El domingo 17 de agosto se confirmó la muerte de Terence Stamp, actor británico nacido en 1938 en el East End de Londres y convertido en una de las figuras más fascinantes del cine de las últimas seis décadas. Aunque no se ha informado la causa de su fallecimiento, su familia destacó que “deja tras de sí un extraordinario legado como actor y escritor que seguirá inspirando a generaciones”. Stamp irrumpió en el cine con fuerza: su debut en Billy Budd (1962) le valió una nominación al Oscar y un Globo de Oro como actor revelación. A partir de ahí, se convirtió en parte esencial del “Swinging London” de los años sesenta, trabajando con cineastas de la talla de William Wyler, Ken Loach, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. Una filmografía que marcó épocas En el cine británico y europeo dejó huella con interpretaciones intensas: el secuestrador obsesivo en The Collector (1965), el misterioso visitante en Teorema (1968) y su papel en Poor Cow (1967), uno de los primeros retratos de Loach sobre la clase trabajadora inglesa. En Hollywood, alcanzó la fama masiva gracias a su inolvidable General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde, volvió al universo del Hombre de Acero poniendo voz a Jor-El en la serie Smallville, un guiño que los fanáticos recibieron con entusiasmo. Su carrera abarca títulos tan dispares como Wall Street (1987), The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert (1994), Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma (1999), Valkyrie (2008) y Last Night in Soho (2021). Y aunque su figura siempre será asociada a grandes producciones, muchos cinéfilos coinciden en que sus mejores interpretaciones llegaron en películas más personales: The Limey (1999), dirigida por Steven Soderbergh, donde brilla como un exconvicto británico en busca de justicia en Los Ángeles, y The Hit (1984), de Stephen Frears, un relato crepuscular sobre la traición y la redención que sigue siendo una de sus obras maestras. Un hombre de múltiples vidas Stamp no solo fue actor: también escritor y viajero incansable. Tras un período de crisis en los años setenta, se retiró a la India, donde estudió meditación y yoga antes de regresar renovado a la actuación. Fue pareja de figuras icónicas como Julie Christie y musa de fotógrafos de la época, encarnando el glamour británico de su generación. Un legado imborrable Terence Stamp será recordado como un intérprete de elegancia magnética, capaz de pasar de la fragilidad a la amenaza con una naturalidad única. Sus personajes —ya fuera el joven inquietante de The Collector, el imponente General Zod o el vengador taciturno de The Limey — siguen resonando como testimonio de un talento irrepetible. Hoy el cine pierde a un gigante, pero su mirada intensa y su voz grave permanecerán para siempre en la memoria de quienes aman las películas.
James Gunn refresca y da mayor claridad aSuperman, quien regresa a la pantalla grande interpretado por el carismático David Corenswet (Pearl, Tornados), acompañado por Rachel Brosnahan (House of Cards, El Amateur) como la astuta Lois Lane. Ambos poseen gran química en pantalla, lo que aporta verosimilitud a su historia de amor y a toda su dinámica. En un mundo donde los metahumanos conviven con personas comunes, Superman comienza a ser cuestionado luego de intervenir para detener una guerra entre la poderosa Boravia y la humilde Jarhanpur (un conflicto que recuerda a los del Medio Oriente). Detrás de todo esto está la mano del joven y poderoso magnate Lex Luthor, quien, mediante LuthorCorp, ha convertido las armas en un lucrativo negocio. Además, ha creado un par de metahumanos capaces de enfrentarse casi de igual a igual con el hombre de acero, a quien odia y envidia profundamente. Pero no todo es conflicto externo. Superman también enfrenta una crisis interna, al ver cómo sus valores y sentimientos -los mismos que lo han definido- se ven desfasados en un mundo más frívolo, consumido por la cultura de la funa y la obsesión por la popularidad en redes sociales. Un nuevo descubrimiento sobre sus orígenes y su misión de vida lo pondrá aún más en tensión. Este reinicio de Superman es una grata sorpresa. Pese a ciertos detalles técnicos y de guion, representa un aire fresco al sacar al personaje de la oscuridad y devolverlo a sus raíces: más cómic, más luz, más esperanza. Algo que se agradece, especialmente tras versiones más sombrías del personaje. La cinta mezcla acción, romance, drama y humor -en su justa medida- con una pareja protagónica que brilla y emociona. Por primera vez desde la inolvidable dupla compuesta por Christopher Reeve y Margot Kidder, vemos a un Clark/Superman y una Lois realmente vibrantes y compenetrados. Por su parte, Nicholas Hoult interpreta a un Lex Luthor al borde de la exageración, pero funciona. Su odio desmedido traspasa la pantalla, cada vez más delirante y menos contenido a medida que avanza la historia. La Justice Gang -con su nombre provisorio- que Gunn nos presenta tiene un papel importante en la trama y suma varios momentos de humor: Mr. Terrific ( Edi Gathegi) destaca con su personalidad excéntrica y sabelotodo, comviertiéndose en un muy relevante personaje dentro de la trama; Linterna Verde ( Nathan Fillion) y su infame peinado regalan arrogancia y varios gags; y la ruda Hawkgirl ( Isabela Merced) tiene presencia, aunque poco y nada de desarrollo. Sí, hay varios temas apenas enunciados y personajes que quedan al debe, pero esta película abre con éxito un nuevo camino. Muchos fanáticos -y nuevo público- estarán ansiosos por ver más. Superman llega para su disfrute a los cines este 10 de julio.
El domingo 17 de agosto se confirmó la muerte de Terence Stamp, actor británico nacido en 1938 en el East End de Londres y convertido en una de las figuras más fascinantes del cine de las últimas seis décadas. Aunque no se ha informado la causa de su fallecimiento, su familia destacó que “deja tras de sí un extraordinario legado como actor y escritor que seguirá inspirando a generaciones”. Stamp irrumpió en el cine con fuerza: su debut en Billy Budd (1962) le valió una nominación al Oscar y un Globo de Oro como actor revelación. A partir de ahí, se convirtió en parte esencial del “Swinging London” de los años sesenta, trabajando con cineastas de la talla de William Wyler, Ken Loach, Federico Fellini y Pier Paolo Pasolini. Una filmografía que marcó épocas En el cine británico y europeo dejó huella con interpretaciones intensas: el secuestrador obsesivo en The Collector (1965), el misterioso visitante en Teorema (1968) y su papel en Poor Cow (1967), uno de los primeros retratos de Loach sobre la clase trabajadora inglesa. En Hollywood, alcanzó la fama masiva gracias a su inolvidable General Zod en Superman (1978) y Superman II (1980). Décadas más tarde, volvió al universo del Hombre de Acero poniendo voz a Jor-El en la serie Smallville, un guiño que los fanáticos recibieron con entusiasmo. Su carrera abarca títulos tan dispares como Wall Street (1987), The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert (1994), Star Wars: Episodio I – La Amenaza Fantasma (1999), Valkyrie (2008) y Last Night in Soho (2021). Y aunque su figura siempre será asociada a grandes producciones, muchos cinéfilos coinciden en que sus mejores interpretaciones llegaron en películas más personales: The Limey (1999), dirigida por Steven Soderbergh, donde brilla como un exconvicto británico en busca de justicia en Los Ángeles, y The Hit (1984), de Stephen Frears, un relato crepuscular sobre la traición y la redención que sigue siendo una de sus obras maestras. Un hombre de múltiples vidas Stamp no solo fue actor: también escritor y viajero incansable. Tras un período de crisis en los años setenta, se retiró a la India, donde estudió meditación y yoga antes de regresar renovado a la actuación. Fue pareja de figuras icónicas como Julie Christie y musa de fotógrafos de la época, encarnando el glamour británico de su generación. Un legado imborrable Terence Stamp será recordado como un intérprete de elegancia magnética, capaz de pasar de la fragilidad a la amenaza con una naturalidad única. Sus personajes —ya fuera el joven inquietante de The Collector, el imponente General Zod o el vengador taciturno de The Limey — siguen resonando como testimonio de un talento irrepetible. Hoy el cine pierde a un gigante, pero su mirada intensa y su voz grave permanecerán para siempre en la memoria de quienes aman las películas.
James Gunn refresca y da mayor claridad aSuperman, quien regresa a la pantalla grande interpretado por el carismático David Corenswet (Pearl, Tornados), acompañado por Rachel Brosnahan (House of Cards, El Amateur) como la astuta Lois Lane. Ambos poseen gran química en pantalla, lo que aporta verosimilitud a su historia de amor y a toda su dinámica. En un mundo donde los metahumanos conviven con personas comunes, Superman comienza a ser cuestionado luego de intervenir para detener una guerra entre la poderosa Boravia y la humilde Jarhanpur (un conflicto que recuerda a los del Medio Oriente). Detrás de todo esto está la mano del joven y poderoso magnate Lex Luthor, quien, mediante LuthorCorp, ha convertido las armas en un lucrativo negocio. Además, ha creado un par de metahumanos capaces de enfrentarse casi de igual a igual con el hombre de acero, a quien odia y envidia profundamente. Pero no todo es conflicto externo. Superman también enfrenta una crisis interna, al ver cómo sus valores y sentimientos -los mismos que lo han definido- se ven desfasados en un mundo más frívolo, consumido por la cultura de la funa y la obsesión por la popularidad en redes sociales. Un nuevo descubrimiento sobre sus orígenes y su misión de vida lo pondrá aún más en tensión. Este reinicio de Superman es una grata sorpresa. Pese a ciertos detalles técnicos y de guion, representa un aire fresco al sacar al personaje de la oscuridad y devolverlo a sus raíces: más cómic, más luz, más esperanza. Algo que se agradece, especialmente tras versiones más sombrías del personaje. La cinta mezcla acción, romance, drama y humor -en su justa medida- con una pareja protagónica que brilla y emociona. Por primera vez desde la inolvidable dupla compuesta por Christopher Reeve y Margot Kidder, vemos a un Clark/Superman y una Lois realmente vibrantes y compenetrados. Por su parte, Nicholas Hoult interpreta a un Lex Luthor al borde de la exageración, pero funciona. Su odio desmedido traspasa la pantalla, cada vez más delirante y menos contenido a medida que avanza la historia. La Justice Gang -con su nombre provisorio- que Gunn nos presenta tiene un papel importante en la trama y suma varios momentos de humor: Mr. Terrific ( Edi Gathegi) destaca con su personalidad excéntrica y sabelotodo, comviertiéndose en un muy relevante personaje dentro de la trama; Linterna Verde ( Nathan Fillion) y su infame peinado regalan arrogancia y varios gags; y la ruda Hawkgirl ( Isabela Merced) tiene presencia, aunque poco y nada de desarrollo. Sí, hay varios temas apenas enunciados y personajes que quedan al debe, pero esta película abre con éxito un nuevo camino. Muchos fanáticos -y nuevo público- estarán ansiosos por ver más. Superman llega para su disfrute a los cines este 10 de julio.