Nápoles, tierra de pizzas, en la entrada del nuevo milenio, vio nacer una camada de jóvenes pizzeros que, siempre teniendo presente la tradición, han introducido una serie de modificaciones en la preparación del popular plato. Y en lo que se refiere a innovación, hay un pizzaiolo que ha destacado: Diego Vitagliano (imposible no llamarte Diego si naciste en 1985 en la convulsionada Nápoles en la cual el Diego argentino brillaba). Y de genio a genio, uno con el balón, el otro con sus manos, hoy el Diego, el de las pizzas, puede ser considerado no solamente un pizzero de alto nivel en Italia, sino en todo el mundo. Un largo palmarés lo avala: en los últimos 3 años se ha mantenido en el podio de los mejores pizzeros de Italia (n°1 en 2023 y 2024) y también a nivel planetario (n°1 en 2023), todo esto medido en el prestigioso y especializado ranking 50 Top Pizza. Vitagliano tiene 3 sucursales en Nápoles, llamadas 10 Diego Vitagliano (otro guiño al ídolo). Dos de ellas se encuentran apartadas del centro de la ciudad, en Bagnoli y Pozzuoli, por lo que al visitante (nos incluimos) le sale más cómodo ir a su sede en Santa Lucia (Via Santa Lucia n°78), ubicada a pocos metros de la céntrica Piazza del Plebiscito. El local muy bien decorado, de manera moderna y bien organizado, en síntesis, un lugar agradable para compartir. La atención muy bien cuidada, lo que también aporta a que la experiencia sea mucho más que la de comer. Pero todo lo anterior no serviría de nada sin lo principal, las pizzas. Vitagliano ofrece un extenso y variado menú de pizzas contemporáneas napolitanas junto a otras alternativas en la cual la innovación se hace presente con intensidad. Nos decantamos por dos pizzas de estas últimas, ya que son pizzas con masas exclusivas, y no teníamos la intensión de desaprovechar la oportunidad de probarlas…y no, no nos equivocamos. Partimos con una pizza croccante, cuyos bordes eran efectivamente muy crocantes, pero en su interior una masa alta extremadamente suave, blanda, aireada, que no pesaba nada. Elegimos la Marinara Sbagliata, como llaman tradicionalmente a las pizzas marinara con modificaciones: una buena base de pomodoro San Marzano acompañado de pesto de ajo, orégano, aceite de oliva extra virgen y una mermelada de tomates que hace el contraste perfecto con su dulzor con el ajo. Una maravilla. La segunda pizza fue una Margherinara, una fusión entre una Margarita y una Marinara, pero cuya principal novedad es ser una pizza frita y al horno. La masa se fríe, se le colocan los ingredientes y se pone al horno. Por cierto, la masa es bastante especial, muy rica y original. Finalmente, si puedes ir a Nápoles, y eres fanático de las pizzas, sólo te puedo recomendar vivir esta experiencia culinaria. Ambas pizzas que degusté fueron algo completamente distinto a todo lo anteriormente probado. La calidad de los ingredientes y las recetas de Vitagliano son verdaderamente una obra de arte, el cual puedes disfrutar por precios absolutamente normales (mucho más barato que en Chile por una pizza de retail), y en un ambiente de lujo. Recomendamos hacer la reserva, ya que la demanda por mesas es altísima durante todo el año. Esta se puede hacer por internet, la confirman por correo electrónico. En nuestro caso funcionó al 100%. Si aún no te convences, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, que se encuentra en nuestro canal de Youtube, en donde podrás ver que lo que te digo es cierto.
Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.
La región de Umbría, ubicada al centro norte de Italia, no solamente destaca por ciudades históricas hermosas, como Orvieto o Spoleto; de peregrinación, como Asís o Cascia; o de estudio, como su capital Perugia. También es reconocida por su gastronomía, simple en términos generales, pero con productos de altísima calidad, en especial su charcutería de cerdo y sus trufas. Es por ello por lo que es altísimamente recomendable, si tienes la posibilidad, de conocer esta región de inmensa naturaleza a través de una perspectiva culinaria que pueda acercarte a su cultura. Y fue esta aproximación que logramos llevar a cabo en una zona importante de la no menos importante ciudad de Asís, llamada Santa Maria degli Angeli, marcada por la gigantesca basílica homónima, que a su vez guarda con celo en su interior a uno de los edificios más preciados y trascendentales del franciscanismo: la Porziuncola. Es en esta localidad donde nos aventuramos a probar distintos panini, de los cuales te daremos ahora algunos tips. El primero, no puedes dejar de probar la famosa porchetta, uno de los platos (también convertido en sándwich) más típico de esta región. Es carne de cerdo asada, de cortes excelentes como panceta y lomo, adobado con finas hierbas, sal, pimienta y ajo. Se caracteriza por su piel crocante y un sabor simple y rico. Otro producto típico que lo puedes encontrar incorporado como ingrediente en estos panini es el tartufo, es decir, la trufa. Este apreciado hongo subterráneo es uno de los ingredientes que acompaña a quesos y embutidos en varios sándwiches umbros. La pasta de trufa es toda una experiencia por su fuerza, intensidad y característico sabor. Este, y otros productos tradicionales también son usados en un sándwich cuya historia se remonta al medioevo, y que hasta hoy es muy popular en estar tierras. Me refiero a la llamada Torta al Testo, un pan simple, hecho con agua, harina, sal y bicarbonato, que se cocina sobre una plancha redonda, un disco de hierro fundido llamado testo. Una plataforma original para probar, sobre todo, la charcutería local. Finalmente, y a pesar de que es originaria de la región de Emilia Romagna, en Umbría puedes encontrar la famosa piadina, que no es más que nuestra famosa pita. Liviana y sabrosa, es también un excelente soporte para probar los exquisitos productos que esta tierra bendecida tiene para compartir. Si quieres ver nuestra experiencia en Santa Maria degli Angeli, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en nuestro canal de Youtube.
No hay nada más rico que un buen pan, qué duda cabe. Este alimento fundamental, cuyo origen se remonta a la prehistoria en la cuenca del Mediterráneo, sigue siendo, en pleno siglo XXI, un infaltable en las mesas de miles de millones de personas en el mundo entero. Si bien ciudades y regiones se destacan, desde un punto de vista culinario, por platos o sándwich típicos elaborados con ingredientes locales, existe una ciudad en el sur de Italia que es reconocido simplemente por su pan. Se trata de Altamura, ubicada en la zona de la Alta Murgia (administrativamente hoy pertenece a la región de Apulia). Con una rica cultura campesina, y con el pan como el sustento básico desde que el ser humano habita el área, Altamura marcó una tradición panadera en la Baja Edad Media que continua hasta hoy. En aquellos siglos, eran las mujeres las que en su casa amasaban el pan, para luego llevarlo a hornos públicos donde, tras ser marcados con un sello de hierro que los identificaba, eran cocidos bajo la intensidad del fuego proporcionado por la leña de roble. La identidad de este noble pan está sentenciada por sus ingredientes, por supuesto, todos típicos de la región: una masa que resulta de la mezcla de sémola molida de grano duro, masa madre, sal y agua. Es tal su importancia que en la actualidad se le ha otorgado la denominación de origen protegido (DOP), sello de autenticidad que sólo podrás encontrar en los panes que ofrecen las múltiples panaderías de la ciudad. Estas panaderías también ofrecen una multiplicidad de productos como galletas y pasteles, como también la famosa focaccia de Altamura. Este exquisito producto, muchas veces confundido con la pizza, está hecho con una base de masa de pan de Altamura, con tomates, orégano y aceite de oliva (la región de Apulia se destaca en Italia por la calidad de su aceite de oliva). Frente a todo lo anterior, visitar esta ciudad, más allá de su rica arquitectura e historia, conlleva necesariamente a probar estos productos típicos. En nuestro caso visitamos tres: el Forno Antico Santa Chiara que data del año 1423, un viaje al pasado y a la tradición, que destaca no sólo por sus productos, sino por el edificio histórico que lo cobija; el Panificio di Gesu, que continua un legado antiguo desde el año 1968; y el Panificio del Duomo, ubicado a pocos metros de la hermosa catedral de la ciudad, donde ofrecen degustaciones de sus productos, todos ellos hechos bajo las estrictas reglas de las recetas de antaño. Si quieres conocer esta exquisita y simple comida, y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.
Nápoles, tierra de pizzas, en la entrada del nuevo milenio, vio nacer una camada de jóvenes pizzeros que, siempre teniendo presente la tradición, han introducido una serie de modificaciones en la preparación del popular plato. Y en lo que se refiere a innovación, hay un pizzaiolo que ha destacado: Diego Vitagliano (imposible no llamarte Diego si naciste en 1985 en la convulsionada Nápoles en la cual el Diego argentino brillaba). Y de genio a genio, uno con el balón, el otro con sus manos, hoy el Diego, el de las pizzas, puede ser considerado no solamente un pizzero de alto nivel en Italia, sino en todo el mundo. Un largo palmarés lo avala: en los últimos 3 años se ha mantenido en el podio de los mejores pizzeros de Italia (n°1 en 2023 y 2024) y también a nivel planetario (n°1 en 2023), todo esto medido en el prestigioso y especializado ranking 50 Top Pizza. Vitagliano tiene 3 sucursales en Nápoles, llamadas 10 Diego Vitagliano (otro guiño al ídolo). Dos de ellas se encuentran apartadas del centro de la ciudad, en Bagnoli y Pozzuoli, por lo que al visitante (nos incluimos) le sale más cómodo ir a su sede en Santa Lucia (Via Santa Lucia n°78), ubicada a pocos metros de la céntrica Piazza del Plebiscito. El local muy bien decorado, de manera moderna y bien organizado, en síntesis, un lugar agradable para compartir. La atención muy bien cuidada, lo que también aporta a que la experiencia sea mucho más que la de comer. Pero todo lo anterior no serviría de nada sin lo principal, las pizzas. Vitagliano ofrece un extenso y variado menú de pizzas contemporáneas napolitanas junto a otras alternativas en la cual la innovación se hace presente con intensidad. Nos decantamos por dos pizzas de estas últimas, ya que son pizzas con masas exclusivas, y no teníamos la intensión de desaprovechar la oportunidad de probarlas…y no, no nos equivocamos. Partimos con una pizza croccante, cuyos bordes eran efectivamente muy crocantes, pero en su interior una masa alta extremadamente suave, blanda, aireada, que no pesaba nada. Elegimos la Marinara Sbagliata, como llaman tradicionalmente a las pizzas marinara con modificaciones: una buena base de pomodoro San Marzano acompañado de pesto de ajo, orégano, aceite de oliva extra virgen y una mermelada de tomates que hace el contraste perfecto con su dulzor con el ajo. Una maravilla. La segunda pizza fue una Margherinara, una fusión entre una Margarita y una Marinara, pero cuya principal novedad es ser una pizza frita y al horno. La masa se fríe, se le colocan los ingredientes y se pone al horno. Por cierto, la masa es bastante especial, muy rica y original. Finalmente, si puedes ir a Nápoles, y eres fanático de las pizzas, sólo te puedo recomendar vivir esta experiencia culinaria. Ambas pizzas que degusté fueron algo completamente distinto a todo lo anteriormente probado. La calidad de los ingredientes y las recetas de Vitagliano son verdaderamente una obra de arte, el cual puedes disfrutar por precios absolutamente normales (mucho más barato que en Chile por una pizza de retail), y en un ambiente de lujo. Recomendamos hacer la reserva, ya que la demanda por mesas es altísima durante todo el año. Esta se puede hacer por internet, la confirman por correo electrónico. En nuestro caso funcionó al 100%. Si aún no te convences, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, que se encuentra en nuestro canal de Youtube, en donde podrás ver que lo que te digo es cierto.
Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.
La región de Umbría, ubicada al centro norte de Italia, no solamente destaca por ciudades históricas hermosas, como Orvieto o Spoleto; de peregrinación, como Asís o Cascia; o de estudio, como su capital Perugia. También es reconocida por su gastronomía, simple en términos generales, pero con productos de altísima calidad, en especial su charcutería de cerdo y sus trufas. Es por ello por lo que es altísimamente recomendable, si tienes la posibilidad, de conocer esta región de inmensa naturaleza a través de una perspectiva culinaria que pueda acercarte a su cultura. Y fue esta aproximación que logramos llevar a cabo en una zona importante de la no menos importante ciudad de Asís, llamada Santa Maria degli Angeli, marcada por la gigantesca basílica homónima, que a su vez guarda con celo en su interior a uno de los edificios más preciados y trascendentales del franciscanismo: la Porziuncola. Es en esta localidad donde nos aventuramos a probar distintos panini, de los cuales te daremos ahora algunos tips. El primero, no puedes dejar de probar la famosa porchetta, uno de los platos (también convertido en sándwich) más típico de esta región. Es carne de cerdo asada, de cortes excelentes como panceta y lomo, adobado con finas hierbas, sal, pimienta y ajo. Se caracteriza por su piel crocante y un sabor simple y rico. Otro producto típico que lo puedes encontrar incorporado como ingrediente en estos panini es el tartufo, es decir, la trufa. Este apreciado hongo subterráneo es uno de los ingredientes que acompaña a quesos y embutidos en varios sándwiches umbros. La pasta de trufa es toda una experiencia por su fuerza, intensidad y característico sabor. Este, y otros productos tradicionales también son usados en un sándwich cuya historia se remonta al medioevo, y que hasta hoy es muy popular en estar tierras. Me refiero a la llamada Torta al Testo, un pan simple, hecho con agua, harina, sal y bicarbonato, que se cocina sobre una plancha redonda, un disco de hierro fundido llamado testo. Una plataforma original para probar, sobre todo, la charcutería local. Finalmente, y a pesar de que es originaria de la región de Emilia Romagna, en Umbría puedes encontrar la famosa piadina, que no es más que nuestra famosa pita. Liviana y sabrosa, es también un excelente soporte para probar los exquisitos productos que esta tierra bendecida tiene para compartir. Si quieres ver nuestra experiencia en Santa Maria degli Angeli, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, en nuestro canal de Youtube.
No hay nada más rico que un buen pan, qué duda cabe. Este alimento fundamental, cuyo origen se remonta a la prehistoria en la cuenca del Mediterráneo, sigue siendo, en pleno siglo XXI, un infaltable en las mesas de miles de millones de personas en el mundo entero. Si bien ciudades y regiones se destacan, desde un punto de vista culinario, por platos o sándwich típicos elaborados con ingredientes locales, existe una ciudad en el sur de Italia que es reconocido simplemente por su pan. Se trata de Altamura, ubicada en la zona de la Alta Murgia (administrativamente hoy pertenece a la región de Apulia). Con una rica cultura campesina, y con el pan como el sustento básico desde que el ser humano habita el área, Altamura marcó una tradición panadera en la Baja Edad Media que continua hasta hoy. En aquellos siglos, eran las mujeres las que en su casa amasaban el pan, para luego llevarlo a hornos públicos donde, tras ser marcados con un sello de hierro que los identificaba, eran cocidos bajo la intensidad del fuego proporcionado por la leña de roble. La identidad de este noble pan está sentenciada por sus ingredientes, por supuesto, todos típicos de la región: una masa que resulta de la mezcla de sémola molida de grano duro, masa madre, sal y agua. Es tal su importancia que en la actualidad se le ha otorgado la denominación de origen protegido (DOP), sello de autenticidad que sólo podrás encontrar en los panes que ofrecen las múltiples panaderías de la ciudad. Estas panaderías también ofrecen una multiplicidad de productos como galletas y pasteles, como también la famosa focaccia de Altamura. Este exquisito producto, muchas veces confundido con la pizza, está hecho con una base de masa de pan de Altamura, con tomates, orégano y aceite de oliva (la región de Apulia se destaca en Italia por la calidad de su aceite de oliva). Frente a todo lo anterior, visitar esta ciudad, más allá de su rica arquitectura e historia, conlleva necesariamente a probar estos productos típicos. En nuestro caso visitamos tres: el Forno Antico Santa Chiara que data del año 1423, un viaje al pasado y a la tradición, que destaca no sólo por sus productos, sino por el edificio histórico que lo cobija; el Panificio di Gesu, que continua un legado antiguo desde el año 1968; y el Panificio del Duomo, ubicado a pocos metros de la hermosa catedral de la ciudad, donde ofrecen degustaciones de sus productos, todos ellos hechos bajo las estrictas reglas de las recetas de antaño. Si quieres conocer esta exquisita y simple comida, y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.