Depredador: Tierras Salvajes – El regreso triunfal del cazador
Dan Trachtenberg consolida su dominio sobre la franquicia con una entrega épica y visualmente deslumbrante.
La franquicia Depredador vuelve con fuerza gracias a Dan Trachtenberg, quien tras ”Prey” (2022) y la cinta animada Cazador de Asesinos consolida su lugar como el nuevo arquitecto de este universo. Con “Depredador: Tierras Salvajesñ (Predator: Badlands), el director entrega una de las películas más ambiciosas y emocionantes de la saga, combinando acción brutal, mitología alienígena y una sorprendente carga emocional.
Ambientada varios siglos después de los eventos de “Prey”, la historia sigue a Dek (interpretado por Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un joven cazador que busca probar su valor dentro de su clan de depredadores y vengarse de su tirano padre. Su misión lo llevará a un planeta inhóspito dominado por bestias salvajes y cazadores rivales, donde deberá enfrentarse a un desafío que pondrá a prueba no solo su fuerza, sino también su honor. En su camino encontrará inesperados aliados, como Thia (Elle Fanning), quien interpreta a un sintético de la Weyland-Yutani que ha perdido a su tripulación tras un ataque devastador. Juntos unirán fuerzas para cumplir sus diferentes misiones.
A diferencia de las entregas clásicas, Tierras Salvajes se atreve a colocar al Depredador como protagonista, explorando su cultura, idioma y jerarquía social. Ya no es el monstruo invisible que acechaba a Schwarzenegger o Danny Glover, sino una criatura con propósito, identidad y conflicto interno. Dimitrius Schuster-Koloamatangi ofrece una interpretación sorprendente como Dek: posee una presencia física imponente, pero también logra transmitir vulnerabilidad y emoción, incluso bajo el pesado maquillaje y los efectos prostéticos. Su arco se siente real y conmovedor, algo poco común en una cinta de este tipo.
Por su parte, Elle Fanning brilla en un doble papel como Thia y Thessa, dos sintéticos con personalidades opuestas: la primera, noble y sensible; la segunda, reprogramada por Weyland-Yutani para ejecutar planes brutales. Fanning demuestra una vez más su versatilidad, moviéndose con naturalidad entre el cine de autor y el blockbuster, entregando matices que elevan la película.

Visualmente, la película es una experiencia cinematográfica arrolladora. Trachtenberg demuestra un control absoluto sobre la puesta en escena: los efectos visuales son sobresalientes, el maquillaje prostético luce impresionante, y la fotografía —a cargo de Jeff Cutter, colaborador habitual del director— convierte cada paisaje en un cuadro épico. Verla en formato IMAX es prácticamente obligatorio.
Uno de los aspectos más comentados es la inclusión directa de la Weyland-Yutani, que establece un vínculo oficial entre el universo de Alien y el de Depredador. Aunque en el pasado existieron los spin-offs de Alien vs. Predator (2004) y AVP: Requiem (2007), aquellas películas nunca fueron consideradas parte del canon principal. Tierras Salvajes marca así la primera conexión formal dentro de las líneas narrativas de ambas franquicias.
En definitiva, Depredador: Tierras Salvajes es una película completa, poderosa y sorprendentemente emotiva, que confirma el renacimiento de una saga icónica. Si disfrutaste Prey o Alien: Romulus, esta nueva entrega te va a fascinar.
Ya está en cines chilenos.































