Todos hemos escuchado alguna vez, al menos, sobre la terrible erupción del volcán Vesubio, hecho acaecido en el año 79 d.C., y que arrasó con la ya famosa ciudad de Pompeya. Más de una película o serie de época han relatado las angustiosas horas en las que miles de personas murieron por una capa inmensa de cenizas y la lluvia de rocas piroclásticas. Pero en esta conmovedora historia sobre la fuerza y letalidad de la naturaleza hay una gran olvidada: la ciudad de Herculano. Ubicada al norte de Pompeya, bastante más cerca del imponente Vesubio, pasó ese primer día de erupción como una simple espectadora de la destrucción, puesto que el viento dirigió el desastre hacia, precisamente, Pompeya. Pero ya en la madrugada del día siguiente, una segunda y más potente erupción selló el destino de Herculano y de sus 4.000 habitantes; una masa de lava sepultó a la ciudad bajo una capa de 25 metros de altura. Y es así como la ciudad balneario, una de las preferidas de la elite romana de la época, desapareció de la faz de la tierra. Fortuitamente, y sólo en la segunda mitad del siglo XVIII, por unos trabajos ordenados por el rey Carlos III de España (VII de Nápoles), se encontraron los primeros vestigios de Herculano. Pero no será sino hasta 1927 que comenzaron las excavaciones científicas propiamente tales, y el descubrimiento de esta ciudad que maravilla por sus calles, edificios y objetos tan bien conservados. Efectivamente, el hecho de haber quedado cubierta por una profunda capa de 25 metros evitó que los restos quedaran expuestos al oxígeno (el promedio de profundidad de Pompeya, por ejemplo, es de sólo 2 metros y la ciudad quedó expuesta siglos antes que Herculano). Esta auténtica tumba profunda permitió que esculturas, pinturas, mosaicos e incluso cadáveres (se encontraron alrededor de 300 cadáveres de personas esperando huir por la costa) se encuentren en excelentes condiciones. Incluso, algo no muy habitual, se pueden encontrar edificaciones de 2 pisos, villas de gente adinerada y espacios públicos como la palestra, en excelentes condiciones de conservación. Todo esto cambia la perspectiva de una típica visita a un yacimiento arqueológico, en donde hay que tener mucha imaginación para dar vida a tanta ruina sin mucho sentido. En Herculano, no es necesaria la imaginación, sólo basta utilizar los sentidos y viajar por el tiempo. Quien tiene la suerte de visitar esta zona de Italia, y por cierto está interesado en la experiencia de caminar por una auténtica ciudad romana del siglo I, tendrá la disyuntiva: ¿Pompeya o Herculano? La primera respuesta es, obviamente, ojalá visitar ambas. Pero como los recursos temporales y financieros nunca son ilimitados, y eventualmente es más probable que tengamos que elegir (como fue nuestro caso), acá algunos argumentos en favor de Herculano: está un poco más cerca de Nápoles (generalmente se parte desde la ciudad de la pizza); el número de turistas es muchísimo más bajo, obteniendo una experiencia más relajada sin tener que lidiar con filas eternas y masas de seres humanos preocupados de una selfie; Herculano es más pequeña, un recorrido tranquilo y profundo puede hacerse perfectamente en 3 horas (especial si quieres abarcar la visita a otros lugares de la zona); y finalmente, el estado de conservación, como ya lo señalamos más arriba, de Herculano es superior al de Pompeya, la visita no es a un lugar llenos de restos amontonados, es una visita a una ciudad abandonada, semi intacta. ¿Aún no te convences? Te invitamos a ver nuestro episodio de En Palco Condimenta donde podrás ver las imágenes que captamos en este impresionante lugar.
El pistacho es un fruto seco originario del Oriente Medio que, como tantos alimentos nacidos de esas fértiles tierras, viajaron entre las mercaderías de comerciantes y aventureros por el Mediterráneo. Y, por cierto, prosperó su cultivo en lugares con climas cálidos, siendo Sicilia, la gran isla actualmente italiana, uno de los espacios propicios para su producción. Dentro de la isla de la Trinacria, hay un pueblo que destaca: su nombre, Bronte, cercano al impetuoso volcán Etna y perteneciente a la provincia de Catania. Este pistacho, también conocido como oro verde , tiene denominación de origen protegido (DOP), y si bien se comercializa en el resto de Italia y en otras latitudes en Europa, es en la cocina local de la isla donde más destaca su uso como ingrediente. Por su parte Catania, la capital provincial y ciudad reconocida por su excelente y nutrida oferta gastronómica, puede ser considerado el lugar ideal para encontrar, sin demasiado esfuerzo, muchas opciones que tengan al pistacho como su ingrediente estrella. En realidad, la característica de este saludable fruto seco de tener un sabor que combina lo dulce y lo salado, lo convierte en predilecto para postres dulces y para agregarlo a platos salados. Las opciones son muchas, y en Catania se pueden probar varias: en lo que a dulces se refiere, existe la crema de pistacho, la ricota dulce con pistacho, la granola de pistacho, etc.; en lo que ha salado se refiere, y que generalmente se combina bastante bien con carnes en sándwiches, encontramos el pesto de pistacho y la mayonesa con pistacho, entre otras. Por tanto, si tu destino es esta parte de Sicilia, es casi una obligación probar al menos algo que incorpore este fruto. En nuestro caso, en nuestra última visita a esta hermosa ciudad, logramos conocer un poco más sobre las formas con las cuales se ha incorporado el pistacho en la dieta. Acá algunos datos: Pasticceria Spinella (via Etnea 292/298), excelente lugar para probar todo tipo de dulces con crema de pistacho, recomendamos si vas en verano el semifreddo; Insigne Café (via Etnea 97), otro lugar para acompañar un rico café con algunas delicias típicas como el cannolo con pistacho o un rico gelato; N’acchianata (via Antonino di Sangiuliano 361), un clásico lugar de hamburguesas para llevar que cuenta con varias alternativas con pesto de pistacho (recomendamos la Pippo Viddi); y por último, Smashery Burgers (via Etnea 322), local que con su apuesta por las smash burgers (hamburguesas aplastadas) da rienda suelta a la innovación en sus sándwiches, y donde probamos una particular mayonesa con pistacho que estaba realmente deliciosa. ¿Quieres ver estas exquisiteces? Te invitamos entonces a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta disponible en el canal de Youtube, en el cual te mostramos nuestra aventura en busca del oro verde en Catania.
Nápoles, tierra de pizzas, en la entrada del nuevo milenio, vio nacer una camada de jóvenes pizzeros que, siempre teniendo presente la tradición, han introducido una serie de modificaciones en la preparación del popular plato. Y en lo que se refiere a innovación, hay un pizzaiolo que ha destacado: Diego Vitagliano (imposible no llamarte Diego si naciste en 1985 en la convulsionada Nápoles en la cual el Diego argentino brillaba). Y de genio a genio, uno con el balón, el otro con sus manos, hoy el Diego, el de las pizzas, puede ser considerado no solamente un pizzero de alto nivel en Italia, sino en todo el mundo. Un largo palmarés lo avala: en los últimos 3 años se ha mantenido en el podio de los mejores pizzeros de Italia (n°1 en 2023 y 2024) y también a nivel planetario (n°1 en 2023), todo esto medido en el prestigioso y especializado ranking 50 Top Pizza. Vitagliano tiene 3 sucursales en Nápoles, llamadas 10 Diego Vitagliano (otro guiño al ídolo). Dos de ellas se encuentran apartadas del centro de la ciudad, en Bagnoli y Pozzuoli, por lo que al visitante (nos incluimos) le sale más cómodo ir a su sede en Santa Lucia (Via Santa Lucia n°78), ubicada a pocos metros de la céntrica Piazza del Plebiscito. El local muy bien decorado, de manera moderna y bien organizado, en síntesis, un lugar agradable para compartir. La atención muy bien cuidada, lo que también aporta a que la experiencia sea mucho más que la de comer. Pero todo lo anterior no serviría de nada sin lo principal, las pizzas. Vitagliano ofrece un extenso y variado menú de pizzas contemporáneas napolitanas junto a otras alternativas en la cual la innovación se hace presente con intensidad. Nos decantamos por dos pizzas de estas últimas, ya que son pizzas con masas exclusivas, y no teníamos la intensión de desaprovechar la oportunidad de probarlas…y no, no nos equivocamos. Partimos con una pizza croccante, cuyos bordes eran efectivamente muy crocantes, pero en su interior una masa alta extremadamente suave, blanda, aireada, que no pesaba nada. Elegimos la Marinara Sbagliata, como llaman tradicionalmente a las pizzas marinara con modificaciones: una buena base de pomodoro San Marzano acompañado de pesto de ajo, orégano, aceite de oliva extra virgen y una mermelada de tomates que hace el contraste perfecto con su dulzor con el ajo. Una maravilla. La segunda pizza fue una Margherinara, una fusión entre una Margarita y una Marinara, pero cuya principal novedad es ser una pizza frita y al horno. La masa se fríe, se le colocan los ingredientes y se pone al horno. Por cierto, la masa es bastante especial, muy rica y original. Finalmente, si puedes ir a Nápoles, y eres fanático de las pizzas, sólo te puedo recomendar vivir esta experiencia culinaria. Ambas pizzas que degusté fueron algo completamente distinto a todo lo anteriormente probado. La calidad de los ingredientes y las recetas de Vitagliano son verdaderamente una obra de arte, el cual puedes disfrutar por precios absolutamente normales (mucho más barato que en Chile por una pizza de retail), y en un ambiente de lujo. Recomendamos hacer la reserva, ya que la demanda por mesas es altísima durante todo el año. Esta se puede hacer por internet, la confirman por correo electrónico. En nuestro caso funcionó al 100%. Si aún no te convences, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, que se encuentra en nuestro canal de Youtube, en donde podrás ver que lo que te digo es cierto.
Matera es uno de aquellos sitios que sólo se ven en las películas. Su particular urbanismo, sus edificios excavados en la roca y su natural encanto cautivan a quien la visita desde el primer momento en que te asomas a la zona antigua de la urbe. Es que este maravilloso enclave ubicado en la región de Basilicata, en el sur de Italia, tiene características tan únicas, que terminó siendo considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. ¿Por qué Matera es tan única? Primero porque es reconocida como un territorio que fue habitado por seres humanos alrededor del año 7.500 antes de Cristo. Sí, leíste bien, hace 9.000 años aproximadamente. Este asentamiento troglodita se proyectó en el tiempo a través de la construcción de casas-habitaciones cuya particularidad es que están excavadas en la piedra. Y digo están, ya que muchas de ellas continúan existiendo, siendo hoy lugares para alojar turistas o museos que muestran las complejas condiciones que vivían los matereños. Y no estamos hablando de algo del pasado, sino de una realidad que se proyecto hasta mediados del siglo XX, cuando el gobierno italiano, tras la Segunda Guerra Mundial, toma cartas en el asunto y comienza un traslado masivo de personas que vivían en cavernas a edificios en la zona moderna de la ciudad. Segundo, la riqueza arquitectónica y urbanística de Matera: calles laberínticas, manzanas irregulares, edificios hermosos que van desde las iglesias rupestres (se dice que hay alrededor de unas 150); iglesias medievales, renacentistas y barrocas; e imponentes edificios civiles que dan un aire absolutamente distinto al de otras ciudades italianos, aproximándonos más a estar en Oriente Medio que bajo el corazón de Italia. Todo esto ha hecho que la ciudad sea el lugar elegido para varias películas de época, como, por ejemplo, La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson, o películas de acción como No Time To Die, de la saga de James Bond, protagonizada por Daniel Craig, en la cual el agente 007 recorre a alta velocidad las calles de Matera en su Aston Martin. Y tercero, quizás una de las sorpresas que no esperábamos: las hermosas vistas al cañón del río Gravina, en cuyas laderas se encuentran sus barrios antiguos, los sassi, y sus cuevas. Precioso encuentro con la naturaleza, dando la espalda a la ciudad, con una geografía única. Por todas estas razones, y muchas más, Matera es un destino que bien merece ser visitado. Si quieres conocer más de la ciudad de los Sassi, te invitamos a ver un nuevo episodio de En Palco Condimenta en nuestro canal de Youtube.
Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.
Todos hemos escuchado alguna vez, al menos, sobre la terrible erupción del volcán Vesubio, hecho acaecido en el año 79 d.C., y que arrasó con la ya famosa ciudad de Pompeya. Más de una película o serie de época han relatado las angustiosas horas en las que miles de personas murieron por una capa inmensa de cenizas y la lluvia de rocas piroclásticas. Pero en esta conmovedora historia sobre la fuerza y letalidad de la naturaleza hay una gran olvidada: la ciudad de Herculano. Ubicada al norte de Pompeya, bastante más cerca del imponente Vesubio, pasó ese primer día de erupción como una simple espectadora de la destrucción, puesto que el viento dirigió el desastre hacia, precisamente, Pompeya. Pero ya en la madrugada del día siguiente, una segunda y más potente erupción selló el destino de Herculano y de sus 4.000 habitantes; una masa de lava sepultó a la ciudad bajo una capa de 25 metros de altura. Y es así como la ciudad balneario, una de las preferidas de la elite romana de la época, desapareció de la faz de la tierra. Fortuitamente, y sólo en la segunda mitad del siglo XVIII, por unos trabajos ordenados por el rey Carlos III de España (VII de Nápoles), se encontraron los primeros vestigios de Herculano. Pero no será sino hasta 1927 que comenzaron las excavaciones científicas propiamente tales, y el descubrimiento de esta ciudad que maravilla por sus calles, edificios y objetos tan bien conservados. Efectivamente, el hecho de haber quedado cubierta por una profunda capa de 25 metros evitó que los restos quedaran expuestos al oxígeno (el promedio de profundidad de Pompeya, por ejemplo, es de sólo 2 metros y la ciudad quedó expuesta siglos antes que Herculano). Esta auténtica tumba profunda permitió que esculturas, pinturas, mosaicos e incluso cadáveres (se encontraron alrededor de 300 cadáveres de personas esperando huir por la costa) se encuentren en excelentes condiciones. Incluso, algo no muy habitual, se pueden encontrar edificaciones de 2 pisos, villas de gente adinerada y espacios públicos como la palestra, en excelentes condiciones de conservación. Todo esto cambia la perspectiva de una típica visita a un yacimiento arqueológico, en donde hay que tener mucha imaginación para dar vida a tanta ruina sin mucho sentido. En Herculano, no es necesaria la imaginación, sólo basta utilizar los sentidos y viajar por el tiempo. Quien tiene la suerte de visitar esta zona de Italia, y por cierto está interesado en la experiencia de caminar por una auténtica ciudad romana del siglo I, tendrá la disyuntiva: ¿Pompeya o Herculano? La primera respuesta es, obviamente, ojalá visitar ambas. Pero como los recursos temporales y financieros nunca son ilimitados, y eventualmente es más probable que tengamos que elegir (como fue nuestro caso), acá algunos argumentos en favor de Herculano: está un poco más cerca de Nápoles (generalmente se parte desde la ciudad de la pizza); el número de turistas es muchísimo más bajo, obteniendo una experiencia más relajada sin tener que lidiar con filas eternas y masas de seres humanos preocupados de una selfie; Herculano es más pequeña, un recorrido tranquilo y profundo puede hacerse perfectamente en 3 horas (especial si quieres abarcar la visita a otros lugares de la zona); y finalmente, el estado de conservación, como ya lo señalamos más arriba, de Herculano es superior al de Pompeya, la visita no es a un lugar llenos de restos amontonados, es una visita a una ciudad abandonada, semi intacta. ¿Aún no te convences? Te invitamos a ver nuestro episodio de En Palco Condimenta donde podrás ver las imágenes que captamos en este impresionante lugar.
El pistacho es un fruto seco originario del Oriente Medio que, como tantos alimentos nacidos de esas fértiles tierras, viajaron entre las mercaderías de comerciantes y aventureros por el Mediterráneo. Y, por cierto, prosperó su cultivo en lugares con climas cálidos, siendo Sicilia, la gran isla actualmente italiana, uno de los espacios propicios para su producción. Dentro de la isla de la Trinacria, hay un pueblo que destaca: su nombre, Bronte, cercano al impetuoso volcán Etna y perteneciente a la provincia de Catania. Este pistacho, también conocido como oro verde , tiene denominación de origen protegido (DOP), y si bien se comercializa en el resto de Italia y en otras latitudes en Europa, es en la cocina local de la isla donde más destaca su uso como ingrediente. Por su parte Catania, la capital provincial y ciudad reconocida por su excelente y nutrida oferta gastronómica, puede ser considerado el lugar ideal para encontrar, sin demasiado esfuerzo, muchas opciones que tengan al pistacho como su ingrediente estrella. En realidad, la característica de este saludable fruto seco de tener un sabor que combina lo dulce y lo salado, lo convierte en predilecto para postres dulces y para agregarlo a platos salados. Las opciones son muchas, y en Catania se pueden probar varias: en lo que a dulces se refiere, existe la crema de pistacho, la ricota dulce con pistacho, la granola de pistacho, etc.; en lo que ha salado se refiere, y que generalmente se combina bastante bien con carnes en sándwiches, encontramos el pesto de pistacho y la mayonesa con pistacho, entre otras. Por tanto, si tu destino es esta parte de Sicilia, es casi una obligación probar al menos algo que incorpore este fruto. En nuestro caso, en nuestra última visita a esta hermosa ciudad, logramos conocer un poco más sobre las formas con las cuales se ha incorporado el pistacho en la dieta. Acá algunos datos: Pasticceria Spinella (via Etnea 292/298), excelente lugar para probar todo tipo de dulces con crema de pistacho, recomendamos si vas en verano el semifreddo; Insigne Café (via Etnea 97), otro lugar para acompañar un rico café con algunas delicias típicas como el cannolo con pistacho o un rico gelato; N’acchianata (via Antonino di Sangiuliano 361), un clásico lugar de hamburguesas para llevar que cuenta con varias alternativas con pesto de pistacho (recomendamos la Pippo Viddi); y por último, Smashery Burgers (via Etnea 322), local que con su apuesta por las smash burgers (hamburguesas aplastadas) da rienda suelta a la innovación en sus sándwiches, y donde probamos una particular mayonesa con pistacho que estaba realmente deliciosa. ¿Quieres ver estas exquisiteces? Te invitamos entonces a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta disponible en el canal de Youtube, en el cual te mostramos nuestra aventura en busca del oro verde en Catania.
Nápoles, tierra de pizzas, en la entrada del nuevo milenio, vio nacer una camada de jóvenes pizzeros que, siempre teniendo presente la tradición, han introducido una serie de modificaciones en la preparación del popular plato. Y en lo que se refiere a innovación, hay un pizzaiolo que ha destacado: Diego Vitagliano (imposible no llamarte Diego si naciste en 1985 en la convulsionada Nápoles en la cual el Diego argentino brillaba). Y de genio a genio, uno con el balón, el otro con sus manos, hoy el Diego, el de las pizzas, puede ser considerado no solamente un pizzero de alto nivel en Italia, sino en todo el mundo. Un largo palmarés lo avala: en los últimos 3 años se ha mantenido en el podio de los mejores pizzeros de Italia (n°1 en 2023 y 2024) y también a nivel planetario (n°1 en 2023), todo esto medido en el prestigioso y especializado ranking 50 Top Pizza. Vitagliano tiene 3 sucursales en Nápoles, llamadas 10 Diego Vitagliano (otro guiño al ídolo). Dos de ellas se encuentran apartadas del centro de la ciudad, en Bagnoli y Pozzuoli, por lo que al visitante (nos incluimos) le sale más cómodo ir a su sede en Santa Lucia (Via Santa Lucia n°78), ubicada a pocos metros de la céntrica Piazza del Plebiscito. El local muy bien decorado, de manera moderna y bien organizado, en síntesis, un lugar agradable para compartir. La atención muy bien cuidada, lo que también aporta a que la experiencia sea mucho más que la de comer. Pero todo lo anterior no serviría de nada sin lo principal, las pizzas. Vitagliano ofrece un extenso y variado menú de pizzas contemporáneas napolitanas junto a otras alternativas en la cual la innovación se hace presente con intensidad. Nos decantamos por dos pizzas de estas últimas, ya que son pizzas con masas exclusivas, y no teníamos la intensión de desaprovechar la oportunidad de probarlas…y no, no nos equivocamos. Partimos con una pizza croccante, cuyos bordes eran efectivamente muy crocantes, pero en su interior una masa alta extremadamente suave, blanda, aireada, que no pesaba nada. Elegimos la Marinara Sbagliata, como llaman tradicionalmente a las pizzas marinara con modificaciones: una buena base de pomodoro San Marzano acompañado de pesto de ajo, orégano, aceite de oliva extra virgen y una mermelada de tomates que hace el contraste perfecto con su dulzor con el ajo. Una maravilla. La segunda pizza fue una Margherinara, una fusión entre una Margarita y una Marinara, pero cuya principal novedad es ser una pizza frita y al horno. La masa se fríe, se le colocan los ingredientes y se pone al horno. Por cierto, la masa es bastante especial, muy rica y original. Finalmente, si puedes ir a Nápoles, y eres fanático de las pizzas, sólo te puedo recomendar vivir esta experiencia culinaria. Ambas pizzas que degusté fueron algo completamente distinto a todo lo anteriormente probado. La calidad de los ingredientes y las recetas de Vitagliano son verdaderamente una obra de arte, el cual puedes disfrutar por precios absolutamente normales (mucho más barato que en Chile por una pizza de retail), y en un ambiente de lujo. Recomendamos hacer la reserva, ya que la demanda por mesas es altísima durante todo el año. Esta se puede hacer por internet, la confirman por correo electrónico. En nuestro caso funcionó al 100%. Si aún no te convences, te invitamos a ver el nuevo episodio de En Palco Condimenta, que se encuentra en nuestro canal de Youtube, en donde podrás ver que lo que te digo es cierto.
Matera es uno de aquellos sitios que sólo se ven en las películas. Su particular urbanismo, sus edificios excavados en la roca y su natural encanto cautivan a quien la visita desde el primer momento en que te asomas a la zona antigua de la urbe. Es que este maravilloso enclave ubicado en la región de Basilicata, en el sur de Italia, tiene características tan únicas, que terminó siendo considerada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993. ¿Por qué Matera es tan única? Primero porque es reconocida como un territorio que fue habitado por seres humanos alrededor del año 7.500 antes de Cristo. Sí, leíste bien, hace 9.000 años aproximadamente. Este asentamiento troglodita se proyectó en el tiempo a través de la construcción de casas-habitaciones cuya particularidad es que están excavadas en la piedra. Y digo están, ya que muchas de ellas continúan existiendo, siendo hoy lugares para alojar turistas o museos que muestran las complejas condiciones que vivían los matereños. Y no estamos hablando de algo del pasado, sino de una realidad que se proyecto hasta mediados del siglo XX, cuando el gobierno italiano, tras la Segunda Guerra Mundial, toma cartas en el asunto y comienza un traslado masivo de personas que vivían en cavernas a edificios en la zona moderna de la ciudad. Segundo, la riqueza arquitectónica y urbanística de Matera: calles laberínticas, manzanas irregulares, edificios hermosos que van desde las iglesias rupestres (se dice que hay alrededor de unas 150); iglesias medievales, renacentistas y barrocas; e imponentes edificios civiles que dan un aire absolutamente distinto al de otras ciudades italianos, aproximándonos más a estar en Oriente Medio que bajo el corazón de Italia. Todo esto ha hecho que la ciudad sea el lugar elegido para varias películas de época, como, por ejemplo, La Pasión de Cristo (2004) de Mel Gibson, o películas de acción como No Time To Die, de la saga de James Bond, protagonizada por Daniel Craig, en la cual el agente 007 recorre a alta velocidad las calles de Matera en su Aston Martin. Y tercero, quizás una de las sorpresas que no esperábamos: las hermosas vistas al cañón del río Gravina, en cuyas laderas se encuentran sus barrios antiguos, los sassi, y sus cuevas. Precioso encuentro con la naturaleza, dando la espalda a la ciudad, con una geografía única. Por todas estas razones, y muchas más, Matera es un destino que bien merece ser visitado. Si quieres conocer más de la ciudad de los Sassi, te invitamos a ver un nuevo episodio de En Palco Condimenta en nuestro canal de Youtube.
Viajar a Tacna es un paseo bueno, bonito y barato. Desde Santiago se puede volar hasta Arica y luego optar por diferentes alternativas: arrendar un vehículo en el aeropuerto, tomar un taxi o una opción más económica -la que elegimos nosotros- trasladarnos al terminal de buses de la ciudad. En el sector internacional tomamos un microbús que cuesta alrededor de 4 mil CLP o S/ 20. Los buses salen con frecuencia; solo hay que recordar llevar carnet de identidad vigente o pasaporte. El viaje es bastante corto, dura menos de dos horas, aunque depende del tiempo que tomen los controles de pasos fronterizos, pero en general, el trámite es expedito. Tacna es una ciudad muy amable, con buen clima (desértico moderado), donde movilizarse resulta fácil ya sea caminando, en colectivos -cobran entre 5 y 7 soles, menos de 2 mil CLP- o en Uber. Para alojar, en esta ocasión optamos por el Hotel Platinium, ubicado en calle Blondell, relativamente cerca de la Catedral. La atención es cordial, las habitaciones son amplias y el desayuno completo. Más céntrico, también recomendamos el Hotel El Dorado, un poco más caro pero con piscina, igualmente una buena alternativa. ¿Dónde ir? En el centro de Tacna es obligatorio visitar el Paseo Cívico, un bandejón central muy bien cuidado que comienza con la imponente Catedral Nuestra Señora del Rosario, de estilo neorrenacentista. En la parte posterior del templo se encuentra la Plaza Juan Pablo II, un lugar de descanso y reunión con una importante estatua del recordado Papa, hoy santo. Regresando al Paseo Cívico, se levanta el Arco Parabólico en homenaje a los héroes de la Guerra del Pacífico. Allí se realizan ceremonias conmemorativas y se destacan las figuras del almirante Miguel Grau y del coronel Francisco Bolognesi, cuyas estatuas resguardan el monumento. Alrededor del paseo existe una amplia oferta comercial y gastronómica. Aquí recomendamos dos locales: Chifa Shanghai, un concurrido restaurante de comida fusión chino-peruana con más de 25 años de historia, que ofrece platos a la carta y menús a muy buen precio. La Heladería de la Abuela, imperdible para la hora del postre o el té, con helados, frappés, frozen, sándwiches y empanadas, todo en un ambiente acogedor y con excelente atención. El Museo Ferroviario Nacional es otro imperdible. Está en la antigua estación del ferrocarril Arica–Tacna y ofrece un viaje al pasado acompañado por un guía que explica con detalle aspectos históricos y técnicos de este medio de transporte y su importancia para ambos países. Abre de martes a sábado y realmente vale la pena conocerlo. También en el centro se encuentra el Museo Histórico Regional, operativo desde 1957 en el tercer piso de la Biblioteca Pública. Es pequeño pero gratuito, con dos salas: la primera dedicada a los libertadores del país y la segunda -la más interesante- enfocada en la Guerra del Pacífico. Un restaurante muy recomendado es La Glorieta, en la Av. Jorge Basadre Grohmann Oeste. No es el más barato, pero sigue siendo conveniente. El local es enorme, con espacios interiores y exteriores, y suele recibir a familias, amigos y parejas tanto locales como de turistas. Su carta es extensa e incluye pescados, mariscos, carnes, ceviches y otras delicias de la gastronomía peruana. A veces organizan shows en vivo y eventos. Para comer más liviano, con opciones veggie y jugos naturales muy ricos, recomendamos Kelita Fit en el Pasaje Vigil, que -por cierto- vale la pena ser visitado principalmente por ser una zona encantadora. ¿Dónde comprar? Para quienes disfrutan de las compras a buen precio, es imperdible la Feria 28 de Julio, un enorme galpón similar a un mercado persa chileno. Allí se encuentran productos de todo tipo: souvenirs, chocolates y dulces, cremas naturales, accesorios y sobre todo ropa -en genera- de buena calidad para todas las edades. Hay que ir con paciencia y saber buscar. Muy cerca se ubica el original Parque de Topiarios Animales, un área verde muy linda, ideal para niños y para tomar fotos con figuras hechas de plantas y flores. Otra buena alternativa es el Mercado Central, donde abundan los dulces y chucherías a buen precio. Es bastante concurrido y a veces desplazarse por los pasillos puede ser un reto, pero vale la pena. Además, cuenta con varios restaurantes y puestos de comida al paso que ofrecen sándwiches, desayunos y jugos naturales. Tacna tiene encanto más allá de la comida y las compras. Si se cuenta con más tiempo, hay atracciones más alejadas de la zona central que también merecen una visita. Para conocer un poco más, en especial de la gastronomía, revisa el nuevo capítulo de En Palco Condimenta en nuestro canal de YouTube.