Más de 10 años le tomó al santiaguino Felipe Gálvez poder llevar a cabo su proyecto soñado “Los Colonos”, una especie de western criollo de aventuras ambientado en la Patagonia, que narra el viaje de tres personas (un coronel británico, un vaquero estadounidense y un mestizo chilote) contratados por el terrateniente José Menéndez (Alfredo Castro) para reclamar las tierras que le fueron entregadas por el Estado de Chile. Pero la misión pronto cambia de objetivo y se convertirá en una salvaje cacería de los indígenas del territorio para abrir una ruta hacia el Atlántico.
Estrenada en Cannes (bajo su título internacional “The Settlers”), se convirtió en la sexta película chilena en participar en la categoría “Un certain regard” e incluso recibió el premio FIPRESCI (entregado por la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica), por lo que las expectativas en suelo nacional estaban por los aires y todo el mundo cinéfilo anhelaba poder disfrutar la cinta en pantalla grande.
La película revela un oscuro pasado de nuestro país que parece olvidado por muchos libros de historia: la masacre del pueblo Selk’nam en Tierra del Fuego a manos de la aristocracia blanca. Una temática similar a la abordada por Martin Scorsese en su reciente obra maestra, la extensa pero genial “Los Asesinos de la Luna” ("Killers of the Flower Moon"), en la que los hombres blancos se dedicaron a saquear y a asesinar a la nación Osage para quedarse con sus tierras y riquezas.
Galvez coge los elementos principales de un género indiscutiblemente norteamericano como el western (planos amplios y compuestos para dar énfasis a los paisajes, un estilo cinematográfico notoriamente retro, personajes y escenas violentas, un villano millonario y corrupto), y los emplea en el extremo sur de Chile. Sin embargo, aunque el director incluye uno que otro guiño a los clásicos del Viejo Oeste, Galvez no pretende hacer un homenaje al cine, a John Ford, a Clint Eastwood o al spaghetti, sino más bien deconstruir este tipo de películas, darle una vuelta de tuerca y (como suele ocurrir en el cine chileno contemporáneo) utilizarlo para crear una potente historia de denuncia social y política.
El guion de Antonia Girardi, Mariano Llinás y el propio Felipe Gálvez está compuesto por dos partes notoriamente reconocibles: la primera narra este maldito viaje del improbable trío, que a medida que avanzan se va tornando cada vez más cruento, sanguinario, oscuro y dificil de ver. Mientras que la segunda parte, ambientada años después, cuenta cómo un enviado del Presidente Pedro Montt (Marcelo Alonso) llega al sur para constatar y “reparar” el extermino. Aunque en esta segunda parte el ritmo de la película baja considerablemente, no deja de ser necesaria para el conjunto final, especialmente porque nos da más “pistas” sobre las aberraciones que fueron cometidas en contra de los Onas.
Porque a pesar de abordar un tema sumamente violento y repleto de horror, Gálvez utiliza los recursos necesarios para sentir la muerte sin tener que verla directamente. Muchas de las muertes ocurren fuera de cámara, y sólo las podemos imaginar a través del impecable trabajo de sonido.
Protagonizada por Mark Stanley (como "El chancho colorado”), Benjamin Westfall, Camilo Arancibia, Alfredo Castro, Mishell Guaña y Marcelo Alonso, “Los Colonos” es una estupenda película, de gran calidad, con interpretaciones notables, un potente mensaje y una hermosa puesta en escena.
Para quien busca un “western tradicional” puede que se sienta algo defraudado, pero quien quiera profundizar en uno de los capítulos más siniestros de Chile prepárese porque no será fácil de ver.
“Los Colonos” ya está disponible en salas nacionales, y debido a que llega a Latinoamérica gracias a MUBI, es posible que pronto la podamos ver en su plataforma de streaming.
En Palco estuvo en la Avant Premiere de "Los Colonos" donde pudimos conversar con Alfredo Castro sobre su papel como José Menéndez y la relación que tuvo junto al director Felipe Gálvez.
