Construida hace más de 2.500 años, la Acrópolis (ciudad en alturas) pasó de ser un lugar de adoración de los Dioses griegos a uno de los mayores lugares turísticos del mundo.

El Teatro de Dionisio, las cariátides y el imponente Partenón son parte de esta visita imperdible si vas a Atenas, donde puedes apreciar un poco más de la antigua Grecia.

Una de las formas más fáciles de llegar es el metro (línea 2 de color rojo), bajarte en la estación akropoli, con dos salidas cercanas, todo está muy bien señalizado en griego e inglés.

La entrada en temporada baja cuesta 10€ (entre noviembre y marzo) y 20€ en temporada alta, los tickets se pueden conseguir por internet o en la boletería. También los puedes comprar combinados con otras atracciones como el Museo de la Acrópolis que está a un costado y que tiene valor aparte.

Algunas recomendaciones antes de subir: siempre usar zapatillas, pues si bien han mejorado bastante el camino en los últimos años, hay parte del suelo en mármol que suele ser resbaloso, en especial en la zona del Partenón; llevar una botella de agua; en los días de calor no subir cuando el sol pega más fuerte; y no tomar nada, ni pasar las barreras y menos botar basura, hay que respetar la historia, la Acrópolis es Patrimonio de la Humanidad declarado por la UNESCO en los años 80.

Este espectacular paseo puede durar alrededor de dos horas, pero depende del ritmo de cada uno, no hay apuro, puedes tomarte el tiempo que desees.

Además, de la visita al recinto arqueológico, las vistas de la ciudad que ofrece la cima son inmejorables.

El acceso inicia a las 8 de la mañana hasta la puesta de sol, varía de temporada alta a baja. Hay algunos días al año en que la entrada es gratuita, así que si estás en Atenas el 6 de marzo, 18 de abril, 18 de mayo, 5 de junio, 28 de octubre, o el primer domingo de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo, es tu oportunidad, aunque de seguro habrá mucho público, pues en general esta atracción turística es muy concurrida.