El 2018, el director Joe Penna nos mostró en su primer largometraje la historia de un hombre que, tras sobrevivir al impacto de su avión, se resiste a morir en medio del Ártico. Hoy - tres años después - el brasileño nos vuelve a sumergir en un dilema que tiene la “supervivencia” como eje central.

En casi dos horas, “Pasajero Inesperado” nos lleva al viaje de 3 astronautas cuyo destino es Marte. El problema es que, en medio de esta misión, perfectamente planificada, aparece un cuarto pasajero: un ingeniero que quedó atrapado en la nave al momento de su despegue. Es así como esta misión pensada para tres, cae al suelo y la falta de oxigeno los lleva a la necesidad de sacrificar a un tripulante.

En este escenario, surge la pregunta ¿Quién debería morir? Y si bien la respuesta está clara desde el comienzo de la película, Joe Penna nos lleva al siguiente dilema ético: ¿Alguien debe sacrificarse o hacemos todo lo posible para sobrevivir los cuatro, arriesgando todo en el intento? Claramente, la tensión de la segunda respuesta, es más rentable en cuanto a audiencia.

Esta cinta que tiene como protagonistas a las nominadas al Oscar Toni Collette y Anna Kendrick, además de los actores Daniel Dae Kim y Shamier Anderson, nos sumerge en un thriller que mantiene al borde del asiento (o de la cama en esta pandemia) al espectador. Es una historia minimalista que se contrasta con el escenario infinito que otorga el espacio exterior.

Si bien esta cinta tiene guiños a “Alien, el Octavo Pasajero” o “Gravedad”, no cae en el cliché de la larga lista de producciones que han tenido el universo como escenario principal. Es una película que mantiene en ascenso la tensión dramática y destruye el final típico de estas historias, que terminan con el rescate de sus protagonistas por héroes habitualmente norteamericanos.

Para esta misión - que debía demorar 2 años - uno de los tripulantes lleva su investigación de algas para plantarlas en marte; pero ante la falta de oxígeno, decide arriesgarse y producir este elemento a través de ellas en la misma nave. Obviamente, su destino es predecible: las plantas mueren y la única forma de seguir viviendo es conseguir el oxigeno que está al otro extremo de la estación espacial. El problema es que, para llegar a ese lugar, hay que salir de la nave.

Si el 2018, el personaje de Mads Mikkelsen debía salir en busca de ayuda o morir intentándolo en “Artico”; lo mismo ocurre en “Pasajero Inesperado”. Es una cinta un tanto predecible, pero con un final distinto a otras películas similares. Una historia que, si bien está inmersa en un escenario infinito, logra la intimidad con el espectador y la hace cercana, a pesar de ocurrir a miles de kilómetros de la tierra.