Paseo al Centro de Primates de Peñaflor
Se encuentran en campaña para conseguir nuevos padrinos que colaboren con la causa.
Actualmente, debido a las bajas cifras de casos nuevos por Covid-19, gran parte del país está experimentando mayores libertades. Además, gracias a la alta vacunación, muy pocas comunas se encuentran en cuarentena, por lo que salir a pasear y conocer nuevos lugares es más fácil.
En Peñaflor, por ejemplo, a tan solo 40 minutos de Santiago, existe el Centro de Rehabilitación y Rescate de Primates, una ONG que trabaja desde 1994 rescatando y rehabilitando, como dice su nombre, primates derivados de circos, zoológicos, laboratorios de investigación, tráfico animal y decomisados de hogares particulares, donde eran considerados como mascotas.
MELLIZO Y YOYI (monos araña)
Fundado por la familia Almazan Muñoz en 1996 tras adoptar a un mono barrigudo llamado Cristóbal, el Centro hasta la fecha tiene más de 170 habitantes de distintas especies y edades, principalmente monos capuchino, monos araña, monos ardilla y monos papiones. Allí, cada uno de ellos cuenta con alimentación diaria, además de estar en hábitats apropiados para sus necesidades. También, cada cierto tiempo, son tratados por veterinarios y dentistas, donde reciben un chequeo completo.
El Centro no recibe ningún tipo de financiamiento del estado, por lo que toda su labor es autogestión, además de recibir la colaboración de voluntarios. Sin embargo, uno puede ‘apadrinar’ a uno o más de los casi 200 monitos, para que a diario puedan recibir una comida nutritiva. Este ‘apadrinamiento’ se puede realizar en su página web www.centrodeprimates.com , y varía entre los $7.000 a los $21.000 mensuales. Nosotros apadrinamos a Luchito.
LUCHITO (mono capuchino)
El ser padrino permite acceder a un tour guiado (se debe agendar con anticipación), que dura aproximadamente dos horas, es muy explicativo. Los voluntarios cuentan la historia del origen del centro, además de explicar los comportamientos y cualidades de las distintas especies que allí se cuidan. Se puede llevar un acompañante, y si se desea ir con más personas debes pagar $2.500 por cada extra. Lo que si, todos deben tener en cuenta de no tocar a los monitos.
El día de nuestra visita el grupo era muy heterogéneo, desde niños pequeños hasta abuelitas. Una manera de ayudar en familia a una linda causa.
También los padrinos visitantes podrán comprar algún souvenir en la tiendita que está al ingreso, y en épocas sin pandemia, incluso cuentan con mesas para comer.
CHARLOTTE (mono capuchino)
RADIOGRAFÍA DEL TRÁFICO ANIMAL
Provenientes de circos, laboratorios o tráfico ilegal, la mayoría de los monos llegan en pésimas condiciones: heridos, moribundos, con alopecia debido al estrés, con infecciones dentales debido a la extracción de colmillos e incluso con distintas adicciones, como al cigarro o el alcohol, por ejemplo.
Hay casos simbólicos de maltrato, como Patty, una mona capuccino que llegó al Centro con una bala en su cuerpo y tuvo que ser operada de emergencia. Otro caso, es el de un mono que al escapar de la casa de las personas que lo habían comprado, subió a un torre de alta tensión y sufrió importantes quemaduras, pero gracias a la ayuda recibida puedo sobrevivir.
Como dato siniestro, para poder cazar a un mono bebé, que son los favoritos de los traficantes de animales, se mata a la madre y con ella a gran parte de la manada, por lo que para poder obtener un solo mono, aproximadamente veinte mueren. Así que la próxima vez que quieras un mono de mascota, recuerda todo el sufrimiento que eso podría significar.