Aprovechando que ya casi todo el país está en fase 4 de apertura inicial y las restricciones son cada vez menos, que mejor momento para poder conocer nuevos lugares al aire libre, especialmente uno tan lleno de historia como la Quinta Vergara de Viña del Mar, un terreno popularmente conocido por albergar el reconocido Festival Internacional de la Canción, pero que también tiene otras atracciones durante todo el año, y muy pocos conocen.
Ubicado a pasos del centro de la ciudad, el parque conocido simplemente como ‘Quinta Vergara’ fue considerado Monumento Histórico Nacional en 2008, tiene hermosos paisajes para sacar fotografías, una arquitectura con muchas estatuas, columnas, además de senderos llenos de naturaleza.
En el acceso por calle ‘Montaña’ (las otras se encuentran cerradas), antes de cruzar la reja de ingreso encuentras souvenirs viñamarinos, luego un guardia te toma la temperatura y lleva el conteo de gente. Una vez adentro, lo primero que nos reciben son dos esculturas en homenaje al poeta Pablo Neruda y la poetisa Gabriela Mistral, ambos ganadores del premio Nobel de Literatura.
Dentro del parque también está el Palacio Vergara, un edificio neogótico veneciano, repleto de arcos y salones decorados, que actualmente ha sido destinado como el Museo y Escuela de Bellas Artes, que conserva y exhibe cerca de 60 óleos venecianos, españoles e italianos de los siglos XVI y XVII. Restaurado recientemente, tras permanecer cerrado por años, luego de quedar gravemente dañado debido al terremoto de 2010. Para el ingreso del público hay que respetar el aforo máximo, además de las medidas de prevención, aunque no siempre está abierto para las personas.
En el sector conocido como 'Potrerillos', donde normalmente, cada enero se realiza la tradicional ‘Feria Internacional de Artesanía’, se ubica la sede viñamarina del conocido museo interactivo y educativo Artequín, inaugurado en 2008. Donde los niños y niñas pueden aprender lúdicamente sobre la historia del arte universal. Actualmente, el museo realiza sus actividades de manera online, pero también hay recorridos grupales guiados, de máximo 10 personas, de martes a sábado.
Obviamente, uno de los imperdibles es visitar el anfiteatro donde se realiza el famoso festival, que inició su historia en 1960. Mucha gente va a fotografiarse a la galería, que es de acceso libre casi todo el año (menos en enero y febrero). Es una tradición de antaño, de cuando existía la inolvidable ‘concha acústica’ y los asientos del ‘Monstruo’ eran tablas de madera. En 2002, se remodeló el espacio, dando paso a una imponente estructura de cemento, y si bien, los nostálgicos extrañan el viejo lugar donde la gente se colaba de los cerros de Siete Hermanas para ver los shows en épocas festivaleras, subidos a veces en los árboles, o simplemente acortaban camino por ahí para ir al centro de Viña, la zona del escenario sigue siendo un favorito de los visitantes.
UN POCO DE HISTORIA
Actualmente, el parque y el palacio Vergara pertenecen al Municipio de Viña, por lo que es de dominio público, sin embargo, en 1840 el terreno conocido como la hacienda ‘Las Siete Hermanas’ pertenecía al comerciante Francisco Álvarez y a su esposa Dolores Pérez, una gran amante de las plantas y la naturaleza.
Posteriormente, su única nieta, Mercedes Álvarez, heredó ambas haciendas y luego de contraer matrimonio con el ingeniero José Francisco Vergara Echevers en 1859, edificaron su mansión donde en un principio se ubicó la casa de sus abuelos. Este palacete, construído en 1870, era muy alto y de adobe, desgraciadamente, un terremoto en 1906 la redujo a escombros.
El Palacio Vergara es el tercer edificio que se erigió sobre los cimientos de las dos casas anteriores. Construído en 1910, el actual recinto del Museo y Escuela de Bellas Artes, era el epicentro de reuniones políticas, sociales y musicales de la época.
