En la década de los ochenta, una película de televisión causó una que otra pesadilla a los niños que la vieron en 'cine de trasnoche' de algún canal de señal abierta. "Don´t go to Sleep", dirigida por Richard Lang (Kung Fu: La Película), nos presenta un drama familiar que se convierte literalmente en un infierno.
Luego de un tiempo de la muerte de su hija mayor, Jennifer, un matrimonio junto a sus dos hijos menores, Mary y Kevin, se mudan a la casa de la abuela materna, quien necesita asistencia y además está obsesionada con preservar la memoria de su nieta fallecida.
Al pasar los días, la pequeña Mary es asechada por una extraña presencia que perturba su sueño. Una noche, al mirar bajo su cama (en una escena escalofriante) ve a Jennifer. A partir de ese momento, la actitud de Mary se vuelve cada vez más errática, la relación con su hermana muerta pone en peligro a toda la familia, los que creen que la niña aún está traumatizada por el accidente que le quitó la vida a Jennifer. El infierno para ellos crece y crece, el fantasma desea acabar con cada uno lentamente, mientras las reales circunstancias que rondan el deceso de la muchacha permanecen ocultos.
Este telefime producido por Aaron Spelling, a pesar de su pequeño presupuesto y modestos efectos especiales, logra perturbar por el manejo de sus escenas, la intensidad de sus diálogos y sus actuaciones, principalmente de las niñas Robin Ignico y Kristin Cumming, que se roban la película. Cuenta con varias escenas icónicas, además de la mencionada anteriormente, como la del corte de la pizza, la caída de Kevin o la cama incendiada.
Si bien es muy difícil de encontrar, se puede ver (aunque no en la mejor calidad) a través de Youtube. Por lo demás, vive en el colectivo de muchos mayores de 40 años que gustan de la películas de terror.
