Al escuchar hablar sobre la ciudad de Nápoles, inmediatamente se viene a la mente una de las comidas más famosas del mundo: la pizza. Y es lo más lógico, por cuanto es en este importante puerto italiano que nació la pizza, tal como la conocemos hoy, en el siglo XVI. Pero la ciudad que tiene como ídolo a Diego Armando Maradona es apreciada gastronómicamente no solo por la pizza, sino por contar con una gastronomía variada, elaborada con materias primas de primerísimo nivel producidas en la fértil región de Campania. Y dentro de esa variedad, que hace a Nápoles un destino obligado para los amantes del buen comer y del Bueno, Bonito y Barato, destaca también su pastelería. Como otros países europeos, Italia también destaca por contar con una pastelería de muy buen nivel, y Nápoles no se queda atrás. Hay un sinnúmero de pastelerías en cada barrio (incluso hay muchas cadenas de pastelerías tradicionales), para deleitar con sus productos a locales y turistas. La oferta de estas es amplia: puedes encontrar desde el tan italiano cornetto; pasteles propios de la pastelería francesa o suiza, como el pain au chocolat o el pain suisse; o una variedad considerable de pastelitos y dulces napolitanos (de nacimiento o adaptados). A continuación, les hablaremos de algunos de ellos. Uno de los dulces más típicos de Nápoles es la sfogliatella, una masa horneada rellena de ricota dulce, sémola, canela, vainilla y trocitos de naranjas confitadas. Originalmente la masa es de hojaldre, de suaves y delgadas hojas (de ahí su nombre), también conocida como sfogliatella riccia. Se dice que la característica crujiente de este pastel llevó a crear una versión más blanda (en especial para las personas que habían perdido sus dientes), naciendo así la sfogliatella frolla: mismo relleno, pero esta vez envuelto en una masa quebrada. Ambas versiones, la riccia y la frolla, son imperdibles si vas a la capital de Campania…pero no es lo único. Otro dulce que no puedes dejar de probar es el babá. Originario de Polonia y adaptado en Francia, llegó a Nápoles en el siglo XIX, donde se adapta definitivamente como napolitano. Es un bizcocho muy suave y esponjoso, remojado de un almíbar de ron. Hoy se puede encontrar con cremas o chocolate encima, pero te animo a probar el original, donde si bien el sabor del ron es intenso, no es altamente alcohólico. Por último, quisiéramos destacar un dulce moderno, en el sentido de que fue creado sólo en 2015: el fiocco di neve (copo de nieve). Su inventor fue Ciro Poppella, de la pasticceria del mismo nombre, y consiste en una especie de bollo de una masa extremadamente suave y delgada, de forma esférica, y rellena de una crema también suave a base de ricota y leche. También existen variedades con rellenos de chocolate y pistacho. El éxito de esta propuesta pastelera ha llevado al fiocco di neve de Poppella a ser otro de los imperdibles si visitas la ciudad. Hay muchos más dulces para probar en Nápoles, como la zeppola di San Giuseppe o la pastiera, por ejemplo. Si eres un amante de los dulces, te invitamos a ver el siguiente video donde te mostramos lo mejor de la pastelería tradicional napolitana. Para conocer más, revisa el nuevo episodio de En Palco Condimenta:
El concepto de foodporn, o comida pornográfica en español, nos lleva a aquellas preparaciones gastronómicas que visualmente nos llaman la atención y que, con alta probabilidad, nos hagan salivar. En términos generales, un producto foodporn está elaborado con la debida atención para que a la vista del comensal sea llamativo y que provoquen en él ganas de comerlo. Esta nueva tendencia gastronómica va muy de la mano de la explosión que han tenido estos últimos años las redes sociales, medios por los cuales promueven cada vez más lugares en los cuales encontrar buena y vistosa comida. La ciudad siciliana de Catania, la segunda más grande de la isla italiana del sur, es conocida como una de las localidades donde la oferta de comida “apetitosa” es amplia. Por ello, en nuestra visita, pasamos a conocer in situ algunos de estos lugares, y a disfrutar de comida de muy buen nivel, salada y dulce, y con un aspecto seductor. Partimos muy temprano a una pastelería que, a pesar de estar lejos del centro de la ciudad, cuenta con dulces muy vistosos. Nos referimos al Panificio La Farina (Via S. Filippo Neri, n°s 34/36). Cuenta con una amplísima oferta de pasteles salados y dulces, especiales para un desayuno, snacks o un almuerzo a la rápida. En el caso de los dulces, se pueden encontrar desde los muy sicilianos cannoli hasta el infaltable de cada desayuno italiano: el cornetto. Todos ellos con espectaculares diseños y muchas alternativas en cuanto a sus rellenos. Para el almuerzo optamos por un sándwich más internacional: la hamburguesa. Para ello fuimos a MeCavaddu (Via Antonino di Sangiuliano, n° 261), en el centro de Catania. La novedad es que todas las hamburguesas ofrecidas pueden ser con carne de caballo, una carne muy popular en esta ciudad. Precios muy buenos, sándwiches con mucha carne y la novedad de probar algo no generalizado en nuestro país. Para tomar nuestra tradicional “once” optamos por Chocofusión (Viale Vittorio Veneto, n° 52). Ubicado cerca de las calles más centrales de Catania, y a pocos metros de la estación del metro “Italia”, Chocofusión es el paraíso de lo dulce: chocolates, tortas, milkshakes, copas de helados monumentales y un largo etc., es la oferta de este lugar. Finalmente, para la cena optamos por Le Tre Farine (Via Gulli, n°4) a pocos pasos de las calles más centrales. Este es un restaurante muy bonito, moderno, y con una oferta gastronómica enfocada a las pastas, las pizzas y las hamburguesas. Probamos uno de sus productos estrella: la pizzaburguer; un monstruo que une carne con cebollas entre dos pizzas enteras. Además de la buena atención, todos sus platos tienen una presentación espectacular, foodporn puro. Y si después de leer, tienes curiosidad de como se ven estos sensacionales productos, te invitamos a ver el siguiente capítulo completo de En Palco Condimenta.
Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
Al escuchar hablar sobre la ciudad de Nápoles, inmediatamente se viene a la mente una de las comidas más famosas del mundo: la pizza. Y es lo más lógico, por cuanto es en este importante puerto italiano que nació la pizza, tal como la conocemos hoy, en el siglo XVI. Pero la ciudad que tiene como ídolo a Diego Armando Maradona es apreciada gastronómicamente no solo por la pizza, sino por contar con una gastronomía variada, elaborada con materias primas de primerísimo nivel producidas en la fértil región de Campania. Y dentro de esa variedad, que hace a Nápoles un destino obligado para los amantes del buen comer y del Bueno, Bonito y Barato, destaca también su pastelería. Como otros países europeos, Italia también destaca por contar con una pastelería de muy buen nivel, y Nápoles no se queda atrás. Hay un sinnúmero de pastelerías en cada barrio (incluso hay muchas cadenas de pastelerías tradicionales), para deleitar con sus productos a locales y turistas. La oferta de estas es amplia: puedes encontrar desde el tan italiano cornetto; pasteles propios de la pastelería francesa o suiza, como el pain au chocolat o el pain suisse; o una variedad considerable de pastelitos y dulces napolitanos (de nacimiento o adaptados). A continuación, les hablaremos de algunos de ellos. Uno de los dulces más típicos de Nápoles es la sfogliatella, una masa horneada rellena de ricota dulce, sémola, canela, vainilla y trocitos de naranjas confitadas. Originalmente la masa es de hojaldre, de suaves y delgadas hojas (de ahí su nombre), también conocida como sfogliatella riccia. Se dice que la característica crujiente de este pastel llevó a crear una versión más blanda (en especial para las personas que habían perdido sus dientes), naciendo así la sfogliatella frolla: mismo relleno, pero esta vez envuelto en una masa quebrada. Ambas versiones, la riccia y la frolla, son imperdibles si vas a la capital de Campania…pero no es lo único. Otro dulce que no puedes dejar de probar es el babá. Originario de Polonia y adaptado en Francia, llegó a Nápoles en el siglo XIX, donde se adapta definitivamente como napolitano. Es un bizcocho muy suave y esponjoso, remojado de un almíbar de ron. Hoy se puede encontrar con cremas o chocolate encima, pero te animo a probar el original, donde si bien el sabor del ron es intenso, no es altamente alcohólico. Por último, quisiéramos destacar un dulce moderno, en el sentido de que fue creado sólo en 2015: el fiocco di neve (copo de nieve). Su inventor fue Ciro Poppella, de la pasticceria del mismo nombre, y consiste en una especie de bollo de una masa extremadamente suave y delgada, de forma esférica, y rellena de una crema también suave a base de ricota y leche. También existen variedades con rellenos de chocolate y pistacho. El éxito de esta propuesta pastelera ha llevado al fiocco di neve de Poppella a ser otro de los imperdibles si visitas la ciudad. Hay muchos más dulces para probar en Nápoles, como la zeppola di San Giuseppe o la pastiera, por ejemplo. Si eres un amante de los dulces, te invitamos a ver el siguiente video donde te mostramos lo mejor de la pastelería tradicional napolitana. Para conocer más, revisa el nuevo episodio de En Palco Condimenta:
El concepto de foodporn, o comida pornográfica en español, nos lleva a aquellas preparaciones gastronómicas que visualmente nos llaman la atención y que, con alta probabilidad, nos hagan salivar. En términos generales, un producto foodporn está elaborado con la debida atención para que a la vista del comensal sea llamativo y que provoquen en él ganas de comerlo. Esta nueva tendencia gastronómica va muy de la mano de la explosión que han tenido estos últimos años las redes sociales, medios por los cuales promueven cada vez más lugares en los cuales encontrar buena y vistosa comida. La ciudad siciliana de Catania, la segunda más grande de la isla italiana del sur, es conocida como una de las localidades donde la oferta de comida “apetitosa” es amplia. Por ello, en nuestra visita, pasamos a conocer in situ algunos de estos lugares, y a disfrutar de comida de muy buen nivel, salada y dulce, y con un aspecto seductor. Partimos muy temprano a una pastelería que, a pesar de estar lejos del centro de la ciudad, cuenta con dulces muy vistosos. Nos referimos al Panificio La Farina (Via S. Filippo Neri, n°s 34/36). Cuenta con una amplísima oferta de pasteles salados y dulces, especiales para un desayuno, snacks o un almuerzo a la rápida. En el caso de los dulces, se pueden encontrar desde los muy sicilianos cannoli hasta el infaltable de cada desayuno italiano: el cornetto. Todos ellos con espectaculares diseños y muchas alternativas en cuanto a sus rellenos. Para el almuerzo optamos por un sándwich más internacional: la hamburguesa. Para ello fuimos a MeCavaddu (Via Antonino di Sangiuliano, n° 261), en el centro de Catania. La novedad es que todas las hamburguesas ofrecidas pueden ser con carne de caballo, una carne muy popular en esta ciudad. Precios muy buenos, sándwiches con mucha carne y la novedad de probar algo no generalizado en nuestro país. Para tomar nuestra tradicional “once” optamos por Chocofusión (Viale Vittorio Veneto, n° 52). Ubicado cerca de las calles más centrales de Catania, y a pocos metros de la estación del metro “Italia”, Chocofusión es el paraíso de lo dulce: chocolates, tortas, milkshakes, copas de helados monumentales y un largo etc., es la oferta de este lugar. Finalmente, para la cena optamos por Le Tre Farine (Via Gulli, n°4) a pocos pasos de las calles más centrales. Este es un restaurante muy bonito, moderno, y con una oferta gastronómica enfocada a las pastas, las pizzas y las hamburguesas. Probamos uno de sus productos estrella: la pizzaburguer; un monstruo que une carne con cebollas entre dos pizzas enteras. Además de la buena atención, todos sus platos tienen una presentación espectacular, foodporn puro. Y si después de leer, tienes curiosidad de como se ven estos sensacionales productos, te invitamos a ver el siguiente capítulo completo de En Palco Condimenta.
Las islas eolias son un archipiélago compuesto por 7 islas volcánicas. Ubicadas al norte de la costa noreste de la gigante isla de Sicilia, Italia, probablemente hacen más noticias por las erupciones de Stromboli (una de las ínsulas que tiene uno de los volcanes más activos de Europa). Pero fuera de la actividad sísmica, son reconocidas como un destino turístico de primer nivel, en especial en época estival. Volcanes, playas, gastronomía y mucha historia son parte de la carta de presentación de las Eolias, todo lo cual las llevaron a ser consideradas el año 2000 como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. De las siete, la principal es Lipari; la más grande en extensión y en población. Con un poco más de 10.000 habitantes, Lipari es conocida también como la isla de los colores, ya que el intenso azul del mar y hermoso verde/café de sus cerros se combinan con edificios alegremente pintados que dan una sensación de estar dentro de esas películas italianas clásicas de antaño. Como buena isla, cuenta con hermosas playas, dentro de las cuales destaca la de Canneto, una de las más próximas al pueblo principal, igualmente llamado Lipari, que además es su principal puerto. De calles estrechas decoradas principalmente por flores y coloridas obras de artistas visuales, sus puntos más bellos son la llamada Marina Corta, un pequeño puerto para embarcaciones menores rodeado por elegantes restaurantes a la orilla del mar y por una arquitectura preciosa, conectada a la calle, a mi gusto, más hermosa de toda Lipari: la vía Garibaldi. Los paseos por lindas calles y el goce de una gastronomía siciliana muy marcada por los productos frescos del mar, no es el único valor de Lipari. También cuenta con un patrimonio histórico-cultural que da cuenta de la riqueza de una isla que fue habitada desde tiempos prehistóricos y colonizada por inmigrantes griegos entre los siglos VII y VI a. de C. Por la ya señalada vía Garibaldi se llega a una larga escalera que lleva a la parte alta del pueblo, la que atesora 3 importantes tesoros: la catedral de San Bartolomeo, iglesia barroca en honor al santo patrono de la isla; el museo arqueológico, considerado uno de los más importantes de todo el Mediterráneo; y su acrópolis, donde se exhiben tumbas antiguas, un teatro romano y que cuenta con las mejores vistas del pueblo. Para llegar a Lipari, el trayecto más corto y económico es partiendo desde el puerto de Milazzo, ubicado en la provincia de Messina, Sicilia (lugar que también recomiendo y del cual puedes leer nuestra experiencia en este sitio web). Zarpan diariamente unas rápidas embarcaciones llamadas hidroalas, de la compañía Liberty Lines. La duración del viaje es de alrededor de una hora. El pueblo se puede recorrer desde el puerto perfectamente a pie. Para recorrer el resto de la isla es necesario arrendar un vehículo, los cuales se arriendan a la salida del puerto. Si quieres conocer más sobre la isla de Lipari, te invitamos a ver el siguiente video.
“Volare…oh, oh, Cantare…oh, oh…Nel blu, dipinto di blu…Felice di stare lassù…” resuena en nuestros pensamientos al llegar a Polignano a Mare, uno de los balnearios más cotizados por turistas italianos y extranjeros que visitan este pequeño rincón del sur de Italia. ¿La razón?. Esta ciudad, hoy de casi 20.000 habitantes y solo a 30 minutos en tren desde la capital de la región de Apulia, Bari, fue la cuna del cantautor Domenico Modugno, quien hizo de “Volare” un himno reconocido mundialmente. La ciudad le rinde homenaje a quien es considerado en la mismísima Italia como el cantante más influyente de la música italiana del siglo XX: una plaza abierta al mar lleva su nombre (excelente mirador para apreciar los acantilados) coronada con una estatua de Modugno con los brazos abiertos y con un fondo dipinto di blu, en alusión al videoclip de la famosa canción. Por supuesto, es uno de los lugares más visitados, formándose incluso filas para obtener una fotografía. Por supuesto, este no es el único atractivo de Polignano a Mare. El principal, sin lugar a duda, son sus playas rodeadas de acantilados, desde donde existen varios miradores para disfrutar de vistas únicas. La particular geografía es complementada por bellas edificaciones de color blanco, que le dan el contraste característico con el azul del mar y del cielo. Su ciudad vieja, a la cual se ingresa por el Arco Marchese, construido en 1530, es solo el inicio de un paseo en la que encontrarás concurridas plazas; pequeñas iglesias barrocas; y frases de personajes ligados al arte, de la talla de Jim Morrison y del chileno Pablo Neruda. Pero en esta aventura, lo más rescatable es poder disfrutar de cada pintoresco rinconcito escondido en sus laberínticas calles de muros blancos y hermoseadas con coloridas flores. No por nada es considerado uno de los lugares más lindos de la región. Como buen lugar receptor de miles y miles de turistas, Polignano a Mare cuenta con una amplia oferta gastronómica. Desde un restaurante considerado como uno de los más caros de toda Europa, que se encuentra en una cueva con vistas al mar en uno de los acantilados, hasta las típicas cafeterías italianas. Desde el punto de vista gastronómico, el fuerte son los pescados y mariscos, siendo famosos los paninos (sándwiches) con productos del mar. Pero también es común encontrar en la ciudad todo lo típico que se ofrece en la región de Apulia: focaccia barese, café leccese, pasticcioto, tetta della monaca, panzerotto, etc. Si quieres conocer más sobre este precioso lugar, te invitamos a ver el siguiente video.
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.