La Iglesia Fundamentalista de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (FDLS siglas en inglés) ha dado mucho que hablar en Estados Unidos durante las últimas décadas.

Esta secta que se caracteriza por practicar la poligamia, se separa de los Mormones a comienzos del siglo XX, para vivir una vida totalmente lejos de la influencia exterior. Llenos de reglas y penitencias, viéndose a si mismos como los únicos dignos de ser salvados a la hora del juicio final, momento que ellos siempre dicen que está por venir.

Rulon Jeff, fue su líder máximo, su profeta, desde 1986 regía absolutamente la vida de sus seguidores. Él tenía el poder de elegir esposas para los hombres y para él mismo, la cantidad de mujeres determinaba el estatus. Llegó a tener más de 20 de todas las edades y procreó más de 60 hijos.

Los hombres lo seguían ciegamente, dejaban todo de lado para vivir la vida FDLS y servir al profeta con su trabajo y dinero. Las mujeres, en cambio, eran ciudadanas de segunda clase. Obligadas a vestir, peinar y comportarse de cierta manera, y a obedecer a su padre o esposo sin reclamar. Como les decía Rulon: ‘Keep Sweet’, algo como ‘siempre dulce’.

Luego de la muerte de Rulon, en 2002 - aunque se suponía que el profeta no podía morir- uno de sus hijos, Warren, toma su lugar como profeta, endureciendo aún más las reglas, concertando matrimonios de niñas con hombres mayores, además de desterrar a los muchachos que ‘sobraban’.

Al cabo de un tiempo, muchos feligreses se cuestionaron su actuar. Varios escaparon o fueron desterrados por el mismo Warren Jeff, al sentirse amenazado por ellos, acusándoles de pecadores. Justamente, estos ex miembros del FDLS prestan su testimonio en el documental “Keep Sweet: Pray and Obey”, sobre los abusos y engaños cometidos especialmente por el hijo Jeff. Un tipo con delirio mesiánico, pedófilo y estafador, que hoy se encuentra condenado en prisión, pero que sigue rigiendo su iglesia desde la cárcel, pues -increiblemente- aún tiene muchos seguidores que creen en él y viven la vida bajo sus reglas.

Además de los increíbles relatos de los ex miembros de FDLS, la docuserie ofrece dramatizaciones, fotos y videos originales de la vida dentro de la comunidad, presente en Utah, Arizona y -durante los últimos años- también en Texas, zona donde supuestamente construye un ‘paraíso en la tierra’ llamado Sión. Allí llevaba a niños desde muy temprana edad -sin el consentimiento de sus madres- para criarlos a su manera y abusarlos.

Cuatro capítulos de casi una hora muestran la historia de esta secta y la caída de su líder máximo, hoy disponible en Netflix.