Mientras millones de personas intentan ocultar en las redes sociales - a través de “filtros” y, “ángulos perfectos”- sus orígenes, el lugar de donde vienen, Fabiola González, más conocida como La Chinganera, presenta con orgullo en Instagram la portada de su tercer álbum “Hija Natural”. En la imagen de la producción, se ve a la cantautora popular luciendo dos largas trenzas que representan a los pueblos originarios de nuestra tierra. Sobre su cabeza tiene un pañuelo que simboliza las tradiciones afro y arábigo andaluz. Con esta propuesta estética dice a gritos que Chile es un país multicultural. La artista, oriunda de Concepción, no tiene miedo de mostrar sus raíces, su esencia, al contrario, eso le produce felicidad. Tampoco, le da temor usar su música para apoyar a los grupos que por años han sido marginados.

Por eso, sin titubear, y de manera muy orgánica, en su último disco comparte canciones - propias y de colegas- que visibilizan los derechos y demandas de las mujeres, del pueblo mapuche y de las familias campesinas. Y en sus videoclips y conciertos, que tienen lengua de señas, alza la voz por las personas sordas. En cada letra, melodía, y estilo, La Chinganera pone la música al servicio del pueblo. En sus canciones resuena fuerte la inclusión.

Fabiola, ¿Por qué decidiste ponerle a tu tercer álbum, “Hija Natural”?

“Hija natural” nace como respuesta a todos los temas que tiene el disco, que es un sonido bastante mezclado, con hartas fusiones. La palabra fusión no me gusta mucho, porque se utiliza para otros géneros de la música, pero tiene hartos condimentos de distintos géneros que muestran la cultura nuestra, que es una mezcla de todo. Nosotros no somos sangre pura, sino que tenemos un poco de pueblos originarios, tenemos sangre española, algunos tienen otras sangres, alemana, etc. Entonces, el sonido del disco, la estética y la lingüística en que está compuesto también es la mezcla de lo que somos como chilenos, esa cosa gitana, pero también mapuche, esa mezcla extraña que tiene Chile al fin del mundo. Por eso, se llama “Hija natural”.

El primer sencillo que tú lanzaste es una musicalización del poema “Por qué se ríe” de Mario Benedetti. Para contextualizar, el escritor uruguayo dice, en este poema, que vio en el diario una foto de un ministro que aparece sonriendo. Es un ministro que tiene mucho dinero y una casa frente al mar y desde ahí ignora lo que le pasa al pueblo. Entonces, lo interpela, dice no sé a qué viene esa risa hipócrita, porque aquí en las calles hay injusticia, la gente sufre, y los estudiantes y obreros se están manifestando para que esto acabe, ¿Por qué elegiste este poema?, ¿qué significa para ti?

No es tan pensado como pudiera creerse. Yo compongo sin tiempo, sin esquema. Compongo simplemente cuando llega la inspiración. Un día estaba en Cuba, en una gira y en un libro de poesía como revolucionaria encontré este poema y empecé a cantar. Como que tenía música para mí, saqué la guitarra, estaba en una plaza, y me puse a tocarlo, a apreciar la armonía que tenía y que me lo indicaba también el mismo poema. Fue bastante mágico el proceso creativo. Ahora, claro, tiene un mensaje súper potente y la canté mucho en el estallido social. Hay muchos ministros para dedicársela, no sólo en Chile, en América entera. Entonces, obviamente, todo lo que uno compone, escribe o musicaliza está totalmente de acuerdo a lo que uno piensa y a lo que uno propone como artista. Entonces, eso no es al azar, está puesto ahí de manera natural.

El tercer single, llamado “Arauco”, se lo dedicaste al pueblo mapuche. La letra dice en Chile hay leyes racistas y se considera terrorista a todo aquel que no obedece, ¿cuál es tu relación con el pueblo mapuche y por qué decidiste apoyarlo con tu música?

Esa canción la escribió Manuel Sánchez, tremendo payador popular, y yo la musicalicé. La primera conexión más seria que tengo con el pueblo mapuche, es que yo soy del Biobío. Yo crecí en el Wallmapu, tenía compañeros y amigos mapuches y no era tema, el tema es hoy día, que se habla. Ser folclorista o poeta popular es también tener un compromiso con nuestra sociedad. Es imposible que una cantora popular se abstenga de todo lo que sucede en el Wallmapu. Yo tengo un compromiso muy profundo y no tengo otra manera de colaborar en ese crecimiento y en esta defensa. Yo soy artista y esa es mi única forma. No soy política, soy un artista que puede subirse a un escenario a cantar y a lo mejor de esas personas que están ahí, uno o dos se van a ir pensando en este mensaje, y a lo mejor les va a servir y después se van a sumar otros dos y vamos a hacer de este país, un país más igualitario en oportunidades y con más dignidad para los pueblos originarios.

Hay otra canción que no quisiera pasar por alto. Se trata de “Velorio de Angelito” que se la dedicaste a aquellas mujeres que han perdido un bebé en su vientre, que por diferentes razones ese bebé no nació. La letra dice que la mujer sueña con el bebé y que despierta llorando, ¿cómo nació la idea de componer esta canción?

Eso me pasó a mí. Así fue, con sollozo amanecí. Esta canción está un poco más pensada, porque la lucha de las mujeres hoy día por el aborto libre y legal (yo soy pro aborto, por supuesto) viene a subyugar, a minimizar o a invisibilizar una realidad que también existe, que es cuando las mujeres sí quieren tener a un hijo y lo esperan y el bebé muere en el vientre o nace muerto. Hace poquito, me escribió una chica de Concepción y me decía mi hijo nació, murió al mes, lo enterramos hace un mes y escuché tu canción y fue súper sanadora. También eso, nos pasa a las mujeres. No solamente queremos ir y abortar desesperadamente. También existe lo otro y es terrible. Hoy día no hay una reparación psicológica, no está preparada la sociedad para eso, hay una ley en camino, la ley Dominga que es justamente para la reparación psicológica de las mujeres que han perdido un bebé. Entonces, por eso, hice esta canción, es una letra para acompañar a las mujeres.


Ya has subido a las plataformas digitales algunos videoclips del disco. Hay un elemento muy importante en estas piezas audiovisuales: tienen lengua de señas, ¿cómo nació el deseo de apoyar a las personas sordas?

Yo conocí a la intérprete el año 2019 en el estallido social, armamos un colectivo de artistas, de músicos, e íbamos a cantar a las poblaciones para acompañar a la gente. Fue una época súper linda. Daba lo mismo, el artista que fuera, había artistas de pop ultra famosos, Mon Laferte estaba entre medio, folcloristas, cantautores, trovadores, músicos de rock. Y Vicente Cifuentes, que es un cantautor de música tropical, que ganó en el último Festival de Viña del Mar, sumó a Johanna Llanquileo, a la intérprete, al colectivo. Fue súper bonito, porque salíamos a cantar y ella interpretaba nuestra voz para la comunidad sorda. Entonces, vino a darme una lección, como yo soy profesora. Pensé tengo un compromiso social súper grande y no estoy haciendo nada de inclusión, fue como un tirón de orejas. Me quedé con esas ganas de en algún momento poder trabajar con alguien así. Pero después vino la pandemia, y se quedó todo ahí, quedamos todos detrás de una cámara. Y ahora que estamos volviendo a la normalidad, nos contactamos y empezamos a trabajar y ya hemos tenido varias presentaciones. Ahora vamos a tener este concierto grande el 28 de enero en Concepción y está súper bueno, porque realmente la inclusión no puede ser una palabra, tiene que ser un verbo para que el discurso de que Chile cambió, que va a ser mejor, sea cierto.

Revisa en el siguiente video la entrevista completa:

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