Nacido en el año 1925 en la Ciudad de México, Ignacio López Tarso, dedicó su larga vida al arte, luego de un breve paso por la milicia. En 1949, ingresó a la Academia de Arte de Dramático, y como estudiante debutó en teatro en el Bellas Artes de su ciudad natal con “Sueño de una noche de verano” de Shakespeare.

La cinta “La Desconocida” (1954) de Chano Urueta marcó su debut en la pantalla grande, pero su éxito llegó en 1959 con “Macario”, una película sobre la vida y la muerte, el bien y el mal, la miseria humana en todos sus sentidos. La historia de un pobre e ignorante campesino que está cansado de su situación, que decide robarse y comerse un pavo solo en el bosque. Pero cuando la representación de Dios, el Diablo y La Muerte se le aparecen, su vida dará un drástico giro. Una joya del cine mexicano, pieza fundamental, nominada a Mejor Película Extranjera en los premios Oscar de 1960.

Otros de sus filmes destacados como protagonista, fueron “El gallo de oro” de 1964, “Rapiña” (1975) de Carlos Enrique Taboada, el clásico de Juan Rulfo “Pedro Páramo” (1967), “El hombre de Papel” de 1963 y “La Rosa Blanca” (1961).

Participó en más de 100 obras de teatro hasta 2017, en clásicos como Edipo Rey, La Celestina, Don Juan Tenorio, y en piezas modernas como Hello Dolly! con Silvia Pinal en 1996, y sus dos últimos trabajos en las tablas “Un Picasso” (2016) y “El Padre” (2017).

Los fanáticos de las telenovelas de Televisa lo recordarán por sus actuaciones secundarias en “El Derecho de Nacer”, “Imperio de Cristal”, “Esmeralda” y “Mañana es para siempre”. Su primer melodrama fue “Cuatro en la trampa” de 1961, mientras que el último fue “Médicos, línea de vida” en 2019.

López Tarso es un personaje querido en México. Un actor de carácter, versátil, al que su buena memoria y ánimo lo mantuvo trabajando hasta muy avanzada edad. El que incluso, durante los años ochenta, se dedico a la política, llegando a ser diputado federal.

Lamentablemente, con la llegada de la pandemia las posibilidades de trabajo para él desaparecieron. En 2022, venció al Covid 19, pero una neumonía y un problema intestinal terminaron con su vida a los 98 años este 11 de marzo.