Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.
Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.