"La Semilla del Fruto Sagrado": ideas impensadas que aún viven en el presente
Es difícil darse cuenta que en la época en que estamos, todavía existe una represión tan fuerte en algunas culturas, y esta películas nos muestra lo que no quisiéramos que fuera una realidad.
Iman es un padre de familia que vive en Teherán, junto a su esposa Najmeh y sus hijas Rezvan y Sana. Luego de ser ascendido a juez investigador, comienza a sentirse inseguro por lo que este puesto representa en su país. Además, la muerte de una joven por no usar correctamente el velo, generará un ambiente de desconfianza en esta casa, donde las hijas cuestionarán el actuar de sus padres.
Así comienza “La semilla del fruto sagrado”, filme iraní dirigido por Mohammad Rasoulof quien debió realizar su trabajo en secreto y enviarlo a editar de manera clandestina. Una realidad que asusta y nos hace pensar en cómo en la actualidad aún se viven situaciones tan impensadas y lejos de los derechos humanos.
Una trama que cautiva por sus interesantes diálogos y sus intensos silencios, donde cada conversación nos introduce en la dura realidad de una sociedad, que debe ver cómo sus mujeres son sometidas a medidas que coartan su libertad y que nos llevan a pensar en el dolor experimentado, por aquellas que no piensan como se ha establecido en el lugar en que nacieron.
Poco a poco, este thriller nos lleva a un viaje, donde cada personaje va experimentando cambios decisivos y que gatillarán el quiebre impensado de una familia casi perfecta. La desconfianza se irá instalando en este hogar, generando una trama llena de suspenso y que nos irá envolviendo de manera que solo queramos ver qué ocurrirá finalmente con cada personaje.
¿Cómo pueden seguir ocurriendo hechos como los que gatillan esta historia? El tema da para una larga conversación y nos lleva a pensar en qué rol tenemos en la difusión de los derechos humanos y cómo podemos hacer que las nuevas generaciones crezcan informadas sobre un tema tan relevante.
Una realidad política y religiosa que, aunque se da en un lugar muy lejano a nuestro país, conmueve por su dureza y crueldad, generando expectación e interés porque estos hechos tan dolorosos no sigan ocurriendo.
Una película que conmueve y que lleva a pensar en cómo vivimos nuestras vidas, cómo nuestras decisiones pueden afectar a los demás y cómo la manera en la que defendemos nuestros derechos puede marcar la diferencia.
Si quieres ver “La semilla del fruto sagrado”, ya se encuentra en las salas de cine del país.