubrir— a Roberto Parra y su legado cultural. Una invitación ideal para ver en el marco de las Fiestas Patrias y vibrar con uno de los romances más emblemáticos de nuestra cultura popular. Pero ojo, para quienes quizás no conocen la historia, están avisados: el desenlace ofrece uno de los momentos más tristes y conmovedores del cine chileno reciente, un adiós cargado de amor imposible que golpea directo al corazón. Ya está en cines chilenos.