Han pasado 28 años desde la muerte de Audrey Hepburn (Bruselas, Bélgica; 4 de mayo de 1929 - Tolochenaz, Suiza; 20 de enero de 1993). Acercarse a su filmografía es adentrarse en el mundo mágico que Hollywood clásico construyó, pero también ver cómo los mejores intérpretes, guionistas y directores tenían mucho para decir sobre el comportamiento humano, verdades que se traficaban envueltas en glamour. Para disfrutar de las películas de Audrey, entender cómo se convirtió en un ícono, y por qué es un mucho más que eso, aquí van cinco recomendaciones de su carrera.
ROMAN HOLIDAY (1953)
En este romántico y divertido film, dirigido con elegancia por William Wyler, la princesa Anna se escapa y pasa un día en Roma con un periodista que intenta conseguir una exclusiva con ella, por la que le pagarán una pequeña fortuna. A pesar de que ambos están mintiendo acerca de sus intenciones, el romance es inevitable. Una jovencísima Hepburn despliega todo su encanto paseando por escenarios romanos reales junto a Gregory Peck. Esta película catapultó a la fama internacional a la actriz nacida como Audrey Kathleen Ruston, le valió su único Oscar como intérprete (tras su muerte, la Academia le otorgó un premio especial por su trabajo humanitario).
En ‘Vacaciones en Roma’, Audrey se somete al primero de los muchos cambios de look por los que pasó en la pantalla. Con un drástico corte de pelo, zapatos sin taco y un par de arreglitos en su blusa y falda, pasa de princesa aburrida a joven a la moda. Su look tuvo un rol central en su carrera, pero esto no quiere decir que el atractivo de la actriz fuese superficial. Audrey creó un estilo que tenía que ver con una nueva forma de ser mujer elegante, todavía atada a muchas reglas, pero liberada de algunas, proponiendo una pequeña revolución.
SABRINA (1954)
Dado que el mundo se había enamorado de Audrey Hepburn, no es sorprendente que Humphrey Bogart y William Holden también lo hicieran. En "Sabrina" de Billy Wilder, interpreta a la glamorosa hija de un chófer que trabaja para la rica familia Larrabee. Ella ha estado enamorada toda su vida del hijo playboy David (Holden), y de repente él comienza a devolverle su afecto, pero el hermano mayor Linus (Bogart) también comienza a sentirse atraído por ella, pudiendo ser una mejor pareja. La película obtuvo seis nominaciones al Oscar, incluyendo Mejor Actriz, Mejor Director y Mejor Guión, ganando por el deslumbrante vestuario de Edith Head. Hepburn perdió su nominación ante Grace Kelly ("La chica del campo").
CHARADE (1963)
La lista de directores con los que trabajó Hepburn construye un quién es quién del Hollywood clásico: Billy Wilder, George Cukor, William Wyler, Blake Edwards, Fred Zinneman, King Vidor, John Huston, Stanley Donen y hasta Steven Spielberg. El gran cineasta con quien no pudo colaborar en su carrera fue Alfred Hitchcock, aunque estuvo involucrada en un proyecto que quedó en la nada y es divertido imaginar lo que podría haber resultado de esa asociación. Como consuelo existe este thriller romántico y elegante, muy al estilo Hitchcock, aunque sin su maestría, en el que Hepburn actúa junto con uno de los actores fetiche del director: Cary Grant. Dejando de lado la importante diferencia de edad entre los protagonistas, una situación repetida para la actriz en toda su carrera, la unión en pantalla de estos representantes europeos del glamour fabricado por Hollywood es un hito de la historia del cine. Más allá de sus debilidades, que las tiene a pesar de la sólida dirección de Stanley Donen, Charada está repleta de encanto y descubrirla, o volver a verla, siempre es una buena idea.
TWO FOR THE ROAD (1967)
De nuevo bajo la dirección de Stanley Donen (Funny Face y Charada), en esta película Audrey Hepburn recrea junto a Albert Finney las diferentes etapas de un matrimonio a través de sus viajes por la campiña francesa. Siguiendo una estructura no lineal, vemos cómo los diferentes viajes de la pareja se van entrelazando, convirtiéndonos en cómplices de sus idílicos momentos de juventud y de las amarguras, y reproches, surgidos con el paso de los años.
Para la película, Hepburn giraba su guardarropas hacia prendas más vanguardistas y afines con la experimental manera de contar la historia, apostando por diseños de Mary Quant, André Courrèges y Paco Rabanne.
WAIT UNTIL DARK (1967)
Este thriller dirigido por Terence Young, basado en una obra de teatro de Frederick Knott, le dio a Hepburn la posibilidad de trabajar en un tono cercano al terror. Quienes crean que la actriz no es más que una figura bonita, que se hizo famosa por su elegancia, la verán aquí con otros ojos.
Audrey lleva el mayor peso de la acción en esta historia sobre una mujer ciega que es acosada en su departamento por tres hombres que buscan una muñeca que cayó por azar en su poder. La actriz no sólo tiene que enfrentar la complejidad de encarnar a una persona que quedó ciega recientemente en un accidente, sino que además su interpretación es clave para construir el clima de tensión creciente de la película. A pesar de ser muy distinto a sus papeles más famosos en comedias románticas, la actriz le otorga a este rol un encanto y sentido del humor que son la marca registrada de todos sus trabajos. Incluso en lo que respecta a su look, Audrey mantiene el glamour aún con uno de los vestuarios más sencillos de su carrera. Pero lo principal es su actuación y la de sus compañeros de elenco, en especial Richard Crenna y Alan Arkin, la sobresaliente música de Henry Mancini y la última escena, que es una clase magistral en la construcción de la tensión en la pantalla.