Todas las expectativas se quedan cortas con “Misión Imposible: Sentencia Mortal - Parte I”, pues esta séptima entrega de la saga de películas producidas y protagonizadas por Tom Cruise es todo lo que está bien a la hora de buscar una buena experiencia en el cine. 

Una historia redonda, con un protagonista (Ethan Hunt) complejo y carismático, rodeado de un equipo capaz y entrañable, y de variados villanos que ponen los pelos de punta. La acción no da tregua, en una trama en la que nadie sabe para quien trabaja. Donde, si bien, Cruise es la gran e indiscutida estrella, también hay espacio para que el resto del elenco brille. 

Con muy buenos efectos especiales y ritmo, que hacen que los 156 minutos de duración se pasen volando, no es necesario haber visto la saga completa para comprenderla y disfrutarla, aunque si es recomendable.

Ethan (Cruise) y su equipo se ven involucrados en la búsqueda de una llave dividida en dos partes, la que tiene el poder de destruir a la humanidad si cae en las manos equivocadas. Además, la estabilidad emocional del protagonista estará en juego cuando temas del pasado salgan de la oscuridad. 

La aparición del personaje de Hayley Atwell, Grace, una experta e intrépida ladrona a sueldo, será una piedra en el zapato para Hunt y sus aliados en varias ocasiones, un rol que a ratos se hace realmente insoportable por su actuar.

Christopher McQuarrie vuelve a sentarse por tercera vez en la silla del director, además de ser guionista y productor de la cinta. Por su parte, el resto del elenco trae viejas y nuevas caras como, Ving Rhames (Luther), Simon Pegg (Benji Dunn), Rebecca Ferguson (Ilsa Faust), Vanessa Kirby (la Viuda Blanca), Esai Morales (Gabriel) y Pom Klementieff, quien interpreta a Paris, uno de los mejores papeles de esta película. 

En cines desde el 13 de julio, mientras tendremos que esperar hasta 2024 para ver la segunda parte y final.