A los 19 años el activista trans Gabriel Sepúlveda comenzó el proceso de transición que tanto anhelaba y que le permitió – después de unos meses- mirarse al espejo y reconocerse en el hombre varonil con cabello corto y ropa holgada que veía frente a él. Los resultados lo llenaron de felicidad. Pero no todo fue color de rosa. El camino que recorrió para llegar hasta ahí, también tuvo tramos marcados por el dolor. Durante la infancia y adolescencia, le hicieron bullying, tuvo depresión, y se sintió solo e incomprendido. Sabe que muchas personas están pasando por lo mismo, y que lamentablemente no tienen una red de apoyo a quien contárselo, porque el tema de la identidad de género sigue siendo tabú, aún en pleno siglo XXI. Esta realidad la ve reflejada cada día en sus redes sociales, plataformas donde recibe cientos de mensajes de niños y adolescentes que están sufriendo y que han hecho eco con su historia. Es consciente de que faltan muchos cambios para terminar totalmente con la discriminación hacia la comunidad LGBTIQ+, y que uno de los grandes problemas es la falta de educación sobre la diversidad sexual. Por eso, cuando la editorial Alfaguara le ofreció escribir un libro sobre su vida, aceptó inmediatamente, porque lo vio como una oportunidad para informar, visibilizar y acompañar.

“Abro mi corazón literalmente en el libro. Yo cuento desde que nací en Puerto Rico hasta donde estoy ahora parado con altos y bajos, todo lo que pasé en mi transición. Decidí que era una buena oportunidad para dejar plasmado en esta generación o en las futuras generaciones cómo es para una persona trans hacer la transición. Siento que es un elemento importante para educar a las personas, para poder informarse mucho mejor con respecto a los términos, con respecto a cómo vive una persona trans y para apoyar a otras personas trans”, señaló Gabriel Sepúlveda a En palco.

En el libro, el comunicador audiovisual relata con lujo de detalle cómo le contó a su familia y amigos que es trans, qué exámenes le pidieron para iniciar el tratamiento hormonal, cómo consiguió el dinero, en qué consiste el procedimiento, cuánto dura, qué cambios vio y cómo se sintió. Posteriormente, relata su experiencia con la mastectomía – cirugía para extirpar los pechos – y cómo logró cambiar su sexo de femenino a masculino en su documento de identidad. 

“Lo más difícil siempre va a ser el tema social, por ejemplo, el tema de carnet. El problema es la sociedad que no entiende y que no está educada con respecto a las diversidades. Si esto no fuese así, la discriminación y la tasa de suicidio, no sería tan alta. Hay muchísima discriminación en la salud, hay poco acceso. Hay mucha discriminación en los colegios. Hoy en día hay muchos niños y adolescentes a quienes no les aceptan su identidad de género en los colegios, pasa más en instituciones privadas evidentemente que las pública, aun existiendo una ley. Todas esas trabas sociales son lo más difíciles de confrontar al momento de hacer la transición, más que el cuerpo o más que las hormonas, es el cómo nos ven las demás personas”, afirmó el autor y agrega “es bastante complicado el hecho de transitar en Chile, porque la gran mayoría o no nos toman en serio, o creen que es una etapa, o nos discriminan. Siento que es un proceso muy difícil. Están cambiando un poco las cosas y espero que esto siga así. Pero hoy en día aún hay mucho odio, mucha transfobia, muchos crímenes de odio, mucha rabia contra las personas trans y las personas que pertenecen a la comunidad LGBT”

Gabriel también comparte con los lectores cómo ha convivido con la disforia de género- rechazo psicológico o físico que sienten las personas trans con su cuerpo o con quién son- después que realizó la transición. 

“La disforia de género es algo que no se va a acabar, por lo menos para mí, por haberme hecho la mastectomía, o por tener barba o por tener el pelo corto. Ahí no acaba la problemática, es algo mucho más complejo la disforia, que simplemente pasa por un quirófano. Así que al cien por ciento me siento feliz, estoy muy contento y orgulloso con quien soy, pero de repente hay malos momentos, como en todas las cosas y de repente uno recae y se pone triste. Es como una cosa ambivalente”, explicó. 

¿Quieres saber más detalles de este libro? Aquí te dejamos la entrevista completa a Gabriel Sepúlveda.