Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.
Milazzo es una ciudad que por su ubicación geográfica (inserta en una península al frente de las islas eolias), es un tranquilo e ideal lugar para pasar algunos días de verano. De su historia y de su enorme fortaleza, el conocido como Castillo de Milazzo, puedes leer en nuestra nota anterior. En esta oportunidad narraremos como pasar un día en esta apacible ciudad, enfocados no solo en algunos de sus lugares de interés turístico, sino también en la oferta gastronómica que la ciudad ofrece que, por supuesto, se centra en las delicias típicas de Sicilia. En la mañana, comenzamos con un desayuno típico siciliano que incluye, además del clásico café italiano, un pan brioche, una cassata siciliana y un infaltable cannolo. Estos tres productos se pueden encontrar en toda la isla. En nuestro caso, optamos por una de las tantas típicas pasticcerie que puedes encontrar en el centro de Milazzo. Se trata del Bar Pasticceria Merrina (Massimiliano Regis n° 50). Tras este dulce desayuno, nos dirigimos al cabo de Milazzo, Capo Milazzo, para disfrutar de sus excelentes vistas al mar Tirreno. En este mirador natural se encuentra también vestigios de cultura material, una iglesia rupestre, es decir cavada en las rocas, en honor a San Antonio de Padua, quien en el siglo XIII ocupó la gruta como refugio. Llega la hora de almuerzo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Elegimos Antichi Sapori (Umberto I n° 174), una trattoria que ofrece, entre otros, platos típicos de la zona. No olvidemos que Milazzo está en una isla, por lo que los productos del mar fueron los preferidos en esta visita; pasta con camarones y pistachos, choritos (mejillones) y un mix de fritos de productos del mar amenizaron nuestro mediodía. Después de descansar, nos fuimos a la costa poniente de la península, donde encontramos kilómetros de playa, bien cuidadas y con aguas muy limpias. Finalmente elegimos la playa más al norte, en la zona conocida como baia del tono. Un lugar paradisiaco para el descanso. Llega el atardecer y nos disponemos a elegir un lugar para el tradicional “bajón” post playa. Cerca de la costa encontramos un local de hamburguesas con un peculiar nombre: la Puttega (Piazza San Papino n° 8). Realmente nos sorprendieron sus hamburguesas, a tal punto que considero una de las mejores que he comido en mi vida. Es un local simple, pero la calidad de los ingredientes y sobre todo de la carne, hacen que uno quiera volver a probarlas. Ya caída la noche estival, las calles de Milazzo se llenan de gente paseando, pero mayoritariamente se encuentran en las múltiples terrazas de cada uno de los locales para beber y comer. Terminamos el día en la pizzería Matto (Massimiliano Regis n°24), un agradable lugar, buena atención y onda. Ahí probamos los famosos spritz (muy consumidos en Italia) en sus versiones con Aperol y con Campari, además de una pizza alla norma, toda una clásica de Sicilia, cuyo ingrediente principal es la berenjena. Finalizamos una jornada en que el descanso se mezcló con la naturaleza y la cultura. Eso, y por supuesto muchas opciones para agasajar los paladares, es lo que ofrece esta bella ciudad de Milazzo. Si quieres conocer más sobre este tour gastronómico y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.
El puerto de Bari, como toda ciudad importante del sur de Italia, cuenta con una historia riquísima basada en siglos de dominación de diversas culturas del Mediterráneo. Un poco a la sombra de la popular Nápoles durante los últimos siglos, Bari ha sabido mantener una identidad propia que se enriquece con su ubicación geográfica: dominando el sur del Mar Adriático. Pero la actual capital de la región de la Apulia, o Puglia en italiano, hoy por hoy se ha forjado un nombre como destino turístico atractivo no solo para los italianos, sino para visitantes de todo el mundo. Es que Bari tiene mucho que ofrecer: un casco histórico vibrante con calles estrechas que dan vida a un plano laberíntico; edificios hermosos representantes de diversos estilos arquitectónicos; una hermosa costanera; y, por supuesto (si estamos hablando del sur italiano), una exquisita oferta gastronómica. Su barrio más antiguo, Bari Vecchia, es la mayor atracción de la ciudad: sus calles, viviendas, iglesias y lugares para comer bien son, en mi opinión, el mejor patrimonio de esta zona que transporta al pasado, pero que al mismo tiempo nos muestra como es la vida de barrio en la actualidad. Dentro de sus edificios, resaltan dos grandes iglesias representantes del estilo románico barese: su catedral, la de San Sabino, y la Basílica de San Nicolás de Bari. Esta última, contiene en su interior las reliquias del santo venerado por católicos y ortodoxos, que inspiró al popular personaje de Santa Claus o Viejito Pascuero. Por otra parte, Bari cuenta con varias playas y el paseo marítimo más largo de Italia (al menos de 3 kms. de largo), además de varios edificios del siglo XIX y XX, como el teatro Margherita y el teatro Petruzzelli. Hemos dejado para el final su rica gastronomía. Su situación costera ha inspirado la oferta culinaria de la ciudad. Recomendamos un delicioso sándwich de pulpo en Lo Sfizio del Borgo Antico (Valissa n°53); probar el panzerotto, una especie de calzone típico; las sgagliozze, un snack típico de polenta frita; y la joya de Bari, su focaccia. La foccacia barese contiene tomates, aceitunas y suficiente aceite de oliva (la región de Apulia es su mayor productora en Italia), es hecha en horno a leña y su masa es sencillamente espectacular. Recomendamos el panificio Fiore (Palazzo di Citta n° 38). Visitar Bari es una excelente opción para aquel viajero que quiere conocer otra Italia, alejada de hordas de turísticas, pero con similares bondades que otros lugares de la península. Además, en comparación a otro sitios, no es un destino caro, sin contar que es una excelente base para conocer otro pueblos y ciudades de la Apulia que son sencillamente hermosos, como Polignano a Mare, Monopoli, Lecce, Alberobello, Ostuni o Altamura. Para conocer más de esta ciudad, no te pierdas el siguiente episodio de En Palco Condimenta.
Catania, puerto y ciudad de las más importantes de la isla de Sicilia, no sólo es un destino turístico relevante por su exquisita arquitectura barroca, su cercanía a balnearios de ensueño y al amado/temido volcán Etna, sino también por tener una oferta gastronómica amplia y de las mejores de Italia. Y sí, es posible que lo que acabo de señalar pueda sonar a exageración, ya que, en general, el país europeo cuenta con una gastronomía espectacular conocida en el mundo entero…Pero no, Catania destaca por una grandísima cantidad de restaurantes, trattorias, pizzerías, rosticerías, pastelerías y un largo etc. de locales comerciales donde podrás elegir: carnes, donde destacan los pescados y mariscos y la carne de caballo; ricos pasteles de tradición centenaria; por supuesto pizzas y mucho más. Todo esto en el mejor de los ambientes, entre edificios antiguos y hermosos, en terrazas con mucha buena onda y con la calidez de los sicilianos. Por supuesto, la comida callejera, la también conocida como street food, tiene un lugar relevante en la oferta catanesa. Desde el desayuno hasta la cena existen diversas opciones de pasteles, dulces y salados, que te pueden sacar del apuro con poco presupuesto. Si eres un viajero low cost, tienes poco tiempo y quieres conocer mucho, o simplemente eres un adicto a la comida rápida, a continuación te hablaremos de algunas de las opciones que podrás encontrar en esta entretenida ciudad. Las pastelerías en Catania, generalmente llamados bar o café, las encuentras por todos lados. En la calle principal, la via Etnea, se encuentran las más conocidas. En ellas tendrás la oportunidad de probar dulces sicilianos tradicionales como cannoli y la versión catanese de la cassata siciliana: le Minne di Sant’Agata, en honor al martirio de la santa de la ciudad, a quien en vida le fueron cortados sus pechos (minne). Para el calor, aunque también lo encuentras en invierno, recomendamos la granita siciliana: una bebida helada, más o menos cremosa, con un hielo mucho más fino del granizado que conocemos. En general no se le añade azúcar, por lo cual es tan sano como un jugo natural, en el caso de las frutas, o tomar un rico café italiano sin azúcar. Los más tradicionales son los de almendra y pistachos, ambos productos tradicionales de la isla. Si lo tuyo es lo salado, no solo las pastelerías cuentan con un regimiento de pasteles con carne, quesos, jamón y cuanto relleno existe. También existe muchos locales con productos fritos, ya sea iris (un berlín frito con relleno salado o dulce), empanadas o productos del mar (generalmente vendidos en conos). También negocios especializados en la carne de caballo, la cual es muy típica (y muy consumida) de Catania, con sus tradicionales parrillas. En síntesis, Catania es una ciudad con una oferta gastronómica tan amplia como la de ciudades como Nápoles, Roma o la también siciliana Palermo. Pero si hay algo que la distingue, es su ambiente elegante y a la vez tranquilo, a pesar de ser una gran urbe. No por nada es cada vez más uno de los destinos más visitados por turistas italianos y de todo el mundo. Si quieres conocer más sobre el Street food catanese, te invitamos a ver el siguiente video:
Taormina es una ciudad en la costa este de la isla de Sicilia, Italia, bañada por el mar Jónico. Sus estrechas calles, balcones con abundantes y coloreadas flores, maceteros típicos y edificios antiguos no la diferencian de cualquier ciudad normal de la isla de Trinacria (el antiguo símbolo siciliano que hace referencia a los tres montes: Messina, Palermo y Noto). Entonces cabe la pregunta, ¿Por qué Taormina es una de las ciudades más visitadas del sur de Italia? ¿ Qué hace que miles de turistas bajen de decenas de buses diariamente, en temporada alta, muchos provenientes de los cruceros que paran en los puertos de Messina y Catania, tras una hora y media de viaje por carretera? ¿Qué es lo particular que tiene esta pequeña localidad de apenas un poco más de 10.000 habitantes? ¿Por qué es considerada una de las ciudades más hermosas de Sicilia? Intentaremos a continuación responderlo. Taormina fue fundada nada menos que en el año 735 a. C. por los griegos, convirtiéndose en la primera colonia de los helenos en las actuales tierras itálicas. De ese pasado, hoy conserva un teatro greco-romano considerado como una de las joyas arqueológicas ubicadas en el país de las pastas y de la pizza. Esta tan bien mantenido y cuidado que incluso se realizan conciertos en su escenario. ¿Pero esta maravilla vale por si misma la visita de tantas personas? No, Taormina es mucho más. Además de sus callecitas góticas-barrocas, iglesias medievales y plazas donde la piedra es la ama y señora, Taormina cuenta con una particularidad que ciudades populares como Cefalú, por ejemplo, no cuentan, y que la hace muy particular; Taormina se encuentra en un cerro, por lo que tiene unas vistas a la costa y al volcán Etna maravillosas. Cuenta con varios miradores desde donde se puede disfrutar de imágenes únicas; la principal, la piazza IX Aprile. Pero aprovechar los hermosos días de verano en este lugar, en especial cada uno de sus rincones mágicos y sus vistas únicas, tiene su costo: el altísimo número de turistas que inundan sus calles, comercios y lugares para comer. En mi opinión es demasiado, arruinando la magia del lugar. Para comer algo hay dos tipos de espacios: aquellos con precios “normales” (un poco más caro que el resto de la isla, pero pagables para el común de los mortales) y que normalmente se encuentran repletos de comensales; y aquellos restaurantes de precios muy altos. Taormina ya desde el siglo XIX es un destino para gente acaudalada, por ello cuenta con alojamientos 5 estrellas de primer nivel, y eso explica que muchos (me incluyo) la visiten por el día, cuestión que se puede hacer perfectamente por su tamaño. Por último, las maneras más típicas para llegar, sin contar a los buses turísticos que transportan a los pasajeros de los cruceros, es vía transporte público: el tren y el autobús. Mi recomendación es utilizar el autobús, especialmente si viajas desde Catania. Tienen salidas cada una hora aproximadamente y te dejan arriba del cerro, sólo debes caminar un poco para llegar al casco histórico. En cambio, el tren te deja abajo del cerro, al cual puedes subir en otro autobús, o bien en funicular. Por tanto, tanto por dinero como por tiempo, es más directo el autobús. Ahora bien, el tren es ideal si tu intención es ir a las playas que están abajo, en especial la zona de Isola Bella, también muy concurrida por su belleza y aguas cristalinas. Para resolver algunas de las interrogantes planteadas en esta nota, que mejor que ver con tus propios ojos cómo es Taormina, para ello te invitamos a ver el siguiente video.
La isla de Brač se ubica a poca distancia de la siempre muy visitada Split. La forma más simple es tomando un ferry de la línea Jadronilija en el puerto de la citada ciudad. El viaje dura menos de una hora y arriba a la capital de la isla, Supetar. Vale mencionar que el pasaje es notablemente más barato que otros transportes marítimos en el resto de Europa, por lo que un paseo por Brač es perfectamente factible para viajeros de presupuesto ajustado. Ahora bien, llegar para quedarse unos días y aprovechar de disfrutar de sus hermosas y tranquilas playas también es una opción, especialmente para aquellos que buscan descansar. En nuestra experiencia, nos encontramos con un lugar en el cual se respiraba paz, extremadamente limpio, que dista demasiado del ambiente de locura que se vive en la vecina Split y los miles de turistas que pululan por sus calles. Iniciamos la visita llegando al muelle de Supetar, ubicada en el norte de la isla, es una ciudad que no sobrepasa los 4.000 habitantes, y que desde hace 200 años aproximadamente en el centro administrativo de la ciudad. Además de contar con un paseo marítimo muy lindo, que parte desde su marina llena de embarcaciones y continua hacia la zona de las playas, en Supetar destaca lo hermoso y pintoresco de sus edificios, además de la preciosa iglesia de la Anunciación, de estilo barroco construida en el siglo 18. Pero Brač es mucho más que Supetar, por lo que generalmente es el punto de partida para ir a las famosas playas de Bol u a otro de sus pueblos. Para ello, y a pocos minutos del muelle se ubica un sencillo terminal de autobuses que conecta con una buena frecuencia la capital con el resto de la isla. En este sitio también se encuentra la oficina para comprar los pasajes para retornar a Split. Todo muy cómodo. Por supuesto, si pretendes quedarte más de un día y recorrer la isla sin depender de horarios, es imperativo arrendar un automóvil. Pero nuestro destino final fue el pueblo de Sutivan, a solo unos 15 minutos en bus desde Supetar. Si bien existen otros pueblos bastante más turísticos, esta localidad de menos de 1.000 habitantes es conocida por ser en extrema tranquila, un verdadero paraíso para el descanso. Y lo que se dice de Sutivan es totalmente cierto: un lugar agradable, muy bien cuidado y limpio y que cuenta con una costanera no muy larga, pero con mucha oferta para comer y tomar. Al igual que en Supetar, las playas se encuentran a pocos minutos caminando desde la marina en la que las embarcaciones se mueven al vaivén de las ligeras olas. Se siente que es un lugar para recargar energías y donde el descanso es auténtico. Además se come muy bien, como lo puedes ver en el video siguiente video, que te recomiendo para que puedas apreciar la belleza de esta isla, y en especial, de este pueblo alejado de la ajetreada vida citadina.
Milazzo es una ciudad que por su ubicación geográfica (inserta en una península al frente de las islas eolias), es un tranquilo e ideal lugar para pasar algunos días de verano. De su historia y de su enorme fortaleza, el conocido como Castillo de Milazzo, puedes leer en nuestra nota anterior. En esta oportunidad narraremos como pasar un día en esta apacible ciudad, enfocados no solo en algunos de sus lugares de interés turístico, sino también en la oferta gastronómica que la ciudad ofrece que, por supuesto, se centra en las delicias típicas de Sicilia. En la mañana, comenzamos con un desayuno típico siciliano que incluye, además del clásico café italiano, un pan brioche, una cassata siciliana y un infaltable cannolo. Estos tres productos se pueden encontrar en toda la isla. En nuestro caso, optamos por una de las tantas típicas pasticcerie que puedes encontrar en el centro de Milazzo. Se trata del Bar Pasticceria Merrina (Massimiliano Regis n° 50). Tras este dulce desayuno, nos dirigimos al cabo de Milazzo, Capo Milazzo, para disfrutar de sus excelentes vistas al mar Tirreno. En este mirador natural se encuentra también vestigios de cultura material, una iglesia rupestre, es decir cavada en las rocas, en honor a San Antonio de Padua, quien en el siglo XIII ocupó la gruta como refugio. Llega la hora de almuerzo y nos dirigimos nuevamente al centro de la ciudad. Elegimos Antichi Sapori (Umberto I n° 174), una trattoria que ofrece, entre otros, platos típicos de la zona. No olvidemos que Milazzo está en una isla, por lo que los productos del mar fueron los preferidos en esta visita; pasta con camarones y pistachos, choritos (mejillones) y un mix de fritos de productos del mar amenizaron nuestro mediodía. Después de descansar, nos fuimos a la costa poniente de la península, donde encontramos kilómetros de playa, bien cuidadas y con aguas muy limpias. Finalmente elegimos la playa más al norte, en la zona conocida como baia del tono. Un lugar paradisiaco para el descanso. Llega el atardecer y nos disponemos a elegir un lugar para el tradicional “bajón” post playa. Cerca de la costa encontramos un local de hamburguesas con un peculiar nombre: la Puttega (Piazza San Papino n° 8). Realmente nos sorprendieron sus hamburguesas, a tal punto que considero una de las mejores que he comido en mi vida. Es un local simple, pero la calidad de los ingredientes y sobre todo de la carne, hacen que uno quiera volver a probarlas. Ya caída la noche estival, las calles de Milazzo se llenan de gente paseando, pero mayoritariamente se encuentran en las múltiples terrazas de cada uno de los locales para beber y comer. Terminamos el día en la pizzería Matto (Massimiliano Regis n°24), un agradable lugar, buena atención y onda. Ahí probamos los famosos spritz (muy consumidos en Italia) en sus versiones con Aperol y con Campari, además de una pizza alla norma, toda una clásica de Sicilia, cuyo ingrediente principal es la berenjena. Finalizamos una jornada en que el descanso se mezcló con la naturaleza y la cultura. Eso, y por supuesto muchas opciones para agasajar los paladares, es lo que ofrece esta bella ciudad de Milazzo. Si quieres conocer más sobre este tour gastronómico y los lugares que visitamos, te invitamos a ver el siguiente video.
El puerto de Bari, como toda ciudad importante del sur de Italia, cuenta con una historia riquísima basada en siglos de dominación de diversas culturas del Mediterráneo. Un poco a la sombra de la popular Nápoles durante los últimos siglos, Bari ha sabido mantener una identidad propia que se enriquece con su ubicación geográfica: dominando el sur del Mar Adriático. Pero la actual capital de la región de la Apulia, o Puglia en italiano, hoy por hoy se ha forjado un nombre como destino turístico atractivo no solo para los italianos, sino para visitantes de todo el mundo. Es que Bari tiene mucho que ofrecer: un casco histórico vibrante con calles estrechas que dan vida a un plano laberíntico; edificios hermosos representantes de diversos estilos arquitectónicos; una hermosa costanera; y, por supuesto (si estamos hablando del sur italiano), una exquisita oferta gastronómica. Su barrio más antiguo, Bari Vecchia, es la mayor atracción de la ciudad: sus calles, viviendas, iglesias y lugares para comer bien son, en mi opinión, el mejor patrimonio de esta zona que transporta al pasado, pero que al mismo tiempo nos muestra como es la vida de barrio en la actualidad. Dentro de sus edificios, resaltan dos grandes iglesias representantes del estilo románico barese: su catedral, la de San Sabino, y la Basílica de San Nicolás de Bari. Esta última, contiene en su interior las reliquias del santo venerado por católicos y ortodoxos, que inspiró al popular personaje de Santa Claus o Viejito Pascuero. Por otra parte, Bari cuenta con varias playas y el paseo marítimo más largo de Italia (al menos de 3 kms. de largo), además de varios edificios del siglo XIX y XX, como el teatro Margherita y el teatro Petruzzelli. Hemos dejado para el final su rica gastronomía. Su situación costera ha inspirado la oferta culinaria de la ciudad. Recomendamos un delicioso sándwich de pulpo en Lo Sfizio del Borgo Antico (Valissa n°53); probar el panzerotto, una especie de calzone típico; las sgagliozze, un snack típico de polenta frita; y la joya de Bari, su focaccia. La foccacia barese contiene tomates, aceitunas y suficiente aceite de oliva (la región de Apulia es su mayor productora en Italia), es hecha en horno a leña y su masa es sencillamente espectacular. Recomendamos el panificio Fiore (Palazzo di Citta n° 38). Visitar Bari es una excelente opción para aquel viajero que quiere conocer otra Italia, alejada de hordas de turísticas, pero con similares bondades que otros lugares de la península. Además, en comparación a otro sitios, no es un destino caro, sin contar que es una excelente base para conocer otro pueblos y ciudades de la Apulia que son sencillamente hermosos, como Polignano a Mare, Monopoli, Lecce, Alberobello, Ostuni o Altamura. Para conocer más de esta ciudad, no te pierdas el siguiente episodio de En Palco Condimenta.
Catania, puerto y ciudad de las más importantes de la isla de Sicilia, no sólo es un destino turístico relevante por su exquisita arquitectura barroca, su cercanía a balnearios de ensueño y al amado/temido volcán Etna, sino también por tener una oferta gastronómica amplia y de las mejores de Italia. Y sí, es posible que lo que acabo de señalar pueda sonar a exageración, ya que, en general, el país europeo cuenta con una gastronomía espectacular conocida en el mundo entero…Pero no, Catania destaca por una grandísima cantidad de restaurantes, trattorias, pizzerías, rosticerías, pastelerías y un largo etc. de locales comerciales donde podrás elegir: carnes, donde destacan los pescados y mariscos y la carne de caballo; ricos pasteles de tradición centenaria; por supuesto pizzas y mucho más. Todo esto en el mejor de los ambientes, entre edificios antiguos y hermosos, en terrazas con mucha buena onda y con la calidez de los sicilianos. Por supuesto, la comida callejera, la también conocida como street food, tiene un lugar relevante en la oferta catanesa. Desde el desayuno hasta la cena existen diversas opciones de pasteles, dulces y salados, que te pueden sacar del apuro con poco presupuesto. Si eres un viajero low cost, tienes poco tiempo y quieres conocer mucho, o simplemente eres un adicto a la comida rápida, a continuación te hablaremos de algunas de las opciones que podrás encontrar en esta entretenida ciudad. Las pastelerías en Catania, generalmente llamados bar o café, las encuentras por todos lados. En la calle principal, la via Etnea, se encuentran las más conocidas. En ellas tendrás la oportunidad de probar dulces sicilianos tradicionales como cannoli y la versión catanese de la cassata siciliana: le Minne di Sant’Agata, en honor al martirio de la santa de la ciudad, a quien en vida le fueron cortados sus pechos (minne). Para el calor, aunque también lo encuentras en invierno, recomendamos la granita siciliana: una bebida helada, más o menos cremosa, con un hielo mucho más fino del granizado que conocemos. En general no se le añade azúcar, por lo cual es tan sano como un jugo natural, en el caso de las frutas, o tomar un rico café italiano sin azúcar. Los más tradicionales son los de almendra y pistachos, ambos productos tradicionales de la isla. Si lo tuyo es lo salado, no solo las pastelerías cuentan con un regimiento de pasteles con carne, quesos, jamón y cuanto relleno existe. También existe muchos locales con productos fritos, ya sea iris (un berlín frito con relleno salado o dulce), empanadas o productos del mar (generalmente vendidos en conos). También negocios especializados en la carne de caballo, la cual es muy típica (y muy consumida) de Catania, con sus tradicionales parrillas. En síntesis, Catania es una ciudad con una oferta gastronómica tan amplia como la de ciudades como Nápoles, Roma o la también siciliana Palermo. Pero si hay algo que la distingue, es su ambiente elegante y a la vez tranquilo, a pesar de ser una gran urbe. No por nada es cada vez más uno de los destinos más visitados por turistas italianos y de todo el mundo. Si quieres conocer más sobre el Street food catanese, te invitamos a ver el siguiente video: