“El Vacío”: un íntimo y significativo viaje a lo profundo de las relaciones humanas
La nueva película de Gustavo Graef Marino llegó a la cartelera nacional.
Años después de la poco afortunada secuela de su gran éxito “Johnny 100 Pesos”, el director, guionista y productor Gustavo Graef Marino regresa con un filme totalmente diferente a lo que nos tenía acostumbrados. “El Vacío” es un viaje íntimo, complejo, emocional y muy actual, una película nacida en pandemia, que emerge de la necesidad del realizador de contar una historia desde lo más profundo, pero sin demasiados recursos, ni adornos.
En “El Vacío”, conocemos a un director de cine en el ocaso de su vida (Francisco Reyes), quien logró gran éxito con un filme a corta edad, el que jamás logró igualar. Él vive en el departamento de su madre, la que está internada por un avanzado Alzheimer, junto a su hijo músico, quien está pronto a partir a Europa.
La ilusión de un nuevo amor con una mujer mucho menor, interpretada por Javiera Díaz de Valdés, lo llena de vida y ganas, pero con el pasar del tiempo, la visión que tienen ambos del mundo, las expectativas rotas que cada uno tiene para ese amor y la negativa de la hija de ella (Aída Caballero) de aceptar la relación, irán quebrando este idilio.
Una historia interesante, contada de manera no lineal, en la que el espectador deberá armar este puzzle del vacío en las vidas de todos los personajes. Por un lado, él, quien va sintiendo que el tiempo se le acaba en muchos sentidos (con su madre, su carrera, su hijo, con su casa), pero en especial con el amor, más cuando el encontrado no parece ser lo que esperaba o necesitaba.
Por otra parte, ella está acostumbrada a tenerlo todo, y a su manera. Tiene dinero, cree encontrar en él un amor protector, una figura paterna tal vez, al que ve de una forma que no es real, de lo que poco a poco se va dando cuenta.
En el caso de la hija de ella, es la típica adolescente que busca su lugar en el mundo, que no sabe exteriorizar sus sentimientos, que se refugia en las redes sociales y es egoísta con su madre, después de todo, ella siempre la ha consentido. La joven es una importante arista en la relación entre su madre y este hombre, el que hace todo lo posible por agradarle.
Sólo tres importantes escenarios vemos en este largometraje, por un lado la playa inmensa, en la que se viven momentos de felicidad, de color; el frío departamento de las mujeres; y el departamento donde habita él, en el que transcurre la mayoría de la acción, el cual podría definirse como un personaje más, pues tiene mucho que contar en esta historia.
“El Vacío” es una muy buena película, de esas que es inevitable sumergirse en su relato, sentirse identificado por momentos e intrigado por otros debido a su estilo de narración. Tiene una fuerte carga dramática y toques de suspenso, además de ser un buen trabajo de metacine.
Francisco Reyes está excelente en su papel, en el que sólo con miradas y gestos expresa mucho. La niña, Aida Caballero, quien interpreta un complejo rol para su edad, se luce.
Contar más sobre esta película sería arruinar la experiencia. En cines desde el 8 de junio.