Si bien en la zona centro-sur de Chile se escucha cueca todo el año, el baile nacional toma especial relevancia durante septiembre, tras la llegada de las Fiestas Patrias. En las radios, los eventos y en el corazón de la vibrante escena musical a lo largo del país comienzan a sonar conjuntos folclóricos y artistas de distintas localidades, como Los mismos de Siempre, un grupo de amigos que durante seis años de enriquecedora travesía musical han cultivado un profundo vínculo con las raíces culturales de la zona centro, creando bellísimas cuecas que mezclan lo moderno con lo clásico. Una de sus canciones más populares y queridas por el público es “Mi Cueca Chilena” , una pegadiza canción tradicional que, de seguro, este año sonará repetidamente en las casas de nuestro país. La canción -incluso- tiene un videoclip que se puede ver a través de YouTube. Hasta la fecha, Los Mismos de Siempre han lanzado dos álbumes de estudio, el primero homónimo en 2018, y este 2023 se estrenó “Con una Cueca te Enamoro”, un trabajo de 15 canciones que harán vibrar los escenarios del país durante septiembre. Ambos discos se pueden encontrar a través de las plataformas digitales. El año 2022 marcó un hito en la historia de la agrupación, cuando su talento y dedicación fueron reconocidos a nivel nacional. Fueron honrados con el título de Rostro Culturales y Turísticos de Coltauco, un reconocimiento que refleja su impacto en la promoción del patrimonio cultural de la región. Además, la distinguida etiqueta de Sello Master Media les fue otorgada, consolidando su posición como maestros de su arte y como embajadores de la riqueza folclórica chilena. En Palco conversó con Ignacio Leiva, vocalista y acordeonista de Los Mismos de Siempre para hablar sobre música típica chilena, lo que se viene para este 18, y mucho más. Revisa el siguiente video:
La cantautora nacional Mirtha Iturra , es la voz oficial indiscutida del rodeo en Chile. En 2014, quiso retirarse de la media luna, después de una larga trayectoria, pero los huasos no lo permitieron. Cada año, la llamaban para que deleitara con su talento al público, y ella aceptaba con gusto, porque ama cantar música chilena con el corazón. De hecho, en estas fiestas patrias se presentará en diversos lugares del país. El 10 de septiembre estará en Catemu, el 16 se trasladará a su ciudad natal Constitución, el 17 participará en un campeonato de cueca de jóvenes y el 18 tendrá dos funciones, primero cantará tonadas en una fiesta costumbrista de Quintero y luego hará bailar a decenas de personas en Curacaví. La destacada intérprete y compositora conversó con En Palco de sus 56 años de carrera artística, del inolvidable momento en que le cantó al Papa Juan Pablo II, de su loable labor de enseñarle folclor a jóvenes, del videoclip “Tonadas de Manuel Rodríguez”, que acaba de lanzar junto a Master Media en las plataformas digitales, y de mucho más. ¿Cómo nació el gusto por la música campesina? Yo nací en la Región del Maule, una localidad donde se vive la música chilena, se viven las tradiciones, se vive todo lo que es del campo, lo que le gusta a la gente del pueblo, que son nuestras tradiciones: las trillas a yegua sueltas, el rodeo, las carreras a la chilena. Yo nací viendo eso. Además, mi abuela era cantora, vivía en pleno campo y tocaba la guitarra traspuesta, esos son afinares antiguos, que solamente las mujeres campesinas saben hacerlo. Mi abuela venía de la localidad de Pahuil, entre Chanco y Cauquene, hacia Constitución a traernos los productos del campo y como en mi casa nunca faltó una guitarra, mi abuela me enseñó los primeros toquidos en la guitarra. Entonces, yo desde muy niña aprendí a amar la música chilena, porque fue con lo que me criaron, lo que me enseñaron mis padres. ¿A qué edad empezó a cantar en los rodeos? En mi pueblo hay muchas cantoras, todavía existe muchas cantoras campesinas, gente que toca el arpa, la guitarra. Y había una mujer que vivía en la localidad de Putú, que está al otro lado del río Maule. Ella era una gran cantora de rodeo, ya consagrada, porque tenía varios años en esto y yo tenía ocho o nueve años más o menos cuando la escuchaba a ella, cuando venía a ensayar a Constitución cerca de mi casa y yo iba y me acercaba a la ventana muy despacito, como una niñita a escuchar como ella tocaba, como afinaba el arpa, como tocaba la guitarra, como cantaba. Hasta que un día me sorprendió y me dice: ¿qué está haciendo? Estoy escuchándola cantar ¿Le gusta la música chilena? Me encanta. Bueno, pasa, ¿se sabe alguna canción?, me dijo. Por supuesto, me sé varias ¿Cuáles? todas la que usted canta, porque la vengo escuchando tantos años que me sé todo su repertorio. Ella tenía compañeras con las que iba al rodeo, hasta que un día yo tenía 12, 13 años y se realizó en Constitución la inauguración de la planta de celulosa, que ahora es Celulosa Arauco y le trajo mucho beneficio a mi pueblo. Y esta señora me llama y me dice, sabes, mi compañera no está, ¿me puedes acompañar tú? Claro. Le pedí permiso a mis papás y fui a acompañarla como me sabía todo el repertorio de ella. Tengo hasta una foto con ella. Entonces ahí me escucharon muchas personas, todas las autoridades que estaban ahí en ese momento, autoridades de gobierno y muchas allegadas al mundo de engrandecer nuestra ciudad con esa planta de celulosa que trajo mucho trabajo a mi ciudad. Y de ahí ella me dice, por qué no me acompañas a cantar a rodeos. Bueno, tendría que pedirles permiso a mis papás, si ellos me autorizan ningún problema. Y mi papá, como le gustaba tanto la música chilena, me autorizó. Estudiaba y si sacaba buenas notas, me daban permiso de cantar, sino no. ¿Cómo es su relación con la cueca? La cueca es nuestra danza nacional, nuestra reina. Ella nos identifica en todas partes, igual que la tonada. La tonada y la cueca es nuestra identidad como chilenos. Si usted va a cualquier parte del mundo, usted no puede llevar una canción del norte o del sur, de Chiloé o de Isla de Pascua, tiene que llevar una tonada para que identifique a Chile. Y por supuesto, que la cueca la aprendí de muy niña, pero muy niña, porque yo creo que tenía como tres o cuatro años cuando ya bailaba con mi papá. Entonces, la cueca la llevo muy adentro de mi ser. Totalmente. Es algo que me brota en la sangre. Cuando yo canto una cueca se me ensancha el corazón, vibro con ella. Si yo tengo pena, tengo cualquier problema, agarro mi guitarra, entono una canción bonita, canto un par de cuecas o escucho una producción de cueca de cualquier artista chilena y se me quitan todos mis problemas. Entonces yo la llevo en mi sangre, en mi ser siempre. Yo no canto por cantar, ni por tener buena voz. Canto porque realmente siento cada interpretación, cada verso que ha creado algún compositor o algún autor yo lo vivo al interpretar esa canción y eso es lo que le llega a la persona. Usted tiene un grupo, llamado “Mirtha Iturra y Alma chilena”, que trabaja con jóvenes, le enseñan las raíces de nuestro país. Cuéntenos de este proyecto. La verdad es que para mí es muy reconfortante enseñarles a jóvenes, mujeres, hombres que aprendan a amar lo nuestro, así como a mí me lo enseñaron mis padres. Mi legado es enseñar, traspasar lo que yo sé, que es mucho y que no quiero que se pierda por ningún motivo. Yo quisiera que ojalá en los colegios, en todo lugar se pudiese hablar de nuestra cultura tradicional, de nuestras danzas, porque Chile es tan rico en cultura. Muchos jóvenes no tienen ni idea de que en nuestro país existen cosas tan bellas. No lo saben. Entonces, a los jóvenes, a los cuales yo les he enseñado, lo he motivado, se han vuelto monitores y en sus lugares, donde ellos pueden enseñar, enseñan. Es una semilla que va creciendo, sigue por siempre, así como me lo enseñaron a mí, porque yo también tuve grandes profesores que me enseñaron muchas cosas. Es cierto que yo recibí el legado de mi abuela, de mis padres, pero después me perfeccioné acá bastante en escuelas de folclor, en Tierra Chilena, que es mi conjunto madre, cumplió ahora en agosto 59 años de vida artística, ellos hacen los cantos y danza de todo Chile. Entonces, es una gran escuela, no cobran un peso por enseñar. Es solamente que uno vaya a los ensayos y siga la disciplina que se tiene. Es lo único que se pide. Aquí te dejamos la entrevista completa
Si bien en la zona centro-sur de Chile se escucha cueca todo el año, el baile nacional toma especial relevancia durante septiembre, tras la llegada de las Fiestas Patrias. En las radios, los eventos y en el corazón de la vibrante escena musical a lo largo del país comienzan a sonar conjuntos folclóricos y artistas de distintas localidades, como Los mismos de Siempre, un grupo de amigos que durante seis años de enriquecedora travesía musical han cultivado un profundo vínculo con las raíces culturales de la zona centro, creando bellísimas cuecas que mezclan lo moderno con lo clásico. Una de sus canciones más populares y queridas por el público es “Mi Cueca Chilena” , una pegadiza canción tradicional que, de seguro, este año sonará repetidamente en las casas de nuestro país. La canción -incluso- tiene un videoclip que se puede ver a través de YouTube. Hasta la fecha, Los Mismos de Siempre han lanzado dos álbumes de estudio, el primero homónimo en 2018, y este 2023 se estrenó “Con una Cueca te Enamoro”, un trabajo de 15 canciones que harán vibrar los escenarios del país durante septiembre. Ambos discos se pueden encontrar a través de las plataformas digitales. El año 2022 marcó un hito en la historia de la agrupación, cuando su talento y dedicación fueron reconocidos a nivel nacional. Fueron honrados con el título de Rostro Culturales y Turísticos de Coltauco, un reconocimiento que refleja su impacto en la promoción del patrimonio cultural de la región. Además, la distinguida etiqueta de Sello Master Media les fue otorgada, consolidando su posición como maestros de su arte y como embajadores de la riqueza folclórica chilena. En Palco conversó con Ignacio Leiva, vocalista y acordeonista de Los Mismos de Siempre para hablar sobre música típica chilena, lo que se viene para este 18, y mucho más. Revisa el siguiente video:
La cantautora nacional Mirtha Iturra , es la voz oficial indiscutida del rodeo en Chile. En 2014, quiso retirarse de la media luna, después de una larga trayectoria, pero los huasos no lo permitieron. Cada año, la llamaban para que deleitara con su talento al público, y ella aceptaba con gusto, porque ama cantar música chilena con el corazón. De hecho, en estas fiestas patrias se presentará en diversos lugares del país. El 10 de septiembre estará en Catemu, el 16 se trasladará a su ciudad natal Constitución, el 17 participará en un campeonato de cueca de jóvenes y el 18 tendrá dos funciones, primero cantará tonadas en una fiesta costumbrista de Quintero y luego hará bailar a decenas de personas en Curacaví. La destacada intérprete y compositora conversó con En Palco de sus 56 años de carrera artística, del inolvidable momento en que le cantó al Papa Juan Pablo II, de su loable labor de enseñarle folclor a jóvenes, del videoclip “Tonadas de Manuel Rodríguez”, que acaba de lanzar junto a Master Media en las plataformas digitales, y de mucho más. ¿Cómo nació el gusto por la música campesina? Yo nací en la Región del Maule, una localidad donde se vive la música chilena, se viven las tradiciones, se vive todo lo que es del campo, lo que le gusta a la gente del pueblo, que son nuestras tradiciones: las trillas a yegua sueltas, el rodeo, las carreras a la chilena. Yo nací viendo eso. Además, mi abuela era cantora, vivía en pleno campo y tocaba la guitarra traspuesta, esos son afinares antiguos, que solamente las mujeres campesinas saben hacerlo. Mi abuela venía de la localidad de Pahuil, entre Chanco y Cauquene, hacia Constitución a traernos los productos del campo y como en mi casa nunca faltó una guitarra, mi abuela me enseñó los primeros toquidos en la guitarra. Entonces, yo desde muy niña aprendí a amar la música chilena, porque fue con lo que me criaron, lo que me enseñaron mis padres. ¿A qué edad empezó a cantar en los rodeos? En mi pueblo hay muchas cantoras, todavía existe muchas cantoras campesinas, gente que toca el arpa, la guitarra. Y había una mujer que vivía en la localidad de Putú, que está al otro lado del río Maule. Ella era una gran cantora de rodeo, ya consagrada, porque tenía varios años en esto y yo tenía ocho o nueve años más o menos cuando la escuchaba a ella, cuando venía a ensayar a Constitución cerca de mi casa y yo iba y me acercaba a la ventana muy despacito, como una niñita a escuchar como ella tocaba, como afinaba el arpa, como tocaba la guitarra, como cantaba. Hasta que un día me sorprendió y me dice: ¿qué está haciendo? Estoy escuchándola cantar ¿Le gusta la música chilena? Me encanta. Bueno, pasa, ¿se sabe alguna canción?, me dijo. Por supuesto, me sé varias ¿Cuáles? todas la que usted canta, porque la vengo escuchando tantos años que me sé todo su repertorio. Ella tenía compañeras con las que iba al rodeo, hasta que un día yo tenía 12, 13 años y se realizó en Constitución la inauguración de la planta de celulosa, que ahora es Celulosa Arauco y le trajo mucho beneficio a mi pueblo. Y esta señora me llama y me dice, sabes, mi compañera no está, ¿me puedes acompañar tú? Claro. Le pedí permiso a mis papás y fui a acompañarla como me sabía todo el repertorio de ella. Tengo hasta una foto con ella. Entonces ahí me escucharon muchas personas, todas las autoridades que estaban ahí en ese momento, autoridades de gobierno y muchas allegadas al mundo de engrandecer nuestra ciudad con esa planta de celulosa que trajo mucho trabajo a mi ciudad. Y de ahí ella me dice, por qué no me acompañas a cantar a rodeos. Bueno, tendría que pedirles permiso a mis papás, si ellos me autorizan ningún problema. Y mi papá, como le gustaba tanto la música chilena, me autorizó. Estudiaba y si sacaba buenas notas, me daban permiso de cantar, sino no. ¿Cómo es su relación con la cueca? La cueca es nuestra danza nacional, nuestra reina. Ella nos identifica en todas partes, igual que la tonada. La tonada y la cueca es nuestra identidad como chilenos. Si usted va a cualquier parte del mundo, usted no puede llevar una canción del norte o del sur, de Chiloé o de Isla de Pascua, tiene que llevar una tonada para que identifique a Chile. Y por supuesto, que la cueca la aprendí de muy niña, pero muy niña, porque yo creo que tenía como tres o cuatro años cuando ya bailaba con mi papá. Entonces, la cueca la llevo muy adentro de mi ser. Totalmente. Es algo que me brota en la sangre. Cuando yo canto una cueca se me ensancha el corazón, vibro con ella. Si yo tengo pena, tengo cualquier problema, agarro mi guitarra, entono una canción bonita, canto un par de cuecas o escucho una producción de cueca de cualquier artista chilena y se me quitan todos mis problemas. Entonces yo la llevo en mi sangre, en mi ser siempre. Yo no canto por cantar, ni por tener buena voz. Canto porque realmente siento cada interpretación, cada verso que ha creado algún compositor o algún autor yo lo vivo al interpretar esa canción y eso es lo que le llega a la persona. Usted tiene un grupo, llamado “Mirtha Iturra y Alma chilena”, que trabaja con jóvenes, le enseñan las raíces de nuestro país. Cuéntenos de este proyecto. La verdad es que para mí es muy reconfortante enseñarles a jóvenes, mujeres, hombres que aprendan a amar lo nuestro, así como a mí me lo enseñaron mis padres. Mi legado es enseñar, traspasar lo que yo sé, que es mucho y que no quiero que se pierda por ningún motivo. Yo quisiera que ojalá en los colegios, en todo lugar se pudiese hablar de nuestra cultura tradicional, de nuestras danzas, porque Chile es tan rico en cultura. Muchos jóvenes no tienen ni idea de que en nuestro país existen cosas tan bellas. No lo saben. Entonces, a los jóvenes, a los cuales yo les he enseñado, lo he motivado, se han vuelto monitores y en sus lugares, donde ellos pueden enseñar, enseñan. Es una semilla que va creciendo, sigue por siempre, así como me lo enseñaron a mí, porque yo también tuve grandes profesores que me enseñaron muchas cosas. Es cierto que yo recibí el legado de mi abuela, de mis padres, pero después me perfeccioné acá bastante en escuelas de folclor, en Tierra Chilena, que es mi conjunto madre, cumplió ahora en agosto 59 años de vida artística, ellos hacen los cantos y danza de todo Chile. Entonces, es una gran escuela, no cobran un peso por enseñar. Es solamente que uno vaya a los ensayos y siga la disciplina que se tiene. Es lo único que se pide. Aquí te dejamos la entrevista completa