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Pablo Arriagada
Por

2 de mayo de 2024

Cinetopia
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Amor, Mentiras y Sangre: Un extravagante neo-noir erótico destinado a ser filme de culto

​La segunda película de Rose Glass (Saint Maud) ya está en salas nacionales.

La cineasta inglesa Rose Glass hizo su debut cinematográfico en 2019 con "Saint Maud", una cinta de horror psicológico que aborda temas como la fe, el sexo y la muerte, que recibió sendos elogios de la crítica, por su brillante dirección, lograda atmósfera y las actuaciones del elenco. En su nuevo filme, “Amor, Mentiras y Sangre”, Glass también coge elementos de horror, pero los inserta en un sórdido y violento neo-noir erótico, ambientado en un inhospito Nuevo México de 1989.

La película se desarrolla en un pueblo olvidado por Dios, donde las miradas se entrecruzan y básicamente todos se conocen. En un pequeño gimnasio encontramos a Lou (Kristen Stewart), la enigmática trabajadora del local que pasa sus días aburrida y solitaria, siendo vista como un bicho raro por el pueblo. Sin embargo, su vida cambiará tras la llegada de Jackie (Katy O’Brian), una físico culturista cuyo sueño es ganar un concurso en Las Vegas. A primera vista, parecen ser polos opuestos, pero en medio de la tranquilidad del pueblo, surge una chispa entre ellas, lo que comienza una ardiente relación.


Ambas se enamoran y comienzan una alocada relación, pero todo se complicará cuando deban enfrentarse al padre de Lou (Ed Harris), un aterrador traficante de armas que es dueño del pueblo y a quien ella odia con todo su corazón. Así comenzará una espiral de violencia y traición, donde ambas deberán intentar sobrevivir y -al mismo tiempo- mantener su relación intacta.
A simple vista, Glass propone una clásica historia noir, incluso ya vista, con elementos típicos del subgénero “lovers on the run” (como “Asesinos por Naturaleza”, “Bonnie and Clyde” y “Thelma y Louise”), y la completa con una ambientación ochentera, en un pueblo repleto de rednecks, los villanos de turno, la policía corrupta, escenas de sexo y brutales momentos de violencia gráfica. Además, le agrega momentos oníricos, abuso de esteroides y un fascinante soundtrack, como si de un filme Lynchiano se tratase.
Y la verdad es que el resultado final funciona, principalmente por su pareja protagonista, y por supuesto, por el impecable trabajo de Ed Harris, que recuerda mucho a su personaje de “Una Historia de Violencia”. Kristen Stewart está muy bien, su evolución como actriz ha sido impresionante a lo largo de los años, no obstante, quien se roba la película por su presencia es O’Brian, que deslumbra con un cuerpo vigoroso y perfectamente trabajado para el filme. Las escenas en el concurso de Las Vegas son algunas de las mejores, pero podría haberse aprovechado mejor.


Por otro lado, a pesar de ser una historia que tiene como base un romance homosexual, la película no pretende meter discursos sobre el tema, ni pretende forzar al espectador con un panfleto. Se trata de un mensaje feminista muy bien logrado.
Por supuesto, “Amor, Mentiras y Sangre” no está exenta de fallos, especialmente en su tramo final, que se diluye especialmente con una escena en particular, donde Glass decidió tomar un tono mucho más “onírico”, pero que realmente saca al espectador del mood que había generado hasta el momento, y lo vuelve hasta ridículo.
Eso sí, se trata de una gran película, un genial entrada para el género neo-noir y, sin duda, una nueva cinta de culto, que posiblemente será mejor valorada con los años. 

Ya está disponible en salas de cine nacionales.





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