Los Roses es una comedia efectiva y muy disfrutable que alterna con soltura el romance con una sátira ácida sobre el desgaste de las relaciones, las falsas expectativas y el ego. Basada libremente en la novela de Warren Adler -la misma que inspiró La guerra de los Roses (1989) de Danny DeVito- esta nueva versión mantiene la premisa del amor que deriva en batalla campal, pero cambia personajes, tono y rebaja los niveles de violencia de su antecesora. Ivy y Theo, una pareja británica, se muda impulsivamente a California luego de conocerse. Se casan, tienen mellizos y construyen una vida que a vista de todos es 'perfecta'. Él se vuelve un arquitecto vanguardista de éxito y ella deja su sueño de ser chef para dedicarse a la familia. La chispa entre una Ivy libre y audaz y un Theo metódico y estructurado funciona, hasta que él le regala un restaurante costero para que retome su vocación. Al principio, el local apenas sobrevive. Pero la misma noche del mayor traspié profesional de Theo, el restaurante despega y se vuelve el lugar de moda. El tablero se invierte, ahora Ivy emerge como una poderosa empresaria gastronómica que vive para su trabajo, y Theo pasa a ser un padre desempleado que moldea a sus hijos a su imagen. Esa asimetría comienza a resquebrajar el vínculo hasta convertirlo en una guerra doméstica tan ingeniosa como despiadada. La película no supera el clásico de 1989, pero se sostiene con holgura gracias a sus protagonistas: Olivia Colman ( Ivy) y Benedict Cumberbatch ( Theo) están brillantes y con una química exquisita. El resto del elenco suma risas y veneno en dosis justas, con Andy Samberg y Kate McKinnon robándose escenas. Con dirección de Jay Roach (Austin Powers, Los Fockers, Bombshell), el filme encuentra un ritmo ágil, diálogos filosos y situaciones que van del gag elegante al humor negro sin perder el pulso emocional. En resumen, se trata de una comedia aguda sobre el amor, el poder y el resentimiento, sostenida con actuaciones de lujo. Perfecta para reír y para incomodarse -quizás- un poquito. Estreno en cines el 28 de agosto.
Los Roses es una comedia efectiva y muy disfrutable que alterna con soltura el romance con una sátira ácida sobre el desgaste de las relaciones, las falsas expectativas y el ego. Basada libremente en la novela de Warren Adler -la misma que inspiró La guerra de los Roses (1989) de Danny DeVito- esta nueva versión mantiene la premisa del amor que deriva en batalla campal, pero cambia personajes, tono y rebaja los niveles de violencia de su antecesora. Ivy y Theo, una pareja británica, se muda impulsivamente a California luego de conocerse. Se casan, tienen mellizos y construyen una vida que a vista de todos es 'perfecta'. Él se vuelve un arquitecto vanguardista de éxito y ella deja su sueño de ser chef para dedicarse a la familia. La chispa entre una Ivy libre y audaz y un Theo metódico y estructurado funciona, hasta que él le regala un restaurante costero para que retome su vocación. Al principio, el local apenas sobrevive. Pero la misma noche del mayor traspié profesional de Theo, el restaurante despega y se vuelve el lugar de moda. El tablero se invierte, ahora Ivy emerge como una poderosa empresaria gastronómica que vive para su trabajo, y Theo pasa a ser un padre desempleado que moldea a sus hijos a su imagen. Esa asimetría comienza a resquebrajar el vínculo hasta convertirlo en una guerra doméstica tan ingeniosa como despiadada. La película no supera el clásico de 1989, pero se sostiene con holgura gracias a sus protagonistas: Olivia Colman ( Ivy) y Benedict Cumberbatch ( Theo) están brillantes y con una química exquisita. El resto del elenco suma risas y veneno en dosis justas, con Andy Samberg y Kate McKinnon robándose escenas. Con dirección de Jay Roach (Austin Powers, Los Fockers, Bombshell), el filme encuentra un ritmo ágil, diálogos filosos y situaciones que van del gag elegante al humor negro sin perder el pulso emocional. En resumen, se trata de una comedia aguda sobre el amor, el poder y el resentimiento, sostenida con actuaciones de lujo. Perfecta para reír y para incomodarse -quizás- un poquito. Estreno en cines el 28 de agosto.