La ganadora del Oscar, Jennifer Lawrence regresa a la cartelera con una comedia ideal para un público joven, que nos habla sobre la madurez, el despertar sexual y la amistad.

Ella interpreta a Maddie, una mujer de 32 años cuya vida es un desastre. Llena de deudas, con trabajos esporádicos, que gusta del sexo casual y de las relaciones pasajeras, quien no supera la muerte de su madre y el abandono de su padre. 

En un momento de desesperación económica, y luego de perder su auto, con el que trabajaba como Uber, acepta una oferta laboral muy poco común: los padres de un tímido chico de 19 años que está por entrar a estudiar en la prestigiosa Universidad de Princeton, le piden en secreto que salga con su hijo para que así este tenga roce social, gane experiencia sexual y deje de ser tan solitario. A cambio, ella recibirá un viejo Buick, con el que podrá seguir trabajando y no perder su casa. 

Cuando Maddie conoce de manera ‘casual’ a Percy (Andrew Barth Feldman), la interacción entre ambos es una locura tras otra. La espontaneidad y torpeza de ella, y la rectitud y timidez de él, se mezclan para demostrar que muy en el fondo son más parecidos de lo que piensan. 

Cargada de diálogos con doble sentido y con algo de crítica a la juventud de hoy, la película funciona gran parte del tiempo, teniendo en cuenta que es sólo una cinta juvenil veraniega. La química entre los protagonistas es uno de los puntos más altos de "Hazme el Favor" o "No Hard Feelings".

Si esperas ver a Jennifer Lawrence como en sus aclamados papeles anteriores, esta no es la opción. En una extraña elección de papel, en la que se mueve como pez en el agua, literalmente como dice el slogan, la verás como nunca antes.