Basada en la novela homónima de Rumaan Alam, con guion y dirección de Sam Esmail (Mr. Robot, Homecoming), “Dejar el mundo atrás” es un thriller apocalíptico original de Netflix, protagonizado por Julia Roberts, Mahershala Ali, Ethan Hawke, Myha’la y Kevin Bacon.
Amanda (Roberts), publicista de profesión, decide planear unas improvisadas vacaciones para ella, su esposo Clay (Hawke) y sus hijos Archie (Charlie Evans) y Rose (Farrah Mackenzie). La idea es pasar tiempo juntos, lejos del resto de las personas, en una casa de lujo rentada, ubicada en Long Island (ellos son de Brooklyn, NYC).
En un comienzo todo va bien, a pesar de que los niños son adictos a la tecnología y tienen pocas habilidades sociales, mientras los padres no les prestan mayor atención (males de nuestra época). Pero un pequeño incidente en una playa marcará el inicio de extraños hechos que se irán sucediendo, los que convertirán el relajo familiar en el comienzo de una impensada pesadilla.
Llegada la primera noche, el internet y la señal telefónica misteriosamente dejan de operar, y es justo ahí cuando dos elegantes extraños tocan a la puerta, identificándose como G.H. (Ali) y Ruth Scott (Myha’la), padre e hija, además de revelar ser los dueños de la casa. Ellos explican que algo extraño ha ocurrido en la ciudad y que todo se ha vuelto caótico, por esto le piden al matrimonio poder alojarse en la casa, y devolverles la mitad de la renta como retribución. Amanda no está muy convencida, ella desconfía de la gente en general, pero Clay, de actitud más despreocupada, los deja quedarse con ellos.
Ambas familias deben convivir intentando dejar atrás los prejuicios, el racismo y los miedos, pues el mundo que conocen comienza a dar fuertes señales de estar por desaparecer, y sólo la unión (algo que los humanos parecemos olvidar últimamente) hace la fuerza. Deberán volver al origen de todo, confiar los unos en los otros, y aprender a vivir lejos del reinado de la tecnología para intentar salir adelante ante los inexplicables hechos que están ocurriendo a su alrededor.
Con un aire al cine de M. Night Shyamalan (Señales, Happening) y Richard Kelly (Donnie Darko, Southern Tales), esta historia extensa hay que verla con atención. Cada escena entrega detalles que nos ayudan a comprender hacia donde apunta el libro de Alam y, por supuesto, la cinta en sí. Una crítica abierta al egoísmo, los prejuicios, a la actitud de los jóvenes de hoy, a la decadencia estadounidense y al control que ejerce la tecnología sobre nosotros.
Un viaje sin retorno en el que casi nadie es capaz de ver los detalles, las alertas, y cuando lo hacen ya es demasiado tarde.
La propuesta visual de la película tiene mucho que decirnos también. Planos cargados a los tonos fríos, azules, mayoritariamente amplios que nos ubican como meros observadores, algunos de estos son realizados desde arriba y otros son planos anómalos que nos alertan de que algo no está bien.
"Dejar el mundo atrás" o "Leave the World Behind" es un buen film, intenso, complejo, quizás algo pretencioso, de esas piezas que te gustan o la odias.
