Como buen policíaco, la película chilena “Allanamiento” comienza con una especie de atraco que sale mal, y termina con una persona muerta. El problema es que en esta oportunidad la banda está integrada por un grupo de detectives corruptos y lo que están realizando es un allanamiento ilegal en la casa de un grupo de narcotraficantes.

Luego de la catástrofe, el equipo - liderado por el subcomisario Matos (Pablo Cerda) - tendrá menos de 48 horas para eliminar las pruebas en su contra que los acusan de narcotráfico, torturas y corrupción. Para ello deberán infiltrarse en la Fiscalía, pero como suele ocurrir en este tipo de relatos, nadie es de fiar, y una traición interna pondrá en peligro toda la operación.

Se trata de la interesante ópera prima de Tomás González Matos, quien hasta el momento sólo había dirigido el cortometraje Newentun (2017). Un inteligente thriller que bebe los elementos clásicos del género policial y los adapta al contexto criollo. La impecable “True Detective” y la infravalorada joya neo noir “Killing Them Softly” han sido algunas de las referencias para crear este relato.

Sin embargo, la piedra angular es un episodio real ocurrido en 2012. Cuando, en medio de las eliminatorias del Mundial de Brasil, un grupo de detectives de la PDI, realizó un allanamiento sin autorización, del que no reportaron la droga, ni los teléfonos que se llevaron. El proceso -a diferencia del amargo final del filme- terminó 2 años después, con policías detenidos por detenciones ilegales, apremios ilegítimos y falsificación de partes policiales.

Pero más allá del documental o la crítica social en contra de la corrupción, la película no busca ser una cinta más “de denuncia” (de esas que abundan en nuestro país) o de odio contra la policía, sino que pretende ser un vehículo de entretenimiento, drama y emoción.

El elenco lo lidera Pablo Cerda, quien da vida a un personaje de moral ambigua, que trata de hacer lo correcto, pero no tiene tiempo. Un subcomisario de aspecto sucio y desaliñado, sacado directamente de las novelas pulp. Junto a él están una correcta Blanca Lewin, Juan Pablo Ogalde, Francisco Barbera, Nathalia Galgani, y el fascinante cameo de Pablo Schwarz, quien interpreta a uno de los mejores personajes del filme.

No obstante, “Allanamiento” no es perfecta, hay momentos en que los personajes parecen susurrar en todas las escenas y no siempre se entiende lo que está pasando. De todas maneras, se agradece y valora que haya cineastas y equipos de producción que se arriesguen a realizar otro tipo de películas y experimenten con otros géneros.