“Para mí es difícil pensar en eso. Reproduje el escenario en mi cabeza. Muy emotivo. Tanto que no puedo pensar en eso. Como que implosiona. ¿Qué puedes pensar en eso además de la ira, la pena? Como cualquier duelo, la única salida es recordar lo bueno que era estar con John. Porque no puedo superar el acto sin sentido”, confesó Paul McCartney a NYTimes.

Si bien el periodista evitó hablar de Los Beatles al comienzo de la entrevista, Paul McCartney recurría una y otra vez a la historia de la banda para responder sus preguntas. Una situación similar a la que ocurre en sus conciertos, cuando habitualmente dedica uno de sus temas a alguno de sus ex compañeros. Y es que es difícil separar la historia del británico con la de la banda más grande de todos los tiempos. Están adheridas, unidas hasta la muerte.

 “Es como tus recuerdos de la escuela secundaria, esos son mis recuerdos de los Beatles. Este es el peligro: en una cena, puedo contar historias sobre mi vida, y la gente ya las conoce. Puedo ver todos ahogando un bostezo. Pero los Beatles son ineludibles”.

La nostalgia es más notoria aún cuando el motivo de esta entrevista – el lanzamiento de un nuevo disco – ocurre a pocos días de conmemorar los 40 años de la muerte de John Lennon. Un crimen brutal que sigue remeciendo al mundo, pero que pese a su partida, mantiene vigente la leyenda del ex Beatle. Este viernes 18 de diciembre, Paul McCartney publicó “McCartney III”, su décimo octavo disco grabado en plena pandemia.

“No estoy harto de la música. Porque, estrictamente hablando, debería haberme aburrido hace años”, confiesa el británico. En este nuevo disco - que sigue el rumbo de “McCartney” (1970) y “McCartney II” (1980) – Paul tocó casi todos los instrumentos y se encargó de la producción. Un escenario similar al que han vivido otros artistas debido al confinamiento. “Cuando miro atrás y recuerdo Yesterday, que fue escrita cuando tenía 21 años o algo así, estoy hablando como un hombre de 90 años: de repente no soy ni la mitad del hombre que solía ser”.

DE GEORGE A JOHN

Pocos días antes del 40° aniversario de la muerte de John Lennon, el 29 de noviembre se conmemoraron los 19 años del fallecimiento de George Harrison. En la entrevista, Paul McCartney recordó su última conversación con el ex Beatle, al que llama su “compa”.

“Dijimos cosas tontas. Estábamos en Nueva York antes de que se fuera a Los Ángeles a morir, y fueron tontas pero importantes para mí. Y, creo, que eran importantes para él. Estábamos sentados, y yo sostenía su mano, y se me ocurrió —nunca lo he dicho— que no quería agarrar la mano de George. No le coges la mano a tu compañero. Quiero decir, no lo hicimos. Y recuerdo que él estaba un poco molesto por tener que viajar todo el tiempo, persiguiendo una cura. Había ido a Ginebra para ver qué podían hacer. Luego vino a una clínica especial en Nueva York para ver qué podían hacer. Entonces se pensó en ir a Los Ángeles y ver qué podían hacer. Se le ocurrió decir: ¿No podemos quedarnos en un solo lugar? Y yo dije: Sí, Speke Hall. Vamos a Speke Hall. Esa fue una de las últimas cosas que nos dijimos, sabiendo que él sería la única persona en la habitación que sabría lo que era Speke Hall”.

Parte de esa complicidad que sólo la banda podría haber explicado, hoy fragmentada en vida, pero no en la memoria. “Recuerdo que una vez me dijo (John): ¿Qué van a pensar de mi cuando esté muerto? ¿Me recordarán? Me sentí como el hermano mayor, aunque era mayor que yo. Le dije: John, escúchame. Vas a ser tan recordado. Eres tan grande que no hay manera de que esto desaparezca”.

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