Epson renovó su línea EcoTank Pro con dos modelos —L4360 y L6370— diseñados especialmente para emprendedores, microempresas y pequeñas empresas que buscan mejorar su productividad con equipos confiables, de bajo costo y alto rendimiento. Ambas impresoras debutan con la tecnología PrecisionCore® Heat-Free, que elimina el uso de calor durante la impresión. Esto no solo reduce el consumo energético, sino que también aumenta la durabilidad del equipo y mejora su desempeño. A esto se suma el sistema EcoTank de tinta recargable, reconocido por su bajo costo por página y por eliminar los cartuchos tradicionales. Desde Epson destacan que esta línea está pensada para acompañar el crecimiento de los emprendedores chilenos. En palabras de Francisco Araya, Product Manager CISS Latinoamérica: “Queremos entregar una herramienta valiosa y confiable que aporte calidad, productividad y rendimiento a quienes emprenden”. Los modelos en detalle EcoTank L4360 Una impresora 3 en 1 ideal para oficinas pequeñas. Incluye impresión dúplex automática, velocidades de 15 ppm en negro y 8 ppm en color, y un diseño compacto pensado para adaptarse a cualquier espacio de trabajo. EcoTank L6370 Diseñada para grupos de trabajo más exigentes. Incorpora un alimentador automático de documentos (ADF) para escaneo y copiado doble cara, con velocidades de 18 ppm en negro y 9 ppm en color, además de una estructura más robusta orientada a un uso intensivo. Ambos modelos integran Wi-Fi de doble banda, lo que permite imprimir fácilmente desde dispositivos móviles. En cuanto a durabilidad, la L4360 ofrece una cobertura de garantía de hasta 50.000 impresiones, mientras que la L6370 alcanza las 100.000, asegurando un ciclo de vida prolongado. Las nuevas EcoTank L4360 y L6370 ya están disponibles a través de los distribuidores oficiales de Epson en Chile. Estuvimos en el lanzamiento La semana pasada asistimos al evento de presentación realizado en el Metropolitan Santiago, donde pudimos conocer y probar estos modelos en primera persona. Revisa el video disponible en nuestra cuenta instagram. https://www.instagram.com/p/DRMgXQFkd2T/
Estrenada originalmente en 1997, Perfect Blue marcó el debut del director Satoshi Kon con una historia que, más de 25 años después, sigue siendo tan inquietante como fascinante. Ahora, la película regresa a la pantalla grande completamente remasterizada en 4K, una oportunidad imperdible para redescubrir una de las cintas más impactantes y visionarias del cine japonés. El filme sigue a Mima Kirigoe, una joven estrella del pop que decide abandonar su grupo musical para iniciar una carrera como actriz. Pero el cambio de rumbo profesional pronto se convierte en una pesadilla: un acosador la sigue obsesivamente, un misterioso sitio web parece conocer cada detalle de su vida, y su propia percepción de la realidad comienza a fragmentarse. ¿Quién es realmente Mima? ¿La cantante pop idol, la actriz o alguien más? Satoshi Kon construye un laberinto psicológico donde los límites entre ficción y realidad se desdibujan con precisión quirúrgica. Su animación, ahora más nítida y vibrante que nunca gracias a la restauración 4K, potencia la sensación de extrañeza y vulnerabilidad. Cada encuadre parece diseñado para sumergirnos en la mente de la protagonista, mientras la banda sonora de Masahiro Ikumi refuerza la tensión con una mezcla inquietante de belleza y desasosiego. Perfect Blue no solo redefinió lo que podía ser un thriller animado, sino que influyó directamente en obras como Cisne Negro de Darren Aronofsky, que tomó muchos de sus elementos narrativos y visuales. Su exploración del culto a la fama, la pérdida de identidad y la violencia mediática la hacen más vigente que nunca, en una era dominada por las redes sociales y la exposición constante. Ver Perfect Blue en cines hoy es enfrentarse a un clásico inmortal, un espejo oscuro de la fama y la obsesión, tan hipnótico como perturbador. Una experiencia cinematográfica que, en gran formato, revela toda la maestría de Satoshi Kon.
Hay películas que nacen de un plan minucioso, y otras que simplemente aparecen. “Ensayos y errores”, dirigida por Ignacio Rojas Vallejo, pertenece a la segunda categoría: un documental que comenzó como un experimento diario en la boutique de su madre, y terminó convirtiéndose en un retrato tan personal como universal sobre la perseverancia, la creatividad y el vínculo familiar. La película sigue a Ignacio, un joven cineasta desempleado que intenta filmar su primera obra mientras trabaja en la tienda de ropa de su madre. Entre clientas, vestidos y conversaciones cotidianas, el director registra con humor y ternura los tropiezos de la adultez, el miedo al fracaso y el amor por el cine, transformando la rutina en una búsqueda artística y emocional. “Partió con la necesidad de hacer algo parecido al cine” , cuenta Ignacio. “Estaba en la tienda, con mucho tiempo muerto, y pensé que podía aprovecharlo para filmar todos los días. Con el tiempo, ese ejercicio terminó convirtiéndose en una película, sin que la película supiera al principio que lo iba a ser”. Lo que nació como un juego terminó siendo una reflexión sobre la frustración y la constancia. “La gente no sabe lo frustrante que puede ser hacer una película,” dice el realizador. “Pero lo importante es no rendirse. Filmar me producía alegría; cuando no lo hacía, me sentía triste. Creo que eso es lo más bonito: descubrir que, a pesar de todo, el cine te hace bien”. Su madre, Paula Vallejo Reyes, coprotagonista de la película, recuerda con ternura el proceso: “Yo no sabía ni siquiera para qué estaba filmando. Y de pronto un día me dijo: ‘Mamá, voy a un festival, a la Cineteca Nacional’. Ver la película completa por primera vez fue una gran sorpresa. Sentí mucha alegría y agradecimiento de que lo hubiera logrado, pese a todas las dificultades”. La relación entre ambos atraviesa toda la película, marcada por el amor al cine y una complicidad que traspasa la pantalla. “Siempre nos recomendamos películas”, comenta Ignacio. “Por suerte nací en una familia muy cinéfila: mi mamá y mi papá siempre estaban viendo cine, y nunca me restringieron nada. Gracias a ese apoyo pude estudiar cine y dedicarme a esto”. En cuanto a influencias, Rojas se declara admirador de los clásicos: Hitchcock, Lubitsch y el cine mudo. “Ensayos y errores es contemporánea, pero estructuralmente clásica; tiene tres actos, un arco claro. Me interesa mucho esa mezcla”. Paula, por su parte, confiesa su amor por Drácula de Coppola y el cine romántico: “Me gustan las películas que dejan algo, que alimentan el alma”. El director ya trabaja en una segunda película, donde esta vez aparece su padre: “Va a ser como un díptico familiar. Quiero que ambas se vean como parte de un mismo universo personal, donde la familia y el cine se entrelazan”. Finalmente, Rojas hace un llamado al público y a las salas: “En Chile se están haciendo propuestas muy diversas y frescas. Ojalá las cadenas se atrevan a tener más cine chileno en cartelera. Así como la gente va a ver Marvel, también puede ir a ver nuestras películas”. Gracias a Miradoc Estrenos, Ensayos y errores se estará exhibiendo en salas lo largo de Chile. Conversamos con Ignacio Rojas Vallejo y Paula Vallejo Reyes sobre cómo una cámara, una tienda y una madre se convirtieron en el punto de partida de una de las películas más originales del documental chileno reciente. Mira la entrevista completa en nuestro canal de YouTube.
El cine japonés vuelve a explorar el terror desde lo emocional conDollhouse: Muñeca Maldita, dirigida por Shinobu Yaguchi y protagonizada por Masami Nagasawa y Koji Seto. La película parte de una tragedia doméstica: una pareja pierde a su hija en un accidente, y la madre, devastada, compra en una feria una muñeca antigua que guarda un inquietante parecido con la niña. La adopta como consuelo, la viste y la cuida como si fuera real, hasta que la vida sigue y la pareja decide tener otra hija. Cuando la nueva niña encuentra la muñeca, lo que comenzó como un refugio para el duelo se transforma en una pesadilla: la muñeca parece moverse sola, reaparece en lugares imposibles y su presencia va volviendo cada vez más violenta la vida familiar. Dollhouse mezcla con eficacia los referentes de las muñecas poseídas -hay guiños innegables a Annabelle y a Child’s Play- con la atmósfera del J-horror, donde el dolor y la culpa alimentan lo sobrenatural. Hay momentos de puro entretenimiento -incluso una secuencia que recuerda a un episodio clásico de Chucky 3 dentro de un camión de basura- y giros que sorprenden, porque la película decide revelar su misterio poco a poco, como una investigación que se vuelve casi policial: los padres conocen a personajes del mundo oculto, hurgan en leyendas y descubren capas de maldad que no esperaban. Masami Nagasawa sostiene el film con solvencia: su interpretación transmite el costado humano del duelo -fragilidad, negación, necesidad de reemplazo- y hace creíble que una muñeca pueda convertirse en el epicentro del terror doméstico. Koji Seto acompaña desde un lugar más contenido, como el contrapeso racional que intenta salvar lo que queda de la familia. Visualmente la película apuesta por una puesta sobria: la muñeca, de loza y apariencia casi normal, es usada como un objeto inquietante que no necesita grandes trucos para perturbar; la fotografía y las locaciones refuerzan la sensación de vacío y aislamiento. Donde falla un poco es en la parte final: el acto conclusivo se estira más de la cuenta y la explicación del origen y la maldición queda, en algunos pasajes, confusa —ese exceso de claridad narrativa termina por restar algo de la potencia del misterio. Aun así, Dollhouse no busca ser el pináculo del pavor como Ringu, sino una mezcla efectiva de suspense y emoción que entrega buenos sobresaltos y varios momentos realmente inquietantes. En definitiva, es una buena muestra del J-horror contemporáneo: no te hará saltar de la butaca hasta descomponerte, pero sí te dejará con la piel de gallina y una sensación persistente de inquietud —esa sensación de que algunos objetos no solo guardan recuerdos, sino que pueden convertirlos en armas. Ya en cines chilenos.
Hay documentales que buscan explicar y otros que buscan entender. Este pertenece al segundo grupo. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez no es solo la historia de un asesino serial, es una inmersión en su mente enferma, en sus traumas y en los años que lo convirtieron en una figura de puro horror. La miniserie, dirigida por Tiller Russell, se estructura en dos episodios ágiles, intensos y muy bien montados, donde el ritmo nunca decae y el impacto crece minuto a minuto. La gran diferencia frente a otros documentales sobre el “Night Stalker” -como el de Netflix de 2021- está en su uso de audio real. A lo largo del metraje, escuchamos las cintas grabadas en prisión, donde Ramirez fue entrevistado. Su voz, pausada y a veces casi divertida, hiela la sangre: es el propio asesino narrando su historia, hablando de los abusos, de su fascinación con el mal y de los impulsos que lo llevaron a matar sin distinción de edad, género o condición. Este recurso convierte a Acosador Nocturno en una experiencia mucho más íntima y perturbadora. Ya no es solo un policía recordando el caso ni una voz en off reconstruyendo los hechos: es él. Es el monstruo hablando directamente al espectador. A eso se suma un excelente trabajo de archivo, con material de la época, fotografías inéditas y fragmentos noticiosos que muestran el pánico que vivió California durante 1984 y 1985. La serie también da espacio a los familiares de las víctimas, quienes aportan humanidad y dolor, recordándonos que detrás de cada crimen hay una vida rota y un vacío imposible de llenar. Lo más interesante es que el documental no busca glorificar al asesino ni convertirlo en leyenda pop. Al contrario, lo desnuda. Nos muestra a un hombre criado en la violencia, marcado por los abusos, por la droga y por una obsesión con la oscuridad. Es una radiografía del origen del mal, contada sin morbo pero con crudeza. Y lo mejor: son solo dos capítulos. Directo, conciso y eficaz, sin estirar la historia. Si ya viste Night Stalker: The Hunt for a Serial Killer en Netflix, esta nueva versión funciona como el complemento perfecto: el primero se enfoca en la investigación policial, mientras que el de HBO Max nos mete de lleno en la mente del asesino. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez es, en definitiva, un documental que te deja mirando la pantalla incluso después de que termina. No solo por el horror de sus crímenes, sino por la incomodidad de escuchar al propio Richard Ramirez contar su historia con una calma escalofriante. Una obra tan breve como intensa, que vuelve a recordarnos que el verdadero terror no siempre viene de la ficción. Ya disponible en HBO Max.
Epson renovó su línea EcoTank Pro con dos modelos —L4360 y L6370— diseñados especialmente para emprendedores, microempresas y pequeñas empresas que buscan mejorar su productividad con equipos confiables, de bajo costo y alto rendimiento. Ambas impresoras debutan con la tecnología PrecisionCore® Heat-Free, que elimina el uso de calor durante la impresión. Esto no solo reduce el consumo energético, sino que también aumenta la durabilidad del equipo y mejora su desempeño. A esto se suma el sistema EcoTank de tinta recargable, reconocido por su bajo costo por página y por eliminar los cartuchos tradicionales. Desde Epson destacan que esta línea está pensada para acompañar el crecimiento de los emprendedores chilenos. En palabras de Francisco Araya, Product Manager CISS Latinoamérica: “Queremos entregar una herramienta valiosa y confiable que aporte calidad, productividad y rendimiento a quienes emprenden”. Los modelos en detalle EcoTank L4360 Una impresora 3 en 1 ideal para oficinas pequeñas. Incluye impresión dúplex automática, velocidades de 15 ppm en negro y 8 ppm en color, y un diseño compacto pensado para adaptarse a cualquier espacio de trabajo. EcoTank L6370 Diseñada para grupos de trabajo más exigentes. Incorpora un alimentador automático de documentos (ADF) para escaneo y copiado doble cara, con velocidades de 18 ppm en negro y 9 ppm en color, además de una estructura más robusta orientada a un uso intensivo. Ambos modelos integran Wi-Fi de doble banda, lo que permite imprimir fácilmente desde dispositivos móviles. En cuanto a durabilidad, la L4360 ofrece una cobertura de garantía de hasta 50.000 impresiones, mientras que la L6370 alcanza las 100.000, asegurando un ciclo de vida prolongado. Las nuevas EcoTank L4360 y L6370 ya están disponibles a través de los distribuidores oficiales de Epson en Chile. Estuvimos en el lanzamiento La semana pasada asistimos al evento de presentación realizado en el Metropolitan Santiago, donde pudimos conocer y probar estos modelos en primera persona. Revisa el video disponible en nuestra cuenta instagram. https://www.instagram.com/p/DRMgXQFkd2T/
Estrenada originalmente en 1997, Perfect Blue marcó el debut del director Satoshi Kon con una historia que, más de 25 años después, sigue siendo tan inquietante como fascinante. Ahora, la película regresa a la pantalla grande completamente remasterizada en 4K, una oportunidad imperdible para redescubrir una de las cintas más impactantes y visionarias del cine japonés. El filme sigue a Mima Kirigoe, una joven estrella del pop que decide abandonar su grupo musical para iniciar una carrera como actriz. Pero el cambio de rumbo profesional pronto se convierte en una pesadilla: un acosador la sigue obsesivamente, un misterioso sitio web parece conocer cada detalle de su vida, y su propia percepción de la realidad comienza a fragmentarse. ¿Quién es realmente Mima? ¿La cantante pop idol, la actriz o alguien más? Satoshi Kon construye un laberinto psicológico donde los límites entre ficción y realidad se desdibujan con precisión quirúrgica. Su animación, ahora más nítida y vibrante que nunca gracias a la restauración 4K, potencia la sensación de extrañeza y vulnerabilidad. Cada encuadre parece diseñado para sumergirnos en la mente de la protagonista, mientras la banda sonora de Masahiro Ikumi refuerza la tensión con una mezcla inquietante de belleza y desasosiego. Perfect Blue no solo redefinió lo que podía ser un thriller animado, sino que influyó directamente en obras como Cisne Negro de Darren Aronofsky, que tomó muchos de sus elementos narrativos y visuales. Su exploración del culto a la fama, la pérdida de identidad y la violencia mediática la hacen más vigente que nunca, en una era dominada por las redes sociales y la exposición constante. Ver Perfect Blue en cines hoy es enfrentarse a un clásico inmortal, un espejo oscuro de la fama y la obsesión, tan hipnótico como perturbador. Una experiencia cinematográfica que, en gran formato, revela toda la maestría de Satoshi Kon.
Hay películas que nacen de un plan minucioso, y otras que simplemente aparecen. “Ensayos y errores”, dirigida por Ignacio Rojas Vallejo, pertenece a la segunda categoría: un documental que comenzó como un experimento diario en la boutique de su madre, y terminó convirtiéndose en un retrato tan personal como universal sobre la perseverancia, la creatividad y el vínculo familiar. La película sigue a Ignacio, un joven cineasta desempleado que intenta filmar su primera obra mientras trabaja en la tienda de ropa de su madre. Entre clientas, vestidos y conversaciones cotidianas, el director registra con humor y ternura los tropiezos de la adultez, el miedo al fracaso y el amor por el cine, transformando la rutina en una búsqueda artística y emocional. “Partió con la necesidad de hacer algo parecido al cine” , cuenta Ignacio. “Estaba en la tienda, con mucho tiempo muerto, y pensé que podía aprovecharlo para filmar todos los días. Con el tiempo, ese ejercicio terminó convirtiéndose en una película, sin que la película supiera al principio que lo iba a ser”. Lo que nació como un juego terminó siendo una reflexión sobre la frustración y la constancia. “La gente no sabe lo frustrante que puede ser hacer una película,” dice el realizador. “Pero lo importante es no rendirse. Filmar me producía alegría; cuando no lo hacía, me sentía triste. Creo que eso es lo más bonito: descubrir que, a pesar de todo, el cine te hace bien”. Su madre, Paula Vallejo Reyes, coprotagonista de la película, recuerda con ternura el proceso: “Yo no sabía ni siquiera para qué estaba filmando. Y de pronto un día me dijo: ‘Mamá, voy a un festival, a la Cineteca Nacional’. Ver la película completa por primera vez fue una gran sorpresa. Sentí mucha alegría y agradecimiento de que lo hubiera logrado, pese a todas las dificultades”. La relación entre ambos atraviesa toda la película, marcada por el amor al cine y una complicidad que traspasa la pantalla. “Siempre nos recomendamos películas”, comenta Ignacio. “Por suerte nací en una familia muy cinéfila: mi mamá y mi papá siempre estaban viendo cine, y nunca me restringieron nada. Gracias a ese apoyo pude estudiar cine y dedicarme a esto”. En cuanto a influencias, Rojas se declara admirador de los clásicos: Hitchcock, Lubitsch y el cine mudo. “Ensayos y errores es contemporánea, pero estructuralmente clásica; tiene tres actos, un arco claro. Me interesa mucho esa mezcla”. Paula, por su parte, confiesa su amor por Drácula de Coppola y el cine romántico: “Me gustan las películas que dejan algo, que alimentan el alma”. El director ya trabaja en una segunda película, donde esta vez aparece su padre: “Va a ser como un díptico familiar. Quiero que ambas se vean como parte de un mismo universo personal, donde la familia y el cine se entrelazan”. Finalmente, Rojas hace un llamado al público y a las salas: “En Chile se están haciendo propuestas muy diversas y frescas. Ojalá las cadenas se atrevan a tener más cine chileno en cartelera. Así como la gente va a ver Marvel, también puede ir a ver nuestras películas”. Gracias a Miradoc Estrenos, Ensayos y errores se estará exhibiendo en salas lo largo de Chile. Conversamos con Ignacio Rojas Vallejo y Paula Vallejo Reyes sobre cómo una cámara, una tienda y una madre se convirtieron en el punto de partida de una de las películas más originales del documental chileno reciente. Mira la entrevista completa en nuestro canal de YouTube.
El cine japonés vuelve a explorar el terror desde lo emocional conDollhouse: Muñeca Maldita, dirigida por Shinobu Yaguchi y protagonizada por Masami Nagasawa y Koji Seto. La película parte de una tragedia doméstica: una pareja pierde a su hija en un accidente, y la madre, devastada, compra en una feria una muñeca antigua que guarda un inquietante parecido con la niña. La adopta como consuelo, la viste y la cuida como si fuera real, hasta que la vida sigue y la pareja decide tener otra hija. Cuando la nueva niña encuentra la muñeca, lo que comenzó como un refugio para el duelo se transforma en una pesadilla: la muñeca parece moverse sola, reaparece en lugares imposibles y su presencia va volviendo cada vez más violenta la vida familiar. Dollhouse mezcla con eficacia los referentes de las muñecas poseídas -hay guiños innegables a Annabelle y a Child’s Play- con la atmósfera del J-horror, donde el dolor y la culpa alimentan lo sobrenatural. Hay momentos de puro entretenimiento -incluso una secuencia que recuerda a un episodio clásico de Chucky 3 dentro de un camión de basura- y giros que sorprenden, porque la película decide revelar su misterio poco a poco, como una investigación que se vuelve casi policial: los padres conocen a personajes del mundo oculto, hurgan en leyendas y descubren capas de maldad que no esperaban. Masami Nagasawa sostiene el film con solvencia: su interpretación transmite el costado humano del duelo -fragilidad, negación, necesidad de reemplazo- y hace creíble que una muñeca pueda convertirse en el epicentro del terror doméstico. Koji Seto acompaña desde un lugar más contenido, como el contrapeso racional que intenta salvar lo que queda de la familia. Visualmente la película apuesta por una puesta sobria: la muñeca, de loza y apariencia casi normal, es usada como un objeto inquietante que no necesita grandes trucos para perturbar; la fotografía y las locaciones refuerzan la sensación de vacío y aislamiento. Donde falla un poco es en la parte final: el acto conclusivo se estira más de la cuenta y la explicación del origen y la maldición queda, en algunos pasajes, confusa —ese exceso de claridad narrativa termina por restar algo de la potencia del misterio. Aun así, Dollhouse no busca ser el pináculo del pavor como Ringu, sino una mezcla efectiva de suspense y emoción que entrega buenos sobresaltos y varios momentos realmente inquietantes. En definitiva, es una buena muestra del J-horror contemporáneo: no te hará saltar de la butaca hasta descomponerte, pero sí te dejará con la piel de gallina y una sensación persistente de inquietud —esa sensación de que algunos objetos no solo guardan recuerdos, sino que pueden convertirlos en armas. Ya en cines chilenos.
Hay documentales que buscan explicar y otros que buscan entender. Este pertenece al segundo grupo. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez no es solo la historia de un asesino serial, es una inmersión en su mente enferma, en sus traumas y en los años que lo convirtieron en una figura de puro horror. La miniserie, dirigida por Tiller Russell, se estructura en dos episodios ágiles, intensos y muy bien montados, donde el ritmo nunca decae y el impacto crece minuto a minuto. La gran diferencia frente a otros documentales sobre el “Night Stalker” -como el de Netflix de 2021- está en su uso de audio real. A lo largo del metraje, escuchamos las cintas grabadas en prisión, donde Ramirez fue entrevistado. Su voz, pausada y a veces casi divertida, hiela la sangre: es el propio asesino narrando su historia, hablando de los abusos, de su fascinación con el mal y de los impulsos que lo llevaron a matar sin distinción de edad, género o condición. Este recurso convierte a Acosador Nocturno en una experiencia mucho más íntima y perturbadora. Ya no es solo un policía recordando el caso ni una voz en off reconstruyendo los hechos: es él. Es el monstruo hablando directamente al espectador. A eso se suma un excelente trabajo de archivo, con material de la época, fotografías inéditas y fragmentos noticiosos que muestran el pánico que vivió California durante 1984 y 1985. La serie también da espacio a los familiares de las víctimas, quienes aportan humanidad y dolor, recordándonos que detrás de cada crimen hay una vida rota y un vacío imposible de llenar. Lo más interesante es que el documental no busca glorificar al asesino ni convertirlo en leyenda pop. Al contrario, lo desnuda. Nos muestra a un hombre criado en la violencia, marcado por los abusos, por la droga y por una obsesión con la oscuridad. Es una radiografía del origen del mal, contada sin morbo pero con crudeza. Y lo mejor: son solo dos capítulos. Directo, conciso y eficaz, sin estirar la historia. Si ya viste Night Stalker: The Hunt for a Serial Killer en Netflix, esta nueva versión funciona como el complemento perfecto: el primero se enfoca en la investigación policial, mientras que el de HBO Max nos mete de lleno en la mente del asesino. Acosador Nocturno: Las Cintas de Richard Ramirez es, en definitiva, un documental que te deja mirando la pantalla incluso después de que termina. No solo por el horror de sus crímenes, sino por la incomodidad de escuchar al propio Richard Ramirez contar su historia con una calma escalofriante. Una obra tan breve como intensa, que vuelve a recordarnos que el verdadero terror no siempre viene de la ficción. Ya disponible en HBO Max.