Dirigida por Tilman Singer,Cuckoo -una coproducción entre Alemania y Estados Unidos- es de esas películas difíciles de encasillar. Oscila entre el suspenso, el terror y el drama, enmarcada en un escenario de ensueño, los Alpes alemanes, donde nada es lo que parece. Gretchen, una joven solitaria, debe mudarse con su padre, su madrastra y una pequeña hermanastra a quien apenas reconoce como tal, luego de la muerte de su madre. El nuevo hogar es una enorme casa dentro de un extraño resort propiedad de Herr König, un inquietante amigo de su padre y posible socio. Pronto, Gretchen, incómoda con la nueva dinámica familiar, comienza a notar hechos extraños, especialmente cuando Herr König la invita a trabajar como recepcionista de su hotel. Un alojamiento que, misteriosamente, debe cerrar su recepción, apagar luces y asegurar puertas a las 10 de la noche. Por las noches, un extraño sonido -como un alarido de ave- sobrevuela el lugar, provocando comportamientos erráticos y, en ocasiones, bucles temporales. Huéspedes que parecen zombis, una mujer que persigue a Gretchen como desquiciada, y Alma, su hermanastra, afectada por episodios violentos y ataques epilépticos. Gretchen intuye que algo está profundamente mal, pero no sabe a quién acudir ni cómo enfrentarlo. Sólo Henry Lando, un ex policía, parece tener pistas sobre un posible experimento científico en curso, aunque no sabe si confiar en él o no. Bizarra, con guiños al giallo italiano, de ritmo irregular, pero actuaciones sólidas, Cuckoo construye una atmósfera hipnótica que atrapa, aunque deja varios hilos sin resolver. Aún así, sus metáforas resultan interesantes sobre la identidad, los vínculos familiares, la maternidad forzada y -como bien sugiere el título- la parasitación del cuco, ese pájaro que deja sus huevos en nidos ajenos. El elenco está liderado por Hunter Schafer (Euphoria, Kinds of Kindness), Dan Stevens (Downton Abbey, The Guest), Jan Bluthardt (colaborador habitual del director) y Greta Fernández (30 Monedas).
Dirigida por Tilman Singer,Cuckoo -una coproducción entre Alemania y Estados Unidos- es de esas películas difíciles de encasillar. Oscila entre el suspenso, el terror y el drama, enmarcada en un escenario de ensueño, los Alpes alemanes, donde nada es lo que parece. Gretchen, una joven solitaria, debe mudarse con su padre, su madrastra y una pequeña hermanastra a quien apenas reconoce como tal, luego de la muerte de su madre. El nuevo hogar es una enorme casa dentro de un extraño resort propiedad de Herr König, un inquietante amigo de su padre y posible socio. Pronto, Gretchen, incómoda con la nueva dinámica familiar, comienza a notar hechos extraños, especialmente cuando Herr König la invita a trabajar como recepcionista de su hotel. Un alojamiento que, misteriosamente, debe cerrar su recepción, apagar luces y asegurar puertas a las 10 de la noche. Por las noches, un extraño sonido -como un alarido de ave- sobrevuela el lugar, provocando comportamientos erráticos y, en ocasiones, bucles temporales. Huéspedes que parecen zombis, una mujer que persigue a Gretchen como desquiciada, y Alma, su hermanastra, afectada por episodios violentos y ataques epilépticos. Gretchen intuye que algo está profundamente mal, pero no sabe a quién acudir ni cómo enfrentarlo. Sólo Henry Lando, un ex policía, parece tener pistas sobre un posible experimento científico en curso, aunque no sabe si confiar en él o no. Bizarra, con guiños al giallo italiano, de ritmo irregular, pero actuaciones sólidas, Cuckoo construye una atmósfera hipnótica que atrapa, aunque deja varios hilos sin resolver. Aún así, sus metáforas resultan interesantes sobre la identidad, los vínculos familiares, la maternidad forzada y -como bien sugiere el título- la parasitación del cuco, ese pájaro que deja sus huevos en nidos ajenos. El elenco está liderado por Hunter Schafer (Euphoria, Kinds of Kindness), Dan Stevens (Downton Abbey, The Guest), Jan Bluthardt (colaborador habitual del director) y Greta Fernández (30 Monedas).