El thriller iraní que remeció Cannes ya llegó a Chile: "Fue solo un accidente"
Filmada de forma clandestina, Panahi entrega una película valiente, intensa y profundamente humana. Una de las imperdibles de la temporada.
Ganadora de la Palma de Oro en el pasado Festival de Cannes, "Fue solo un accidente" por fin llegó a salas comerciales chilenas, aunque no a muchas.
Esta película iraní está dirigida por Jafar Panahi, quien acaba de ser condenado por la justicia de su país “por crear propaganda contra el sistema político”. Después de todo, el cineasta es un gran opositor al gobierno de Irán, siendo ya sancionado en otras ocasiones por usar su arte para exponer realidades.
"Fue solo un accidente", cinta nominada a los Globos de Oro, es un thriller moral que también destaca por su excelente timing de humor negro. Se trata de una joya, una historia de venganza, de impotencia, de los límites del dolor y del perdón. Es profundamente humana.
Vahid es un mecánico que, por casualidades del destino, se topa con un cliente cuya voz le resulta familiar. Hace un tiempo él estuvo detenido y fue torturado; nunca vio la cara de su captor, pero sí escuchó su voz y también el chirrido de su pierna ortopédica.
Desesperado, improvisa un plan para tomarlo prisionero y hacerlo pagar por lo que le hizo a él y a otros tantos. Pero Vahid no es un delincuente, y las dudas sobre la identidad de este hombre lo persiguen. Así comienza un paseo por Teherán en busca de ex prisioneros que, al igual que él, solo escucharon su voz y el sonido de su prótesis. Y si comprueban su identidad, ¿qué harán con él? ¿Qué los diferenciaría moralmente de este hombre si toman venganza por sus propios medios? ¿Podrán vivir en paz con su decisión? ¿Qué tipo de persona quiero ser?

A veces disparatada, a veces muy dolorosa, es un viaje de emociones tanto en lo físico como en lo interior. Una posibilidad de justicia que se asoma como -quizás- una forma de sanar, pero que conlleva demasiados costos.
La película no suelta de principio a fin y, a medida que se acerca el final, la tensión va in crescendo, regalándonos además una gran lección. Imposible también dejar de mencionar las imterpretaciones de su elenco: Vahid Mubasseri, Ebrahim Azizi y Mariam Afshari están impecables en estos roles tan humanos, tan sentidos y tan dañados por la injusticia y la represión.
"Fue solo un accidente" es una excelente opción para ver buen cine. Nos invita a reflexionar sobre nosotros como personas, como sociedad, en un mundo lleno de odio, intereses e individualismo. Una mirada a la realidad de un país lejano que finalmente no es tan distinto a nosotros.


































