En la maratón de películas imperdibles para celebrar Halloween no puede faltar "El Aro", film dirigido por Gore Verbinski y protagonizado por Naomi Watts, que se ha transformado en una obra de culto del cine de terror.
El largometraje se centra en un suceso paranormal espeluznante: todas las personas que ven un video maldito que anda circulando, mueren a los siete días.
Rachel Keller (Watts) comienza a investigar el caso, luego de que su sobrina fallece a causa de las imágenes. Gracias a sus dotes de periodista encuentra el VHS y lo reproduce. Al terminar de verlo recibe un llamado telefónico, en el que le dicen: siete días.
Asustada, le muestra el video a Noah (Martin Henderson), el padre de su hijo de nueve años Aidan. Él le pide que haga una copia de la cinta para analizarla. Rachel sigue las instrucciones, y deja un VHS en su casa. Unos días después, su hijo lo ve de manera accidental. A partir de ahí, trata de descubrir desesperadamente el origen de las imágenes para salvar la vida de su pequeño.
Más tarde, se da cuenta de que la persona que aparece en el video es Samara (Daveigh Chase), una niña que falleció en un pozo y que cada vez que las imágenes se reproducen su fantasma sale de la tele y asesina al espectador. La periodista va a la casa de Noah para contarle todo, pero lamentablemente lo encuentra muerto.
¿Logrará escapar de la maldición del video y salvar la vida de su hijo? Aunque la película se estrenó hace más de 20 años no se aceptan spoilers.
La cinta es muy tenebrosa, sobre todo la imagen en que la niña sale del televisor. Es tal el miedo que se siente que muchos espectadores piensan que en cualquier momento se va a aparecer Samara en su casa. Muchos incluso tienen pesadillas con la clásica escena de la joven con todo el pelo delante de la cara. A quienes les gustan los sucesos paranormales les fascinará.
Cabe recordar que este film es un remake de la película japonesa "Ringu" de 1998, que está basada en la novela homónima de Kôji Suzuki.
La historia está inspirada en una leyenda que habría ocurrido en el castillo Himeji, que es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
En la edificación vivía Okiku, una sirvienta del samurai Tessa Aoyama. Cuenta la leyenda que este último estaba perdidamente enamorado de ella y que le dijo que dejaría a su esposa para que escaparan juntos, pero la mujer no quiso.
Aoyama no sé quedó de brazos cruzados, escondió uno plato dorado y amenazó a la sirvienta de acusarla de robo si no se iba con él. Posteriormente, Okiky murió al caer a un pozo. Se dice que el fantasma de Okiku se le aparecía al samurai y lo atormentaba.
