David Leitch (Deadpool 2) está a cargo de esta frenética película que derrocha entretención, y que, claramente, no busca convertirse en una obra maestra del cine. La historia está basada en el libro de Kotaro Isaka del mismo nombre.

Un ecléctico grupo de criminales toma un tren bala que sale desde Tokio con distintas misiones, que resultan tener en común más de lo que creen. El objetivo propio los enfrentará, sólo los más hábiles llegarán a destino, o eso creen. Contar más de la trama sería matar la diversión.

En esta cinta coral Brad Pitt es Ladybug o Catarina (en español), un  criminal que piensa que el karma y la mala suerte, pueden atentar contra su misión; una brillante Joey King es El Príncipe, una muchacha resentida, caprichosa y psicópata, que manipula al resto a voluntad;  Aaron Taylor-Johnson y Brian Tyree Henry son Mandarina y Limón, unos “gemelos” asesinos, con una hilarante dinámica entre ellos, de lo mejor de la cinta; Benicio Martínez Ocasio -más conocido como Bad Bunny- interpreta a El Lobo, un novio en busca de venganza; y Andrew Koji da vida a Kimura, un padre dispuesto a todo por enmendar sus errores y acabar con quien atentó contra su hijo. Cada personaje tiene luces y sombras, son bastante humanos, dentro de todo.

También son parte importante del elenco Sandra Bullock, Michael Shannon, Hiroyuki Sanada, Masi Oka y el kawai corpóreo Momomon.

Un relato dinámico, que al comienzo puede parecer confuso, pero que de a poco se va aclarando. Mucha acción, sangre, adrenalina y  locuras aportan los pasajeros de este tren (ojo a los cameos).

Otro aspecto interesante de esta cinta es la multiculturalidad que presenta, a pesar de tener un marcado acento nipón. Por ejemplo, cada personaje carga con sus prejuicios, cultura  y tradiciones según su procedencia -vemos japoneses, norteamericanos, mexicanos, británicos, rusos- y la música va desde un “Stayin’ Alive” en Japonés hasta Alejandro Sanz.

“Tren Bala” llega a los cines el 4 de agosto, para quienes netamente busquen pasar un buen rato y reír.