La saga V/H/S lleva más de una década consolidándose como una de las antologías de terror más queridas del género, aunque con resultados desiguales entre entrega y entrega. En esta nueva versión -V/H/S/ Halloween- la franquicia celebra la noche más terrorífica del año con una selección de directores menos rutilantes, salvo el español Paco Plaza, pero paradójicamente entrega uno de los capítulos más sólidos y sorprendentes de toda la serie. La historia marco, “Diet Phantasma” de Bryan M. Ferguson, funciona como un falso documental de laboratorio ambientado en los 80, donde una empresa prueba una bebida gaseosa elaborada con extractos de poltergeists. De ahí parte un desfile de segmentos tan variados como enfermizos, cada uno más sorprendente que el anterior. Lo mejor es su estilo de filmación crudo y realista. Respecto a los cortometrajes centrales, el primero, “Coochie Coochie Coo” de Anna Zlokovic, es probablemente el más aterrador: una historia sobre adolescentes que se topan con una criatura maternal y grotesca en un casa maldita, filmada con la intensidad de un videojuego de horror en primera persona. Luego llega “Ut Supra Sic Infra”, el corto de Paco Plaza, que combina ocultismo, horror metafísico y un despliegue visual impresionante; probablemente el más logrado de todos, con ecos de REC y del giallo europeo. “Fun Size”, de Casper Kelly (Too Many Cooks), aporta el humor negro y la locura visual: una fábrica de dulces infernal donde la sátira y el gore se dan la mano. “Kidprint”, de Alex Ross Perry, es el más perturbador y realista, con una historia de asesinatos infantiles y cintas VHS que recuerda al mejor horror psicológico de los 90. Finalmente, “Home Haunt”, de Micheline Pitt-Norman y R.H. Norman, cierra con una avalancha de efectos prácticos, criaturas y nostalgia ochentera, en la línea de Creepshow o Night of the Demons. Lo más notable es que cada historia podría sostener su propia película, algo poco habitual en este tipo de antologías. Todas son distintas, pero ninguna baja el nivel; cada una explora una faceta del horror —del sobrenatural al visceral, del humorístico al trágico— con una energía que recuerda por qué la saga V/H/S se convirtió en un clásico moderno del found footage. Sin duda, una de las mejores entregas de la franquicia, a la altura de V/H/S/2, y una opción perfecta para ver este Halloween: intensa, divertida, grotesca y sorprendentemente consistente. Disponible recientemente en Prime Video.
En la década de los ochenta, una película hecha para televisión provocó más de una pesadilla a quienes la vieron en el clásico 'cine de trasnoche´' de la señal abierta. Don’t Go to Sleep , dirigida por Richard Lang (Kung Fu: La película), presenta un drama familiar que se transforma, poco a poco, en un verdadero infierno. Tiempo después de la muerte de su hija mayor, Jennifer, un matrimonio se muda junto a sus dos hijos menores - Mary y Kevin - a la casa de la abuela materna. La mujer, además de requerir asistencia, está obsesionada con mantener viva la memoria de su nieta fallecida. Con el paso de los días, Mary comienza a ser acechada por una extraña presencia que interrumpe su sueño. Una noche, al mirar bajo la cama -en una de las escenas más escalofriantes del film- ve a Jennifer sonriente. Desde entonces, su comportamiento se vuelve errático, y la conexión con su hermana muerta pondrá en peligro a toda la familia. Mientras el fantasma parece decidido a destruirlos uno por uno, las verdaderas circunstancias del accidente que le costó la vida a Jennifer permanecen ocultas. Producida por uno de los grandes de la TV de la época, Aaron Spelling (Los ángeles de Charlie, Beverly Hills 90210), esta cinta, pese a su modesto presupuesto y a sus simples efectos especiales, consigue perturbar por la intensidad de sus escenas, la solidez de sus diálogos y las destacadas actuaciones de las niñas Robin Ignico y Kristin Cumming, que se roban la película. Cuenta con momentos icónicos -además del ya mencionado bajo la cama- como la escena del corte de pizza, la caída de Kevin o la cama incendiada. Aunque es difícil de encontrar, Don’t Go to Sleep puede verse (no en la mejor calidad) en YouTube. Sin embargo, más allá de su acceso limitado, la película sigue viva en la memoria de quienes crecieron viendo cine de terror ochentero y aún recuerdan aquellas noches donde el miedo se encendía en la pantalla del televisor a medianoche.
Cada cierto tiempo uno se topa con una película que te recuerda por qué amas el cine de terror.The Changeling, dirigida por Peter Medak en 1980, es una de esas. No necesita monstruos, ni litros de sangre, ni efectos digitales. Solo una casa enorme, un hombre roto por el dolor y una pelota que rebota por una escalera para helarte la sangre. La historia sigue a John Russell (un imponente George C. Scott), un compositor que, tras perder a su esposa e hija en un accidente, se muda a una mansión antigua para recomenzar su vida. Pero el pasado -como el dolor- siempre encuentra la forma de volver. Dentro de esa casa hay algo que intenta comunicarse con él, y lo que empieza como un misterio sobrenatural termina siendo una tragedia profundamente humana. Lo que más me impresiona de esta película es cómo el miedo nace del duelo, no del susto. Cada sonido, cada puerta que se abre sola, está cargada de una tristeza silenciosa. Medak no busca asustarte con lo que ves, sino con lo que imaginas. El sonido de esa pelota cayendo por las escaleras es probablemente uno de los momentos más perturbadores del cine de los ochenta, y todo gracias a la puesta en escena y el diseño sonoro. Peter Medak, director húngaro que llegó a Inglaterra escapando del comunismo, venía de hacer películas con un tono más político y teatral, como The Ruling Class (1972). Lo interesante es que en The Changeling volcó su propio dolor: poco antes del rodaje, perdió a su esposa e hijo. Ese trasfondo se siente. La película no solo trata sobre fantasmas, sino sobre el vacío que dejan los muertos en los vivos. Y claro, está George C. Scott, un actor imposible de ignorar. Tiene esa mirada de acero que conocimos en “Patton” o “Hardcore”, pero aquí la vemos quebrarse poco a poco. Su interpretación le da al personaje una humanidad que rara vez se ve en este tipo de historias. Lo acompaña Trish Van Devere, su pareja en la vida real, aportando una química melancólica que refuerza la sensación de pérdida. Un filme de culto Cuando se estrenó, The Changeling -o Al final de la escalera, como se conoció en Latinoamérica- no fue un éxito masivo, pero con los años se ganó un lugar de culto. Ganó el premio Genie a la Mejor Película Canadiense, además de reconocimientos por su guion, fotografía y sonido. El propio Martin Scorsese la incluyó en su lista de las películas más terroríficas de todos los tiempos, y el canal Bravo la posicionó entre las 100 más aterradoras del cine. Actualmente, ha vuelto a ser redescubierta por muchos cinéfilos gracias al formato físico y su lanzamiento en blu-ray, debido a que desgraciadamente no está disponible en ninguna plataforma de streaming. A 45 años de su estreno, The Changeling sigue siendo una experiencia que te atrapa desde lo emocional. Es una película sobre el dolor, la culpa y la imposibilidad de cerrar heridas. Ideal para este Halloween si buscas algo más que sustos. Una historia donde el verdadero horror no está en los fantasmas, sino en los recuerdos que no nos dejan ir.
Carlos Enrique Taboada (Rapiña, Hasta el viento tiene miedo, Veneno para las hadas) fue uno de los grandes exponentes del cine de terror y suspenso en México, y un referente para muchos realizadores del género en Iberoamérica. Director y guionista, supo convertir sus historias en grandes filmes, a pesar de contar con presupuestos modestos. Una de sus obras más recordadas es “ El libro de piedra ” (1969), protagonizada por tres grandes figuras del cine y la televisión mexicana: Joaquín Cordero, Marga López y Norma Lazareno. El millonario y viudo Eugenio Ruvalcaba (Cordero) contrata a una nueva institutriz para cuidar y educar a su hija Silvia (Lucy Buj), una niña caprichosa y difícil. Julia (López) es una mujer profesional que se toma muy en serio su trabajo, aunque pronto nota que la niña se muestra insoportable y molesta, especialmente por la presencia de la nueva novia de su padre (Lazareno), situación que la irrita aún más. Con el paso de los días, Julia percibe que Silvia no solo es temperamental, sino también extraña. La pequeña habla constantemente de un tal Hugo, a quien considera parte de su vida. Lo que en un principio todos creen que es un amigo imaginario —inspirado en la antigua estatua de un niño que se alza en la propiedad de los Ruvalcaba— pronto se revela como una oscura realidad. Aunque se notan las limitaciones de presupuesto y los recursos técnicos propios de la época, la forma en que la película está narrada y las sólidas actuaciones la convierten en una pieza fundamental del género. Para muchos, “El libro de piedra” fue aquella historia que, en la infancia, dejó más de una noche en vela. Hoy es difícil encontrarla en formato físico o en plataformas de streaming, pero puede verse completa en YouTube. En 2009 se realizó un remake de “El libro de piedra”, aunque se trata de una versión carente de la magia de la original, totalmente olvidable.
¿Como buen cinéfilo(a) quieres celebrar Halloween con una buena maratón de películas que te hagan saltar de miedo? Si quieres irte a la segura, incluye en tu listadoLa masacre de Texas de Tobe Hooper (1974). Este clásico no defrauda. Tiene suspenso, acción, escenas sangrientas y una sobre dosis de terror. La cinta cuenta la historia de Sally y Franklin, dos hermanos que viajan- junto a un grupo de amigos- a la parte más desolada de Texas para verificar que la tumba de sus abuelos estaba intacta, porque se había dado a conocer una serie de profanaciones en el cementerio donde estaban enterrados. Lamentablemente, en el camino se encuentran con una familia de caníbales que los quiere devorar. Son cuatro integrantes. Todos psicópatas. Para intimidar a las víctimas, utilizan durante las persecuciones ganchos de carnicero y una motosierra. Como si esto fuera poco, uno de los malhechores usa una máscara hecha con piel humana. Este macabro personaje se llama Leatherface y es encarnado por Gunnar Hansen.Su casa es muy tétrica, tiene restos de cadaveres por todas partes. Los jóvenes viven una verdadera pesadilla. Toda la desesperación, angustia y terror extremo que sienten traspasa la pantalla. Las emociones están tan bien logradas que los espectadores sufren con ellos como si fueran una víctima más que intenta escapar. La masacre de Texas es de esos films que aceleran los latidos cardíacos y te hacen estar alerta en todo momento. Lo más terrorífico de la cinta, es que está basada en hechos reales. Hooper se inspiró en la historia de Ed Gein, un asesino en serie y profanador de tumbas que conmocionó a Estados Unidos con sus crímenes durante la década de los 50. En los últimos años, se ha realizado una serie de secuelas, precuelas y remakes de la película, pero ninguna ha sido tan exitosa como la original, porque no lograron igualar su atmósfera espeluznante. Recientemente, Netflix estreno la serie “Monstruo: La Historia de Ed Gein” que nos presenta la vida y crímenes de la persona que inspiró a Leatherface, y también hace referencia a la filmación de este clásico.
La saga V/H/S lleva más de una década consolidándose como una de las antologías de terror más queridas del género, aunque con resultados desiguales entre entrega y entrega. En esta nueva versión -V/H/S/ Halloween- la franquicia celebra la noche más terrorífica del año con una selección de directores menos rutilantes, salvo el español Paco Plaza, pero paradójicamente entrega uno de los capítulos más sólidos y sorprendentes de toda la serie. La historia marco, “Diet Phantasma” de Bryan M. Ferguson, funciona como un falso documental de laboratorio ambientado en los 80, donde una empresa prueba una bebida gaseosa elaborada con extractos de poltergeists. De ahí parte un desfile de segmentos tan variados como enfermizos, cada uno más sorprendente que el anterior. Lo mejor es su estilo de filmación crudo y realista. Respecto a los cortometrajes centrales, el primero, “Coochie Coochie Coo” de Anna Zlokovic, es probablemente el más aterrador: una historia sobre adolescentes que se topan con una criatura maternal y grotesca en un casa maldita, filmada con la intensidad de un videojuego de horror en primera persona. Luego llega “Ut Supra Sic Infra”, el corto de Paco Plaza, que combina ocultismo, horror metafísico y un despliegue visual impresionante; probablemente el más logrado de todos, con ecos de REC y del giallo europeo. “Fun Size”, de Casper Kelly (Too Many Cooks), aporta el humor negro y la locura visual: una fábrica de dulces infernal donde la sátira y el gore se dan la mano. “Kidprint”, de Alex Ross Perry, es el más perturbador y realista, con una historia de asesinatos infantiles y cintas VHS que recuerda al mejor horror psicológico de los 90. Finalmente, “Home Haunt”, de Micheline Pitt-Norman y R.H. Norman, cierra con una avalancha de efectos prácticos, criaturas y nostalgia ochentera, en la línea de Creepshow o Night of the Demons. Lo más notable es que cada historia podría sostener su propia película, algo poco habitual en este tipo de antologías. Todas son distintas, pero ninguna baja el nivel; cada una explora una faceta del horror —del sobrenatural al visceral, del humorístico al trágico— con una energía que recuerda por qué la saga V/H/S se convirtió en un clásico moderno del found footage. Sin duda, una de las mejores entregas de la franquicia, a la altura de V/H/S/2, y una opción perfecta para ver este Halloween: intensa, divertida, grotesca y sorprendentemente consistente. Disponible recientemente en Prime Video.
En la década de los ochenta, una película hecha para televisión provocó más de una pesadilla a quienes la vieron en el clásico 'cine de trasnoche´' de la señal abierta. Don’t Go to Sleep , dirigida por Richard Lang (Kung Fu: La película), presenta un drama familiar que se transforma, poco a poco, en un verdadero infierno. Tiempo después de la muerte de su hija mayor, Jennifer, un matrimonio se muda junto a sus dos hijos menores - Mary y Kevin - a la casa de la abuela materna. La mujer, además de requerir asistencia, está obsesionada con mantener viva la memoria de su nieta fallecida. Con el paso de los días, Mary comienza a ser acechada por una extraña presencia que interrumpe su sueño. Una noche, al mirar bajo la cama -en una de las escenas más escalofriantes del film- ve a Jennifer sonriente. Desde entonces, su comportamiento se vuelve errático, y la conexión con su hermana muerta pondrá en peligro a toda la familia. Mientras el fantasma parece decidido a destruirlos uno por uno, las verdaderas circunstancias del accidente que le costó la vida a Jennifer permanecen ocultas. Producida por uno de los grandes de la TV de la época, Aaron Spelling (Los ángeles de Charlie, Beverly Hills 90210), esta cinta, pese a su modesto presupuesto y a sus simples efectos especiales, consigue perturbar por la intensidad de sus escenas, la solidez de sus diálogos y las destacadas actuaciones de las niñas Robin Ignico y Kristin Cumming, que se roban la película. Cuenta con momentos icónicos -además del ya mencionado bajo la cama- como la escena del corte de pizza, la caída de Kevin o la cama incendiada. Aunque es difícil de encontrar, Don’t Go to Sleep puede verse (no en la mejor calidad) en YouTube. Sin embargo, más allá de su acceso limitado, la película sigue viva en la memoria de quienes crecieron viendo cine de terror ochentero y aún recuerdan aquellas noches donde el miedo se encendía en la pantalla del televisor a medianoche.
Cada cierto tiempo uno se topa con una película que te recuerda por qué amas el cine de terror.The Changeling, dirigida por Peter Medak en 1980, es una de esas. No necesita monstruos, ni litros de sangre, ni efectos digitales. Solo una casa enorme, un hombre roto por el dolor y una pelota que rebota por una escalera para helarte la sangre. La historia sigue a John Russell (un imponente George C. Scott), un compositor que, tras perder a su esposa e hija en un accidente, se muda a una mansión antigua para recomenzar su vida. Pero el pasado -como el dolor- siempre encuentra la forma de volver. Dentro de esa casa hay algo que intenta comunicarse con él, y lo que empieza como un misterio sobrenatural termina siendo una tragedia profundamente humana. Lo que más me impresiona de esta película es cómo el miedo nace del duelo, no del susto. Cada sonido, cada puerta que se abre sola, está cargada de una tristeza silenciosa. Medak no busca asustarte con lo que ves, sino con lo que imaginas. El sonido de esa pelota cayendo por las escaleras es probablemente uno de los momentos más perturbadores del cine de los ochenta, y todo gracias a la puesta en escena y el diseño sonoro. Peter Medak, director húngaro que llegó a Inglaterra escapando del comunismo, venía de hacer películas con un tono más político y teatral, como The Ruling Class (1972). Lo interesante es que en The Changeling volcó su propio dolor: poco antes del rodaje, perdió a su esposa e hijo. Ese trasfondo se siente. La película no solo trata sobre fantasmas, sino sobre el vacío que dejan los muertos en los vivos. Y claro, está George C. Scott, un actor imposible de ignorar. Tiene esa mirada de acero que conocimos en “Patton” o “Hardcore”, pero aquí la vemos quebrarse poco a poco. Su interpretación le da al personaje una humanidad que rara vez se ve en este tipo de historias. Lo acompaña Trish Van Devere, su pareja en la vida real, aportando una química melancólica que refuerza la sensación de pérdida. Un filme de culto Cuando se estrenó, The Changeling -o Al final de la escalera, como se conoció en Latinoamérica- no fue un éxito masivo, pero con los años se ganó un lugar de culto. Ganó el premio Genie a la Mejor Película Canadiense, además de reconocimientos por su guion, fotografía y sonido. El propio Martin Scorsese la incluyó en su lista de las películas más terroríficas de todos los tiempos, y el canal Bravo la posicionó entre las 100 más aterradoras del cine. Actualmente, ha vuelto a ser redescubierta por muchos cinéfilos gracias al formato físico y su lanzamiento en blu-ray, debido a que desgraciadamente no está disponible en ninguna plataforma de streaming. A 45 años de su estreno, The Changeling sigue siendo una experiencia que te atrapa desde lo emocional. Es una película sobre el dolor, la culpa y la imposibilidad de cerrar heridas. Ideal para este Halloween si buscas algo más que sustos. Una historia donde el verdadero horror no está en los fantasmas, sino en los recuerdos que no nos dejan ir.
Carlos Enrique Taboada (Rapiña, Hasta el viento tiene miedo, Veneno para las hadas) fue uno de los grandes exponentes del cine de terror y suspenso en México, y un referente para muchos realizadores del género en Iberoamérica. Director y guionista, supo convertir sus historias en grandes filmes, a pesar de contar con presupuestos modestos. Una de sus obras más recordadas es “ El libro de piedra ” (1969), protagonizada por tres grandes figuras del cine y la televisión mexicana: Joaquín Cordero, Marga López y Norma Lazareno. El millonario y viudo Eugenio Ruvalcaba (Cordero) contrata a una nueva institutriz para cuidar y educar a su hija Silvia (Lucy Buj), una niña caprichosa y difícil. Julia (López) es una mujer profesional que se toma muy en serio su trabajo, aunque pronto nota que la niña se muestra insoportable y molesta, especialmente por la presencia de la nueva novia de su padre (Lazareno), situación que la irrita aún más. Con el paso de los días, Julia percibe que Silvia no solo es temperamental, sino también extraña. La pequeña habla constantemente de un tal Hugo, a quien considera parte de su vida. Lo que en un principio todos creen que es un amigo imaginario —inspirado en la antigua estatua de un niño que se alza en la propiedad de los Ruvalcaba— pronto se revela como una oscura realidad. Aunque se notan las limitaciones de presupuesto y los recursos técnicos propios de la época, la forma en que la película está narrada y las sólidas actuaciones la convierten en una pieza fundamental del género. Para muchos, “El libro de piedra” fue aquella historia que, en la infancia, dejó más de una noche en vela. Hoy es difícil encontrarla en formato físico o en plataformas de streaming, pero puede verse completa en YouTube. En 2009 se realizó un remake de “El libro de piedra”, aunque se trata de una versión carente de la magia de la original, totalmente olvidable.
¿Como buen cinéfilo(a) quieres celebrar Halloween con una buena maratón de películas que te hagan saltar de miedo? Si quieres irte a la segura, incluye en tu listadoLa masacre de Texas de Tobe Hooper (1974). Este clásico no defrauda. Tiene suspenso, acción, escenas sangrientas y una sobre dosis de terror. La cinta cuenta la historia de Sally y Franklin, dos hermanos que viajan- junto a un grupo de amigos- a la parte más desolada de Texas para verificar que la tumba de sus abuelos estaba intacta, porque se había dado a conocer una serie de profanaciones en el cementerio donde estaban enterrados. Lamentablemente, en el camino se encuentran con una familia de caníbales que los quiere devorar. Son cuatro integrantes. Todos psicópatas. Para intimidar a las víctimas, utilizan durante las persecuciones ganchos de carnicero y una motosierra. Como si esto fuera poco, uno de los malhechores usa una máscara hecha con piel humana. Este macabro personaje se llama Leatherface y es encarnado por Gunnar Hansen.Su casa es muy tétrica, tiene restos de cadaveres por todas partes. Los jóvenes viven una verdadera pesadilla. Toda la desesperación, angustia y terror extremo que sienten traspasa la pantalla. Las emociones están tan bien logradas que los espectadores sufren con ellos como si fueran una víctima más que intenta escapar. La masacre de Texas es de esos films que aceleran los latidos cardíacos y te hacen estar alerta en todo momento. Lo más terrorífico de la cinta, es que está basada en hechos reales. Hooper se inspiró en la historia de Ed Gein, un asesino en serie y profanador de tumbas que conmocionó a Estados Unidos con sus crímenes durante la década de los 50. En los últimos años, se ha realizado una serie de secuelas, precuelas y remakes de la película, pero ninguna ha sido tan exitosa como la original, porque no lograron igualar su atmósfera espeluznante. Recientemente, Netflix estreno la serie “Monstruo: La Historia de Ed Gein” que nos presenta la vida y crímenes de la persona que inspiró a Leatherface, y también hace referencia a la filmación de este clásico.