La región de Umbría, ubicada al centro norte de Italia, no solamente destaca por ciudades históricas hermosas, como Orvieto o Spoleto; de peregrinación, como Asís o Cascia; o de estudio, como su capital Perugia. También es reconocida por su gastronomía, simple en términos generales, pero con productos de altísima calidad, en especial su charcutería de cerdo y sus trufas. Es por ello por lo que es altísimamente recomendable, si tienes la posibilidad, de conocer esta región de inmensa naturaleza a través de una perspectiva culinaria que pueda acercarte a su cultura. Y fue esta aproximación que logramos llevar a cabo en una zona importante de la no menos importante ciudad de Asís, llamada Santa Maria degli Angeli, marcada por la gigantesca basílica homónima, que a su vez guarda con celo en su interior a uno de los edificios más preciados y trascendentales del franciscanismo: la Porziuncola. Es en esta localidad donde nos aventuramos a probar distintos panini, de los cuales te daremos ahora algunos tips. El primero, no puedes dejar de probar la famosa porchetta, uno de los platos (también convertido en sándwich) más típico de esta región. Es carne de cerdo asada, de cortes excelentes como panceta y lomo, adobado con finas hierbas, sal, pimienta y ajo. Se caracteriza por su piel crocante y un sabor simple y rico. Otro producto típico que lo puedes encontrar incorporado como ingrediente en estos panini es el tartufo, es decir, la trufa. Este apreciado hongo subterráneo es uno de los ingredientes que acompaña a quesos y embutidos en varios sándwiches umbros. La pasta de trufa es toda una experiencia por su fuerza, intensidad y característico sabor. Este, y otros productos tradicionales también son usados en un sándwich cuya historia se remonta al medioevo, y que hasta hoy es muy popular en estar tierras. Me refiero a la llamada Torta al Testo, un pan simple, hecho con agua, harina, sal y bicarbonato, que se cocina sobre una plancha redonda, un disco de hierro fundido llamado testo. Una plataforma original para probar, sobre todo, la charcutería local. Finalmente, y a pesar de que es originaria de la región de Emilia Romagna, en Umbría puedes encontrar la famosa piadina, que no es más que nuestra famosa pita. Liviana y sabrosa, es también un excelente soporte para probar los exquisitos productos que esta tierra bendecida tiene para compartir. Si quieres ver nuestra experiencia en Santa Maria degli Angeli, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en nuestro canal de Youtube.
Regresamos a Haunted House en Providencia (Marchant Pereira 433) y la experiencia está mejor que nunca. Este restaurante/cafetería temática de terror se ha convertido en un verdadero templo para los fanáticos del cine de horror y la ciencia ficción, con más figuras, animatronics, merchandising exclusivo y un ambiente ochentero que parece sacado de un videoclub embrujado. En esta visita probamos el sándwich Drácula ($14.900), que se lleva todos los aplausos: pastrami de vacuno angus Mr. Tex, curado por 30 días con 14 especias, asado y ahumado por 12 horas, acompañado de mostazal artesanal y mayonesa, aros de cebolla fresca, chucrut, pepinillos y coleslaw americano. Un manjar para carnívoros. También disfrutamos la hamburguesa Pennywise ($10.900), con dos smash burgers Mr. Tex, salsa demi glacé de brisket de vacuno angus, doble queso cheddar, salsa BBQ, mostazal, aros de cebolla, cebolla caramelizada y pepinillos. Nosotros la probamos al plato en su versión sin pan y quedó perfecta. Vale mencionar que los sándwich y hamburguesas incluyen papas fritas. La carta es amplia y divertida, con opciones bautizadas en honor a personajes icónicos del género: Wolfman, Jigsaw, Hannibal, Tiffany, Cryptkeeper y The Gill Man (veggie). Además hay tablas, iced lattes, milkshakes y hasta pastelería con una presentación tan original como deliciosa. Para cerrar, pedimos el Iced Latte Pennywise ($5.000), con syrup de plátano y red sugar, y el Milkshake Haunted House ($5.500), preparado con helado de vainilla, leche, plátano y manjar (o nutella). Ambos ideales para rematar una experiencia redonda. El ambiente sigue siendo el gran plus: pósters clásicos, decoración detallista, figuras animadas y pantallas donde incluso se pueden ver películas de culto, series o videoclips. Una mezcla entre nostalgia, cultura pop y buena cocina que convierte a Haunted House en un imperdible de Santiago. Puedes revisar la carta completa en hauntedhouse.cl y no te pierdas nuestro nuevo capítulo de En Palco Condimenta con todos los detalles de nuestra visita.
La isla de Creta es la ínsula más grande de toda Grecia. Cierra la concentración de islas griegas del mar Egeo por su costa norte, y por el sur, se abre hacia el norte de África, más precisamente a las costas de Libia y Egipto. Cuna de la civilización minoica, aquella del mítico Minotauro y el palacio de Knossos (del cual hablaremos en otra oportunidad), Creta fue ocupada por muchos pueblos tras la caída de esta rica civilización: entre ellos se encuentran los antiguos griegos, romanos, bizantinos, árabes, venecianos y turcos. Hoy se puede conocer bastante de su historia, tanto la más antigua, como la del estado griego moderno, al cual se incorporó en 1913, y cuya capital Heraclión, antiguamente llamada Candia, pasa a tener su nombre actual en 1898. Esta ciudad puerto es la quinta ciudad griega con más habitantes (aprox. 170.000) y si bien su mayor atractivo turístico es el palacio de Knossos, que se encuentra a sólo media hora hacia el sur del centro de la ciudad, ésta, de por sí, es una escapada que bien vale la pena hacer. Cuenta con un casco histórico rico en arquitectura, en donde sobresalen edificios y fuentes de la época veneciana (por ejemplo el edificio de la Logia); muchas calles peatonales atestadas de locales para comer la rica y particular gastronomía que ofrece Creta, comercio y un ambiente relajado y seguro; las infaltables y monumentales iglesias ortodoxas griegas que impactan por su solemnidad y su arte bizantino y neobizantino; y su cercanía a la costa, donde se puede pasear por su hermosa marina y visitar su imponente fortaleza veneciana llamada Castello a Mare, y que los griegos llaman Κούλες. Como se darán cuenta, Heraclión es una mezcla perfecta de una atractiva costa, mucha historia y buenísima oferta gastronómica, todo ideal para el turista que puede encontrar todos estos elementos en un solo lugar. ¿Quieres conocer un poco más de esta hermosa ciudad? Te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en el cual no sólo te mostramos la belleza de sus calles, sino también un par de lugares donde se come bastante bien.
La Verità es un local que se ha transformado en parada obligatoria para los fanáticos del dulce y, en particular, de los postres italianos. Especializado en el icónico cannolo siciliano, este espacio ofrece una experiencia que va mucho más allá del sabor: es una verdadera oda a la tradición italiana con una presentación moderna, atractiva y hasta cinematográfica. Durante nuestra visita (al local ubicado en el MUT de Tobalaba) probamos cuatro versiones distintas del clásico postre. El primero, y probablemente el más fiel a la receta original, es el cannolo tradicional relleno con ricota, marrasquinos y naranja confitada: fresco, equilibrado y con esa textura que solo se consigue cuando el producto es realmente artesanal. A ese se suman tres variantes más tentadoras aún: uno con pistacho, otro de ricota manjar y un tercero de ricota con Nutella. Estos últimos vienen además con toppings como bolitas de chocolate y galletas Oreo, pensados para quienes buscan una experiencia más indulgente. El cannolo es un postre fresco y lleno de sabor, donde la masa crujiente se perfuma con un delicado toque de licor de marsala que le otorga una esencia cálida y acogedora. Ese sabor recuerda a las galletas navideñas o a esas recetas caseras que solo una abuela sabe preparar, despertando en cada bocado una sensación de tradición y cariño. Uno de los aspectos más llamativos de La Verità es su cuidada presentación. Con una línea gráfica que recuerda al universo de El Padrino, cada caja y empaque tiene ese aire cinematográfico y elegante que convierte a los cannoli en un excelente regalo. Y si lo que quieres es compartir la experiencia en casa, también ofrecen unCannolo Kit que incluye cinco piezas, ricota y una variedad de toppings para que cada quien arme su postre al gusto. Ideal para una tarde en familia. Además, existe una versión con 20 mini cannoli, perfecta para celebraciones o como detalle para los más pequeños. Actualmente, la franquicia cuenta con varios locales en Santiago, ubicados en Vitacura, en el MUT de Tobalaba, en el tercer piso de Costanera Center y en el tercer piso de Alto Las Condes. Pero próximamente esperan expandirse al resto del país para Cannolizar Chile . En definitiva, La Verità no solo trae un pedazo de Sicilia a Santiago, sino que lo hace con estilo, sabor y mucho carácter. Un imperdible absoluto para quienes buscan calidad, originalidad y ese toque dulce que alegra cualquier día. Para quienes quieran conocer más sobre la experiencia, el nuevo episodio de En Palco Condimenta ya está disponible en nuestro canal de YouTube.
A menos de 140 kilómetros de Santiago, El Quisco y Algarrobo son dos de los balnearios más queridos del litoral central chileno. Están separados por apenas seis kilómetros, así que puedes moverte entre ellos en colectivo, Uber o incluso caminando si te animas. Son ideales para una escapada familiar, romántica o con amigos. Playas tranquilas, aire marino y, por supuesto, la promesa de comer productos del mar fresquísimos. Nosotros fuimos un fin de semana de invierno. Sí, hacía frío, pero el sol nos acompañó y llenó el paseo de luz. Decidimos alojar en El Quisco, que es más económico que Algarrobo, y elegimos un lugar que parece salido de un cuento: el Hotel Boutique Castillo del Mar. Es literalmente un castillo frente al mar, con pocas habitaciones, decoración elegante y un aire casi de museo. Lo atienden sus dueños, lo que le da un toque hogareño. No es el alojamiento más barato, pero vale cada peso por la experiencia. Eso sí, un punto al debe, la señal de internet y la televisión, que no son las mejores. Puedes reservar con o sin desayuno incluído. Desde ahí, caminamos unos minutos hasta la caleta, un paseo imperdible. Aunque el restaurante tradicional cerró hace un tiempo, sigue habiendo varias opciones para comer y carritos con delicias marinas. Además, puedes subirte a una embarcación para un paseo corto, vitrinear artesanías o simplemente sentarte a contemplar el atardecer. El centro de El Quisco sigue manteniendo su esencia de siempre. La costanera de la playa Los Corsarios está hermosa y renovada; no olvides tomarte la clásica foto en el colorido cartel con el mar de fondo. Si buscas panorama familiar, en la tarde/noche puedes ir a los antiguos juegos Mampato –hoy Costa Park– y subirte a las atracciones mientras comes churros o papas fritas, hay opciones para todas las edades. ¿Con más tiempo? A solo 15 minutos en auto está Isla Negra, donde puedes visitar la casa museo de Pablo Neruda (abre de martes a domingo, de 10 a 18 horas). Ojo que en ciertas épocas del año hay filas largas para entrar. ¿Dónde comer en El Quisco? La oferta gastronómica es tan variada como sabrosa. Desde carritos en la caleta hasta restaurantes con carta completa de mariscos y pescados frescos. Puedes encontrar un menú desde los $6.000. Probamos las clásicas empanadas Santa Sofía, enormes y deliciosas, y también recomendamos las tradicionales empanadas Gemma en pleno centro. Para almorzar fuimos a una picada infaltable, El Patio de Comida Casera, con platos abundantes y precios correctos, perfectos para comer bien sin complicarse, además de una atención muy agradable. En la caleta, no dejes de probar las empanadas y ceviches en puestos callejeros y carritos como Donde la Sole. Su sopa de mariscos -disponible en dos tamaños- es un verdadero gozo. Y como souvenir comestible, las palmeras locales son un imperdible, fresquitas, crujientes y a solo $1.200, las encuentras en panaderías, pequeños comercios y hasta en la playa. Algarrobo: tradición y modernidad junto al mar A solo un paso de El Quisco, Algarrobo combina tradición y renovación. Tiene una costanera que sigue en obras, pero ya luce más elegante, con nuevas ferias, cafés y restaurantes. Sus playas -Mirasol, Las Cadenas, El Canelo y El Canelillo- siguen siendo un deleite para caminar y respirar aire marino. La caleta de pescadores es otro lugar que no falla para probar productos frescos, sacar lindas fotos o simplemente sentarte a mirar el horizonte. Navegar en bote o embarcaciones a vela también es posible. Y si hablamos de comida, hay de todo, lugares nuevos y tradicionales, grandes restaurantes, cafés y pequeños locales relativamente nuevos en el centro como Cevichería Al Paso y Más... (distintos tipos de ceviches para llevar) y El Rincón de las Masas (empanadas fritas con especialidad en productos del mar) Nosotros no nos quisimos perder un clásico imperdible como Los Patitos (Av. Carlos Alessandri #278), un restaurante que lleva décadas conquistando paladares con sus machas a la parmesana, congrio a lo pobre y su famosa Copa Patitos. Tan popular que la gente hace fila para entrar, y por algo tienen un segundo local justo al lado para recibir más comensales. No es barato, pero vale cada peso, además que sus platos son enormes. ¿Quieres ver más de esta escapada y sus delicias marinas? No te pierdas nuestro nuevo episodio de En Palco Condimenta en YouTube, donde recorremos El Quisco y Algarrobo, probando sabores, descubriendo rincones y mostrando todo lo que estos balnearios tienen para ofrecer en cualquier época del año.
La región de Umbría, ubicada al centro norte de Italia, no solamente destaca por ciudades históricas hermosas, como Orvieto o Spoleto; de peregrinación, como Asís o Cascia; o de estudio, como su capital Perugia. También es reconocida por su gastronomía, simple en términos generales, pero con productos de altísima calidad, en especial su charcutería de cerdo y sus trufas. Es por ello por lo que es altísimamente recomendable, si tienes la posibilidad, de conocer esta región de inmensa naturaleza a través de una perspectiva culinaria que pueda acercarte a su cultura. Y fue esta aproximación que logramos llevar a cabo en una zona importante de la no menos importante ciudad de Asís, llamada Santa Maria degli Angeli, marcada por la gigantesca basílica homónima, que a su vez guarda con celo en su interior a uno de los edificios más preciados y trascendentales del franciscanismo: la Porziuncola. Es en esta localidad donde nos aventuramos a probar distintos panini, de los cuales te daremos ahora algunos tips. El primero, no puedes dejar de probar la famosa porchetta, uno de los platos (también convertido en sándwich) más típico de esta región. Es carne de cerdo asada, de cortes excelentes como panceta y lomo, adobado con finas hierbas, sal, pimienta y ajo. Se caracteriza por su piel crocante y un sabor simple y rico. Otro producto típico que lo puedes encontrar incorporado como ingrediente en estos panini es el tartufo, es decir, la trufa. Este apreciado hongo subterráneo es uno de los ingredientes que acompaña a quesos y embutidos en varios sándwiches umbros. La pasta de trufa es toda una experiencia por su fuerza, intensidad y característico sabor. Este, y otros productos tradicionales también son usados en un sándwich cuya historia se remonta al medioevo, y que hasta hoy es muy popular en estar tierras. Me refiero a la llamada Torta al Testo, un pan simple, hecho con agua, harina, sal y bicarbonato, que se cocina sobre una plancha redonda, un disco de hierro fundido llamado testo. Una plataforma original para probar, sobre todo, la charcutería local. Finalmente, y a pesar de que es originaria de la región de Emilia Romagna, en Umbría puedes encontrar la famosa piadina, que no es más que nuestra famosa pita. Liviana y sabrosa, es también un excelente soporte para probar los exquisitos productos que esta tierra bendecida tiene para compartir. Si quieres ver nuestra experiencia en Santa Maria degli Angeli, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en nuestro canal de Youtube.
Regresamos a Haunted House en Providencia (Marchant Pereira 433) y la experiencia está mejor que nunca. Este restaurante/cafetería temática de terror se ha convertido en un verdadero templo para los fanáticos del cine de horror y la ciencia ficción, con más figuras, animatronics, merchandising exclusivo y un ambiente ochentero que parece sacado de un videoclub embrujado. En esta visita probamos el sándwich Drácula ($14.900), que se lleva todos los aplausos: pastrami de vacuno angus Mr. Tex, curado por 30 días con 14 especias, asado y ahumado por 12 horas, acompañado de mostazal artesanal y mayonesa, aros de cebolla fresca, chucrut, pepinillos y coleslaw americano. Un manjar para carnívoros. También disfrutamos la hamburguesa Pennywise ($10.900), con dos smash burgers Mr. Tex, salsa demi glacé de brisket de vacuno angus, doble queso cheddar, salsa BBQ, mostazal, aros de cebolla, cebolla caramelizada y pepinillos. Nosotros la probamos al plato en su versión sin pan y quedó perfecta. Vale mencionar que los sándwich y hamburguesas incluyen papas fritas. La carta es amplia y divertida, con opciones bautizadas en honor a personajes icónicos del género: Wolfman, Jigsaw, Hannibal, Tiffany, Cryptkeeper y The Gill Man (veggie). Además hay tablas, iced lattes, milkshakes y hasta pastelería con una presentación tan original como deliciosa. Para cerrar, pedimos el Iced Latte Pennywise ($5.000), con syrup de plátano y red sugar, y el Milkshake Haunted House ($5.500), preparado con helado de vainilla, leche, plátano y manjar (o nutella). Ambos ideales para rematar una experiencia redonda. El ambiente sigue siendo el gran plus: pósters clásicos, decoración detallista, figuras animadas y pantallas donde incluso se pueden ver películas de culto, series o videoclips. Una mezcla entre nostalgia, cultura pop y buena cocina que convierte a Haunted House en un imperdible de Santiago. Puedes revisar la carta completa en hauntedhouse.cl y no te pierdas nuestro nuevo capítulo de En Palco Condimenta con todos los detalles de nuestra visita.
La isla de Creta es la ínsula más grande de toda Grecia. Cierra la concentración de islas griegas del mar Egeo por su costa norte, y por el sur, se abre hacia el norte de África, más precisamente a las costas de Libia y Egipto. Cuna de la civilización minoica, aquella del mítico Minotauro y el palacio de Knossos (del cual hablaremos en otra oportunidad), Creta fue ocupada por muchos pueblos tras la caída de esta rica civilización: entre ellos se encuentran los antiguos griegos, romanos, bizantinos, árabes, venecianos y turcos. Hoy se puede conocer bastante de su historia, tanto la más antigua, como la del estado griego moderno, al cual se incorporó en 1913, y cuya capital Heraclión, antiguamente llamada Candia, pasa a tener su nombre actual en 1898. Esta ciudad puerto es la quinta ciudad griega con más habitantes (aprox. 170.000) y si bien su mayor atractivo turístico es el palacio de Knossos, que se encuentra a sólo media hora hacia el sur del centro de la ciudad, ésta, de por sí, es una escapada que bien vale la pena hacer. Cuenta con un casco histórico rico en arquitectura, en donde sobresalen edificios y fuentes de la época veneciana (por ejemplo el edificio de la Logia); muchas calles peatonales atestadas de locales para comer la rica y particular gastronomía que ofrece Creta, comercio y un ambiente relajado y seguro; las infaltables y monumentales iglesias ortodoxas griegas que impactan por su solemnidad y su arte bizantino y neobizantino; y su cercanía a la costa, donde se puede pasear por su hermosa marina y visitar su imponente fortaleza veneciana llamada Castello a Mare, y que los griegos llaman Κούλες. Como se darán cuenta, Heraclión es una mezcla perfecta de una atractiva costa, mucha historia y buenísima oferta gastronómica, todo ideal para el turista que puede encontrar todos estos elementos en un solo lugar. ¿Quieres conocer un poco más de esta hermosa ciudad? Te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en el cual no sólo te mostramos la belleza de sus calles, sino también un par de lugares donde se come bastante bien.
La Verità es un local que se ha transformado en parada obligatoria para los fanáticos del dulce y, en particular, de los postres italianos. Especializado en el icónico cannolo siciliano, este espacio ofrece una experiencia que va mucho más allá del sabor: es una verdadera oda a la tradición italiana con una presentación moderna, atractiva y hasta cinematográfica. Durante nuestra visita (al local ubicado en el MUT de Tobalaba) probamos cuatro versiones distintas del clásico postre. El primero, y probablemente el más fiel a la receta original, es el cannolo tradicional relleno con ricota, marrasquinos y naranja confitada: fresco, equilibrado y con esa textura que solo se consigue cuando el producto es realmente artesanal. A ese se suman tres variantes más tentadoras aún: uno con pistacho, otro de ricota manjar y un tercero de ricota con Nutella. Estos últimos vienen además con toppings como bolitas de chocolate y galletas Oreo, pensados para quienes buscan una experiencia más indulgente. El cannolo es un postre fresco y lleno de sabor, donde la masa crujiente se perfuma con un delicado toque de licor de marsala que le otorga una esencia cálida y acogedora. Ese sabor recuerda a las galletas navideñas o a esas recetas caseras que solo una abuela sabe preparar, despertando en cada bocado una sensación de tradición y cariño. Uno de los aspectos más llamativos de La Verità es su cuidada presentación. Con una línea gráfica que recuerda al universo de El Padrino, cada caja y empaque tiene ese aire cinematográfico y elegante que convierte a los cannoli en un excelente regalo. Y si lo que quieres es compartir la experiencia en casa, también ofrecen unCannolo Kit que incluye cinco piezas, ricota y una variedad de toppings para que cada quien arme su postre al gusto. Ideal para una tarde en familia. Además, existe una versión con 20 mini cannoli, perfecta para celebraciones o como detalle para los más pequeños. Actualmente, la franquicia cuenta con varios locales en Santiago, ubicados en Vitacura, en el MUT de Tobalaba, en el tercer piso de Costanera Center y en el tercer piso de Alto Las Condes. Pero próximamente esperan expandirse al resto del país para Cannolizar Chile . En definitiva, La Verità no solo trae un pedazo de Sicilia a Santiago, sino que lo hace con estilo, sabor y mucho carácter. Un imperdible absoluto para quienes buscan calidad, originalidad y ese toque dulce que alegra cualquier día. Para quienes quieran conocer más sobre la experiencia, el nuevo episodio de En Palco Condimenta ya está disponible en nuestro canal de YouTube.
A menos de 140 kilómetros de Santiago, El Quisco y Algarrobo son dos de los balnearios más queridos del litoral central chileno. Están separados por apenas seis kilómetros, así que puedes moverte entre ellos en colectivo, Uber o incluso caminando si te animas. Son ideales para una escapada familiar, romántica o con amigos. Playas tranquilas, aire marino y, por supuesto, la promesa de comer productos del mar fresquísimos. Nosotros fuimos un fin de semana de invierno. Sí, hacía frío, pero el sol nos acompañó y llenó el paseo de luz. Decidimos alojar en El Quisco, que es más económico que Algarrobo, y elegimos un lugar que parece salido de un cuento: el Hotel Boutique Castillo del Mar. Es literalmente un castillo frente al mar, con pocas habitaciones, decoración elegante y un aire casi de museo. Lo atienden sus dueños, lo que le da un toque hogareño. No es el alojamiento más barato, pero vale cada peso por la experiencia. Eso sí, un punto al debe, la señal de internet y la televisión, que no son las mejores. Puedes reservar con o sin desayuno incluído. Desde ahí, caminamos unos minutos hasta la caleta, un paseo imperdible. Aunque el restaurante tradicional cerró hace un tiempo, sigue habiendo varias opciones para comer y carritos con delicias marinas. Además, puedes subirte a una embarcación para un paseo corto, vitrinear artesanías o simplemente sentarte a contemplar el atardecer. El centro de El Quisco sigue manteniendo su esencia de siempre. La costanera de la playa Los Corsarios está hermosa y renovada; no olvides tomarte la clásica foto en el colorido cartel con el mar de fondo. Si buscas panorama familiar, en la tarde/noche puedes ir a los antiguos juegos Mampato –hoy Costa Park– y subirte a las atracciones mientras comes churros o papas fritas, hay opciones para todas las edades. ¿Con más tiempo? A solo 15 minutos en auto está Isla Negra, donde puedes visitar la casa museo de Pablo Neruda (abre de martes a domingo, de 10 a 18 horas). Ojo que en ciertas épocas del año hay filas largas para entrar. ¿Dónde comer en El Quisco? La oferta gastronómica es tan variada como sabrosa. Desde carritos en la caleta hasta restaurantes con carta completa de mariscos y pescados frescos. Puedes encontrar un menú desde los $6.000. Probamos las clásicas empanadas Santa Sofía, enormes y deliciosas, y también recomendamos las tradicionales empanadas Gemma en pleno centro. Para almorzar fuimos a una picada infaltable, El Patio de Comida Casera, con platos abundantes y precios correctos, perfectos para comer bien sin complicarse, además de una atención muy agradable. En la caleta, no dejes de probar las empanadas y ceviches en puestos callejeros y carritos como Donde la Sole. Su sopa de mariscos -disponible en dos tamaños- es un verdadero gozo. Y como souvenir comestible, las palmeras locales son un imperdible, fresquitas, crujientes y a solo $1.200, las encuentras en panaderías, pequeños comercios y hasta en la playa. Algarrobo: tradición y modernidad junto al mar A solo un paso de El Quisco, Algarrobo combina tradición y renovación. Tiene una costanera que sigue en obras, pero ya luce más elegante, con nuevas ferias, cafés y restaurantes. Sus playas -Mirasol, Las Cadenas, El Canelo y El Canelillo- siguen siendo un deleite para caminar y respirar aire marino. La caleta de pescadores es otro lugar que no falla para probar productos frescos, sacar lindas fotos o simplemente sentarte a mirar el horizonte. Navegar en bote o embarcaciones a vela también es posible. Y si hablamos de comida, hay de todo, lugares nuevos y tradicionales, grandes restaurantes, cafés y pequeños locales relativamente nuevos en el centro como Cevichería Al Paso y Más... (distintos tipos de ceviches para llevar) y El Rincón de las Masas (empanadas fritas con especialidad en productos del mar) Nosotros no nos quisimos perder un clásico imperdible como Los Patitos (Av. Carlos Alessandri #278), un restaurante que lleva décadas conquistando paladares con sus machas a la parmesana, congrio a lo pobre y su famosa Copa Patitos. Tan popular que la gente hace fila para entrar, y por algo tienen un segundo local justo al lado para recibir más comensales. No es barato, pero vale cada peso, además que sus platos son enormes. ¿Quieres ver más de esta escapada y sus delicias marinas? No te pierdas nuestro nuevo episodio de En Palco Condimenta en YouTube, donde recorremos El Quisco y Algarrobo, probando sabores, descubriendo rincones y mostrando todo lo que estos balnearios tienen para ofrecer en cualquier época del año.