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7 de junio de 2021

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Escapada a Valdivia

Un breve paseo por la ‘mejor ciudad para vivir’ de Chile, ubicada en la Región de Los Ríos.


Nuevamente tuvimos que hacer un viaje express por trabajo, nuestro destino se encontraba en Fase 2 de Transición al igual que nuestra comuna de origen, así que el proceso para poder embarcar a nuestro avión fue un tedio, ya que mucha gente no lleva los permisos necesarios, y eso genera muchos atrasos. Por eso recuerde, siempre que va a viajar, debe tener su permiso colectivo y/o ‘pase de movilidad’, pasaporte sanitario o C19, tarjeta de embarque, y por supuesto, su cédula de identidad a mano. 

Esta vez nuestro meta se encontraba a 848 km al sur de Santiago, o a una hora y media de vuelo, que realmente se hace muy corto. Eso sí, lo que parecía un vuelo vacío, repentinamente terminó en un avión repleto, en el que no hubo mucho posibilidad de respetar distancias, pero siempre con mascarilla y las medidas sanitarias necesarias. 

Mientras volamos, se ve el cruce de tres grandes ríos y de a poco se asoma la ciudad austral más antigua del mundo: Valdivia. Fundada por los españoles como un fuerte en 1552, invadida por corsarios holandeses y habitada por colonos alemanes. Es uno de los mejores destinos de nuestro país para caminar, saborear y disfrutar, con su cultura universitaria, patrimonio cultural y gastronómico, sobre todo entre crudos, cervezas locales y bohemia. 



Llegamos un domingo, en plena cuarentena, por lo que había poco movimiento en el aeropuerto. Pero no esperen llegar inmediatamente, porque el Aeropuerto Pichoy queda bastante retirado del centro de la ciudad, sin embargo, por cuatro mil pesos un transfer te lleva hasta tu destino. 

Para alojar escogimos el reconocido hotel ‘Villa del Río’, que a pesar de quedar un poco desconectado del centro, es un hermoso edificio, rodeado de bosque, naturaleza y, lo más importante, la rivera del río Calle-Calle, en la que hay un pequeño muelle desde donde al parecer se embarcan lanchas para navegar. Nosotros preferimos disfrutar de los asientos que hay para disfrutar la calma, la tranquilidad y capturar un par de fotos. 



El recinto además, destaca por su diseño tradicional, su amplio espacio, sus impecables habitaciones, un personal amable y muchísimas medidas sanitarias a lo largo de todas las instalaciones.

En cuanto a comida, el restaurant del hotel tiene muchísimas sabrosas opciones, con una excelente presentación y precios súper accesibles. El desayuno por su parte, se sirve en un salón especial, tiene gran variedad de opciones, café, jugos, diferentes tipos de pan, pasteles, frutas, cereales e incluso panqueques, una delicia. Todo bien protegido, individualizado, manteniendo las normas sanitarias. 



Luego de terminar nuestro trámite laboral, dedicamos las pocas horas que nos quedaban a pasear por el centro de Valdivia, donde obviamente visitamos el reconocido Mercado Fluvial, donde se pueden encontrar productos típicos de la zona, como pescados, mariscos y verduras, además de hierbas medicinales. Nosotros disfrutamos de un exquisito ceviche de salmón, y nos divertimos mirando a los lobos marinos de la costanera, que ya son una postal de la zona. 

Pero por supuesto, si disponen de mucho más tiempo que nosotros, Valdivia es una ciudad para aquellos viajeros que buscan lugares curiosos llenos de historia, de anécdotas y de leyendas, mantiene un interesante balance entre la naturaleza y el desarrollo humano. De hecho, el 2019 la encuesta Barómetro Imagen Ciudad, coronó a la capital de la Región de Los Ríos como ‘la mejor ciudad para vivir de Chile’, derrocando así el largo reinado de Viña del Mar. 

Un paseo obligatorio queda cerca de la localidad de Niebla, donde se encuentra el Museo de la Cervecería Kuntsmann, que cuenta con tours cerveceros sobre la historia y elaboración de este brebaje. Allí se puede hacer degustaciones de los cincuenta diferentes tipos de cerveza. 

Y para los amantes de la naturaleza, la Isla Teja ofrece variados panoramas para aprender, pasar el día y sacar hermosas fotografías. El Parque Saval, por ejemplo, cuenta con espacios para picnic, juegos para niños, esculturas y un centro de eventos. Y junto a este se encuentra el Jardín Botánico de UACh, en cuyos senderos hay diversos tipos de ecosistemas y especias típicas de la selva valdiviana.
Por supuesto, hay muchísimos más panoramas y lugares que visitar, pero varios no están disponibles producto de la pandemia. Esperamos que nuestra próxima visita sea en condiciones más favorables y así poder disfrutar de todas las maravillas que tiene la ciudad. 

¡Acompáñanos en nuestra próxima aventura!


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