Recién llegada a la plataforma de Netflix está el más reciente filme del español Pedro Almodóvar, quien en “Madres paralelas” se vuelve a adentrar en el drama puro, como ya lo había hecho, recientemente, con “Dolor y Gloria” y “Julieta”.

Manteniendo su característica estética colorida, conocemos dos líneas dramáticas centradas en el mismo personaje, interpretado por Penélope Cruz.

Una fotógrafa de casi 40 años llamada Janis (Cruz), carga con el dolor de sus antepasados. Su bisabuelo desapareció durante la dictadura de Franco, se cree está enterrado en una fosa ubicada en su pueblo natal, junto a otras personas. La gente de la zona se ha organizado, quiere la verdad. Por esto ella, luego de fotografiarle para un libro, le solicita ayuda a un antropólogo especialista en estos temas, Arturo (Israel Elejalde). 

La historia de Janis da un giro, no sólo porque él acepta hacer todo lo posible para que su fundación se haga cargo de la excavación, sino porque inician un romance secreto. Después de todo, Arturo es casado y su esposa tiene cáncer.

La segunda -y predominante- arista en la vida de la protagonista nace de esta relación. Ella queda embarazada de Arturo, pero él dice que no es el momento, por lo que da luz sólo acompañada de su amiga Elena (Rossy de Palma), aunque en el hospital conoce a una adolescente embarazada y confundida, Ana (Milena Smit), quien no se siente preparada para ser madre. Además, a ella le acompaña su madre (Aitana Sánchez-Gijón), personaje que lucha permanentemente entre su egoísmo y su lado maternal.

Janis está feliz con su bebé, nació para ser madre. Ana por su lado, con el tiempo se vuelve en una devota de su hija, lo que sus padres nunca hicieron por ella. Pero los destinos de estas mujeres se vuelven a cruzar en medio del dolor, la soledad y la búsqueda sobre la verdad sobre las bebés.

La madre siempre ha sido una figura preponderante en el cine de Almodóvar, aquí se deja aún más de manifiesto. La valoración de la maternidad, del origen, la identidad es la base de esta cinta, que a diferencia de otras del realizador español, carece de momentos cómicos, pero que si da una postura política al pasado español, antes nunca visto en su obra.

Todas las actuaciones, casi en su totalidad femeninas, son fenomenales. Penélope Cruz corre fuerte para el Oscar, una nominación muy merecida. “Madres paralelas” también obtuvo una nominación al premio de la Academia como Mejor Banda Sonora, a cargo de Alberto Iglesias.

Para muchos, quizás, no supera la belleza y la emotividad de su largometraje anterior "Dolor y Gloria", una suerte de autobiografía protagonizada por Antonio Banderas, pero de todas maneras, "Madres paralelas" no deja de ser un buen film, que además ya se encuentra dentro de lo más visto en Netflix de nuestro país.