El debut en la dirección de cine de Darius Marder no ha pasado desapercibido, los 13 años de preparación para realizar esta cinta no han sido en vano. “Sound of Metal”, un drama íntimo y a la vez potente, no deja indiferente, y aunque sea de las películas menos mencionadas en esta parte del mundo, de las seleccionadas en esta temporada de premios, no significa en absoluto que sea menos que sus.

La historia muestra el viaje de Ruben, interpretado por el actor y músico británico de origen pakistaní Riz Ahmed (Primicia Mortal, Jason Bourne, Rogue One), quien parece tener todo con su dúo de punk llamado ‘Backgammon’, una vida nómade en una casa rodante, un pequeño circulo de fanáticos y compartir escenario con su novia Lou (Olivia Cooke). Ambos tienen una relación dependiente, ella lo mantiene lejos de las drogas, él la protege de los demonios de la autoflagelación. El mundo es sólo ellos dos y la esperanza de lograr el éxito con la música.

Los desajustes aparecen cuando Ruben, quien es baterista, empieza a escuchar zumbidos y a sufrir una sordera parcial intermitente. Él se mantiene sin comentarlo, hasta que el silencio casi absoluto llega a su vida. A partir de ese momento, su existencia se vuelve una incógnita, todos sus planes se desmoronan, su novia intenta ayudarle, pero tampoco tiene las suficientes herramientas. Es así como llegan a una comunidad donde la sordera no es considerada una discapacidad, sólo una forma distinta de vivir. 

Joe (Paul Raci), el encargado del lugar, intenta mostrarle este nuevo mundo al que Ruben se niega a pertenecer. Su novia Lou lo deja allí para que pueda adaptarse, mientras él cree fervientemente que un implante coclear carísimo, e inalcanzable para él, le va a devolver su ‘normalidad’.

Dos factores que hacen grande esta película son las interpretaciones y el manejo del sonido. Tanto Ahmed como Raci, este último hijo de sordos en la vida real, entregan sentidas actuaciones, llenas de luces y sombras. Para ambos la nominación al Oscar como Mejor Actor y Mejor Actor Secundario, respectivamente, esta más que merecida. Riz Ahmed se preparó arduamente para este rol en especial aprendiendo Lengua de Señas Americana. Paul Raci, en cambio, lo lleva en su naturaleza, pues pasó parte de su vida siendo el intérprete de sus padres, por eso para el actor de 72 años, este papel es tan relevante, además de regalarle la notoriedad en las grandes ligas de la actuación que tanto le ha sido esquiva durante su extensa carrera, llena de papeles menores.

El diseño de sonido, por su parte, es maravilloso. Editado casi perfectamente, el manejo de los volúmenes, el silencio absoluto, nosotros como espectador sólo somos capaces de escuchar como lo hace el personaje de Ruben. Se puede sentir la aislación, su desesperación a ratos, todo por esta vía. 

Así mismo, cuando el personaje principal ve en la comunidad gente comunicándose a través de la Lengua de Seña, y él aún no la conoce, también quedamos fuera de ese mundo. El ser totalmente los ojos y oídos de Ruben, nos ayuda a empatizar mejor con la situación del joven músico.

El camino que recorre nuestro protagonista no es épico, está lleno de errores frustraciones y malas decisiones, como la vida misma. “Sound of metal” es sobre esos momentos que definen nuestra vida y que nos invitan a replantearnos todo.

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