Luego de una escueta presentación, en la que el legendario Werner Herzog en persona habló sobre la nueva realidad en la que vivimos, el mundo de la post verdad de las redes sociales, las fake news y sobre la experiencia que significó hacer una modesta película en tierras japonesas, y lo sorprendente (y aterrador) que significó enterarse que hay hoteles en los que sólo hay robots, incluidos los peces, comenzó la cinta “Family Romance LLC”, un trabajo que bordea el documental, filmada con una pequeña cámara 4K por el mismo director, con un elenco reducido y escenas improvisadas. A primera vista, parece una película de muy bajo presupuesto, pero en realidad, esconde grandes riquezas y maravillas que sólo algunos pueden lograr tras la pantalla.

En menos de 90 minutos, el veterano cineasta alemán nos ofrece una mirada esclarecedora sobre la desilusión de una sociedad posmoderna atrapada en la cultura del simulacro que falsifica los vínculos humanos. La película sigue a Ishii Yuichi, dueño de Family Romance, empresa que se dedica a la compraventa de ilusiones. Proporciona personal alquilado para ocupar, a modo de reemplazo, el rol social de la persona deseada por el cliente, ya sea un marido, un padre, un amigo, etc. En pocas palabras, Ishii es un vendedor de afecto. 

Sin embargo, uno de sus trabajos más difíciles será hacer de padre para Mahiro, una tímida niña de 12 años que necesita una cuota de afecto paternal porque creció sin uno. Paulatinamente, Ishii se irá ganando la confianza y (lamentablemente) el afecto de la niña y su madre -quien le contrató- algo que dificultará y le hará replantearse cada vez más su trabajo, y la implicancia de los sentimientos en este.

Herzog se introduce de manera íntima en la cultura nipona, en lo alienada, solitaria y carente de afecto, que puede parecer para el ciudadano más occidental. Nos muestra pequeñas secuencias, en las que Ishii, a través de su trabajo tiene que recibir quejas por un encargado del tren bala; tomar fotografías a una chica para hacerla parecer una famosa influencer, o felicitar a una señora que anhela ganar la lotería; cruzando la delgada línea entre la realidad y el artificio. Al final del día, Ishii ya no sabe muy bien que es real y qué no, e incluso desconfía de sus propios familiares.

Así, con esta pequeña historia mínima y austera, Werner Herzog, uno de los autores más importantes de la historia del cine, nos relata que por lo general, la realidad supera la ficción, y que no se necesitan grandes presupuestos ni cámaras IMAX, para sacar lo mejor del cine.

El realizador alemán también se presentó el pasado lunes 16 de enero, en el primer día de charlas del Congreso del Futuro 2023 con el tema ´El Futuro de la Verdad´. Además de participar en este importante encuentro, Herzog participó en el ciclo "La Ciudad y Las Palabras" de la UC para hablar de su novela "El Crepúsculo del Mundo".