Aunque parezca impresionante, la última vez que vimos a Michael J. Fox en el cine fue en dos clásicos de culto de hace casi tres décadas: "Mars Attack" de Tim Burton y "The Frighteners" de Peter Jackson, ambas de 1996. De ahí en adelante, solamente pudimos escuchar su voz en “Stuart Little” o “Atlantis”, o verlo tener un segundo aire en la televisión, en producciones como “Spin City” y más tarde en “The Good Wife” o la autoreferente “The Michael J. Fox Show”, hasta su retiro definitivo en 2020, producto de las complicaciones atribuidas al Párkinson. Sin embargo, a pesar de los años, el intérprete de Marty McFly, nunca ha dejado de estar fuera del radar de los fans, ya sea por sus breves apariciones en público para conmemorar alguna de sus películas más populares o simplemente porque su impacto fue tan grande en el público, que nunca nadie se olvidó de él.

Luego de su paso por festivales como Sundance, SXSW, San Francisco y Hot Docs, finalmente se estrenó en la plataforma Apple TV+, el trabajo a cargo del documentalista ganador del Oscar, Davis Guggenheim (Una Verdad Incómoda), “Still: Una película de Michael J. Fox”, documento visual que retrata a través de una íntima entrevista, material de archivo, detrás de cámaras y extractos de películas, el salto al estrellato, época de oro, vicios, miedos y penas del joven protagonista de “Family Ties”. Además, profundiza en su lucha de más de tres décadas contra el enfermedad que le cambió la vida y le obligó a retirarse a temprana edad del mundo del espectáculo.

El resultado es una mirada cercana y reveladora del actor, sin caer en la sensibilidad barata, ni buscando producir lástima. Fox, a sus 62 años, nos habla cara a cara para contar su vida de manera honesta y sin tapujos, mientras, a través de un impecable y original trabajo de edición, Guggenheim apela a un frondoso material de archivo, a escenas de distintas películas y series, y a algunas recreaciones para reconstruir aspectos clave de la vida del actor: la relación con la actriz Tracy Pollan (su esposa desde 1988), sus primeros éxitos en la televisión, el rápido salto al cine, el alcoholismo producto del pánico que le produjo el temprano diagnóstico de Párkinson, el abuso a los tranquilizantes y, por supuesto, aunque en menor medida, sus participaciones públicas como activista.

También el documental profundiza sobre los efectos degenerativos que ha tenido el Párkinson en el intérprete. Asistimos a sus sesiones terapéuticas, vemos cómo Fox cae (y se autolesiona) cada vez que intenta caminar, y como las pastillas ayudan a que los temblores corporales disminuyan en tan solo minutos. De hecho, de ahí viene el nombre del documental “Still”, porque siempre le fue difícil al actor mantenerse quieto producto de su hiperactividad.

En definitiva, se trata de un valioso trabajo de investigación para conocer más sobre el icono ochentero, especialmente para aquellos que disfrutaron de sus interpretaciones o simplemente para quienes aman el cine y quienes trabajan en él.