Los Espíritus de la Isla: ¿Por qué alguien deja de querer de golpe?
El último film de Martin McDonagh, nominado a 9 premios Oscar, ya está en los cines del país.
Catorce años después de su ópera prima “En Brujas”, el director británico Martin McDonagh vuelve a reunir a su dupla de actores fetiche, Colin Farrell y Brendan Gleeson, en un filme que, aunque tiene la comedia negra que lo caracteriza, nos presenta un estilo mucho más maduro, personal y que esconde tras una simple disputa entre amigos, temáticas como la guerra, la depresión, la soledad y el abuso.
“Los Espíritus de la Isla” (The Banshees of Inisherin) transcurre en una comunidad remota frente a la costa oeste de Irlanda en el año 1923, acaba de iniciar la Guerra Civil en la isla principal, y aunque todos saben que hay un conflicto bélico surgiendo, los habitantes de Inisherin no tienen idea por qué están peleando. En cambio, viven una pacífica y rutinaria vida, acuden a la iglesia, toman cerveza, trabajan el ganado, y no mucho más.
Dentro de este pequeño y asfixiante pueblo, McDonagh nos presenta a Pádraic (Colin Farrell), un ganadero que todos los días de su vida, visita su mejor amigo Colm (Brendan Gleeson) a la misma hora para tomarse unas cervezas y charlar.
Sin embargo, un día ocurre algo completamente inesperado: Colm rompe con la rutina y le dice a Pádraicr que ya no le agrada, lo encuentra aburrido y no quiere ser más su amigo, porque quiere dedicar los últimos días de su vida en componer una sinfonía que lo haga trascender. Al comienzo, Pádraic no entiende qué pasa, cree que no es más que una tonta broma, pero a medida que avanzan los días se angustia y desespera frente a ese cambio, que realmente significa la destrucción de todas sus certezas.
La hermana de Pádraic, Siobhan (Kerry Condon), una mujer soltera, instruida, amante de los libros e inteligente, considerada “extraña” por los lugareños, intentará ayudarlo e intervenir en la relación entre ambos hombres, sin embargo, una oferta de trabajo desde la isla principal hará que deba considerar dejar atrás Inisherin.
Filmada en la hermosísima y misteriosa campiña irlandesa, la película utiliza el escenario natural en el que fue filmado como un personaje más y que deslumbra con sus postales mágicas y casi sobrenaturales. Además, mantiene a los habitantes de Inisherin como seres aislados, ignorantes, toscos y graciosos.
El director, al igual que John Ford en su maravillosa “The Quiet Man”, comienza la historia con un tono humorístico, casi costumbrista, mostrándonos como es la vida en Irlanda de manera folclórica. Sin embargo, a medida que la historia avanza, comienzan a aparecer angustias existenciales de enormes dimensiones. Aunque la historia parece sencilla y casi anecdótica, lentamente, a medida que el personaje de Farrell comienza a ver su vida cada vez más desarticulada, la cinta se torna más siniestra, escatológica y metafórica, no sin dejar de lado el “extraño” humor de McDonagh. Quizás este cambio y el mensaje que representa no sea lo mejor para algunos espectadores.
No obstante, nadie podría negar el trabajo de todo un elenco en estado de gracia, especialmente de Colin Farrell, que hace de un “buen sujeto”, como John Wayne en la cinta de Ford, que tras perder la amistad de un ser querido hará lo posible por recuperarla. Una interpretación notable, que nos deja claro el excelente talento del irlandés. Es necesario destacar, por supuesto, a Brendan Gleeson, Kerry Condon y a Barry Keoghan, como Dominic, el problemático e incomprendido hijo del abusador policía del pueblo.
“Los Espíritus de la Isla” ha sido nominada a 9 premios Oscar, incluída mejor película, mejor director y mejor guión original. Sin duda, una de las perlas de este año, y una nueva gran obra del cineasta inglés, luego de “3 Anuncios para un crimen”.