“Las emociones contadas con verdad quedan”: "Soledad", la primera novela de Ximena Güiraldes
Conversamos con la autora sobre este nuevo desafío literario.
Hay novelas que se leen rápido. Y hay otras que se quedan.
"Soledad", la primera novela de Ximena Güiraldes, pertenece a este segundo grupo: una historia que se instala en el cuerpo del lector y no se va fácilmente. Íntima, sensorial y profundamente honesta, la novela explora el deseo, la memoria, el amor y la pérdida a través de la experiencia de una mujer que intenta comprender sus propias grietas, siempre en diálogo con un contexto social y político marcado por la dictadura.
“Es una novela que dialoga con lo emocional, pero también con un contexto social y político”, explica la autora en conversación con En Palco. “No podría contar una historia de amor sin situarla en la realidad de lo que estaba pasando en el país”.
Aunque Güiraldes ya había recorrido con éxito el terreno del cuento -con "Vidrios empañados" (2023), libro que reunió relatos premiados- "Soledad" marca su debut en la novela. Y su origen es tan inesperado como revelador: una canción.
“Escuché por primera vez Tu falta de querer de Mon Laferte y fue instantáneo”, recuerda. “Sentí esa voz, ese desgarro, esa intensidad… y ahí apareció Soledad, la protagonista. Fue un clic emocional muy fuerte”.
A partir de ese impulso, la historia se escribió rápidamente. La novela abarca cerca de doce años y comienza en Argentina, cuando una joven chilena viaja desde Valparaíso para conocer a su padre biológico, un músico argentino al que nunca había visto. Criada bajo una sobreprotección extrema -su abuelo era almirante de la Armada en tiempos de dictadura- ese viaje se convierte en el primer contacto real con el mundo, el amor y también con una dimensión política que desconocía.
“Ella no tenía absolutamente ninguna sospecha de lo que existía”, señala Güiraldes. “Ese choque cultural, político y emocional la atraviesa por completo”.
"Soledad" no es solo una historia de amor intenso y desamor profundo, sino también un relato de formación, caída y reconstrucción. La novela está construida de manera circular -el inicio y el final se espejan- y en su centro se despliega el proceso de quiebre, silencio y posterior transformación de la protagonista.
Para la autora, la clave está en la verdad emocional. “Esta novela fue una verdadera introspección. Me metí a fondo conmigo, a recuperar emociones, sensaciones, erotismo”, confiesa. “No es fácil. Quedé bastante tocada, porque hay cosas que uno tiene olvidadas y que conscientemente decide volver a mirar”.
Esa honestidad parece ser uno de los mayores aciertos del libro. “Mucha gente me ha dicho que siente a Soledad como si la conociera”, comenta Güiraldes. “Y creo que es porque las emociones contadas con verdad quedan”.
Consultada sobre la idea de que Soledad pueda leerse como una “novela femenina”, la autora es clara: “Es la voz de una mujer contada por una mujer, sin intermediarios. La intimidad, el deseo, el amor, no tienen que explicarse. Son lo que son”. Y agrega algo fundamental: “Es muy rico que los hombres puedan leer y entender cómo siente una mujer, sin cuestionar por qué debería sentir distinto”.
El trasfondo político, en tanto, aparece sin subrayados. Güiraldes opta por la sugerencia y los silencios: “No me gusta ser explícita. Me interesa que el lector lea entre líneas. Los silencios dicen mucho”.
Durante el lanzamiento del libro, el crítico Javier Edwards Renard destacó precisamente ese equilibrio entre emoción, contexto y austeridad narrativa. Y José Ignacio Valenzuela, autor del prólogo, lo resumió con una imagen elocuente: "Soledad" es un libro que no se puede soltar.
Hoy, con esta primera novela, Ximena Güiraldes confirma una voz narrativa madura, sensible y profundamente humana. Soledad ya está disponible en librerías y en el sitio web de Editorial Forja. Un libro para leer con tiempo, con el cuerpo atento y con la disposición a dejarse atravesar.
Revisa nuestra entrevista completa con Ximena Güiraldes en nuestro canal de YouTube.


































