Una de las películas más esperadas del año es Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos , que marca el regreso de esta particular familia a la pantalla grande luego de tres intentos fallidos. Esta vez, llegan de la mano de Marvel Studios para integrarse a una nueva etapa del MCU. Con un arte visual luminoso y retrofuturista que evoca los cómics de los años 60 creados por Stan Lee y Jack Kirby, el diseño de producción se vuelve uno de los grandes aciertos de la cinta, otorgando cercanía y un toque de nostalgia que encantará a los fans. La historia se sitúa cuatro años después de que el Dr. Reed Richards, su esposa Susan Storm, su cuñado Johnny Storm y su mejor amigo Ben Grimm viajaran al espacio en una misión, viéndose alterados por una tormenta cósmica que transformó su ADN. A su regreso, nada volvió a ser igual, cada uno adquirió poderes que los convirtieron en héroes queridos por la población. Pero dos hechos sacuden la aparente calma que llevan sus vidas. Primero, el embarazo de Susan, logrado tras muchos intentos. La llegada del bebé genera incertidumbre, especialmente en Reed, quien teme que las alteraciones genéticas afecten a su hijo, aunque los exámenes no revelan anomalías. Luego aparece Silver Surfer -ahora reinterpretada por Shalla-Bal (en el cómic representa a la pareja del plateado personaje)- anunciando la llegada de Galactus, un devorador de mundos, que amenaza con destruir la Tierra 828 si no le entregan al bebé de Reed y Susan. Galactus está convencido de que Franklin, el hijo por nacer, será tan poderoso que podría reemplazarlo y frenar su voraz apetito. Así, Los Cuatro Fantásticos deberán luchar no solo para salvar al planeta, sino también para proteger a su familia. Su fuerza, inteligencia y valores serán puestos a prueba. El elenco funciona con buena química: Vanessa Kirby (Fragmentos de una mujer, Napoleón) brilla como la Mujer Invisible; Ebon Moss-Bachrach (Andor, El Oso) entrega una Mole convincente, incluso bajo su rostro de piedra; y Joseph Quinn (Stranger Things, Gladiador II) se ve simpático como la Antorcha Humana . Sin embargo, Pedro Pascal (The Mandalorian, The Last of Us) queda algo contenido como el líder Reed Richards , el Sr. Fantástico , entregando más matices recién hacia el final de la cinta. Completa esta familia H.E.R.B.I.E , el pequeño robot asistente, personaje popular en la serie animada de los años 70, que luego pasó a los cómic. En general, la película cumple: es entretenida, con acción que crece hacia el clímax. Es una entrega que no arriesga demasiado y funciona más como una introducción, dejando abiertas líneas narrativas para futuras secuelas en el MCU. Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos llega a los cines el 24 de julio, y es ideal para disfrutar en IMAX. ¡No olviden quedarse hasta el final de los créditos!
Thunderbolts* arranca con un gesto simbólico: el tradicional logo de Marvel aparece oscurecido, sumido en tinieblas, como si la propia franquicia estuviera reconociendo el momento oscuro que vive su universo. Porque esta historia no transcurre en tiempos de gloria: vivimos en un presente donde Los Vengadores son parte del pasado. Iron Man está muerto, Steve Rogers retirado, y el resto de los héroes clásicos han desaparecido del escenario. En ese vacío, surgen los Thunderbolts, un grupo de figuras menores, inestables o incluso olvidadas del UCM. Y, contra todo pronóstico, esta reunión de inadaptados resulta ser una de las entregas más sólidas y emotivas que La Casa de las Ideas ha ofrecido en el último tiempo. La película se sitúa cronológicamente después de “Capitán América: Un nuevo orden mundial” y recoge las consecuencias de un mundo sin símbolos claros, donde el gobierno decide formar su propio escuadrón: no de héroes, sino de sobrevivientes, mercenarios, soldados rotos y figuras problemáticas. Lejos de depender exclusivamente de la espectacularidad visual, Thunderbolts se construye sobre pilares profundamente humanos: la soledad, el duelo, la necesidad de redención, y la búsqueda de conexión. En tiempos en que el Universo Cinematográfico de Marvel parecía perdido en sus propios excesos narrativos, esta cinta propone una vuelta a lo esencial: personajes tratando de encontrar su lugar en el mundo. El elenco reúne a varios rostros conocidos. Florence Pugh vuelve como Yelena Belova, esta vez explorando con más matices el duelo tras la muerte de Natasha. David Harbour aporta carisma y vulnerabilidad como Red Guardian. Sebastian Stan regresa como Bucky Barnes, aportando gravedad y experiencia al grupo. También destacan Wyatt Russell como John Walker, Olga Kurylenko como Taskmaster y Hannah John-Kamen como Ghost, personajes que vuelven tras apariciones anteriores en el UCM, y que aquí ganan una nueva dimensión. La gran novedad es la introducción de Sentry, uno de los personajes más poderosos y complejos del universo Marvel, interpretado por Lewis Pullman (Top Gun: Maverick, Outer Range). Dotado de fuerza descomunal y un lado oscuro conocido como “The Void”, Sentry es una figura trágica que aporta una tensión inusual al relato, y cuya presencia puede redefinir el futuro del UCM. La historia no busca grandes artificios: una misión gubernamental con objetivos ambiguos se convierte en el punto de partida para una exploración emocional del equipo. Cada personaje lidia con sus propios demonios, y en ese proceso, logran formar algo parecido a una familia disfuncional. Gracias a un guion sobrio y actuaciones comprometidas, Thunderbolts logra lo que muchas superproducciones recientes han olvidado: emocionarnos. Las escenas post-créditos abren nuevas puertas para el UCM y dejan en claro que Thunderbolts no es solo un “spin-off de villanos”, sino una pieza importante en la reorganización del universo Marvel, la clave está en el asterisco que lleva el título. Si en los últimos años el estudio ha tenido dificultades para recuperar el entusiasmo del público, esta cinta demuestra que todavía puede sorprender y conmover. Queda por ver qué dirección tomará Marvel con “Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos” en julio de este año, pero si lo que viene sigue este camino, podríamos estar ante una esperada segunda era de oro para el UCM. Thunderbolts* ya está en salas chilenas.
Una de las películas más esperadas del año es Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos , que marca el regreso de esta particular familia a la pantalla grande luego de tres intentos fallidos. Esta vez, llegan de la mano de Marvel Studios para integrarse a una nueva etapa del MCU. Con un arte visual luminoso y retrofuturista que evoca los cómics de los años 60 creados por Stan Lee y Jack Kirby, el diseño de producción se vuelve uno de los grandes aciertos de la cinta, otorgando cercanía y un toque de nostalgia que encantará a los fans. La historia se sitúa cuatro años después de que el Dr. Reed Richards, su esposa Susan Storm, su cuñado Johnny Storm y su mejor amigo Ben Grimm viajaran al espacio en una misión, viéndose alterados por una tormenta cósmica que transformó su ADN. A su regreso, nada volvió a ser igual, cada uno adquirió poderes que los convirtieron en héroes queridos por la población. Pero dos hechos sacuden la aparente calma que llevan sus vidas. Primero, el embarazo de Susan, logrado tras muchos intentos. La llegada del bebé genera incertidumbre, especialmente en Reed, quien teme que las alteraciones genéticas afecten a su hijo, aunque los exámenes no revelan anomalías. Luego aparece Silver Surfer -ahora reinterpretada por Shalla-Bal (en el cómic representa a la pareja del plateado personaje)- anunciando la llegada de Galactus, un devorador de mundos, que amenaza con destruir la Tierra 828 si no le entregan al bebé de Reed y Susan. Galactus está convencido de que Franklin, el hijo por nacer, será tan poderoso que podría reemplazarlo y frenar su voraz apetito. Así, Los Cuatro Fantásticos deberán luchar no solo para salvar al planeta, sino también para proteger a su familia. Su fuerza, inteligencia y valores serán puestos a prueba. El elenco funciona con buena química: Vanessa Kirby (Fragmentos de una mujer, Napoleón) brilla como la Mujer Invisible; Ebon Moss-Bachrach (Andor, El Oso) entrega una Mole convincente, incluso bajo su rostro de piedra; y Joseph Quinn (Stranger Things, Gladiador II) se ve simpático como la Antorcha Humana . Sin embargo, Pedro Pascal (The Mandalorian, The Last of Us) queda algo contenido como el líder Reed Richards , el Sr. Fantástico , entregando más matices recién hacia el final de la cinta. Completa esta familia H.E.R.B.I.E , el pequeño robot asistente, personaje popular en la serie animada de los años 70, que luego pasó a los cómic. En general, la película cumple: es entretenida, con acción que crece hacia el clímax. Es una entrega que no arriesga demasiado y funciona más como una introducción, dejando abiertas líneas narrativas para futuras secuelas en el MCU. Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos llega a los cines el 24 de julio, y es ideal para disfrutar en IMAX. ¡No olviden quedarse hasta el final de los créditos!
Thunderbolts* arranca con un gesto simbólico: el tradicional logo de Marvel aparece oscurecido, sumido en tinieblas, como si la propia franquicia estuviera reconociendo el momento oscuro que vive su universo. Porque esta historia no transcurre en tiempos de gloria: vivimos en un presente donde Los Vengadores son parte del pasado. Iron Man está muerto, Steve Rogers retirado, y el resto de los héroes clásicos han desaparecido del escenario. En ese vacío, surgen los Thunderbolts, un grupo de figuras menores, inestables o incluso olvidadas del UCM. Y, contra todo pronóstico, esta reunión de inadaptados resulta ser una de las entregas más sólidas y emotivas que La Casa de las Ideas ha ofrecido en el último tiempo. La película se sitúa cronológicamente después de “Capitán América: Un nuevo orden mundial” y recoge las consecuencias de un mundo sin símbolos claros, donde el gobierno decide formar su propio escuadrón: no de héroes, sino de sobrevivientes, mercenarios, soldados rotos y figuras problemáticas. Lejos de depender exclusivamente de la espectacularidad visual, Thunderbolts se construye sobre pilares profundamente humanos: la soledad, el duelo, la necesidad de redención, y la búsqueda de conexión. En tiempos en que el Universo Cinematográfico de Marvel parecía perdido en sus propios excesos narrativos, esta cinta propone una vuelta a lo esencial: personajes tratando de encontrar su lugar en el mundo. El elenco reúne a varios rostros conocidos. Florence Pugh vuelve como Yelena Belova, esta vez explorando con más matices el duelo tras la muerte de Natasha. David Harbour aporta carisma y vulnerabilidad como Red Guardian. Sebastian Stan regresa como Bucky Barnes, aportando gravedad y experiencia al grupo. También destacan Wyatt Russell como John Walker, Olga Kurylenko como Taskmaster y Hannah John-Kamen como Ghost, personajes que vuelven tras apariciones anteriores en el UCM, y que aquí ganan una nueva dimensión. La gran novedad es la introducción de Sentry, uno de los personajes más poderosos y complejos del universo Marvel, interpretado por Lewis Pullman (Top Gun: Maverick, Outer Range). Dotado de fuerza descomunal y un lado oscuro conocido como “The Void”, Sentry es una figura trágica que aporta una tensión inusual al relato, y cuya presencia puede redefinir el futuro del UCM. La historia no busca grandes artificios: una misión gubernamental con objetivos ambiguos se convierte en el punto de partida para una exploración emocional del equipo. Cada personaje lidia con sus propios demonios, y en ese proceso, logran formar algo parecido a una familia disfuncional. Gracias a un guion sobrio y actuaciones comprometidas, Thunderbolts logra lo que muchas superproducciones recientes han olvidado: emocionarnos. Las escenas post-créditos abren nuevas puertas para el UCM y dejan en claro que Thunderbolts no es solo un “spin-off de villanos”, sino una pieza importante en la reorganización del universo Marvel, la clave está en el asterisco que lleva el título. Si en los últimos años el estudio ha tenido dificultades para recuperar el entusiasmo del público, esta cinta demuestra que todavía puede sorprender y conmover. Queda por ver qué dirección tomará Marvel con “Los Cuatro Fantásticos: Primeros Pasos” en julio de este año, pero si lo que viene sigue este camino, podríamos estar ante una esperada segunda era de oro para el UCM. Thunderbolts* ya está en salas chilenas.